Geógrafos importantes de la Historia contemporánea
Geógrafos importantes de la Historia contemporánea
- Fuente: https://bitacoraanarquista.files.wordpress.com/2013/10/geoetanarchie.gif
Geógrafos
importantes como Eliseo Reclus y Kropotkine, entre otros no menos importantes,
como sería Paul Claval, George Pierre, Yves Lacoste, hicieron contribuciones a
la geografía anarquista, a la geografía radical o marxista, y demás planteamientos
de la geografía política contemporánea. En efecto, geógrafos como Paul
Claval, con su obra Espacio y
poder (1982), y demás escuelas donde se formaron los más importantes geógrafos franceses
de la época.
Especial mención merece Pierre George, quien, desde la década de 1950, desarrolló importantes ideas geográficas basándose en la tradición francesa aunque criticando algunos conceptos vidalianos porque los consideraba obsoletos. George sostenía que una ruptura epistemológica o una revolución científica radical para renovar la geografía no eran necesarias, sino que bastaba con sustituir los estudios descriptivos y naturalistas por ideas críticas provenientes del marxismo —por ejemplo, el concepto de “genres de vie” fue desplazado por el de "modos de producción". Otra de las principales aportaciones de Pierre George, y que compartió con numerosos discípulos e intelectuales, fue el pensar en la geografía como un medio para explicar problemas reales. Esta idea ha contribuido a definir la postura de la geopolítica crítica francófona en sus aspectos teóricos.
En este sentido, George Pierre (citado en Preciado Coronado, del Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, 2011) sostenía que cada caso debía ser estudiado desde diferentes perspectivas y escalas, examinando los conjuntos de entornos e identificando las relaciones y restricciones ecológicas. Ello contribuyó a destacar la importancia de los flujos y el dinamismo de ciertos fenómenos geográfico-humanos. Esto, es resaltado en la concepción actual, donde en el análisis de la realidad, que cambia y se transforma, lo complejo, holístico y epistémico es lo trascendental.
Además, las teorías de Ritter (citado en Wikipedia, 2016) han tenido asimismo implicancias en la geografía política. Su concepción de un modelo orgánico del Estado ha sido usada para justificar la teoría del “espacio vital” o lebensraum, incluso a costa de la eliminación de otra nación o pueblo, interpretando que la conquista es una necesidad biológica para el crecimiento del Estado. Sus ideas fueron adoptadas y desarrolladas por el geoestratega alemán Friedrich Ratzel y adoptadas por el geoestratega nazi Karl Haushofer.
En definitiva, porque pase lo que pase con los impactos como el del cambio climático, el medio natural es lo que cuenta, ya que sirve como soporte de la sociedad, dentro de su dinámica económica, y esta termina siendo condicionado por los procesos productivos los cuales deben realizarse de forma tal que el impacto sobre la naturaleza sea superado, no por una relación de explotación de esta sino que sea una fundamentada en lo sustentable.
Especial mención merece Pierre George, quien, desde la década de 1950, desarrolló importantes ideas geográficas basándose en la tradición francesa aunque criticando algunos conceptos vidalianos porque los consideraba obsoletos. George sostenía que una ruptura epistemológica o una revolución científica radical para renovar la geografía no eran necesarias, sino que bastaba con sustituir los estudios descriptivos y naturalistas por ideas críticas provenientes del marxismo —por ejemplo, el concepto de “genres de vie” fue desplazado por el de "modos de producción". Otra de las principales aportaciones de Pierre George, y que compartió con numerosos discípulos e intelectuales, fue el pensar en la geografía como un medio para explicar problemas reales. Esta idea ha contribuido a definir la postura de la geopolítica crítica francófona en sus aspectos teóricos.
En este sentido, George Pierre (citado en Preciado Coronado, del Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, 2011) sostenía que cada caso debía ser estudiado desde diferentes perspectivas y escalas, examinando los conjuntos de entornos e identificando las relaciones y restricciones ecológicas. Ello contribuyó a destacar la importancia de los flujos y el dinamismo de ciertos fenómenos geográfico-humanos. Esto, es resaltado en la concepción actual, donde en el análisis de la realidad, que cambia y se transforma, lo complejo, holístico y epistémico es lo trascendental.
