EL ÚLTIMO PATRIOTA
E L ÚLTIMO PATRIOTA
EUDES A ZAMBRANO A
E L ÚLTIMO PATRIOTA
Pero lo que yo no fui,
lo que no hice,
lo que ni siquiera
soñé;
lo que sólo ahora veo
que debió hacerse,
lo que sólo ahora claramente veo
que debió haber sido
—eso que está muerto
más allá de todos los
Dioses-,
eso —y fue al final lo mejor de mí—
pues ni los Dioses hacen vivir…
Álvaro de Campos (Fernando Pessoa)
Deseamos combatir con esta publicación, las interpretaciones fantasiosas y novelescas, que tratando de revestirse de un barniz histórico, provocan más confusión que luces sobre el asunto, teniendo en cuenta las mentiras sobre las cuales se han cometido tantos atropellos en el pasado, y parecen acercarse más a las interesadas campañas publicitarias de interés políticos o imágenes para vender.
EUDES A ZAMBRANO A
EL ÚLTIMO PATRIOTA
EDITORIAL LULU PRESS, INC. 2022
Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorización escrita del autor, queda prohibida la reproducción escrita total o parcial de esta obra por cualquier medio –mecánico, electrónico u otro- y su distribución mediante alquiler o venta pública.
Copyright: ©Eudes A Zambrano A
ISBN 9-781458-345622
©2015 Lulu Press, Inc. Todos los derechos reservados. Licencia copyright estándar (suministrada por Editorial Inc. Hillsborough St. / Raleigh / NC).
ID: 16965879
Título original: El Patriota Ilusionista
Diseño portada: Eudes Zambrano
Reedición: 2017 / Actualizado: 2022
ISBN 9-7814583-45622
Edición (Actualizada): 2022
© Reservados todos los derechos.
ISBN 9-781458-345622
Gestión editorial (electrónica):
http://www.lulu.com/spotlight/estrabon
EL ÚLTIMO PATRIOTA
Eudes A Zambrano A
El Último Patriota
EUDES A ZAMBRANO A
«Todos nuestros males
derivan de ese afán
de todos los venezolanos
por imponer la acción personal.
Pero el progreso del país
no puede ser obra
de uno sobre muchos,
sino obra de todos a la vez,
resultado visible del
mejoramiento espiritual».
Reinaldo Solar
(Novela de Rómulo Gallegos, 1920)
El Último Patriota
Eudes A Zambrano A
«El patriotismo es
un sentimiento concreto
que se debe manifestar
en hechos concretos,
en acción real».
Reinaldo Solar
(Novela de Rómulo Gallegos, 1920)
«Para gobernar a los hombres y servir al cielo
no hay nada mejor que la moderación».
Lao Tse
(El Tao Te Ching)
«En la crítica político-filosófica es preciso,
al mismo tiempo que se discierne
la causa del malestar, procurar encontrar,
aunque sea ahondando mucho,
el hilo orgánico social que constituye
el desarrollo del progreso humano.»
Cecilio Acosta
(Los Partidos Políticos, 1877)
EDITORIAL PRESS, INC. 2022
La vida no da otra oportunidad.
La oportunidad se la da uno mismo.
Haga que en realidad
cada día valga.
El Autor
“Son las dificultades,
no las condiciones favorables,
las que generan
en los seres humanos
los estímulos para superarse.”
Arnold Toynbee
PREFACIO
Porque se sigue exigiendo por parte de las Academias de la Historia la rigurosidad de los estudios ya sean historiográficos o biográficos de parte de los investigadores e intérpretes de dicha ciencia, alejados de las pasiones y apegados a los hechos verdaderos, con el juicio sereno y exhaustivo del historiador, al mismo tiempo que se impone la necesidad de descubrir el verdadero perfil de quienes los consumaron. Pero el impulso emotivo de las personas que protagonizaron tales hechos ha de tener hondo arraigo de valías mentales y psíquicas que los alentaba a su redención y consumación. Estas no son del caso averiguar, pues son relegadas a la conciencia oscura, por razones obvias para ellos. Pues bien, nosotros nos substraemos a todo tipo de escuela y asumimos la de la vida y el compromiso de la voluntad creativa. La extraordinaria explosión de discursos que suscitó en el pasado provoca la sensación de que ya todo se ha dicho. El culto, no menos espectacular, que le sucedió de manos del Gobierno Bolivariano parece dar testimonio de esto, pues se repite en esencia sus discursos. Esas dos impresiones son engañosas, y su análisis fue lo que nos propusimos. A mi manera de ver, en una época en el que casi la mitad de los científicos e ingenieros trabajan para la industria militar, y los demás, incluidos la mayoría de los profesionales sociales y economistas, trabajan para la empresa privada, los historiadores deberán cambiar la percepción de sus registros, donde lo humano y lo creativo debe prevalecer, y no solo la sofisticación de los medios y formas de organización y destrucción de las sociedades.
A Hugo Chávez hay que estudiarlo en su pensamiento y accionar, desde donde se construye su «voluntad de poder», ya que a pesar de sus defectos, su personalismo y hasta cierto mesianismo, llevó a cabo una hazaña: arrebatarle al imperio norteamericano su joya más preciada del considerado por ellos –en la doctrina del Destino Manifiesto– “patio trasero”, porque aunque no somos un país independiente económicamente, tampoco teníamos mando político desde la desaparición de la Gran Colombia, y esto nos lo devolvió el Comandante bolivariano en los inicios del siglo XXI. Por lo tanto, se hace necesario desde la interpretación histórica acercamos al estudio de la obra de Hugo Chávez, pues radica en que sus ideas y su proceder político sintetizan el proyecto de la Patria Grande. (La utopía del Libertador). No es nada fácil salir de las garras de un Imperio que tiene un dominio hegemónico mundial, y esto lo sabe bien ya el pueblo venezolano, que, así como Cuba, ha sufrido las arremetidas del mismo. Después de más de dos décadas, la resistencia ha sido formidable, con una revolución en desveno que ha impedido la guerra civil entre nosotros mismos. Ya no somos un país alineado a los dictados de Washington, pues no olvidemos lo que está ocurriendo hoy día con los pueblos europeos, sacrificados a los intereses de EE.UU.
E.A.Z.A.
“Son las dificultades,
no las condiciones favorables,
las que generan
en los seres humanos
los estímulos para superarse.”
Arnold Toynbee
Con
Florentino y el diablo
Vino al mundo terrenal hacia principios de la segunda mitad del siglo XX en la calurosa tierra del llano barines, un niño que habló no sólo con Florentino y el Diablo, también con Dios en la misa dominical y con Bolívar en el cuartel, con la Historia de Sandino, del Che, Martí, Zamora y su bisabuelo Maisanta; y en persona, con Pérez Jiménez, Hussein, Gadafi y su padre putativo, el Comandante Fidel. Segundo de seis hermanos del hogar formado por una humilde familia de maestros de escuela primaria en Sabaneta, sus apodos ya reflejaban una personalidad polifacética: el "Tribilin", por lo flaco y farandulero que era; el "Bachaco", por el color claro de su piel, la nariz perfilada, el pelo chamuscado y dotes de negro camorrero; y el "Arañero de Sabaneta", por unos dulces de lechosa con papelón (melcochas) con forma de arañas que hacía su abuela paterna, Rosa Inés, quien se los daba para que se 'rebuscara', comprara alpargatas y fuera a la escuela, forjaron su peculiar carácter campechano.
En la casa de su abuela, escuchaba las historias de su herencia paterna −la abuela, siguiendo la tradición de sus difuntos padres y abuelos, se sentía obligada a fomentar la instrucción relativa a la historia de la familia, como la del "Último hombre a caballo", conocido como 'Maisanta', soldado revolucionario que se levantó contra la dictadura gomecista; así como prepararlo para la “misión divina” de liberar al oprimido−; cerraba los ojos y soñaba con las hazañas revolucionarias de las leyendas familiares. A su lado, la abuela, haciendo las arepas, sentía la impaciencia del muchacho, como queriendo levantar el vuelo en pos de las glorias de nombres del solar llanero, quienes, siguiendo los ideales de los libertadores, lucharon por «tierras y hombres libres»: “Por aquí pasó Zamora”, brotaba de las palabras empapadas entre sorbos de café de la abuela y el humo del horno a leña, y la imaginación se prendía del muchacho, dejándolo como hechizado −en criollo sería más bien afiebra'o−, llena de sueños de grandeza y potestad.
