CARACTERIZACIÓN DE LA DINÁMICA DEL SUELO URBANO PARA LA CIUDAD DE EJIDO. Municipio Campo Elías - Estado Bolivariano de Mérida.(Fase Preliminar)
CARACTERIZACIÓN DE LA DINÁMICA DEL SUELO URBANO PARA EJIDO. Municipio Campo Elías - Estado Bolivariano de Mérida
.(Fase Preliminar)
Geog° Eudes Zambrano.
CARACTERIZACIÓN DE LA DINÁMICA DEL SUELO URBANO PARA EJIDO.
MUNICIPIO CAMPO ELÍAS - ESTADO BOLIVARIANO DE MÉRIDA
(FASE PRELIMINAR.)
CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………….4
ESTUDIO PRELIMINAR DE LA DINÁMICA URBANA DE
EJIDO………………………………..8
METODOLOGÍA……………………………………………………………………………………….9
UBICACIÓN DEL MUNICIPIO CAMPO ELÍAS Y DE SU CAPITAL,
EJIDO…………………12
Localización relativa al continente.
…………………………………………………........13
Localización, relativa a la República
Bolivariana de Venezuela…………………........15
Localización relativa al estado
Mérida. ……………………………………………….....16
DEFINICIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO. ……………………………………………………......18
CRECIMIENTO DE LA CIUDAD DE EJIDO. ……………………………………………….......22
VINCULACIÓN CON EL SISTEMA DE CIUDADES
AL QUE PERTENECE EJIDO. ……...25
POBLACIÓN.
……………………………………………………………………………………...28
ACTIVIDADES Y USOS.
………………………………………………………………………...28
CONCLUSIONES PRELIMINARES. …………………………………………………………..30
INTRODUCCIÓN
La Revolución Bolivariana, hecho
histórico que rompe con la maltrecha democracia representativa, nos obliga a
repensar el proceso de construcción y ordenamiento territorial; atendiendo,
entre diversas, históricas, y nuevas variables, la integración de las
extensiones geográficas comunales o células geohumanas del territorio; conformadas
como núcleo espacial básico e indivisible del Estado Socialista Venezolano, en
democracia participativa.
A partir de la segunda mitad del siglo
pasado, la política regional se orientó bajo la estrategia de la
“desconcentración concentrada” basada en el desarrollo de polos en las regiones
periféricas; modelo hegemónico generador de grandes y negativos impactos
socioambientales; planificación de desarticulación entre los eslabones que
coexisten en el territorio, con una relación vertical, prepotente, entre sus
actores; dificultando la visión estratégica necesaria para mejorar la gestión
socioproductiva de los núcleos de asentamientos, tanto urbanos como rurales.
La respuesta para este asalto a la
integridad del Estado nacional y a su democracia, es la aceleración del proceso
revolucionario bolivariano, orientado por el Plan de la Patria. Sin embargo, se
hace evidente que es necesario y urgente repotenciar en la práctica, el
proyecto político de país expresado desde 1999 en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV), y desechar, reformular o reconstruir
con mayor vigor, instituciones y procedimientos heredados del régimen
puntofijista; lamentablemente, profundamente arraigados en el quehacer
cotidiano y la formación profesional.
La importancia estratégica de los
ámbitos territoriales regionales y locales, que los actores sociales y
económicos han venido edificando y haciendo suyos a través de la historia y al
calor de nuestro arraigo telúrico (geográfico) y civilizador como pueblo, tiene
ahora su expresión en el Desarrollo
Territorial Desconcentrado. Este se fundamenta en el desarrollo sustentable
y deberá partir del reconocimiento de la estructura física, sociocultural,
económica, institucional y ambiental actual, e implementar acciones que
transformen las relaciones históricas de dependencia; con el objeto de enfrentar
con eficacia, eficiencia y efectividad el tema de la vivienda; rompiendo con
las hegemonías exógenas, que desde la colonia tienen su continuidad en el
capitalismo explotador, excluyente, impuesto a Venezuela con la reproducción de
las lógicas del academicismo conservador correspondiente.
Es en 2006, cuando se decretó la
construcción del socialismo a través de la implementación del Primer Plan
Socialista (PPS) de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2007-2013), del
cual han quedado varios elementos pendientes; tal situación, se suma a la
nuevas dificultades que encara el siguiente plan, correspondiente al período
2013-2019, ambos con base en las directrices del Proyecto Nacional Simón
Bolívar.
Dentro del programa que presenta el
PPS (2007-2013) se considera el territorio como elemento fundamental para
articular el modelo de desarrollo sustentable, a través de la “estrategia de
descentralización desconcentrada”. Esta estrategia procura la
construcción de una sociedad, cuyas orientaciones fundamentales sean la
democracia participativa, la transformación productiva y la equidad en la
búsqueda de un desarrollo más armónico y sostenido. (Díaz, 2015).
Ejemplo de las tendencias emergentes
que se están generando y que inciden en la estructura territorial es el Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y
Vivienda (2011), cuya finalidad es activar un conjunto de mecanismos para
afrontar con éxito y rapidez la grave crisis histórica de vivienda, que sufre
la población venezolana, agravada especialmente, por los modelos político,
social, económico, capitalistas; y las incidencias del cambio climático, cuyos
terribles impactos han causado devastaciones en áreas urbanas y rurales del
país.
Todo esto se asienta en un nuevo
enfoque regional, donde se fundamenta el valor de una redefinición de la
función territorial: Se construirá una
estructura territorial en la que exista respeto ante la diversidad regional
natural e histórica, como elementos condicionantes de un desarrollo sustentable
y complementario con miras no sólo a la presente, sino también a las futuras
generaciones. (PPS, 2007-2013).
El Artículo 5 de nuestra Constitución
Bolivariana establece que la soberanía reside de manera intransferible en el
pueblo. En este sentido, para lograr el desarrollo territorial desconcentrado,
el pueblo venezolano está siendo movilizado de forma integral, a través de
patrimonios, recursos de poder y la puesta en marcha de fuerzas sociales con
capacidades endógenas, agentes de desarrollo y actores políticos que conforman
el protagonismo histórico popular bolivariano, el cual se concreta en una nueva
organización político territorial; consejos comunales y comunas; los diversos
planes y misiones sociales que conforman las estructuras administrativas y la
puesta en práctica de políticas de Estado coherentes con los principios de
integración territorial.
El desarrollo
territorial desconcentrado, en su enfoque geoestratégico promueve el
fortalecimiento del tejido social relacionando actores en función de un
proyecto social, económico o político. Estas estrategias se apalancan en la
fuerza del concepto de desarrollo local
y el aprovechamiento del potencial
endógeno en el territorio y la movilización de los actores locales con
el fin de su valorización y la de los recursos materiales, manteniendo una
negociación o diálogo, con los centros de decisión económicos, sociales y
políticos en donde se integran y de los que depende.
La
pertinencia social y las soluciones, que de la participación responsable puedan
generarse, deben contar con la expresión territorial y el equipamiento
adecuado; ámbitos de productividad, formación, diálogo, planificación; como por
ejemplo, el Foro Comunal; Bases de Misiones, áreas de agroproducción o de
seguridad alimentaria, y otras formas que la complejidad revolucionaria
demanda, formando parte del marco de leyes, representando el buen vivir para el
pueblo.