Además, las teorías de Ritter (citado en Wikipedia, 2016) han tenido asimismo implicancias en la geografía política. Su concepción de un modelo orgánico del Estado ha sido usada para justificar la teoría del “espacio vital” o lebensraum, incluso a costa de la eliminación de otra nación o pueblo, interpretando que la conquista es una necesidad biológica para el crecimiento del Estado. Sus ideas fueron adoptadas y desarrolladas por el geoestratega alemán Friedrich Ratzel y adoptadas por el geoestratega nazi Karl Haushofer.
En definitiva, porque pase lo que pase con los impactos como el del cambio climático, el medio natural es lo que cuenta, ya que sirve como soporte de la sociedad, dentro de su dinámica económica, y esta termina siendo condicionado por los procesos productivos los cuales deben realizarse de forma tal que el impacto sobre la naturaleza sea superado, no por una relación de explotación de esta sino que sea una fundamentada en lo sustentable.
Lo
acabado de plantear parecería ser una conceptualista visión determinista, pero
debemos tomar las palabras de Martín Heidegger en cuestión, cuando nos decía en
su obra, “El ser y el tiempo”, 1927),
que el hombre es un “ser-en-el-mundo” y no se limita a constatar que está
solamente en el mundo. ¿Qué trascendencia
hay en esto? Pues bien, esto es, que está insertado, vinculado, atareado o en un constante quehacer en el mundo; no sólo está ahí, como todas las demás cosas, objetos o seres; no es sólo
un sujeto más como pretende que lo veamos desde la ciencia y su concepción
objetivista sobre el mundo o lo que llamamos realidad, aunque sólo son percepciones e interpretaciones
tecnocientifistas.
En efecto, a través de una compleja red preocupaciones, angustias,
tareas, intereses, cuidados y herramientas, objetos y personas por las que
tengo interés, es decir, cosas de un uso específico para mí y ligadas
sistemáticamente a otras cosas y otros sujetos en el servicio de mis intereses,
el hombre nunca está separado ni el mundo aislado. La herramienta, los medios,
los instrumentos, las cosas, objetos y sujetos, por el hecho de serlos, exige
que esté dada una totalidad, dentro de la cual él o ello(a)s se definen. La vestimenta, por ejemplo, sin el
cuerpo no existe o no tiene función, sentido como tal. La misma naturaleza está
vestida, engalanada por el sólo hecho de su exuberante manifestación. Lo mismo
sucede con la sociedad humana, la cual no existiría sin los individuos,
pueblos, naciones o colectivos. También pasa con las cosas, objetos o
herramientas como la aguja, la cual
implica el hilo, y así sucesivamente. Pero, las cosas, los objetos, los
mensajes, por ejemplo, no se reenvían entre sí de forma circular. Hay un final
del proceso, y en ese final, para Heidegger (“El camino del habla”, 1959),
se encuentra el hombre, donde su pensamiento aparece formulado de manera más
asistemática; o lo que es lo mismo, menos encasillado o atrapado por el
encantamiento positivista.
Toda intervención
del espacio requiere la necesidad de conocer y comprender su organización para
implementar cualquier funcionalidad espacial, minimización de impactos,
mejoramiento u ordenamiento territorial, entre otros manejos del uso o
aprovechamiento del espacio geográfico y sus recursos naturales.
Precisamente la
Geografía aplicada no constituye, por lo menos en determinados casos, una
simple entelequia, un ejercicio puramente especulativo. Esta necesidad viene
acuciada, además, por otra imperiosa necesidad: la de una urgente actuación,
que forzosamente ha de ir precedida de un cuidadoso estudio que permita
encauzar estrechamente y potenciar al máximo los esfuerzos y las inversiones.
Teniendo en cuenta
experiencias ajenas y algunos enfoques que han surgido, La nueva geografía[1] examina
el papel del espacio en la vida de cada cual y en el funcionamiento de la
sociedad -aunque en la fase de la aplicación no debemos olvidar nuestras
peculiaridades propias-, y descubre los principios que atan a los hombres al
medio natural, lo que les impulsan a dispersarse, y los que tienden a reunirlos.
La organización del espacio expresa el juego de estos factores antagónicos.