Huguito -así le decía por cariño su abuelita, a quien Chávez llamaba «Mamá vieja», porque se crio con ella-, si bien tenía dotes e inclinaciones por la pintura, la música, el beisbol y el teatro, lo que más le gustaba era la aventura y recitar coplas llaneras que acompañan las andanzas de personajes del folclor popular como "Florentino y el diablo", o los cuentos de paladines de la libertad por los pueblos y la redención de los pobres. Fue monaguillo y casi se mete a cura para confesar carajitas y sacarles el demonio a viejas Doñas que estaban poseídas y poseían, como Doña Bárbara, tierras y morocotas escondidas.
Cuando la noche caía sobre la sabana, Huguito se iba a su casa olorosa a tierra, a la orilla de una quebrada del río Boconó. Llegaba con las manos y pies sucios. El padre empuñaba el rejo de cuero y lo interpelaba:
― Este pela'o que no
quiere servir pa' un carajo, que no quiere estudiar porque no hace las tareas, que
sólo le gusta andar por ahí brincando como 'potro loco'.
El muchacho esquivaba el cuerazo y corría a refugiarse en las naguas de su abuela, Mamá vieja. El 'viejo' colgaba el rejo y se volvía a sentar en su mecedora para seguir revisando la clase que había preparado pa’ el otro día, donde tenía que dar como maestro de escuela. Y el niño, después de comer su cachapa y tomar guarapo, se echaba sobre un catre de madera y un colchón hecho entre paja y gomaespuma, a soñar con sus héroes recios de las leyendas llaneras, que le crearon extraños complejos de fetichismo místico desde la infancia.
En la mañana el roció refresca la sabana y el niño despertaba con el canto de los gallos al amanecer. Salía a bañarse al revoltoso río, al que se lanzaba guindándose de cabuyas o bejucos, al revuelo de los pájaros, cantando, saltando y sonriendo alegremente. Después arrancaba pa' la escuela, formando una algarabía con los cantos de las aves del campo, mientras comía de los frugales frutos de sus coposos árboles: ciruelos, mandarina, mangos, guanábanas, de naranjos, de aguacate, toronjas…
Al llegar se encontraba con sus compañeros y quedaban en verse en la salida, una vez que terminara la clase, para volver a otra faena del niño llanero, cargada de juegos campestres, historias y leche fresca. Los días semanales pasaban entre clases, juegos y cuentos de la abuela, y los domingos en fiestas de toros, sancochos y carne asada después de la misa. En el aire se diluía un olor a bosta de vacas y pasto fresco.
Pasaba el tiempo. Se iba la larga sequía y volvían las lluvias a reverdecer la sabana y cargar de caudales los ríos en estiaje, algunos ya casi secos. La copla irrumpía y volcaban su música cuatristas y arperos. Las mujeres vestían sus llamativos trajes bordados de flores y bailaban el zapatea'o sabanero. La prole del campo se desparramaba por las orillas del río y en las plazas y mangas de coleo. Corrían las botellas de ron y cerveza, mientras el joven Hugo aprendía a ser hombre y se fascinaba con el colorido y el ejercicio picaresco del llanero.
Fuente: Imagenes Google
De esos tiempos y de esos espacios del hábitat sabanero le vienen sus dotes de farandulero que dejaron huellas en el carácter del Chávez gozón y del aventurero lacero, y también sus simpatías por los rebeldes, cuando recuerda:
―…Esa zona de Sabaneta fue una zona insurgente. De mi pueblo, varios se fueron a la guerrilla...
Desde niño le entró entonces las ansias de navegar las turbulentas aguas de nuestros revoltosos ríos y remontar los paisajes de la geografía patria, como el Libertador, que navegó el padre de todos ellos: el Orinoco; subió sobre los cabellos canosos del dominador de Colombia, la Grande: el Chimborazo; liberando la mitad del Nuevo Mundo con su espada y lanzas de los «pata en el suelo», los llaneros descalzos y a caballo, llegando hasta el Alto Perú, hoy Bolivia, la hija predilecta del Libertador, donde desplegó las banderas de los nuevos Estados-naciones en la cumbre del Potosí, de cuyas entrañas arrancaron los conquistadores españoles, no sin la sangre derramada del indio y el sacrificio de miles de esclavos negros, como bien lo relata Eduardo Galeano en ese libro que debería ser ─así lo creía Chávez─ nuestra Biblia (Las venas Abiertas de América Latina), porque es la historia de la dominación imperialista, donde se refleja cómo la situación alimentaria que se vivía en los países del Mediterráneo durante el siglo XVI era de hambre y penuria, y antes de que se produjera la revolución agrícola del siglo XVIII, se introdujeron las plantas forrajeras, la papa y el barbecho fue sustituido por el maíz. De este modo, los cultivos americanos trasplantados dieron a Europa sustento a una civilización de aguda escasez de cereales –su decadencia se notaba mayormente en la agricultura−, y produjo una cierta “revolución interna” en España, además de proporcionar los tesoros que hicieron la grandeza de Europa, alimentando igualmente la maquinaria de la Revolución Industrial y el crecimiento económico del norte, condenando a la miseria el resto del mundo.
Como tenía pasión por la Historia, siendo autodidacta en la materia, desde el programa que él mismo amenizó y produjo, «Aló Presidente» (una especie de "reality show" televisivo), nos advertía que la Historia de Venezuela había sido escrita por los dominadores como los Conquistadores y la Oligarquía criolla, a los cuales catalogó de ladrones ya que, los primeros, no vinieron a conquistar sino a saquear, llevándose botines completos pa' Europa; mientras que, los segundos, se convirtieron en entreguistas financiados por el imperio y se llevaron todo pa' el Norte, pa' Miami.
En sus alocuciones a las que nos tenía acostumbrado para, como lo decía Nietzsche, “regatear y chalanear por el poder ― ¡con la chusma!”, no faltaron teorías que justificasen el proyecto bolivariano: tanto valía ideologizar y motivar el nacionalismo como redimir −aunque sea con discursos atiborrados de historia patria, mitos, cuentos y leyendas− a ¡un pueblo que le habían lavado su memoria!, y los cerraba con ocurrencias propias del misticismo que lo arrebujaba:
− Yo soy cristiano, pero también
asumo el marxismo como Jesucristo asumió la cruz: Llorando y reclamándole al
Padre el abandono, pero feliz porque le había cumplido, como yo le he cumplido
a la Patria, al pueblo, a los mártires, a la vida revolucionaria y liberadora.
Sus andanzas arañeras por la red de caminos que se perdían a lo lejos, más allá de la planicie aluvial, por entre las extensiones latifundistas de la Venezuela rural, se confundían con el vaivén de los ríos y sus correrías a caballo por el campo, tras jóvenes vestidas de mil colores que, como flores, aparecían de repente. Todo esto le permitió conocer la miseria del campesino, que lo hicieron sensible, observador y nutrirse de sus orígenes.
Como buen llanero conoció el arte del cuatrero, el juego de gallos, dominó y naipes; aprendió a subir árboles altos, manejar el machete, el puñal, el látigo y montar a lomo pela’o; al igual que echar cuentos jocosos y atrevidos; inventar historias, cantar coplas y el uso de mitos y las palabras recias; la astucia y destreza del «lobo estepario» de nuestras llanuras, todo lo cual le serviría para sobrevivir en el poder durante catorce años cual guerrero solitario o una especie de Florentino:
«…yo soy quien marco mi rumbo
con el timón del cantar…
Mucho gusto en conocerlo tengo
señor Satanás…
Sabana, sabana, sabana,
tierra que hace sudar y querer…»
― ¡Al diablo! ¡Ah Diablo! ¡Eres el mayor bocazas!
"Sin contrarios
no hay progreso.”