Se tiene claro que, al presente
trabajo, no le corresponde formular un plan de desarrollo urbano local (PDUL),
aun pendiente para Ejido; ni de ordenación urbana (POU); existente y denominado
Plan de Ordenación Urbanística del Área Metropolitana Mérida-Ejido-Tabay
(GISEP-FADULA, 2012: 9-10); sino, que debe orientar su labor al tema de la
vivienda, y dentro de este ámbito, reconocer, clasificar y garantizar los
suelos que, para la materialización; especialmente de los emprendimientos de la
Gran Misión Vivienda Venezuela, son necesarios. Sin embargo; al contrastar los
planes, las políticas públicas, y el hecho concreto de la configuración del
espacio urbano, con los cinco objetivos históricos del Plan de la Patria, surge
la incertidumbre de, si las estrategias desgastadas de los modelos de
planificación tradicionales y comúnmente aceptados, puedan dar respuestas y
garantías satisfactorias, al proceso revolucionario y las políticas de Estado,
en cuanto a lo que debe ser el hábitat y la vivienda para este momento
histórico.
Cabe aquí señalar un repetido y hasta
sistemático fenómeno que se hace anecdótico. Atendiendo lo que representa en el
marco jurídico, la Pirámide de Kelsen; y reconociendo la jerarquía que sobre
los planes urbanísticos en general, poseen, tanto la CRBV como el Plan Nacional
de Desarrollo; al momento de planificar; el intelectual profesional, corre el
riesgo de ceñirse a su lógica formativa, aplicando de manera prepotente y
especializada, los conceptos urbanísticos hegemónicos; por encima, de los
objetivos y políticas de Estado, y el bien común; contraviniendo incluso,
aspectos legales y la ya mencionada escala. El equipamiento urbano es otro caso
que representa, igualmente, un tema de revisión; pues más allá del necesario conocimiento
de su reglamentación; se encuentra la pertinencia que los componentes urbanos,
poseen, o no, para el logro de los objetivos del Plan de la Nación y la
sustentabilidad del desarrollo.
Ambas situaciones representan puntos
de inflexión entre dos opciones antagónicas; la reproducción de los modelos del
pasado, o la construcción de propuestas y relaciones territoriales acordes con
el modelo que la democracia ha permitido escoger a los ciudadanos venezolanos
para el desarrollo de su país.
ETAPA 1 ESTUDIO PRELIMINAR.
ESTUDIO
PRELIMINAR DE LA DINÁMICA URBANA DE EJIDO.
(Localización de la ciudad de Ejido. Definición
del área de estudio. Crecimiento de la ciudad de Ejido. Vinculación con el
sistema de ciudades. Población. Actividades y usos).
METODOLOGÍA
Para desarrollar el PESUVI Ejido,
dentro de una proceso metodológico, se cuenta, en primera instancia, con el
planteamiento formulado en la presentación de dicho plan (documento Power
Point); la Metodología para la elaboración de los Planes Estratégicos de Suelo
Urbano para Vivienda (Microsft Word), suministrados vía internet y explicitados
por la Dirección Regional del MPPHV, la Coordinación Regional del PESUVI y la
Dirección Regional del INTU; en una serie de reuniones de trabajo; en
sumatoria, con la exposición realizada en Caracas, sede del MPPHV por su
Viceministro, el día 30-10-2015; la Oferta de Trabajo, y el propio Contrato.
Según la documentación y las
actividades citadas; el plan está estructurado en cuatro etapas (04), o fases,
La primera, a la cual corresponde este primer informe, es un estudio
preliminar, esta condición, le confiere un carácter de transversalidad a la
recopilación de información, hasta que la misma sea, además de pertinente,
suficiente; considerando que el producto final de este proceso, deberá
garantizar recursos económicos del Estado, asociado a la seguridad ambiental de
los ciudadanos beneficiarios de los planes de vivienda.
Especial atención tendrá el tema de
los peligros de orden natural, como las crecidas de los cuerpos de agua y los
deslizamientos en masa de los suelos. En este sentido, la información
suministrada por INGEOMIN (2004; citado en Villamizar, 2011), es fundamental;
sin embargo, al momento de elaborar el presente informe, solo se cuenta con
parcialidades de ella, y se considera vital su recaudación para su futura
inclusión. (Ver Figura 1 y 2)
Figura 1: Características Fisiográficas del Municipio Campo Elías
Fuente: PropiaLa
metodología pondrá en sitio muy especial la disminución de la vulnerabilidad de la
población, tomando en cuenta las zonas de riesgos, suelos degradados o
susceptibles a movimientos del terreno, para lo cual se usa la interpretación
aereocartográfica y documental sobre aspectos temáticos fundamentales,
condiciones pedológicas; considerando criterios topográficos, hidrográficos y
geomorfológicos o geotécnicos del relieve; junto, a la condición cultural
evidenciada en este territorio. Concluyendo en las zonas con mayor posibilidad
para el desarrollo habitacional, aprovechando el potencial urbano de manera
sustentable, sin olvidar el ámbito rural que tambíen conforma áreas importantes
de las parroquias del municipio Campo Elías.
Las siguientes actividades se realizan
bajo criterios, tanto cuantitativos, como cualitativos:
•
Búsqueda y análisis exhaustivo de bibliografía y cartografía
digital, a través de una recopilación de trabajos elaborados sobre la temática
en distintas disciplinas.
•
Utilización de estadísticas demográficas y catastrales para el entendimiento
de la situación preliminar del área.
•
Uso de fuentes secundarias, como artículos revistas o similares,
entre otras.
•
La
información censal correspondiente.
•
Interrelación
y superposición dialéctica de factores o variables.
•
Demarcación
de ABRAE, poligonal urbana según el POU Área Metropolitana Mérida-Ejido- Tabay
(G.O. 5.303 01/01/1999).
•
Aspectos
de la Ordenanza de Zonificación Urbanística del Municipio Campo Elías y su
modificación parcial.
•
Estudios
temáticos realizados por instituciones públicas, pertinentes al caso.
Especialmente INGEOMIN e IMPRADEM.
•
Estudios,
proyectos e inventarios de las empresas estatales de servicios públicos.
(CORPOELEC; Aguas de Mérida, Aguas de Ejido; CANTV).
El producto esperado del proceso
preliminar o etapa 1, se verá reflejado en este componente textual y las
imágenes georreferenciadas sobre los formatos establecidos como Fichas PESUVI
Etapas 1 y 2, según corresponda.
Este proceso metodológico, representa una producción de información que requiere un gran esfuerzo, no solo para su recopilación; sino, para respetar sus etapas, a fin de obtener la información lo más clara y objetiva posible, así que conlleve a resultados más ajustados a la realidad. Por lo tanto, es sano; mantener sus secuencias y abstenerse de formular respuestas anticipadas, aun en contra de la presión que significa el estado actual de las ciudades en general y la problemática de la vivienda.
Fig. 2 Vista de la ciudad de Ejido (tomada de Villamizar, 2011: 22)
UBICACIÓN DEL MUNICIPIO CAMPO ELÍAS Y DE SU CAPITAL, EJIDO. (LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO)
El municipio Campo Elías, está
comprendido entre los 8°20´00”, 8°44´36” latitud norte, y los 71°10´28”,
71°24´20” longitud oeste. A Ejido podemos ubicarlo
con las coordenadas geográficas 08º32′48′′ norte y 71º14′27′′ oeste (Ver Figuras 1, 2 y 3).
·
Localización relativa al
continente.
Durante la elaboración del plan, según
sus etapas, estudiamos el rol del Municipio Campo Elías y de Ejido, respecto al
mundo, en función de la ubicación de Venezuela; consideramos sus relaciones
internacionales históricas, presentes y en prospectiva. “Campo Elías y el
Mundo”. Flujo relacional de elementos presentes en esta dinámica, hacia los
diferentes objetivos planteados en el Plan de la Patria. Oportunidades
productivas, concretadas o posibles, las relaciones de intercambio comercial,
social, los rubros; cómo han sido los desplazamientos, procesos migratorios; y
demás temas relevantes.