La definición de las condiciones en
que deben realizarse estos estudios geográficos aplicados es uno de los hechos
que mayor trascendencia presenta, a nuestro juicio, dentro de la problemática
que estamos presentando.
Si se acepta la
posibilidad y la vigencia de esta Geografía
activa[2],
o una Geografía voluntaria, o aplicada,
inmediatamente se nos presenta el hecho de que las posibilidades de la
Geografía aplicada se acrecientan y se tornan más ambiciosas de acuerdo con la
actitud imprescindible de la misma y con un enfoque muy distinto de la Geografía utilitaria tradicional.
En realidad sólo
existe la Geografía pura, pero se admite que dichas posturas geográficas
epistemológicas pueden tener, por lo menos en determinadas condiciones, un
cierto valor pragmático; pero se duda de su valor utilitario, particularmente
ante el mayor y más concreto interés pragmático que pueden ofrecer las
actividades de otros profesionales, desde los geomórfologos a los economistas,
desde los climatólogos a los etnólogos o sociólogos; entre otras especialidades
procedentes de otras ciencias en su vertiente pragmática.
La tendencia
utilitaria aparecía, de una forma u otra, en un buen número de comunicaciones,
incluso aparte de las leídas y comentada fuera de la sección propiamente
dedicada a Geografía aplicada. Para explicar la favorable actitud hacia dicha tendencia
está claro, por lo menos en algunos países latinoamericanos, que se une en
ellos, junto con el afán de servicio social, característico de la actual
generación de estudiosos, la forma acuciante en que se presenta un buen número
de problemas económicos y socioeconómicos. Asimismo la existencia de sistemas políticos
claramente dirigistas o de planificación centralista, como en el caso de Cuba,
coadyuva también a dar conciencia de estos problemas y a acrecentar la
tendencia utilitaria de la Ciencia, junto con la creación de los necesarios
cuadros de expertos. Sin
embargo, no olvidemos que, en el conjunto de los países existe una acusada
disparidad en cuanto a la situación de nuestra disciplina, ya que en algunos
casos apenas se ha rebasado un nivel puramente descriptivo y en otros se
intenta tan sólo el desarrollo y afianzamiento de la Geografía pura.
Una de esta tendencia
utilitaria emergente fue la Geografía de la percepción, que aparece como
consecuencia de que la llamada Nueva Geografía o Geografía cuantitativa dejaba
fuera a la sociedad como constructora del espacio. Desde finales de los sesenta
la llamada «revolución del comportamiento» complementa o desarrolla la
revolución cuantitativa y se acrecienta el énfasis en los aspectos subjetivos
que influyen en la acción humana, algo que se enlaza con otras tendencias
fenomenológicas y existencialistas conducentes al campo de la experiencia
personal realmente vivida por los hombres.
Dicha vertiente
analítica o metodológica hunde sus raíces en trabajos como el de Boulding
(1956) con su denuncia sobre el esquematismo de los modelos basados en el
hombre económico, significa, en cierta medida, la crítica a modelos normativos
de raíz economicista imperantes en la Geografía cuantitativa, en los que la
localización espacial de las actividades se basa en la perfecta racionalidad
económica del comportamiento del hombre, al que se considera como Homo
economicus, productor o consumidor.
La emergencia de
estos enfoques geográficos que tienen
como base la percepción, la imagen y el comportamiento espacial parte
del uso de la metodología perceptiva espacial, conocida también como Geografía
de la subjetividad. La Geografía de la percepción es, por tanto, una corriente
ampliamente adoptada, en sus aspectos metodológicos, por distintos autores como
Lynch (1960), cuando se ha tratado de la percepción sobre espacios urbanos.
Este autor llega a la conclusión que determinados elementos del paisaje urbano,
como los bordes o líneas de separación; los nodos; ciertos hitos, cobran un
valor esencial en la configuración mental que los ciudadanos poseen de su
espacio vital.
Ya Vila Valenti (1968) argumentaba que la Geografía aplicada es imprescindible,
ya que constituye la base insoslayable de todas aquellas decisiones que afecten
al espacio y a las relaciones entre éste y el hombre (política regional,
ordenación del territorio). En un caso extremo el mismo geógrafo no debe dudar
en tomar parte incluso en la aplicación activa de dichas decisiones.