William Blake
II
Entre boinas rojas y trajes verdes
Lo cierto es que Hugo Chávez completó a duras penas la educación secundaria en el Liceo Daniel Florentino O'Leary de Barinas. Su padre, cansado de reclamar el buen juicio del perturbado joven que no asentaba cabeza, así usara pelo'e guama, lo mandó castigado pa' el cuartel, tres semanas después de graduarse de bachiller (1971), pues había vuelto de nuevo a sus andanzas del 'Arañero', celebrando que ya se habían acabado las clases, 'rumbeando' con sus amigos y amigas. Según el mismo Chávez, el efecto del pretendido castigo fue contrario, porque él se sintió en dicho ambiente “como pez en el agua”, ya que dejó de ser el “venaíto”, para convertirse en soldado.
Así lo encontramos, ya egresado con el grado de Subteniente (1975) de la Academia Militar, en La Marqueseña (un Hato latifundista en Barinas), a cargo de un puesto antiguerrillero. Siempre fue un alumno muy destacado, muy brillante. Y tenía esas cualidades de la oratoria y la elocuencia que eran innatas en él. No poco contribuyó para eso una admiración por nuestros libertadores, que adquirió debido a la abundante lectura de libros en su juventud, no sólo de Bolívar y de la Historia Patria, sino también, nos dice, cuando encontró libros marxistas-leninistas:
― Descubrí, andando con
otros integrantes de las milicias, un carro un día entre el monte, un Mercedes
Benz negro –me dijeron que el auto servía de enlace a los guerrilleros. Lo
limpiamos, abrimos el maletero con un destornillador y conseguí un poco de
libros de Marx, de Lenin; conseguí este libro por allá, lo leí aquí, lo
compartí más allá…
Y emprendió, como un exégeta, la tarea de hablar con los compañeros de armas del mismo Batallón antiguerrillero, para convencerlos de la tarea de forjar la simiente del MBR-200, así conocido a raíz del levantamiento militar que él mismo condujo al frente de la sublevación de buena parte de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) en 1992, como líder militar y político, es decir auctor, término que se aplica a toda personalidad eminente por cuyas cualidades especiales es merecedor de la superioridad de comandar las fuerzas bajo su mando y la conducción de masas o seguidores.
De esta manera despertó el pensamiento bolivariano que llevaba dormido más de cien años, porque, en ese momento, ya no existe ni en la Academia Militar –aunque consiguió algunos capitanes adictos a Bolívar, que hoy son generales; pero de todos los hombres o de la mayoría había que desconfiar: “Más yo nunca he creído al pueblo cuando habla de grandes hombres…”. “El campesino es hoy el mejor…” (Zarathustra)−, mucho menos en los políticos de un Estado socialreformista en desmoronamiento, en medio de la crisis económica, de credibilidad política y estallido social que conllevó al llamado 'Caracazo' de 1989, y que le prendió el alma por salvar la Patria.
En el año de 1977 es ascendido a teniente, y también, comenta Chávez, fue el año en que fundó la primera célula revolucionaria, en la misma Marqueseña, donde ya era jefe, a los 21 años, de un puesto militar, juramentando a cinco soldados que tenía bajo su mando, llamándola «Eco.Lima.Papa.Víctor» (Ejército de Liberación del Pueblo de Venezuela), porque quería ser un guerrillero. Por esos tiempos visita de vacaciones con sus camaradas del naciente «Directorio revolucionario» militar, el solar familiar de su abuela, donde «echándose los palos» con ellos, relata uno de sus "Cuentos del Arañero":
― Nos sentamos ahí y yo
puse a Alí Primera: "Soldado, vuelca el fusil contra el oligarca".
Ella tenía esa inteligencia innata de nuestro pueblo y oía el canto de Alí
Primera. Se fueron los compañeros y me dijo:
― “¿Se da cuenta? Usted se va a meter en un lío, porque yo estoy oyendo esa música y usted se la pone a sus compañeros, Huguito, Huguito”. ― ¡Ay!, la abuela. «Ella me descubrió antes de tiempo».
Lo que no se imaginaba Chávez es que estaba pilla'o por la abuela desde que nació, pues ella estaba con la partera rezando rosarios completos a Dios y la Virgen Santísima para que todo saliera bien y, cuando lo parió su madre, al ver que era varón lo alzó en brazos y exclamó: “ha nacido el próximo presidente de los chavenzuelas".
El joven holgazán, que no daba señas de alguna dote divina o especial que no fuera la de “un avión” como farandulero, tuvo que aprender -tipo Don Quijote- sobre la marcha, para escalar posiciones con las cuales tener el valor de enfrentarse a los tentáculos del imperio o "molinos de viento", apelando a sus sandeces.
Los integrantes del 'Directorio' tenían, cada uno, un criterio diferente respecto a los fines de la rebelión. Tanto así que uno ellos, ahora gobernador de nuevo y del llamado Gobierno Federal Regional (para Los Andes y Zulia) y del Buró político del Comité Central del partido gobernante (Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV), Arias Cárdenas, se le volteó al principio cuando era ya gobernador del Zulia y le entraron ganas de ser Presidente. Entonces, lanzándose contra Chávez, lo trató hasta de “asesino” (achacándole las matanzas ocurridas en el levantamiento de la oposición en 2002) durante la campaña; tiempo después él lo perdonó, dándole el puesto de Embajador en la ONU. Esto era muy característico del comandante: darle prebendas a sus adeptos para que no se le voltearan, no sin las reprimendas de sendos regaños públicos a los que los sometía.
El capitán Diosdado Cabello, quien se sublevó con Chávez, además de compartir con él “en los viejos tiempos”, cuando “lavaban interiores y medias”, con todo y ser uno de los duros, que ocupó y sigue ocupando posiciones de altísimo nivel, es otro de los jefes del Gobierno revolucionario que, por ser un intolerante radical tiene problemas con oponentes fuera y dentro de la izquierda, no tiene muy buena imagen en la prensa privada, siendo relegado por el mismo líder de la Revolución bolivariana (RB) a un segundo plano, pese a ser un hombre de confianza y excompañero de armas.
Al ser derrocado Chávez por tres días, entre el 11 y 13 de abril de 2002, Diosdado Cabello quien era el Vicepresidente Ejecutivo para el momento, asume la presidencia desde el anonimato –se dice que se enconchó en las barriadas altas de Caracas−, y el día 13, al recibir apoyo del pueblo caraqueño que acudió masivamente a las inmediaciones del Palacio de Miraflores, baja de los cerros con apoyo de las masas, para ir a Miraflores.
La primera orden de Cabello como presidente temporal fue enviar a un grupo de paracaidistas pertenecientes a la élite de la Aviación de Venezuela, coordinada la operación por el general Raúl Isaías Baduel desde Maracay, para rescatar a Chávez, quien al parecer estaba llorando y pidió hablar con un sacerdote. Así lo relata él mismo para la historia:
― Yo tuve en La Orchila una buena conversación con monseñor el cardenal Ignacio Velasco y le pedí que habláramos a solas a la orilla del mar y nos sentamos y, le dije: “Monseñor vamos a orar a las estrellas de mar. Y le pedí perdón en nombre del Padre, del Hijo y la Virgen María, y le dije que era necesario que todos los sectores del país pusiéramos mayor empeño, toda la buena voluntad que podamos para poder convivir en paz aceptando las reglas del juego, aceptando las normas de la convivencia ciudadana. Esto que ha pasado es un llamado para todos, necesario es que reflexionemos todos. Nunca más habrá aplicación del Plan Ávila. Tú y yo seguiremos la jornada por la vida”. −Y caminamos por la playa hasta la madrugada − recordó.
Y dice estar conmovido cuando, en ese momento llegó un comando militar en helicóptero, y les preguntó a los paracaidistas:
― ¿Pa´ dónde me llevan, pa' Miraflores o por ahí? −pensando que venían para despacharlo (ya que no quiso firmar la rendición cuando lo sacaron de Miraflores). ―Pensé que iba a morir.
El jefe del pelotón del comando, otro ñero igual que él, le dijo:
― Gua, pa' donde va
ser, mi comandante en jefe, pa' su casa, el Palacio Presidencial. Venimos a
rescatarlo por orden del Presidente encargado.