La ubicación de Venezuela, entre los meridianos 60° y 73° y entre 1° y 12° de latitud norte, en el extremo norte de América del Sur, es decir, la parte más septentrional en tierra firme de este continente; le hacen un país tropical que ofrece a sus municipios en general una excelente comunicación con el exterior, facilitando diversas modalidades que pueden aplicarse para el intercambio económico y el relacionamiento de los pueblos.
Se presenta, en este portal del
continente, un variado escenario geográfico, paisajístico y cultural, donde el
municipio Campo Elías ofrece una importante participación.
Venezuela, cuenta con varias fachadas,
o frentes, que dan una diversidad de posibilidades en forma directa o indirecta,
hacia y desde un número importante de países hermanos, con los cuales comparte
frontera, y en general, con el mundo. Podemos destacar, por ejemplo, las rutas
más frecuentemente utilizadas para el intercambio comercial; evaluar de alguna
manera el papel que juegan elementos presentes en este ambiente nacional, como
facilitadores de un metabolismo local, es decir, los nodos críticos, las vías,
los complementos, el aporte de insumos tangibles, o no, y otros factores de
naturaleza diversa; igualmente, aquello que dificulta los procesos; para ser
considerados en conjunto y disponer las medidas que dentro de un plan como el
que nos ocupa, puedan preverse, mitigando, impulsando o simplemente señalando.
En el caso de la fachada norte;
Venezuela, facilita a otros países, o complementa su acceso, al área del Caribe;
actuando como ente impulsor y catalizador de la integración suramericana con
esta subregión y la comunidad que en esta área se conforma, especialmente en
cooperación, a través de Petrocaribe y Mercosur. Para sí misma; presenta una
amplia extensión litoral, que la relaciona con ese ambiente marino y las
riquezas naturales que allí se encuentran.
Las fachadas, oeste (Andina) y sur
(Llanero-Amazónica, conocida también como la “Región de los Grandes Afluentes
Fluviales”), están signadas por el vínculo histórico del que formó parte
Venezuela durante la unificación de la llamada Gran Colombia, gran proyecto
bolivariano de emancipación y fuerza. La fachada sur propiamente dicha, está
representada por el Amazonas, en límites con Brasil (salida y entrada al
Mercosur), además de la Orinoquia colombiana, uno de cuyos grandes afluentes
del Orinoco, el río Meta, baña llanuras del Bajo Apure, siendo navegable
durante unos 200 km. y conformando la frontera natural colombo-venezolana en
dirección este, hasta la desembocadura en Puerto Carreño; igualmente, el río
Arauca, que marca límites entre las dos naciones; en su riberas, se encuentra
la ciudad de Arauca, del lado colombiano, y la de El Amparo, del lado
venezolano. La fachada Este (Atlántica) tiene una dificultad, originada en el
despojo territorial de la Guayana Esequiba, del cual fue víctima Venezuela, por
parte del Imperio británico; en continuo, por parte de su ex colonia, ahora
República Cooperativa de Guyana. Sin embargo, en perspectiva representa un
vínculo potencial de integración regional.
Figura 5: Fachadas o Frentes Subcontinentales para Venezuela: Norte (Caribeña), Este (Atlántica), Oeste (Andina) y Sur (Llanero-Amazónica)
Fuente: Elaboración propia sobre mapa del IGSB publicado en INTERNET
· Localización, relativa a la República Bolivariana de Venezuela.
Son motivo de estudio, los roles del Municipio Campo Elías y de Ejido, respecto a Venezuela, por su ubicación en el Estado Mérida. Considerando sus relaciones nacionales históricas, presentes y en prospectiva. “Campo Elías y la República Bolivariana de Venezuela”.
El Municipio Campo Elías, básicamente
complementa las ofertas turísticas, agrícolas y educativas que el Estado Mérida
hace al país; y presenta similares dependencias, que el resto del estado,
respecto a los suministros de mercancías que transitan desde los puertos y
aeropuertos nacionales. Funge un rol importante en la distribución. Representa
un conector con áreas rurales, agrícolas que cuentan además con un importante
potencial turístico.
Fig. 6 Localización Relativa a la República Bolivariana de Venezuela.
Fuente: Elaboración propia sobre mapa del IGSB
publicado en INTERNET
Nótese, entre otras cosas, la proximidad con espacios fronterizos y con la Zona del Sur del Lago de Maracaibo; se aprecia, como el Estado Mérida representa un flanco “protector” del Estado Barinas y ruta hacia el interior del País. Puede recordarse aquí, que la fundación de la Ciudad de Mérida de da en un primer asentamiento en Lagunillas, aprovechando el asentamiento indígena ya existente en torno a la Laguna de Urao, para, luego, continuar Sierra arriba a través del cañón del Chama en su valle central o Cuenca media, hasta llegar a Ejido, donde vuelve a fundar la ciudad de Mérida, la cual vuelve a trasladar al sector de La Punta, establecido ya en la terraza de Mérida. Esto ocurre por la resistencia de los aborígenes a la penetración del cruel conquistador español Juan Rodríguez y sus huestes, por lo que tuvo que hacerla desde Pamplona (en la actual Colombia; antes Cundinamarca), a través de Táchira (actual República Bolivariana de Venezuela; antes, es decir durante la colonia, Capitanía General de Venezuela; y juntas, además del actual Ecuador -antes Departamento de Quito, y tampoco existía Panamá, país formado con la construcción del Canal de Panamá, territorio comprado por EEUU a Colombia para asegurar el dominio sobre el Canal comercial interoceánico-, constituyendo en ese entonces el Virreinato de la Nueva Granada, el cual se llamaría Colombeia, o Gran Colombia, con el triunfo de la lucha por la Independencia, para luego desmembrarse en las actuales ya referidas); al superar la resistencia de los pobladores originarios -para ello, tubo que evadir la aguerrida resistencia de los pueblos caribeños desde el Sur del lago hacia Cundinamarca, para, desde allí, remontar la Cordillera de Mérida, hasta llegar al pie de la Sierra Nevada de Mérida, donde fundó definitivamente la ciudad de Santiago de los Caballeros de Mérida, donde se encontró con una gran aldea, tal como es relatada por el cronista, quien reporta que le pareció "una pequeña París", en virtud de su alta densidad poblacional representada en las chozas que allí encontraron.Más, no así a sus pobladores, quienes, al ver la llegada de los llamados Conquistadores, de quienes ya sabían que venían -no hay que olvidar que, tanto en la Sierra Sur o Nevada, como en la Sierra Norte o de La Culata, hay caminos que permanecen, los cuales eran usados por los indígenas para comunicarse entre sus asentamientos, además de que estos mal llamados "Conquistadores", pues eran invasores violentos que arremetían contra las vidas y propiedades de los aborígenes, tardaron en llegar a la Terraza de Mérida, por lo que los pobladores originales ya tenían conocimiento de su progresivo avance-, optaron por trasladarse más arriba, al Valle del Mucujún, donde siguieron cultivando en la cuenca media y alta de este majestuoso tributario del Chama. Esta cuenca aún sigue siendo fundamentalmente agrícola o de carácter rural, a pesar de su progresivo cambio de uso hacia el residencial, gracias a que fue declarada Área Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), después de las manifestaciones masivas por protestas populares de sus pobladores y merideños en la década de los 80, pidiendo su Reglamentación para proteger las aguas que estaban sufriendo -y aún se sigue produciendo en menos cuantía- el impacto por contaminación hídrica a causa del cambio de uso extensivo al intensivo (ganadería de altura, uso turístico-hotelero, agricultura intensiva y construcción de áreas residenciales de tipo urbanas) y de lugar de pernota urbana, por lo que se le llamaba "Ciudad Dormitorio", una especie de ciudad satélite de Mérida, para el uso residencial de quienes trabajaban en Mérida (profesores de la ULA, por ejemplo) y tenía un alto nivel de ingresos (empresarios, etc.), algunos de los cuales no vivían en Mérida, sino en otras partes del país (Caracas, por ejemplo), pero construyeron residencias vacacionales en dicha cuenca, generando una alta presión sobre el uso del recurso agua.