Otro geógrafo de
renombre, el francés Olivier Dollfus, desarrolla una pasión desde principios de
la década de 1980 por la interdisciplinariedad académica. Este enfoque le
permite ofrecer no sólo la primera visión global del mundo, el famoso
"sistema mundial" (Propuesta de un estudio de la geografía, 1984),
sino que también introduce el concepto de archipiélago
mundial megalopolitana. Aunque Fernand Braudel[3]
había descrito ya sobre "salvar el mundo", dejó a un lado todo tipo
de aspectos y territorios. Dollfus en cambio integra todos los aspectos, tanto
los físico-naturales como socio-económicos, pero incluyendo la esencia ecobiológica
y sociológica; se trata de un enfoque "sistémico". Su tesis sobre las
montañas, lo lleva a trabajar en Los Andes, donde deja una publicación: “El Reto del Espacio Andino”, publicado
por el Instituto de Estudios peruanos (1981)[4]. Profesor
de la Sorbona en 1967, es uno de los miembros fundadores de la Universidad de
París VII–Diderot en 1970. Él permanece fiel a este centro académico
multidisciplinario hasta su muerte (2005) como un profesor emérito. Se observa,
entre otras sus contribuciones a la globalización concepto complejo a través de
términos simples. De este modo, en el prólogo a la tercera edición de La
globalización (Dollfus, 2007), Jacques Levy describe este trabajo como una
introducción a una nueva forma de pensar que ahora hace posible una comprensión
concreta y conceptual de la gran complejidad fenómeno de la globalización. Por
lo tanto, reconoce al inventor de “El
sistema mundial" (Dollfus, 1984), su carácter innovador[5].
Edward W. Soja,
con la publicación en el 2010 de su libro Seeking spatial justice, es otro geógrafo que ha
incursionado en esta discusión relativa a las aplicaciones de las nuevas
geografías, donde discute el problema de la justicia social y territorial. Si
bien desde hace ya un buen tiempo señala que lo espacial era tan importante
como lo social para cambiar la vida social, dando así un paso adelante en
relación a las posturas ‘tradicionales’ en el contexto de la geografía radical,
hoy en día, elabora el concepto de justicia espacial. Desde su perspectiva, la
justicia, vista desde cualquier ángulo, tiene implicaciones geográficas y
expresión espacial. Así, a la vez que la sociedad produciría espacialidades injustas, el espacio
también es fuente de injusticias. En su opinión (citado por Delfina Trinca,
2012), si los procesos sociales no se espacializan de manera uniforme, la
desigualdad en la distribución es la característica más obvia de la injusticia
espacial. O, ¿quién puede negar las innegables desigualdades que muestran, en
unos casos más que en otros, importantes sectores de las sociedades de la
inmensa mayoría de los países del mundo de nuestros días?.
Desde esta
perspectiva, Trinca (2012) discute el tema desde la perspectiva de “entender
que la diversidad del espacio no está reñida con la equidad social que debería
existir en toda sociedad, es fundamental para no continuar incurriendo en el error
de creer que la heterogeneidad propia de los territorios, es resultado del
desigual acceso de los seres humanos a los bienes sociales”. “Empíricamente, de
lo que se trataría, como bien lo señalan Rojas López y Gómez en ‘Tiempos del pensamiento geográfico’
(2010), es de periodizar el tiempo y diferenciar el espacio, pero
simultáneamente; es decir, analizar la espacialidad de los procesos históricos
no sería más que seguirle el curso a la sociedad en tiempo y espacio. Esto
obliga a un decidido esfuerzo mental para poder pensar, a un tiempo, los
objetos (la materialidad), las acciones (la sociedad), y sus mutuos
condicionamientos, valga decir las relaciones”. (¿Equidad social y equidad territorial: Viejo o nuevo dilema de la
Geografía? IGCRN-ULA, Revista Geográfica Venezolana, 53(1), 2012).
[1] Este es
precisamente el titulo de una importante
obra escrita por Paul CLAVAL. Barcelona: oikos-tau, 1979.
[2] Este es
precisamente también el titulo de otra importante obra dirigida por Pierre
GEORGE, publicada en 1964 (Existe trad. castellana, Barcelona, 1966). Igualmente, tiene otra, titulada “Los Métodos de la Geografía” (1973) Existe
trad. castellana, Barcelona: oikos-tau, 1979.