― ¡Ay, compa!, si, usted, juera visto lo feo que es ese susto, que le quieran quitar a uno el coroto ¡Ay! Dios mío, si lo juera visto, ñero, es terrible, palabrita ´e Chávez que no renuncié y que voy a rectificar, palabrita.
Una vez restituido el orden constitucional con el regreso del poder a Hugo Chávez el 14 de abril (14A), se maneja, en los meses siguientes, el argumento del “vacío de poder”. Esto se debe que casi ninguno de los representantes del gobierno, en cualquiera de los poderes públicos, fue encontrado durante el período entre la noche del 11A posiblemente hasta el 13A cuando hubo la rebelión cívico-militar contra Carmona, y al regresar a Miraflores aparece junto con el gabinete de Ministros, y el 14A, en horas de la madrugada Diosdado le traspasa de nuevo el poder.
El caso del general de división Baduel (+12/10/2021) es interesante, puesto que además de traerlo de vuelta a Miraflores, desde La Orchila, también fue uno de los cuatro militares de carrera que prestaron juramento bolivariano bajo el Samán de Güere, junto a los capitanes Hugo Chávez, Jesús Urdaneta Hernández y Felipe Antonio Acosta Carles y él, entonces teniente, Raúl Isaías Baduel que, al igual que Jesús Urdaneta Hernández, a quien Chávez designa como Director de la DISIP cuando agarró el poder, posteriormente se rebelaron contra él, denunciando corrupción, al acusar al comandante de aliado de la guerrilla colombiana (FARC) y llamarlo "traidor a la Patria" por sus alianzas con Cuba e imposición del grito de consigna militar "Patria, socialismo o muerte, venceremos". Fue comandante general del Ejército venezolano desde enero de 2004 hasta julio de 2006, y ministro de la Defensa de junio de 2006 hasta julio de 2007. Desde el 2009 se encontraba en prisión, cumpliendo una condena de casi ocho años, hasta que recibió libertad condicional el 12 de agosto de 2015, para nuevamente ser encarcelado en 2017, alegándose incumplimiento del goce de libertad. Hay una anécdota personal contada por el mismo Baduel en el libro Chávez Nuestro, escrito por dos reconocidos periodistas cubanos[[1]]. En la misma, Raúl Baduel refiere que: "
―"El presidente me comentaba la coincidencia de las fechas que nos han marcado. Es un Historia cíclica. Fíjese en los últimos tres decenios: 1982, el Juramento del Samán de Güere; 1992, la rebelión militar; y 2002, el golpe de Estado. Él decía jocosamente «Qué ira a pasarnos en 2012»”.
Lo que nunca imaginaron fue que, para el 2012, él estaría preso por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) de la misma RB, y el comandante Chávez muerto un año más tarde (aunque en realidad se especula que murió en diciembre de 2012, en Cuba, donde ya estaba entubado). Y, siguiendo la misma lógica, en 2022, ¿qué le irá a suceder a la revolución chavista?
Como advertimos, todas las pifias de sus allegados eran perdonadas por el comandante a cambio de reverencia incondicional, y esto no lo aceptó su compadre Baduel. En cambio, Diosdado Cabello sí se sometió a ser regañado públicamente por el jefe de la revolución en varias oportunidades, en vista de estar haciendo mal las cosas y de recibir quejas de él, entre ellas las de corrupto (al igual que él las recibió de su propia familia, los Chávez Frías, así como Maduro las ha recibido de los suyos, los Maduro- Flores), y de darle puestos de poder a familiares, entre ellos a un hermano, José David Cabello Rondón, quien es egresado de la academia militar venezolana como licenciado en Ciencias Militares y ha estado a cargo como Gerente General del Aeropuerto Internacional Maiquetía Simón Bolívar en 2004, luego de Conviasa hasta que fue nombrado Ministro de Infraestructura el 30 de junio de 2006, y en febrero de 2008 asumió la dirección del SENIAT, la agencia tributaria venezolana, hasta el 27 de marzo de 2014, cuando fue designado por Maduro Ministro de Industrias; y a su esposa, Marleny Contreras de Cabello, nombrada Ministra de Turismo en 2015 por Maduro. El poder de Diosdado Cabello ha ido creciendo dentro del Gobierno chavista, a pesar de su deteriorada imagen pública. Después de fallecido Chávez, sigue siendo 'víctima' de la ʺmala famaʺ, generándole querellas legales con la prensa, y continúa como Vicepresidente del Partido.
Esta ʺimagenʺ, manipulada mediáticamente, condujo a Cabello introducir una demanda motivada por la reproducción a nivel nacional de una información publicada en enero 2015 por el diario español ABC, donde se difunde que él estaría siendo investigado por una fiscalía en Nueva York por sus supuestos lazos con el Cartel de los Soles, el mismo del cual Chávez también había sido señalado como jefe junto a Evo Morales, aunque todo esto se trató de otra patraña más del imperio.
Pero Cabello no es Chávez, y como presidente ya hubiese hecho una 'depuración' stalinista. Y esta fue una de las razones por la que no fue escogido por el enconado líder como sucesor del mismo en Miraflores, pues si lo parafraseamos a lo chavezta, “está raspa'o”. Una elite de la oposición política conservadora, ciega de odio feral, está comprando (con dólares $USD) adeptos civiles y militares (se especula incluso que Chávez tenía infiltrada la conspiración de estos militares, y decidió dejar que el golpe prosperara, creando una estrategia para poder utilizarlo a su provecho)[[2]], para 'guarimbear' y sabotear a la RB.
Tampoco se ha visto a ellos crear una alternativa política de mejora económica, o que por lo menos sea mejor que la existente, la cual –duélale al que le duela− se ocupa de la masa de excluidos no sólo en los 40 años de democracia representativa, sino también de los pobres, aunque bien pagados en el momento, que se usaron para sacar el oro negro de la cuenca del Lago de Maracaibo, quienes terminaron en su mayoría enfermos y abandonados a su suerte después que pasó el 'boom' petrolero de la época, cuando el betún oleaginoso o "crudo" liviano fluía como ʺlluvia negraʺ, dejando una población de asentamientos deprimidos no sólo económicamente, tal lo narra nuestro historiador Ramón Díaz Sánchez, en su grandiosa obra Mene (1936), sino también por debajo del nivel del mar, producto de la extracción del petróleo de los pozos que reventaban al ser perforados y seguir chupándolos con los balancines, hasta secarlos, quedando los espacios entre estratos sedimentarios o capas litológicas vacíos, por lo que se produce el hundimiento por gravedad. Otro escritor (de dieciséis libros en relaciones internacionales, dos de ellos premiados por la Expo America Book Fair en 2003 y 2008) y profesor de la materia petrolera, José Toro Hardy, economista exdirector de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y diplomático venezolano retirado (Embajador de la RBV en Madrid, 2008, y ex Embajador en Washington, Londres, Brasilia, Santiago de Chile y Dublín), académico e intelectual, tras la diatriba de ¿bendición o maldición? (como la de ahora, sobre la ironía de ʺVenezuela se arreglóʺ, que se transforma siempre en apostas, por desbloqueo inicial del país al autorizar EE.UU. a la petrolera Chevron volver a operar en Venezuela por la reanudación del diálogo entre gobierno y oposición) que ha acompañado la explotación del petróleo en Venezuela, cree que no solo los venezolanos se beneficiaron del hallazgo accidental de hace un siglo, sino el mundo también:
Justo después de que se despejara la humareda de los acontecimientos que ocurrieron entre el 11 y el 13 de abril, caracterizados como un “Golpe de Estado” por el Gobierno, los periodistas de investigación Alfredo Meza y Sandra Lafuente Portillo se dedicaron a buscar un sentido a esos hechos y a resolver algunas de las muchas preguntas que dejaron –junto con sus víctimas- como una estela que sigue sin despejarse del todo, intentando responder a interrogantes como: ¿Había una conspiración en marcha contra el gobierno de Hugo Chávez? ¿Quiénes estaban involucrados en ella y quiénes no? ¿Fue una trampa aquello en lo que cayeron los manifestantes que se dirigieron a Miraflores y los que estaban en las cercanías del palacio protegiendo al Presidente?