·
Localización relativa al Estado
Mérida.
Rol del Municipio Campo Elías, en
general y de Ejido en particular, respecto a su situación en el estado Mérida.
“Campo Elías y el estado Mérida”.
Su ubicación corresponde, dentro del
Área Metropolitana que conforma con Mérida y Tabay, a un centro geométrico del
estado. Esta condición, es además, reforzada como potencial de desarrollo, dado
que vías primordiales del estado, concurren junto a otras secundarias, hacia
esta zona, presentando diversas opciones de conectividad.
Fig. 7 Ejes Territoriales del Estado Mérida.
Fuente: Elaboración propia sobre mapa del IGSB publicado en INTERNET
Fig. 8 Localización Relativa al Estado Mérida.
Fuente: Elaboración propia sobre mapa del IGSB publicado en INTERNET
Figura 10: Contexto Hidrográfico
Fuente: Villamizar (2011: 69)
Esa condición de centralidad geométrica, acompañada de la altura –Cuenca media del Chama (1) - a la que se encuentra Ejido (entre 1.000 y 1.500 msnm aprox.), que genera la interacción de diversos pisos climáticos; conforma con otros parámetros, una compleja función de transiciones, que abarca temas ambientales, desarrollo, y movilidad; importantes para Ejido, el municipio Campo Elías y el estado Mérida. (Véase Tabla 1).
DEFINICIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO.
“El territorio es un espacio terrestre delimitado mediante algún atributo específico: político, administrativo, económico, productivo, técnico, hidrográfico etc. Y por lo tanto constituye esencialmente un sistema de referencia para la proyectación ambiental.” Marcelo Gaviño. (Léase por extensión; ordenamiento, planeamiento urbano, planes especiales y demás elementos afines de planificación).
Fig. 9 Hipsometría del Municipio campo Elías
Fuente: Villamizar (2011: 74)
Figura 10: Contexto Hidrográfico
Fuente: Villamizar (2011: 69)
El municipio Campo Elías se encuentra contenido entre dos serranías cuasi paralelas de la Cordillera Andina, la Sierra Nevada o Sur, y la Sierra Norte o de La Culata; es atravesado transversalmente por el río Chama. Con ello se generan dos sectores del municipio; uno que se halla del lado de la margen derecha del Chama y otro en forma análoga respecto a la margen izquierda. Estas situaciones, junto con el relieve cordillerano, van conformando una variedad de pisos climáticos comprendidos aproximadamente, entre los 500 y los 3.500 msnm. Ejido, ciudad capital del municipio, se encuentra a 1.100 msnm, hacia la margen derecha del río Chama; sobre la terraza del valle intramontano, o mejor dicho, para este tramo, abanico aluvional formado por este río, el Albarregas, el Montalbán, y La Portuguesa; prácticamente confinada entre estos dos últimos cuerpos de agua mencionados.
Fig. 11: Ejido, entre la Sierra Nevada –al fondo- y la Sierra de La Culata.
Los ríos Montalbán y Albarregas,
confluyen al Chama por su margen derecho, produciendo un abanico aluvional de
importantes proporciones y condiciones, especialmente por corresponderse estas
confluencias en un área relativamente próxima, produciendo una zona de concentración
de afluentes; área que se utilizó para construir un importante urbanismo (Urb.
Don Luís).
Puede definirse a Ejido, como una
ciudad entrerriana, delimitada entre varios cauces y asentada sobre los
depósitos, que diversos ríos y quebradas han producido en su compleja relación
con el imponente relieve de la Cordillera Andina merideña, las sierras Nevada y
La Culata; la geoforma resultante de estas elevaciones, sus drenajes, y los
materiales que la constituyen.
Las más importantes avenidas de Ejido;
conforman en principio, ejes longitudinales orientados en forma similar al eje
de desarrollo del Área metropolitana de Mérida y en el mismo sentido en que
escurren las aguas del río Chama; tales sendas, vendrían a representar los
decumanus propios de la urbanística aplicada según las Leyes de Indias; sus
calles, ejes transversales respecto a las avenidas; representarían los cardos
de la misma normativa colonial. Sin embargo, la trama resultante, en este caso;
no es tan ortogonal, ni tan rectilínea como fue la costumbre, pues se adaptó en
cierta medida a las pendientes del terreno y seguramente a viejos caminos,
previos al trazado urbano; quizás, en atención a la presencia de casas de
hacienda o la configuración de estas.
El municipio Campo Elías contiene siete
parroquias (ver Figura 12), de las cuales, cuatro presentan características
principalmente rurales, mientras las otras tres son fundamentalmente urbanas,
aun cuando estas también poseen amplios espacios rurales, ricos en paisajes,
biodiversidad y cultura.
La ciudad de Ejido está constituida por los sectores urbanos de las parroquias Ignacio Fernández Peña, Matriz y Montalbán. Las parroquias rurales, o también foráneas, del municipio Campo Elías, denominadas de esta manera por su relación espacial con Ejido; tales son, Acequias, Jají, San José y La Mesa.
Fig. 12: Parroquias y
Centros Poblados del Municipio Campo Elías
Fuente: Villamizar (2011: 50)
En su etapa preliminar, nuestra área
de estudio comprende las zonas delimitadas por la poligonal urbana del POU para
el Área Metropolitana de Mérida-Ejido-Tabay; a la que se le añaden los espacios
entre esta y las Abraes contempladas en el mismo plan y aquellas que
manifiesten posibilidades de desarrollo urbano, libres de restricciones
importantes, especialmente aquellas con incipientes procesos de crecimiento
para Ejido hacia el municipio Sucre del estado Mérida. (Ver ficha
correspondiente).
La siguiente tabla (véase Tabla Nº2),
resume la conformación parroquial del municipio Campo Elías, señalando sus núcleos
poblados y comunidades más reconocidas.
Tabla Nº 2
En consideración a las directrices
expuestas para los distintos PESUVI, se enfocará el presente estudio sobre las
tres últimas parroquias identificadas en la anterior tabulación; las de
carácter urbano, pero, sin perder de vista los componentes rurales de estas, o
de las foráneas.
Ejido cuenta con tres plazas de
indiscutible valor histórico; cada una acompañada por importantes
edificaciones. Conformando el núcleo pluricéntrico sobre el que se fue
organizando la ciudad.
CRECIMIENTO
DE LA CIUDAD DE EJIDO.
Partiendo
de la repartición de terrenos ejidos –de allí su toponimia–, se inicia un
proceso fundacional que toma la construcción de una modesta iglesia con techos
de paja como hecho simbólico, para, culminar treinta años después, el 14 de
Julio de 1650, la fundación de Ejido por el capitán Buenaventura de Bustos
Baquero.
El crecimiento de Ejido, fue
inicialmente un proceso lento de transformación de una serie de haciendas, en
centro de concentración; principalmente residencial y del comercio de víveres,
con pequeños caseríos y aldeas vecinas. Desde su centro histórico se expandió
linealmente utilizando como ejes, las actuales avenidas Fernández Peña y
Bolívar; vías que fueron por mucho tiempo, importante comunicación de la
capital del estado Mérida con las principales poblaciones del eje del Mocotíes,
la zona Sur del Lago y las poblaciones, más allá, de entidades del estado, la
región, y el país; tales avenidas, representaron así la continuidad de la
carretera Panamericana atravesando Ejido.