[3] Fue un historiador
francés que revolucionó la historiografía del siglo XX, al considerar los
efectos de la economía y la geografía en la historia total; fue, también, uno
de los miembros más destacados de la escuela de los Annales (https://es.wikipedia.org/wiki/Fernand_Braudel
).
[4]
La trama de la obra presenta la sucesión de escenarios en la ocupación del
espacio desde los tiempos precolombinos. En primer lugar, esto requiere un
examen de las diferentes unidades geosistémicas que constituyen los Andes, y su
grado de estabilidad frente a las limitaciones climáticas y la acción humana.
Examen que se hace en función de las posibilidades que ofrece cada geosistema a
las diversas formas de la acción humana.
Las historias de la geografía (Horacio Capel. En: "THE HISTORY OF SCIENCE AND THE HISTORY OF THE SCIENTIFIC DISCIPLINES. GOALS AND BRANCHING OF A RESEARCH PROGRAM IN THE HISTORY OF GEOGRAPHY", 1988. Reproducido de GEO CRÍTICA, Cuadernos Críticos de Geografía Humana, nº 84)
ResponderEliminarDesde el Renaissance en adelante, las obras geográficas de la antigüedad han servido tanto como un modelo científico y también como un corpus de datos que podría ser utilizado para los propósitos modernos. Estrabón o Pomponio Mela decoradas modelos corográficas que se siguieron y estimado una y otra vez desde el 16 hasta el siglo 18; Por otra parte, la información de la que estos autores -así como otros autores de la antigüedad y de la Edad Media- proporcionan, y también Itinéraires y relatos de viajes, también fueron útiles, después de la debida crítica y autentificación, en la construcción del mapa y el desarrollo de la descripción de la superficie de la tierra, más particularmente, a beneficio de la geografía histórica. Todo esto genera un gran interés en los textos antiguos, en el cuidado de la edición de ellos -que contó con la colaboración de los geógrafos, historiadores y philologists- y en el estudio de ellos, como en el caso de otras ciencias. A pesar de los avances realizados desde el Renacimiento, una comprensión de los conocimientos históricos continuó, hasta el siglo 18, para ser un puntal muy importante en el desarrollo de la geografía moderna. Hemos tratado en otros lugares con la utilidad de las fuentes antiguas y de las obras de los siglos 16 y 17 en la solución de los problemas geográficos de la 18, y no hay necesidad de reiterar esto. Sólo necesitamos recordar aquí el interés de un D'Anville, un Homann o una Tomás López en la información de los geógrafos antiguos para la construcción de sus mapas, o cómo de cerca Buache, Torrubia y otros estudiaron los viajes de descubrimiento en el 16 y 17 siglos para intentar una solución de los enigmas geográficos relacionados con los continentes que todavía se sabía poco.
Si todo esto se concede, es, sin embargo, también es cierto que desde el siglo 16 en adelante, con los grandes descubrimientos, surgió una creciente conciencia de las insuficiencias y los límites de las obras de los geógrafos clásicos. Estas obras comenzaron a ser complementado y superado por las nuevas observaciones de todas las partes del planeta. Existe, pues, un proceso de crecimiento paralelo de la obsolescencia de los textos antiguos, y su papel ha cambiado para que se invoquen como modelos clásicos a imitar, tanto por la diversidad de los datos integrados y la sistematización como precedentes que dan valor y prestigio a ciencia.
En las introducciones a obras geográficas, al discutir el valor y la dignidad de la ciencia, los precursores y los autores antiguos se les dio cuidadosamente una posición distinguida, lo que significaba que uno encuentra a menudo, en las historias de la geografía, celebridades como Moisés o Homer, dando así a la ciencia de los más ilustres antepasados.