Y hay interrogantes más atrevidas: ¿Quería el mandatario barrer la revuelta a sangre y fuego con el Plan Ávila? ¿Quería dejar el país? ¿Renunció o no renunció? ¿Acaso fue una estrategia de Chávez para ver quienes estaban con él y quienes no? Lo cierto es que tales interrogantes dependen del cristal desde donde miran quienes se las formulan.
La oposición política tendió a la radicalización, nombrado hasta un presidente −con gabinete y todo− para que le hiciera la guerra al Gobierno 'rojo' desde las trincheras internacionales del imperialismo. El resultado fue otro dictador, Juan 'Bimba' Guaidó, quien –al igual que Pedro Carmona 'El Breve' (que, como primera acción de gobierno, desintegró todos los poderes constituidos e instauró un gobierno de facto)– fue más allá, puesto que, aparte de no reconocer el Gobierno legítimo, hizo negocios con los enemigos de Venezuela, al vender activos y propiedades de la Nación en el exterior a nombre del Estado venezolano, para su propio peculio e intereses que representa, aprovechados a precio de “gallina flaca” por las rapiñas del imperio.
El ciclo mediante el cual Hugo Chávez perdió y recuperó el mando en aquel momento cambió al país en maneras que aún están por interpretarse del todo. El atrevido reportaje de estos periodistas traídos a colación, editado en 2003 bajo el título de El acertijo de abril, sigue generando polémicas y nuevas investigaciones salen a la luz sobre la breve caída del caudillo, ya que los síntomas de un debilitamiento de la democracia liberal y la vida del líder revolucionario Hugo Chávez son fenómenos, aunque paradójicos, que se entrelazan. A simple vista podría resultar difícil hallar un denominador común entre la polarización política en países de América Latina, EE.UU y Europa, pero los movimientos populistas en Estados Unidos y Francia, o el comportamiento de los gobiernos de Venezuela y EE.UU. −salvando las diferencias como Estados-naciones, que son abismales en el orden económico, sociológico, político-cultural, en fin, de orden históricos−, tiene visos similares en su accionar cuando de democracia actual se habla, es decir, del gobierno que muchos consideraban ineludible pocos años atrás para la evolución de la sociedad global. O ¿no utilizó Donald Trump el mismo populismo, el mismo autoritarismo, para gobernar y manipular a las masas, y hasta convocar a las turbas seguidoras o partidarios de su gobierno, a través de Twitter, cuando declaró fraude electoral ante Joe Biden, para que lo respaldaran en su postura, generando su accionar incluso muertos en el asalto del Capitolio?
Siendo un radical por ser castrense insurgente y exaltado revoltoso desde joven, aparte de ser un líder carismático y convocar con el discurso de la mítica llanera, le creían todo lo que decía como cuando negó ser socialista durante la campaña para su primer mandato, algo que nadie puso en duda debido a su pasado militar, pero también porque exacerbaba a las masas que lo amó e idolatró. Él se ponía muy serio, altanero y gritón, como él mismo lo decía, “con cojones y a lo arrecho” −porque era hombre recio, de templanza, cuatribolea'o, capaz de jugar duro−, cuando empezó a discursar en torno a los problemas de Venezuela, al criticar cómo estos «pitiyankes entreguistas del imperio que habían traicionado a Bolívar y hundido la patria ahora pretendían intentar regresar y que “pa' arreglar esto”, después que ellos mismos lo habían desfalcado con los vampiros del imperio: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Toda esto tiene entonces una simiente «jacobino-castrista», la cual se mezcló con el pensamiento bolivariano antimperialista, así como un fundamento de formación nacionalista alimentado en la carrera militar, al igual que un rechazo a la oscura cultura del, para Díaz-Rodríguez, ”progresivo y universal yanquizarse de la tierra”[[6]]. No obstante, dicho discurso -así sea marxista- no tiene ningún efecto real en la conciencia de las masas si no va acompañado de un desarrollo cultural, tecnológico, de planificación social. En esencia: humanista.
Su historial de servicio activo refiere que continuó su carrera ascensionista en las FAN, sobresaliendo en la misma, hasta escalar el grado de Teniente coronel en 1990. Durante este tiempo[[7]], comandó varias unidades del Ejército, entre ellos, Jefe de Ayudantía del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa del Palacio Blanco, en Miraflores (1988-1989), cuando gobernaba Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato, llamado CAP II, el mismo Presidente de la democracia representativa que intentó derrocar por la fuerza en 1992.
Después alcanza el puesto de Oficial de Asuntos Civiles de la Brigada de Cazadores, Maturín (1990). Por último, realiza un Curso de Comando y Estado Mayor en la Escuela Superior del Ejército en los años de 1991 y 1992, donde elabora su Proyecto Bolivariano que tuvo su juramento en el Samán de Güere, una especie de sociedad secreta (que ya vimos estuvo conformada junto a otros oficiales de carrera) surgida para liberar a la Patria de la dictadura oligarca "puntofijista".
Cada vez más se convencía que nunca sería feliz como simple soldado u oficial, que tenía que servirle a la Patria como le sirvieron nuestros próceres. Al pasar algunos años de connivencias comprendieron que una generación no bastaba para alcanzar las metas del proyecto y optaron por la salida rápida que sabía que podían encontrar con el uso de las armas. Como se consideraban soldados de la Patria no tuvieron reparos en usar las armas de que eren depositarios.
Tcnl. Hugo Chávez en la Academia de las Américas – Sede de Guatemala
(En círculo rolo) y el militar (en círculo azul) Jorge Echeverría, instructor del
Curso Asuntos Civiles Internacionales
Fuente: https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/recuerdan-estadia-chavez-pais_0_877712705-html/
Chávez era entonces un oscuro soldadito con virtudes y defectos naturales y un sentido rumbero más desatado. También era un lector voraz. Sus autores favoritos en la época universitaria eran Clausewitz, Bolívar, Napoleón y Mao Tsé-tung. Hasta que, diez años después, en 1992, comienza a brillar con luz propia, al igual que la historia de la revolución chavista (conocida como 4F, por el día y mes –febrero− en el que tuvo el bautismo de fuego), al comandar una oficialidad subversiva de rango medio, cuya ideología era bolivariana ortodoxa −con algunas ideas de Simón Rodríguez, de Ezequiel Zamora ("El árbol de las tres raíces") −, que él la mezcló con la filosofía marxiana, y culminó en el fallido golpe de Estado.
Al respecto, él mismo Chávez le comenta la vivencia a José Vicente Rangel[[8]]:
― Yo dije: ¡Dios mío, qué hice! Y ahora, ¿qué hago? ―pensando en mis hijos, echado en el suelo en una celda fría, por allá en un sótano en Caracas. ― “Yo me quería morir” –comenta finalmente, sin darse cuenta que bajo su sacrificio a la revolución surgía la Venezuela bolivariana, ante la cual aquella noche de incertidumbre no era sino el preludio de la claridad.
Tras una vertiginosa carrera política desde que salió de la cárcel de Yare –donde lo echó CAP por sedicioso–, al ser indultado en 1994 por su padrino de promoción militar y, en ese entonces, Presidente de la República, Rafael Caldera −quien lo defendió al proclamar en un discurso ante el Congreso al día siguiente del intento de golpe, transmitido en cadena nacional: “El golpe militar es censurable y condenable en toda forma, pero sería ingenuo pensar que se trata solamente de una aventura de unos cuantos ambiciosos...”−, y de quien también recibiría el mando presidencial jurando sobre una “Constitución moribunda”, coronaria su gran ilusión al llegar a la presidencia Constitucional de Venezuela, liderizando el Movimiento Quinta República (MVR). A éste le cambiaría de denominación por PSUV, una vez que alborota con la Constituyente, con el proyecto de Revolución bolivariana (RB), tomando como filosofía las ideas del Precursor (Miranda) y las del Libertador, con Rodríguez y Zamora.