En la transformación espacial de
Ejido, podemos identificar, primero, un proceso de densificación ocurrido a lo
largo de estas avenidas ya mencionadas, y en la trama entre ellas.
Paulatinamente, la desaparición de haciendas de caña; la construcción de
viviendas a lo largo de vías secundarias, especialmente aquellas que comunican
a Ejido con la carretera Panamericana; cuya continuidad es la actual Avenida
Los Próceres de la ciudad de Mérida.
El ensanche del área urbanizada, sobre la dinámica distributiva centro periferia,
se apoya con fuerza en las construcciones de la avenida Andrés Bello y
de la carretera Rafael Caldera, esta última, denominada Avenida Centenario en
su paso por el área urbana; juntas impulsan de manera importante, al
crecimiento espacial de Ejido, aumentando el atractivo de esta ciudad como lugar
de residencia, o área dormitorio; especialmente para quienes realicen
actividades económicas y educativas en la ciudad de Mérida. El Estado y el
sector privado, promueven para ese entonces varios desarrollos urbanísticos,
que posicionan a la ciudad de Ejido, en cooperación con el éxodo campesino del
municipio; en una de las ciudades con los mayores índices de crecimiento
poblacional del estado Mérida, colocando en severas dificultades sus servicios
públicos, especialmente agua potable y recolección de desechos sólidos.
Ante hechos
de este tipo, un gran número de intelectuales o especialistas; urbanistas,
arquitectos, geógrafos, economistas, sociólogos e historiadores; intentan
explicarlos, como una condición sine qua
non e inalterable, de la evolución territorial venezolana, justificando de
esta manera un territorio subequipado que actúa como un imán y unas áreas poco
pobladas que tampoco alcanzarán un equipamiento satisfactorio; en ocasiones,
solo esgrimiendo el conocimiento normativo y reglamentario de modelos
hegemónicos, exógenos, aunque útiles; pero, evadiendo el compromiso,
especialmente el planteado por el plan nacional, endógeno, y exigido por la
necesaria sustentabilidad del buen vivir.
El
crecimiento de las ciudades es un fenómeno que se acelera continuamente,
conduciendo a la formación de ciudades “extendidas”, en contraposición a las
ciudades “compactas”. Para Carlos Amaya, especialista en la fenomenología
geográfica urbana, este hecho ha provocado el agotamiento de la capacidad de
soporte de las ciudades y la ocupación de tierras no aptas para la
urbanización, agotando incluso el suelo, bien como plataforma compleja del
desarrollo, o simplemente como recurso. En este sentido, y a los fines de
caracterizar áreas con vocación para desarrollos urbanísticos, propone que se
debe enfocar este tema desde una perspectiva de evaluación de variables físiconaturales,
las cuales juegan un papel determinante para la localización de áreas aptas
para el desarrollo urbano, usando sistemas de información geográfica. A esta
recomendación, debe agregarse un enfoque holístico, sistémico, integrador y
revolucionario.
El lento y
armonioso proceso de crecimiento, con una imagen identificable y coherente
dentro de la unidad, se ve destruido por el acelerado proceso constructivo de
vialidad e infraestructura, impuesto para permitir un flujo de trabajadores
entre ciudades y desde el medio rural hacia los centros de trabajo,
produciendo, no solo este desarraigo, también, entre otras disfunciones
sociales, un efecto de plusvalía y especulación en los terrenos urbanizables.
Esta pérdida
de unidad, segregación o fragmentación de la ciudad, debe generar respuestas
más allá de la simple aplicación de índices de equipamiento, requiere
trascender el intento por evitar, mediante la acumulación de infraestructura,
el conflicto entre centro y periferia; se hace necesario generar un modelo
orgánico de convivencia, territorios de Paz y productividad, garantes entre
otras cosas, de seguridad alimentaria.
El crecimiento de las ciudades es
considerado, entonces, como uno de los aspectos más importantes en la
organización del espacio. Ello implica la necesidad de regular su crecimiento y
organización funcional. A pesar de los instrumentos jurídicos existentes para
regular la ocupación de los suelos urbanos, espacios protegidos y áreas verdes,
se evidencia la anarquía en el crecimiento físico de la mayoría de nuestras
ciudades, el deterioro progresivo de los ecosistemas naturales, el crecimiento
de la marginalidad urbana, consecuencia de las brechas sociales, y la pérdida
de lo tradicional.
Esta situación, generada de un proceso
de transformación urbana, que incide notablemente en la sustitución de usos, el
agotamiento de la capacidad de soporte de las ciudades y la ampliación de la
frontera urbana hacia tierras poco aptas para la urbanización, sin ninguna
planificación o control urbanístico, obedece, como se ha visto, al desarrollo
histórico del sistema de asentamientos de Venezuela.
En Venezuela, la expansión y el crecimiento de las ciudades han tomado un aceleramiento, conduciendo a la formación de ciudades extendidas. Se produce en muchas ocasiones un desarrollo urbano desarticulado, generando colapsos en su estructura funcional como el de la congestión del tráfico automotor y la producción de grandes cantidades de desechos sólidos que provoca, la mayoría de las veces, problemas ambientales que afectan la calidad de vida de los habitantes. Tal es el caso de Ejido. (Véase Figura 13 y 14).
Figura 13: La tragedia por la inundación del Río
Montalbán, 27/10/1947
Fuente: Villamizar (2011: 88-89)
Actualmente, podemos observar como
existen varios ejes de crecimiento residencial hacia los sectores de la
Panamericana; una especie de reptación ascendente por los empinados terrenos
entre drenajes naturales, terrazas, y parte aguas del paisaje montañoso que
sirve de contexto a Ejido.
La geografía cultural, que tuvo sus
huellas en Ratzel y en Vidal de la Blache, impulsada por Carl Sauer en los años
´20 (del siglo XX) quien colocó en el escenario geográfico la llamada
“morfología del paisaje” en la escuela de Berkeley (California), cuya
perspectiva fue dimensionándose en las décadas siguientes, postulaba, desde una
concepción opuesta al determinismo y al positivismo, que los paisajes culturales
son creados a partir de formas superpuestas al paisaje natural y, por tanto,
debían estudiarse a través de caminos inductivos y de análisis de las
particularidades cimentadas en el trabajo de campo. Ello significaba entender
la intervención humana en el medio, la construcción de los paisajes culturales
y la influencia que ellos tienen en las formas de vida y en las organizaciones
humanas, considerando su historicidad. Esta modalidad de estudios geográficos siguió
teniendo cierta relevancia en Estados Unidos hasta los años ´50 y ´60, cuando
fue eclipsada por los nuevos enfoques cuantitativos. Entre los años ´70 y los
´90 tomó la posta Paul Claval en Francia, resignificándola y admitiendo la
existencia de componentes no solamente materiales, sino simbólicos en el
espacio geográfico. Desde los años ´80 en adelante, sobre todo en Reino Unido y
EEUU se ha desarrollado un matiz diferente de la geografía cultural desde una
perspectiva neomarxista apoyada en el materialismo histórico (dialéctica),
enriquecida con los aportes de pensadores posmodernos como Derrida, Foucault y
Lyotard, entre otros. En esta perspectiva cultural posmoderna cobran interés
los aspectos simbólicos, discursivos e identitarios del espacio, el lugar como
ámbito de poder (territorialidad) y donde se gestan los significados
culturales. Desde la geografía han abonado a esta nueva versión de la geografía
cultural autores como Harvey, Massey, Soja, Cosgrove y Haesbaert. En los
últimos años este enfoque renovado, a veces fusionado o confundido con las
tendencias críticas humanista y radical, ha alcanzado un rol protagónico en
congresos y publicaciones. (Cuadra, 2014).