Se podría argumentar, por lo tanto, que en una forma en que la historia de la geografía apareció con el fin de proporcionar dignidad y legitimidad. Es una actitud que, si miramos más atrás, nos encontramos en esos mismos geógrafos clásicos. Esto puede verse, por ejemplo, en la Geografía de Estrabón, en donde en el libro 1, después de afirmar que se trata de una "adecuada (estudio), no menos que cualquier otro, para un filósofo", acepta la tesis de Hiparco de que su fundador fue Homero y que se adentra en la historia de la geografía con el fin de mostrar "los que le siguieron fueron también ilustre", todos de ellos (es decir, filósofos científicos), a saber .: Anaximandro, Hecateo, Demócrito, Eratóstenes, Hiparco, y Polibio, entre Posidinius muchos otros nombres.
EliminarEn general, hasta el siglo 19, la historia de la geografía de pie tanto como la historia de los avances en el conocimiento de la tierra, es decir, como una historia de los estudios geográficos y exploraciones, y también como una historia de los mapas. Mientras que era, al igual que otras historias de la época, sobre todo, una historia de avances - un "cuadro histórico de la evolución de la geografía", en palabras de Malte-Brun - a partir de la segunda mitad del siglo 18, debido al impacto de la descripción de la tierra de Buffon, que podría convertirse en un epocus de la geografía.
La historia de la geografía también se relacionó con la geografía histórica, es la reconstrucción de las geografías del pasado, sobre todo -desde un europeo viewpoint- la griega, romana y pasado judío. Como una historia de viajes, había también en relación con el descubrimiento de posibles reclamaciones previas que aseguren la legitimidad jurídica de la posesión política de esos territorios.
Al mismo tiempo, en una geografía que era esencialmente una descripción de países y regiones, la historia de los viajes y descubrimientos podría seguir desempeñando su parte, tal y como se muestra en el uso que se le fue puesto por dos grandes figuras al principio del siglo 19, Humboldt y Ritter. Por lo tanto, con referencia al llamado "método comparativo", que se hizo cargo de la anatomía y se aplica ampliamente en la escritura de su Erdkunde, Hanno Beck, un gran especialista en su campo, pudo escribir: "¿qué entiende Ritter por el método comparativo es , en primer lugar, no es más que la compilación de las fuentes históricas, ordenada cronológicamente, por encima de todos los recibos de viajes ". Es por lo tanto no es sorprendente que estas cuentas, que reflejaban el horizonte geográfico ensanchamiento, continuaron formando la parte esencial de la historia de la geografía hacia abajo a los inicios del siglo 20; historias que algunos autores ahora consideran parte de la historia de la ciencia, y particularmente útil en el estudio de la disciplina porque, como escribió Vivien de Saint Martin: "simplemente siguiendo la ciencia a medida que pasa a través de sus etapas sucesivas se puede ver el lugar que ocupa en el desarrollo general de la humanidad ".
ResponderEliminarEn la segunda mitad del siglo 19, coincidiendo con el espectacular crecimiento de la comunidad científica de los geógrafos, la historia de la geografía dirigió su atención a nuevos temas. La resonancia del Ensayo histórico conceming el desarrollo progresivo de la idea del universo, que fue publicado en el Cosmos de Alejandro de Humboldt (1845-1862), y el desarrollo de la geografía física, traído a estas historias de la evolución de las ideas acerca la estructura física del mundo y sobre la interrelación entre los diferentes fenómenos naturales. Al mismo tiempo que el desarrollo de un creciente interés en las preocupaciones humanas -que debía conducir a la creación de una atención sistemática Geografía- humana también fue dirigida hacia la historia de las técnicas y procedimientos utilizados para establecer la riqueza y la población de los países (censos, fiscales de las listas, etc.).
Al mismo tiempo, el desarrollo de una nueva geografía regional en la segunda mitad del siglo 19 implicaba la búsqueda de antecedentes con el fin de delimitar las unidades corográficas. A este respecto, ciertas contribuciones geográficas del siglo 18, como los de Buache o los geógrafos de la Reine Geografía, podrían ahora ser resaltados. Mientras tanto, los problemas de los fundamentos teóricos de la disciplina en relación con otros campos científicos llevaron a un estudio de las figuras en el pasado, como Varenius, que habían reflexionado sobre los contenidos y métodos de esta ciencia.