Chávez quería formar un “Ejército Revolucionario Bolivariano”, por lo que, al darle protagonismo político a los militares, busca eliminar el ejército burgués, cuyo papel blandengue ante las necesidades de la Patria y de su pueblo ha conllevado la perdida en parte de nuestro patrimonio e identidad nacional. Cuando se alega que los militares venezolanos son “unos vendidos y otros acobardados”, y “han perdido el espíritu... defensor de la nación" (cardenal Rosalío Castillo Lara, expresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, refiriéndose por supuesto a los militares académicos, alegando que “Chávez quiere destruir a las FAN y ya casi la ha destruido con la corrupción)[[9]], se olvidan no sólo de donde surgió la corrupción pública, sino también de dónde nació este Ejercito moderno: de la Venezuela petrolera, con la entronización de por vida de la dictadura gomecista.
El analista de Política Exterior y Economía, Luis González(ver cita 9), refiere que, Chávez tomó contacto con el exguerrillero Douglas Bravo siendo un joven oficial del ejército, tras el fracaso de la lucha armada alentada por Fidel Castro en Venezuela en los años sesenta, y llegó a la conclusión de que el triunfo de una revolución socialista no podía contemplarse sin el apoyo de las FAN.
Según escriben sus biógrafos venezolanos Alberto Barrera Tyszka y Cristina Marcano (citados en González), esas influencias se remontan a su admiración por el general nacionalista peruano Velasco Alvarado (1968-1975), resaltando el hecho de que en América Latina, solo México, Cuba y Nicaragua, como producto de revoluciones que fueron en realidad guerras civiles, abolieron el cuerpo castrense del antiguo régimen para reemplazarlo por un nuevo ejército surgido de las milicias revolucionarias y cuya única lealtad era hacia la nueva clase gobernante. González nos recalca: “Es difícil que Chávez pueda conseguir lo mismo en Venezuela”, olvidando nuestra historia revolucionaria: la Guerra Federal.
Al mandar al traste los valores de la sociedad burguesa, Chávez tenía que convertirse en efector de una revolución social que, desde el Caracazo (1989), está diciendo que no aguanta más los gobiernos de la democracia socialreformista y cristiana de la burguesía venezolana. Con su carisma personal, además del prestigió que se ganó con la sublevación militar, se convirtió en el depositario y conductor de las aspiraciones de un pueblo que lo habían destetado del petroestado con las reformas macroestructurales imperialistas, avivando a las masas explotadas y ahora desposeídas de la ayuda social de un Estado en privatización. Fueron ellas las que le otorgaron a Chávez sus favores, no la Ley Habilitante, el Partido o las Fuerzas Armadas. Esto viene de mucho antes, cuando la Guerra Federal aceleró un proceso igual en las masas que, en otros países de la región, aún no ha comenzado todavía.
Partiendo del hecho de que el debilitamiento de la democracia no sólo está ocurriendo en lugares que alcanzaron recientemente un gobierno democrático, sino también en lugares que tienen larga experiencia con la democracia como EE.UU., Gran Bretaña y Francia, lo que marca la diferencia es que un fenómeno similar se esté produciendo en tantos países distintos al mismo tiempo. Esto no es una cuestión de política estadounidense, griega, turca o venezolana. Se pueden ver movimientos y estados de ánimo políticos muy similares en países que no tienen nada que ver entre sí.
La decadencia de la democracia está precisamente en la torpeza de la capacidad de crear, en la ceguera ante el hecho grandioso, en nuestro horizonte cerrado que no permite abrazarnos en una sola frontera. Sólo una persona sensible, abierta, dispuesta y arriesgada puede emprender la búsqueda desesperada de aspectos dignos de ser contemplados, expresados, compartidos y defendidos. Tal vez se necesita amor –que Chávez tenía de sobra– para conocer ese hecho, tal vez una sensibilidad congenial, así se nos vaya la vida en ello, pues detrás de las múltiples salidas u opciones, está la voluntad ardiente de decir, actuar y concretar lo que es necesario manifestar, procesar y defender, porque es lo que verdaderamente importa: nuestra identidad humana. Toda filosofía, así sea de antemano una maraña dialéctica, tiene una esencia metafísica, la cual Chávez supo usar y sacar provecho a por Chávez con leyes, decretos y reformas al respecto. Empezó por intentar disolver todos los partidos de izquierda que le acompañaron en el triunfo electoral, para establecer un sistema de partido único (el PSUV se propuso inicialmente como Partido Socialista Único de Venezuela), pero el PCV, el Partido Comunista de Venezuela, el más antiguo de la izquierda del país, después de deliberar en un congreso al respeto, no aceptó la disolución ya que quería su propia tajada del festín revolucionario de la izquierda chavezista, ahora socios del negocio político-bolivariano en el poder.
Esto generó que la creación del PSUV aceptara otros partidos minoritarios del chiripero político venezolano, es decir, no sólo de la tolda socialista, sino también socialreformistas y la camarilla conservadora, infiltrándose finalmente el mismo enemigo dentro del Partido revolucionario recién creado. Y además, los arribistas y oportunistas o políticos de oficio colados, muchos de los cuales están enchufados en la corriente del Poder Ejecutivo y legislativos a nivel nacional, también se adueñaron del Poder local, donde el pueblo del mismo modo tiene «granjerías» en el negocio de la democracia 'participativa' a través de los Consejos Comunales y otras formas de asociaciones colectivas y mixtas
Si la estrategia, que fue lo que mejor manejó el comandante Chávez, como la han definido muchos autores, es la ciencia que estudia la realización de los fines del Estado, la cual generalmente se ejecuta sobre un mapa (Chávez siempre pelaba por un mapa para rayar sobre el mismo todo lo que se le ocurría en su vitrina virtual «Aló Presidente»), cuya elaboración –del mapa[[10]],− es una operación ardua, larga y costosa que sólo puede ser realizada por y para el aparato del Estado, siendo elaborado en primer lugar por militares y para militares: “El trazado de un mapa implica un cierto dominio político y científico del espacio representado, y es un instrumento de poder sobre dicho espacio y sobre las personas que viven en él”, ya que sobre el mapa deben ser llevadas todas las informaciones necesarias para la confección de las tácticas y de las estrategias de gobernanza. El «destino compartido» en torno al espacio político de gobierno revolucionario, que ha suscitado las mejoras de la democracia en ciertas capas de las masas, tiene un sentido estratégico muy claro en la conservación del sistema y conducen a ciertas consecuencias que remueven la vida del país.
La voluntad de poder que tenía Chávez fue de una embriaguez que lo llevó a la tumba. Más, como todo lo existente a su alrededor debía amoldarse, plegarse y ajustarse en torno a esa voluntad de poder ―«¡así lo decreta vuestra voluntad! Debe allanarse y someterse al espíritu, como espejo e imagen reflejada de éste» (Zarathustra)―, tenía que expiar su mandar ―aunque él sabía bien que se arriesgaba a sí mismo y pagó con su vida, pues estaba dispuesto a ser un mártir por «amor al pueblo»―, por lo que sabía bien que tenía que ser juez, vengador y víctima de su propia ley autoritaria, ya que “quien quiere ser un creador en el bien y en el mal ―nada está separado―, ése ha de ser primero un destructor, y quebrantar valores”[[11]].
Todos esto rasgos agravan el carácter explotador, corrupto y parasitario del capitalismo. Las contradicciones antagónicas entre capital y trabajo se profundizan y la explotación capitalista se generaliza por la “salarización” estatista de la mayor parte de la sociedad y por el rol administrativo del Estado, el cual sigue siendo burgués, aunque se revista de socialista amparado en el nuevo rol Constitucional de «Estado social» (CRBV. Art. 2), más comprometido con las masas.
Lo que se observa es una discriminación valorativa con fines de mantener «aisladas» dichas economías (el caso más representativo es el de Cuba, después de más de seis décadas) de los beneficios financieros que conllevan la inversión privada de capital corporativo y los que otorgan los organismos internacionales crediticios (FMI, BM, CAF, BEI, FIDA e Instituciones Financieras Internacionales – IFI–, aliados de la ONU, a través del PNUD que trabaja con los gobiernos y las IFI), quienes prácticamente mantienen un “cierre técnico” en torno a estas economías.