Por lo tanto, en el punto siguiente
desarrollaremos la vinculación de la ciudad de Ejido con el sistema de ciudades
desde la perspectiva d ela geografía cultural, por tratarse de un enfoque más apropiado
a la realidad histórica, sobre todo a nuestra idiosincrasia cultural, es decir,
algo proveniente del lugar en el cual se desarrolla nuestra identidad como pueblo.
VINCULACIÓN
CON EL SISTEMA DE CIUDADES AL QUE PERTENECE EJIDO.
Ejido es la capital del Municipio
Campo Elías, el cual comprende una extensión cercana a los 600 Km²,
distribuidos entre siete parroquias; aproximadamente 5% del territorio estadal.
La distancia entre Ejido y Mérida, capital del Estado, es menor a 15 Km; de los
cuales la casi totalidad ya han pasado a formar parte del proceso de
conurbación que unió a La Parroquia (La Punta) con Mérida, y que está próximo a
concretar espacialmente la inclusión de Ejido en la llamada Área Metropolitana
de Mérida, que abarca también a Tabay, capital del municipio Capitán Santos
Marquina.
Ejido cumple varias funciones
subordinadas a la ciudad de Mérida, principalmente sirve de ciudad dormitorio,
aportando la labor de una cantidad importante de trabajadores y el esfuerzo de
estudiantes que deben desplazarse entre estas ciudades; según los horarios
laborales y de clase, colapsando en esos momentos, las rutas y servicios de
transporte; incluyendo el nuevo sistema de transporte masivo, Trolebús.
Figura 14: Susceptibilidad ante los Movimientos de Masa y Vulnerabilidad ante Tipos de Amenazas Naturales o Inducidas
Otras de las funciones que cumple,
tanto para Mérida y para poblaciones del mismo municipio, incluso de otros
municipios cercanos, como los que contienen a los pueblos del Sur; es la de
abasto y suministro de materiales de construcción, ferretería y víveres en
general; centro de comercio, y pequeña industria. Las áreas rurales del
Municipio Campo Elías, aportan en una pequeña escala, su producción agrícola,
artesanal; las parroquias urbanas se suman a complementar esos campos en baja
proporción y añadiendo elementos de pequeñas industrias. El municipio posee un
alto valor turístico y artístico, que se materializa por su gran patrimonio de
monumentos naturales y construidos, expresiones y valores artísticos y
culturales en general.
Parafraseando al arquitecto Rubén
Pesci, al describir el caso de Mar Chiquita; podemos decir que, Ejido, forma un
corredor muy dinámico con Mérida; no se produce realmente un vaciamiento del
espacio entre estos dos polos (Mérida y Ejido), como le correspondería por
ejemplo, a La Parroquia; sin embargo, si ocurre respecto a ciertos ámbitos de
la región, específicamente, áreas rurales deprimidas, de sus mismas parroquias
urbanas, y foráneas del municipio Campo Elías. Los habitantes de estos pueblos
intermedios, se han ido acercando en identidad y actividad, a los polos
succionadores de los extremos (para el caso, Ejido y Mérida).
El Área Metropolitana Mérida-Ejido-Tabay,
es una conurbación, de ciertas discontinuidades y cuyo corazón es la ciudad de
Mérida, configurando un alargado territorio con un entramado urbano que ha
venido conformándose según el trazado de la antigua vía Troncal 7 “Carretera
Trasandina”, generalmente congestionada. Hoy, Ejido representa, uno de los
polos habitacionales y de localización de actividades complementarias más
importantes de dicha coalescencia urbana, entre otras razones, por la expansión
de Mérida como ciudad de educación superior, de investigación científica y
tecnológica, de desarrollo cultural y de atracción del turismo nacional e
internacional.
La capacidad crítica, aburguesada,
dominante, ilustrada y pragmática; estaba y sigue estando obnubilada ante los
fracasos; porque durante los 520 años que ha permanecido su estructura funcional
hegemónica o sistema urbano regional, ha sido, fue y sigue siendo incapaz de
construir para las venezolanas y venezolanos una vida social digna;
comprobable, mediante múltiples indicadores del deterioro de nuestras ciudades,
tales como el hacinamiento, contaminación y desorganización de su poblamiento
urbano; entre otros problemas derivados de los procesos y patrones espaciales hegemónicos,
foráneos, impuestos y reñidos con el territorio y las mayorías que lo ocupan;
manifestándose fuertemente en la baja calidad y desarticulación territorial y
funcional de los procesos de conurbación.
El funcionamiento
y organización del espacio nacional y regional y, por ende, en el sistema
urbano, no es otro que el cambio de rasgos en la distribución geográfica de las
actividades económicas y del asentamiento poblacional. Si bien se formó un
estrato de ciudades intermedias, en términos nacionales para la época,
constituido principalmente por las capitales de estado y algunos centros
petroleros, donde, Caracas, alcanzó un tamaño relativamente grande, convirtiéndose
esta ciudad a su vez, en el motor del sistema urbano, pues, concentró además de
población, gran parte del desarrollo económico del país, e irradió su función
desde el centro. Así nos lo deja ver Amaya (1999):
En efecto, las actividades ligadas a la extracción del petróleo hicieron posible que esta función fuese dominante (…); el aumento de la burocracia estatal convirtió a las capitales de estado en ciudades especializadas en administración; y la construcción de carreteras convirtió a muchas ciudades en verdaderos nodos de transporte, en varias partes del país. El auge de las importaciones, por su parte, contribuyó a que muchas ciudades, (…) desarrollasen muy fuertemente funciones comerciales. (p. 184).
El auge de la
dinámica exportadora importadora, hizo posible, a su vez, que en aquellas áreas
donde se desarrolló una agricultura y ganadería (Los Andes, piedemontes y en
los Llanos altos centrales), se ampliase el sector terciario y se formasen
enjambres de lugares centrales.
El modelo de
desarrollo no permitió, sin embargo, el surgimiento de ciudades industriales ni
la diversificación funcional. Esto dio paso a que, a partir de la década de los
años cincuenta, se definiera un nuevo modelo de desarrollo sobre la base de
cuatro pilares fundamentales (Amaya, 1999: 185): 1. El valor retornado de las
exportaciones petroleras; 2. El gasto público; 3. La construcción pública y
privada; y, 4. La sustitución de importaciones.
Conformar un nuevo
sistema distinto al modelo petrolero ya que las fuentes de creación de riqueza,
la generación de empleo y toda la dinámica social adquieren un nuevo
condicionamiento interno (Travieso, citado en Chávez, 1976: 344), bajo el rol
decisivo del Estado, es el norte de la nueva política. No obstante, si
consideramos el rol del sistema capitalista, en el cual el centro, es decir,
donde se localizan las economías centrales o desarrolladas, el capital surge
endógenamente, a consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas;
mientras que, en la periferia, donde se localizan los países subdesarrollados o
en vías de desarrollo (como gustan llamarlos ahora), dicho modo de producción
es implantado desde afuera, a través de la inversión extranjera: hay una
dependencia económica y una dependencia tecnológica.
Por lo tanto, en esta
etapa, el espacio venezolano se organiza en tres dimensiones principales: 1) En
base a la relación urbanización-industrialización-consumo-modernización
(en ciudades de concentración de los mercados: Caracas, Maracay y Valencia), 2)
Expresa la relación metropolización Vs marginalidad, y 3) La relación
subespacios de implantación antigua vs subespacios en proceso de colonización
(Ciudad Guayana, por ejemplo).