EliminarDurante las últimas décadas del siglo 19, la institucionalización académica de la geografía se hizo afirmando la idea de una ruptura con el pasado. La "nueva geografía" que apareció en la década de 1880 redujo todo antes de Humboldt y Ritter de ser considerada como una etapa pre-científica que ahora fue sustituida, y lo convirtió en un simple objeto de atención en la búsqueda de antecedentes de las ideas actuales. Al mismo tiempo, la historia de la cartografía y la historia de los descubrimientos -que, como hemos visto, fueron los ingredientes tradicionales de la historia de la geografía - adquirieron un desarrollo independiente y, a pesar de que siguen siendo objeto de atención para ciertos geógrafos, comenzó a ser cada vez más estudiadas por los especialistas: el primero sobre todo por los cartógrafos e historiadores de la ciencia; estos últimos por los historiadores de la sociedad y de las técnicas .
A partir de finales del siglo 19, cada cambio teórico importante en la ciencia de la geografía, y todos los debates en relación con sus fundamentos y métodos, se ha acompañado de incursiones en la historia de la disciplina, con miras a la utilización de argumentos del pasado para apoyar una u otra de las concepciones que disputan. trabajos teóricos importantes, como las de Alfred Hettner o Richard Hartshorne, también contienen una dimensión histórica que trata de iluminar el pensamiento actual "a la luz del pasado".
Sin embargo, como era de esperar en un sujeto con ambas raíces antiguas, un potente desarrollo institucional, y también una larga tradición de estudios históricos, las historias de la geografía que se han escrito a lo largo de este siglo son más ricas y variadas. Si bien es cierto que un gran número se escriben a la preocupación por temas de actualidad, también se ha producido, en épocas pasadas, una importante escuela de historias de la geografía que estaban directamente vinculados con la historia de la ciencia y la historia de la cultura: la investigación específica así como las obras generales sobre la geografía del mundo antiguo, de la Edad Media, de los tiempos modernos, y de los siglos 19 y 20. El interés en las biografías y las contribuciones individuales de los geógrafos más ilustres ha dado más recientemente camino al ambicioso intento de producir un inventario biográfica completa de todos los geógrafo que ha contribuido a la ciencia , y una preocupación para recoger el testimonio de los que siguen vivos en relación con su formación y sus métodos de trabajo.
EliminarNuestra disciplina tenía una lucha difícil hacia el final del siglo 19 con el fin de lograr el reconocimiento de las universidades; Por otra parte, debido a su situación en el cruce entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, no ha sólo tenía serios problemas con sus fundamentos, sino que también ha tenido numerosos críticos y competidores. Esto subraya la necesidad sentida de una justificación de la disciplina y la afirmación de su dignidad e independencia de las otras ciencias naturales y sociales. Introducciones a los manuales universitarios, así como compendios largas y más cortas se han acercado a esta tarea, y con frecuencia también ha habido un debate acerca de sus relaciones con las ciencias que son "adyacentes" o "auxiliar" a la geografía. En general, al igual que en otras disciplinas, se ha tratado de mostrar la ruta que ha llevado a la geografía moderna, verdaderamente científica.
ResponderEliminarÉnfasis en los orígenes y la evolución de las ideas geográficas, así como en su contexto social e intelectual, aparecerá de nuevo -y cada vez con mayor intensidad - en ciertos trabajos que han respondido a la llamada que JK Wright hizo en 1926, y siguen, más o menos explícitamente, la línea establecida en las obras de Lovejoy.
ResponderEliminarAntologías de textos geográficos han puesto a disposición de los estudiantes seleccionados fragmentos de los geógrafos más importantes, en algunos casos, junto con la evidencia de los conocimientos geográficos de otros autores históricos (poetas, filósofos, teólogos, viajeros, etc.) .
Los cambios que han tenido lugar desde 1950 han causado una fisura en la unidad, que la disciplina se había mantenido desde el comienzo del siglo, basado en la aceptación por parte de toda la comunidad científica del paradigma regional y el enfoque historicista. Estos cambios dieron lugar a nuevas generaciones de trabajos históricos, algunos de los cuales han tratado de relatar las vicisitudes y los protagonistas de las transformaciones que han tenido lugar. Todo esto quiere decir, en primer lugar, una mayor atención en el presente; en segundo lugar, una búsqueda de antecedentes adecuados para cada cambio revolucionario; y, por último, una mayor atención a las relaciones de la geografía con la evolución general de las ciencias naturales y sociales, así como con la evolución general de las ideas y de los marcos filosóficos de referencia (29). También ha reforzado la tendencia hacia una cronología abreviada de la historia del sujeto, que se limita a la geografía contemporánea, es decir, los acontecimientos posteriores a las aportaciones de Humboldt y Ritter, que son considerados solemnemente por todos los lados como los padres de geografía actual.