También el tratamiento informativo en torno a la imagen de personalidades a las que se les ha dado en llamar "diablos mediáticos", es otro de los muchos ejemplos discriminatorios que, de manera constante, se observan en los medios de comunicación cuando el protagonista de la noticia es considerado un elemento 'peligroso' para el sistema en el que estamos sumido. Es el caso no sólo de Chávez, sino también de Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff –quien fue sacada del poder por un proceso de juicio político (impeachment) en 2016–, Lula Da Silva –a quien le abrieron un proceso viciado (del cual, finalmente, salió libre, pudiendo de nuevo ser candidato y electo Presiente de nuevo en 2022), que lo llevó a la cárcel– y Evo Morales, por sus actitudes en el ejercicio del poder, al tomar posiciones antimperialistas, cuyo tratamiento mediático como elemento herético del sistema ha sido la noticia del día a día.
Chávez reconoció que “el pueblo no estaba preparado”, sin tomar en cuenta que, construir el progreso bajo la sumisión democrática del socialismo forzado es una necedad, pues choca no sólo con los intereses internos, sino también con los dueños del capital internacional, hoy en manos no solo de los imperios, sino también de la globalización o capital financiero, que no tiene fronteras: las corporaciones internacionales. Finalmente, jadeó:
―A veces me provoca ir a ʺtirarme en un chinchorro” porque me siento ʺcomo si fuera un adeco” –ya que lo cargaban a lo alto, pa' arriba y pa' bajo, de elección en elección, aunque en realidad le gustaba y desplegaba en las mismas todo su encanto de líder.
Hay que reflexionar sobre la misión asumida por el comandante Chávez cuando se insubordinó, como lo atestiguan las palabras del Dr. Rafael Caldera ante el Congreso de la época, sobre el porqué del intento de golpe de Estado, al igual que sobre el indulto –aunque se sabe fue parte de un acuerdo político con partidos (PCV, MAS) de izquierda– al Comandante de la insurrección militar contra un régimen, no obstante en descalabro, democrático, ya que Chávez fue −y sigue siendo− el militar más importante que ha representado el bolivarianismo venezolano, a pesar de que hubo un juicio político en su contra en febrero de 1992, que terminó en sobreseimiento con su baja militar y posterior libertad. También del por qué no se le inhabilitó políticamente y cómo logró aprovechar las ansiedades, decepciones y descontentos profundos de un sector significativo del pueblo, al ofrecerles a los venezolanos un repudio a un sistema político que les había fallado, recurriendo a los excluidos, a la masa de desposeídos, a la chusma de las calles, al populismo del pueblo bolivariano.
Estas reflexiones nos coloca en los “Zapatos de mi conciencia” como lo dice Alí Primera, ya que el misticismo de Chávez, forjado desde sus vivencias en el campo rural venezolano, comenzó agitar de nuevo las cenizas cual huracán bolivariano en su atormentada alma, removiendo en ella el lodo que había quedado de sus juveniles pasiones religiosas que habían sedimentado sus pasos de monaguillo, y empezó a vomitar toda la doctrina contra aquellos que se alimentan de dioses y defecan demonios.
Esos recuerdos cayeron sobre su convulso espíritu como “agua purificada”. Se imaginó viendo desde la casa de su abuela paterna el resplandor del amanecer en el horizonte llanero, desde donde salía corriendo descalzo a jugar en el verdor de la sabana. De pronto, creyó oír a Mamá vieja, Rosa Inés, desde el cielo, que le decía:
―La familia te necesita, sobretodo la familia de los chavenzuelas. Tu bisabuelo Maisanta reclama desde su tumba la reivindicación de su hazaña. En ti renacen o gimen por brotar como bellotas las fuerzas de la naturaleza nativa, guerrera, de nuestras etnias, nuestros próceres, de esta tierra bolivariana y zamorana. Renuncia ya a esa vida de soldadito académico y asume el rol libertador que te tiene destinado la providencia de esta Tierra de Gracia divina, o terminaras como un místico fracasado.
De pronto, como un relámpago llanero, allá en la lejanía, comenzó alumbrar la tenue luz que le dio nacimiento al MBR-200, al tomar la decisión de crear el Movimiento Bolivariano Revolucionario, en honor a los doscientos años del nacimiento del Padre de la Patria (1783), el Libertador de cinco naciones y primer antimperialista latinoamericano, Simón Bolívar.
¿Qué interpretaciones podemos sacar? Emprendió una titánica tarea, empeñado en sus sueños e ilusiones míticas populares, lo cual ya era una tranca si no deslastraba, depurando conscientemente. Pero fue incapaz de emprender la formación social necesaria en todo proyecto socializante de todo un pueblo y, debido a la codicia de oportunistas y políticos de oficio que socavaron el Poder Popular, que se reafirmaron electoralmente en su actitud particularista, la interrogante a responder tiene más que ver con qué tipo de significado le daremos como país a ese evento revolucionario que no ha naufragado del todo, señalando un cambio inevitable ya emprendido.
Al soltar amarras sin otro rumbo que sus ideales de bolivarianismo antimperialista, tiene su destino trazado: una eterna guerra. Porque hay que no sólo decirlo sino gritarlo a los cuatro vientos: las innumerables guerras que existen en el mundo son creadas por el imperialismo que maniobran los destinos de naciones y pueblos en el orbe terrestre, como la rusa-ucraniana.
Más como, por una parte, esa pretendida transformación de Venezuela y toda acción subsiguiente a ella, orientada exclusivamente al mundo político-administrativo transformado dentro del orden marxiano-jacobino, no puede dar piso al Estado en el mundo externo en el que la nación se desenvuelve; y como, por otro lado, esta actitud es necesariamente solo subjetiva en virtud de la visión neomarxiana personalista del líder, deja intacta la esencia de la estructura del sistema interno de la sociedad venezolana y no ofrece más que una deformada refiguración de ella. Así pues, la acción transformadora del GB y la resistencia oposicionista no tienen en común sino solo un grotesco ignorarse o un choque no menos grotesco, producido por equívocos de uno y otro lado, amén de una precaria intervención de índole económica sin piso en las relaciones sociales de producción.
Y las vanas y grotescas luchas por su realización en el mundo global hacen imposible conformar su pretendido papel revolucionario que no sea de la mano de los llamados países socialistas que aún quedan. La vida, al mismo tiempo espontáneo e ideológico, de un líder así tiene que ser necesariamente una serie ininterrumpida de superación de equívocos tras equívocos.
De ese posible fracaso se sigue, empero, también la intensidad de su persistente obrar, Por ello, la apariencia de la idea socialista se dibuja ante el rostro de la esencia real: la nación existe con una nueva organicidad vinculada a la idea de que son las viejas sociedades las causantes del fracaso social, y ocupa la posición que le corresponde en el concierto global: una economía frágil e improductiva, aunque ya no sumisa; por el contrario, experimentando cambios inevitables y necesarios, pero naufragando en el pantano capitalista sin opción de ser salvada, porque el salvavidas que le ofrecen es el mismo que ya ha desechado. De por sí, nuestras economías han venido siendo "rescatadas” una y otra vez por el paragua capitalista que siempre les cubre, a costa de una deuda que se incrementa cada vez más de manera descomunal cuando recibe dicho "salvavidas". Así pasó, por ejemplo, la última vez en que se declararon en crisis. La Reserva Federal (también denominada Fed: es el sistema bancario central de los EE.UU.) adoptó medidas de control monetario y del crédito, ante una importante ola inflacionaria (la tasa de desempleo superaba el 7% y el costo de la vida y el precio de la gasolina estaban disparados, al igual que ahora, ya que la inflación en 2022 llegó al 8,6 %, una de las tasas más altas del mundo, y la Fed anunció el mayor aumento de las tasas de interés en casi 30 años como parte de su estrategia para detener el incremento de la inflación[12]), que superaba los dos dígitos (11,3%) en 1979, Esto produjo una recesión económica (la pobreza aumentó de 40,5% a 48,3% durante dicho periodo, según datos de la Cepal) durante la década de 1980, afectando a 18 países de la región, y agudizó el alza de la carga del servicio de la deuda y consiguientemente exacerbó la magnitud del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos[13].
controla el futuro.
y el que controla el presente
controla el pasado.”