Como conclusión,
podemos referir que el proceso de sustitución de importaciones, o la
industrialización sustitutiva asociado a políticas del Estado y de organismos
internacionales como la CEPAL, jugó un papel importante en el desenvolvimiento
del sistema urbano nacional. El propósito fue utilizar los recursos existentes
en el país, expandir el mercado interno e integrar las economías regionales.
(Amaya, 1999: 186). Para Chávez, (1976: 353-354), el sistema en su conjunto
(organizado por subsistemas: moderno, centralizado e industrializado por un
proceso de sustitución de importaciones y de industrialización básica, éste
ultimo desarrollado, en buena parte, gracias a las inversiones del Estado) se
mueve en función de los objetivos de los tres (3) grandes grupos de decisión de
la formación económica-social; el Estado, los grandes grupos económicos
nacionales y las compañías transnacionales, objetivos entre los cuales destaca
uno como principal: la maximización de la ganancia.
La globalización
como fenómeno histórico-diacrónico surge en los años noventa, pero su eclosión
venía siendo gestada desde los años setenta –cuando el mundo capitalista vive
profundas crisis-- y ochenta, como un proceso de transformaciones y ajustes
económicos estructurales, impulsado por las sociedades avanzadas, que llevan, a
los países desarrollados, nada menos que a una nueva revolución industrial y
tecnológica (con el desarrollo de la informática, la ingeniería genética y
aeroespacial, aunque es en el sector de las finanzas y las comunicaciones donde
la globalización se ha hecho sentir más fuertemente). Mientras que, en los
países en desarrollo, se aplica una política de ajustes macroeconómicos, basada
en la puesta en práctica de reformas neoliberales guiadas por organismos
internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial
(BM) y el banco Interamericano de desarrollo (BID). (Zambrano, 2004).
El modelo de
desarrollo basado en la renta petrolera y la sustitución de importaciones entra
en crisis a partir de 1983 con la caída de los precios y la producción
petrolera y con la devaluación de la moneda, que durante más de veinte años se
mantuvo estable; además; por el extraordinario peso de la deuda externa. Esta
situación favoreció la adopción de un nuevo modelo de desarrollo y la necesidad
de introducir cambios estructurales en la economía y el funcionamiento del
Estado, en el marco de un programa de ajuste macroeconómico concertado con el FMI.
El cambio
estructural pudiera sintetizarse en un proceso de reformas económicas y
reformas del Estado. Las reformas económicas giran en torno a una
estabilización monetaria, fiscal y cambiaria, una liberalización interna en términos
de eliminación de restricciones a la oferta y la demanda de bienes y servicios,
y una apertura externa orientada a la reducción de obstáculos al comercio
exterior y a la competitividad. Las reformas del Estado por su parte, se
orientan a achicar el Estado y a aumentar las eficiencias del mismo a través del
traslado de empresas y funciones del sector público al sector privado y a la
eliminación de monopolios estatales. Igualmente a la desburocratización a
través de una movilidad laboral y una descentralización administrativa.
En cierto modo, el
concepto de competitividad está asociado al desarrollo endógeno, el cual pone
de relevancia los procesos espaciales auto-organizados, y constituyen la
propuesta en boga para atender el despliegue de las potencialidades de una
sociedad frente al discurso del desarrollo anclado en la globalización y su
pretendida homogeneización del conocimiento y la tecnología. Pero, en verdad,
se trata de fortalecer las competencias de las localidades no para insertarlas
en los procesos del mercado global, sino para generar y escalar las dinámicas
de intercambio a niveles que sean manejables. (Zambrano, 2015).
Dado que el nuevo
modelo de desarrollo de Venezuela depende fuertemente del sector externo, y que
en el nuevo orden internacional es necesario la inclusión en un bloque o mercado
económico, de acuerdo con la regionalización económica del mundo, las
estrategias políticas de integración regional o hemisféricas han contribuido a
la formación del nuevo espacio exterior venezolano. En el caso de Venezuela, su
exclusión de los grandes bloques regionales al nivel mundial, ha hecho posible
una mayor integración con los países de América Latina.
Finalmente, el
desarrollo de un modelo económico sustentado externamente en la promoción de
exportaciones no tradicionales, e internamente en un mayor desarrollo de
fuerzas productivas endógenas y en una propuesta de nuevos ejes de desarrollo
(véase Figura 15).,
se abre paso como alternativa al desarrollo desequilibrado capitalista, gracias
a la acción del Gobierno Bolivariano.
Además, porque
este modelo económico se desenvuelve en el marco de una crisis generalizada de
la sociedad venezolana, cuyo fin es superar el modelo dominante sobre la base
de la socialización, y porque la población venezolana vive casi exclusivamente
en ciudades, se hace necesario el desarrollo de los proyectos como el eje de
navegación fluvial Orinoco-Apure, y la propuesta de un nuevo plan ferroviario,
que tiene precisamente, el propósito de integrar esta zona intermedia con los
intercambios hemisféricos, especialmente con los países localizados al sur de
Venezuela (Unasur y el Mercosur).
La estrategia de descentralización desconcentrada territorial propuesta
(véase Figura 15: Ejes de Desarrollo Propuestos) presenta, algunas
coincidencias con las experiencias en otras geografías nacionales, como es la
respuesta de rescatar las áreas periféricas deprimidas y la necesidad de contar
con una política integral regional. Asimismo, coincide en utilizar los ejes de
desarrollo (norte-Costero, Intramontano, Norte-Llanero y Sur-Amazónico) como
instrumentos de integración territorial y como espacios promotores del
desarrollo. Además, en Venezuela este instrumento se basa en el manejo de las
potencialidades endógenas y se fundamenta en una red de centros urbanos
intermedios con una débil integración, pero con una potencialidad regional
geohistórica de información y conocimiento, base para la consolidación de estos
espacios.
En este sentido, un tipo
particular de ciudades ha insurgido: las ciudades medias (entre 100.000 y 1 millón
de habitantes), generalmente capitales regionales, sedes de los gobiernos de
los estados federales (Pulido, 2004):
Ellas
han sido el objeto principal de grandes inversiones públicas, las que junto con
los efectos multiplicadores que las mismas han generado, las han convertido en
los principales centros económicos del país. El dinamismo particular de esos
centros medios, permitió, bajo un proceso de subordinación intenso, la
formación de unidades urbanas de mayores dimensiones debido a la unión de sus núcleos
centrales con los conglomerados vecinos, con los que unas muy estrechas
relaciones económicas, sociales y culturales se mantienen. De allí que la
mayoría de esos centros medios se encuentran conformando áreas metropolitanas
(p.107).
Como caso de interés, Ejido y su área
de influencia, presentan y se debe señalar con firmeza; el potencial de
desarrollo que implica su interacción con lo que pudiera llamarse Circuito de
los Pueblos del Sur; el cual se manifiesta como un intento de subregión
tímidamente articulado, a la espera de políticas sustentables para este
desarrollo.
POBLACIÓN.
Venezuela, presentó un alto
crecimiento poblacional en las ciudades pequeñas localizadas entre las
aglomeraciones urbanas, tasas más altas que el de las áreas metropolitanas.