Los intentos que se han hecho recientemente para presentar de forma global el desarrollo histórico de la disciplina desde la antigüedad reflejan fielmente, como siempre sucede, el punto de vista de los autores vis-a-vis los cambios que han tenido lugar. A modo de ejemplo, sólo tenemos que citar el caso de la obra de Preston James publicado en 1972. La diferente cronología de los cambios en los diferentes países se hace evidente si comparamos este trabajo con el de la Hanno Beck alemán publicado el año siguiente . Mientras que en este último la revolución cuantitativa está totalmente ausente, en la obra de James -algunos 20 años mayor que el germano vemos reflejado tanto su aceptación del paradigma regional y también su sensibilidad a los cambios que habían tenido lugar en la disciplina en su contexto anglo-estadounidense. James insiste en que las ofertas de la geografía con las diferencias en la superficie de la tierra (geodiversidad) e investiga "qué cosas se combinan en diferentes lugares para producir las características complejas del paisaje del mundo"; esto demuestra que James se encuentra en la misma línea que Hartshorne, es decir, en la concepción de una geografía de las regiones y paisajes. Sin embargo, al mismo tiempo, las alusiones a las imágenes mentales, a la importancia de la ubicación relativa, y la afirmación de que "los científicos han formulado muchos tipos diferentes de explicaciones para que las imágenes mentales plausible y aceptable, y sus explicaciones, a su vez, menudo determinan qué características que se elija para observar ", todo lo cual demuestra que la obra fue escrita después de los debates de la década de 1 de 950 y 1 960.
ResponderEliminarUna frase en particular, refleja la conciencia de, y sus reservas sobre, geografía cuantitativa: según él, los científicos "buscaron y encontraron regularidades matemáticas separan de los procesos de cambio, que sin embargo satisface la necesidad de explicar las imágenes de la geodiversidad". En este ", sin embargo," vemos reflejado inconscientemente su descalificación de esos descubrimientos matemáticos que, ante la urgencia de encontrar soluciones provisionales, sólo proporcionan una satisfacción momentánea. En otras palabras, vemos en él toda la insatisfacción de un tradicional - aunque geógrafo sensible y abierta con uno de los aspectos fundamentales de la revolución cuantitativa. De allí surge una excelente historia, concebida en un determinado lugar y tiempo (EE.UU., 1970), con una perspectiva amplia, y con gran atención a los desarrollos más recientes (en el 1 960 de), aunque al mismo tiempo sin renunciar a sus propios puntos de vista.
ResponderEliminarCon toda esta evolución, la historia de la geografía es hoy un campo extraordinariamente rica y diversa, con una larga tradición de investigación llevada a cabo dentro de la disciplina. Desde el primer Congreso Internacional de Geografía en Amberes en 1871, prácticamente todas las reuniones han dedicado atención a estos temas, por lo general en secciones específicas dedicadas a "La Historia de la Geografía y Geografía Histórica". Más recientemente (desde 1968), dentro de la Unión Geográfica Internacional una comisión dedicada a la que se ha formado "La Historia del Pensamiento Geográfico"; esto ha estimulado nuevas investigaciones, y ha habido discusiones sobre los informes de los más variados tipos: los viajes, la historia de las ideas, marcos filosóficos de referencia, biografías de los científicos, historia de la lengua y los métodos de la geografía, instituciones, etc. Como era de esperar, en todas estas obras hay una mezcla: de los que se acercan la historia de las preocupaciones que surgen en la práctica científica o profesional actual, y aquellos cuyo interés es la historia en sí; aquellos que utilizan técnicas tradicionales históricos, y los que están en busca de nuevas maneras, utilizando técnicas filológicas, bibliométricos o iconográficas; aquellos que están dirigidas a establecer sus investigaciones en el área más general de la historia de la ciencia, junto con los que todavía ven su investigación como servir para legitimar y dignificar la disciplina.
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