Para el estado Mérida, Camargo (1999: 78) nos presenta el ejemplo,
precisamente, de la ciudad de Ejido, la cual crece fuertemente a una tasa de
crecimiento que, una vez impulsada al ritmo de la Venezuela petrolera de la
segunda mitad del siglo XX[2],
se mantiene alta y ascendente, de 4,85% en 1950-1961 pasa a 7,62% en 1981-1990,
mientras que la ciudad de Mérida entra en un “estancamiento”, al caer su tasa
para los mismos periodos, de 6,38% a 1,91%. Ya en
2011, el censo arroja para la ciudad capital (Ejido), una población de 99.837
habitantes, mientras que la del municipio se eleva a más de 100 mil habitantes
(ver Tabla Nº 3).
Tabla Nº 3: Población
del Municipio Campo Elías y sus Parroquias.
(1) Si bien no existe un método universal para dividir una cuenca en alta, media y baja, si existen características como la hipsometría y el perfil longitudinal del cauce principal que son útiles para plantear una división satisfactoria de una cuenca desde un punto de vista hidrográfico. (Silva, 1999:11).
(1) Si bien no existe un método universal para dividir una cuenca en alta, media y baja, si existen características como la hipsometría y el perfil longitudinal del cauce principal que son útiles para plantear una división satisfactoria de una cuenca desde un punto de vista hidrográfico. (Silva, 1999:11).
[2] Vila
(1971; citado en Amaya, 2006: 283) resalta el hecho de que la población
venezolana localizada en el Ramal Andino, específicamente en los valles de la
Cordillera de Mérida (analizada por área fisiográfica y tipo de paisaje), tenía
un porcentaje a nivel urbano, del orden de 34,2%; mientras que el de la
población rural es de 65,8%, lo cual, para la fecha, era todavía bastante
significativo, pues en el transcurso de este último tercio del siglo pasado,
Venezuela pasó a una tendencia de asentamiento poblacional predominantemente
urbana. Para el año 2001, la población urbana del estado Mérida, por ejemplo,
se corresponde con el 82,5%, habiendo sido la misma para 1990 del 73,4% de la
población total estadal (Rangel, 2006: 65).
Bibliografía.
AMAYA, C.
(1999). Desarrollo histórico del Sistema
Urbano Venezolano: modelos de organización. Revista Geográfica Venezolana [Revista en
línea], 40(2). Consultada
24/10/2015. Disponible en: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/24566/2/articulo40-2-1.pdf
_________.
(2001). Etapas de crecimiento de
Mérida-Venezuela: de la ciudad compacta a la urbe extendida. Revista Geográfica Venezolana
[Revista en línea], 42(1). Consultada 22/10/2015. Disponible en: http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/24526/articulo42-1-1.pdf;jsessionid=4D39660F2661F7A2D11696C0A1E12BAA?sequence=1
_________.
(2006). Aportes de Marco Aurelio Vila a
los estudios urbanos en la geografía venezolana. Revista Geográfica Venezolana [Revista en
línea], 47(2). Consultada 24/19/2015. Disponible en: http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/24684/articulo6.pdf?sequence=2
CAMARGO, M. (1999).
Análisis de la faja de centros urbanos en
la zona intermedia del espacio venezolano. Revista Geográfica Venezolana, 40(1). Mérida: ULA. p. 65-90.
CHÁVEZ, L.
(1976). Sistema espacial y sistema
nacional de asentamiento en los países capitalistas periféricos: El caso de
Venezuela. En: pensamiento Geográfico de
un Maestro. (Comp. María T. Delgado de Bravo). ULA, Ediciones del
Rectorado. Mérida: Talleres gráficos de la ULA. 1998. 514 pp.
CUADRA, D.
(2014). Los Enfoques de la Geografía en
su Evolución como Ciencia. Revista Geográfica Digital. IGUNNE. [Revista en línea], Año 11(21). Consultada
24/19/2015. Disponible en: https://hum.unne.edu.ar/revistas/geoweb/Geo21/archivos/cuadra14.pdf
DELGADILLO,
A., FERRER, C. y DUGARTE, M. (2009). Aspectos hidrogeomorfológicos de un sector de
los Andes merideños (Venezuela): Un intento de zonificación por crecidas y
flujos de detritos. Revista Geográfica Venezolana
[Revista en línea], 50(1). Consultada 24/10/2015. Disponible en: http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-16172009000100004&lng=es&nrm=i
DÍAZ, A.
(2015). Desarrollo local en Venezuela.
[Página web]. Consultada el 24/10/2015. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos104/desarrollo-local-venezuela/desarrollo-local-venezuela.shtml
GISEP-FADAULA
(2012). Bases para la Realización del Plan
Local de Desarrollo Urbano. [Documento en línea]. Consultado
22/10/2015. Disponible en: http://www2.ula.ve/cdcht/dmdocuments/todo_bases.pdf
HERNÁNDEZ, R.,
Y SANTOS, M. (2004). La antigua vialidad
Andina venezolana y la progresiva penetración española (Siglo XVI). Primeras
exploraciones a la Cuenca alta del Río Chama. Presente y Pasado
[Revista en línea], 9(18). Consultada 22/10/2015 en: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/22956/1/articulo2.pdf
INE. (2011). CENSO 2011. Resultados Básicos. Estado
Mérida. [Documento en línea]. Consultado 24/102015]. Disponible en: http://www.ine.gob.ve/documentos/Demografia/CensodePoblacionyVivienda/pdf/presentacion_merida.pdf
MARTÍNEZ, G. y
PEREIRA, Y. (2010). Importancia del
estudio del suelo para la determinación de fundaciones en obras civiles.
[Tesis en línea]. Consultada: 25/10/2015. Disponible en: http://ri.bib.udo.edu.ve/bitstream/123456789/2593/1/34-TESISIC010M51.pdf
PÉREZ, S. (2011).
El desarrollo sostenible en la
planificación de ciudades de montaña. Revista
Geográfica Venezolana [Revista en línea], 52(1). Consultada el 22 de
octubre de 2015 en: En: http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/33950/notas_docum1.pdf;jsessionid=00B4ACA0D013C6C784B8CE16C946C5F6?sequence=1
PESCI, R. y FOLCH,
R. (1999). La Ciudad de la Urbanidad. Texas: Fundación CEPA. pp. 139
PESCI, R. et al.
(2007). Proyectar la sustentabilidad. [Documento en línea consultado
22/102015]. Disponible en: http://jennymancera.wikispaces.com/file/view/1.%20Proyectar%20la%20sustentabilidad.pdf/407092710/1.%20Proyectar%20la%20sustentabilidad.pdf
PLAN
DE LA PATRIA. (2013). Segundo
Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación, 2013-2019.
[Documento en línea]. Consultado: 22/102015. Disponible en: http://www.asambleanacional.gob.ve/uploads/botones/bot_90998c61a54764da3be94c3715079a7e74416eba.pdf
PRIMER PLAN
SOCIALISTA (PPS) (2007-2013), Proyecto
Nacional Simón Bolívar de Desarrollo Económico y Social de la Nación.
Caracas: Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela..
PULIDO, N.
(2011). El crecimiento urbano en las
cuencas de la región Andes de Venezuela y su articulación con el recurso agua.
Revista Geográfica Venezolana
[Revista en línea], 52(2). Consultada 22/102015. Disponible en: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/34425/1/articulo6.pdf
RANGEL, M.
(2006). Ciudad y estructura espacial.
Evolución morfológica de las ciudades del estado Mérida-Venezuela. Revista Geográfica Venezolana, 47(1). Mérida: ULA. p. 57-84.
RODRÍGUEZ C.,
L. (2012). La toponimia en Venezuela: una
forma de encuentro pluricultural. Consciencia y Diálogo [Revista
en línea], (3). Consultada 22/102015. Disponible en: http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/conscienciaydialogo/article/view/4297/4080
Comentarios
Publicar un comentario