George Orwell
III
Con los cosacos rojos jacobinos
Cuando el comandante salió de Yare, enrumbó hacia el Norte, no para ir –como lo hacían los inquilinos de Miraflores en la IV República− a entregarle cuentas al inquilino de la Casa Blanca por el levantamiento militar que había intentado sin su permiso, sino para llegar hasta La Habana.
Vestido de liquilique verde, bajó Chávez las escaleras del avión en el Aeropuerto Internacional José Martí, donde fue recibido con los honores que se le dan a un comandante revolucionario.
Y, ¡sorpresa! Había sido invitado para dar una conferencia en la Universidad de La Habana, pero al pie de las escaleras lo esperaba el máximo comandante de la Revolución cubana, Fidel Alejandro Castro Ruz.
Al percatarse de la significación de su movimiento, Chávez sintió una inmensa alegría que se dibujó en sus labios y abrazó efusivamente a Fidel. Jamás imaginó que el líder histórico de la primera revolución comunista armada de la región fuera a recibirlo en persona nada más arribando a «tierra libre» y antimperialista latinoamericana. Lo que, al parecer, no sabía o había olvidado Chávez es que, desde 1961, Fidel había dado la orden de exportar la revolución a todas partes, y Venezuela fue uno de los primeros países en su lista guevariana.
El discurso antimperialista que dio el eufórico líder del Movimiento Bolivariano ante el comandante en jefe de Cuba lo dejo impresionado. En la medida que éste iba dando su discurso, Fidel esbozaba una grata sonrisa, se agarraba la barba, y miraba con ojos glamorosos al que iba a resucitar su sueño antimperialista de un solo destino latinoamericano, de la mano de Martí, ahora acompañado de Bolívar. Era como si estuviera viendo un gallo fino de pelea o escuchado a otro Che Guevara.
Al terminar se reunieron y lo que parlotearon en privado le sirvió a Chávez para encender aún más su fogón bolivariano y revolucionario atizado por el maestro jacobino.
Ha conocido al patriarca de la Revolución Cubana, un viejo comunista bolchevique-jacobino idealista y convencido martiniano que se aferra a las tradiciones y lucha revolucionaria independentista, bolivariana y antimperialista, además de un “hueso duro” de roer para el Imperio estadounidense.
Fidel, después de dejarlo hablar a sus anchas de su «proyecto bolivariano», le dice que en nuestra América es absurdo inventar un país y le propone formar lo que él hizo: la invención de una revolución 'permanente' de base popular, con las masas, dándole el carácter plebeyo jacobino. Esto es, darle a la RB la connotación marxista de clase social revolucionaria. Marx subrayó la función histórica del jacobinismo como “una manera plebeya, para acabar con los enemigos de la burguesía”[14], la clase social que impulsó la Revolución Francesa, alcanzando el poder y manteniendo, como clase social, la soberanía política y económica. Para ello, la forma de organización política es clave. Como ejemplo tenemos el caso del Club de los Jacobinos (surgido en la Revolución francesa de la mano de Robespierre), representando al burgués (población asentada en burgos urbanos compuesto de artesanos, herreros y prestadores de servicios a fines de la Edad Media), es el germen de los partidos políticos; al igual que el Club de Doctores, en cuyo entorno Marx adquirió su formación filosófica fuera de las aulas, que no tardó en convertirse en la vanguardia filosófica y política del movimiento de los «jóvenes hegelianos[15].
En amena charla, Fidel, abogado de praxis revolucionaria, procedente de clase media acomodada y exalumno de un colegio jesuita, le manifiesta al joven aprendiz cómo el verbo 'profundo' y rebelde funciona como un imán –al estilo Mein Kampf:–, y en la praxis revolucionaria, en comunión y conversión (le hace énfasis, en comunión (le hace incluso, que lleve siempre un crucifijo, que a él y a sus Doce Discípulos les funcionó siempre ante la gente piadosa y creyente) con la masas, siendo estas las verdaderas armas para alcanzar y permanecer en el poder, salga a la calle. Le aconseja a la sazón que, partiendo de la publicación de su arenga del "Por ahora" −frase megalómana con la que Chávez asumió el reto (al igual que él cuando intentó la toma del cuartel Moncada, y publicó su libro con el título de la frase de cierre de su autodefensa: “La historia me absolverá”) tras el fallido golpe de Estado pretendido por él y sus hombres−, la cual sería como su «biblia revolucionaria», y vaya a compartir con los descalzos, los descamisados, los viejos y viejitas, campesinos, obreros en las fábricas, con el indigente, y cerro arriba, con el pobre y los niños de Alí Primera (”venga, lo llevaré de la mano a esos cerros humildes donde hay niños venezolanos…”), proclamando a los cuatro vientos la unión cívico-militar en un solo Partido; que no se revele socialista o comunista al principio, que mantenga bajo perfil, hasta convertir la circunstancial victoria democrática en permanente. Que prepare también un sucesor como él lo hizo con su hermano Raúl, llamado El Chino, a quien le cedió la presidencia de Cuba en 2006.
Una última cosa pero no menos importante, y es que se rodee de milicianos que son la mejor garantía de jaquear desde el Poder a los enemigos de la Revolución, y le cuenta cuando lo quisieron apartar del cargo de Primer Ministro mientras había un Presidente interino en 1959:
―Yo supe aprovechar la movilización de los cortadores de caña, traídos a la capital por Camilo Cienfuegos, que llegaron machete en mano vociferando: “6 millones de macheteros te respaldan” (Chávez llegó a congregar –nada más en la capital– igual cantidad de electores, quienes bajaban o eran movilizados de los cerros para votar por él) y me acuerdo cómo temblaban los políticos contrarevolucionarios cuando los vieron entrar en La Habana. Es verdad —continua diciéndole– que las bases de sustentación de todo sistema moderno son la burguesía, el poder militar y los partidos políticos del status quo. Pero la burguesía ha perdido su toque revolucionario desde hace tiempo, a los militares con tan solo sacarlos de nuevo de los cuarteles y mantenerlos permanentemente en las calles, dándoles protagonismo político con el pueblo, se quedan tranquilos, y a los partidos políticos los incluyes también, pero en el “mismo saco”: un solo partido, garantía suficiente para permanecer en el poder de manera indefinida.
Y se extiende al hablarle de los políticos, puesto que ha leído mucho, y le recuerda que en Venezuela hay muchos insignes escritores de verbo revolucionario candente como al insigne escritor Domingo Alberto Rangel[16], quien subrayó el papel de estos, en muchos de los cuales la honestidad desapareció hace muchos años:
—«Se han convertido en una clase de opinión, al desaparecer el estadista y el intelectual político, incrementarse la decadencia de valores y liberarse a la clases sociales medias, proletarias y marginales de sus ataduras serviles para que asuman su responsabilidad histórica, ya sea de manera consciente, sea porque los módulos de consumo del país se resquebrajaron, sea porque el auge económico se vino abajo, colapsó; sea porque el pueblo es necio, sea por la causa que sea, lo cierto es que ʺla democracia es una realidad de masasʺ».
Las misiones serán parte estratégica del recetario fidelista antigolpe dado a su pupilo y nuevo misionero guevariano del siglo XXI. La idea misionera sugerida por el líder jacobino va en el sentido de “Yo soy el destino…” de mi pueblo, de mi patria, de mí mismo… (Es una concepción doctrinaria de orden ideológica); o “Yo soy el Estado” –concepción absolutista e idealista del rey Sol, Carlos XIV–; “Yo soy el destino de Europa” –es una concepción filosófica nietzscheniana–; etc. Y hay otras más apegadas a lo que llamamos 'verdad'. Por ejemplo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, es una concepción de la doctrina cristiana, cuya ideología (no la de Cristo) impide su propia viabilidad; “Yo Soy el que Soy”, es una concepción religiosa del judaísmo; y así. Entonces, porque la mera liberación no produce libertad, como bien lo analizó Hegel en el tema sobre la Revolución francesa en su Fenomenología del Espíritu[17], Fidel le hace énfasis en que las misiones son el “pan de cada día” para la conversión colectiva de los pueblos que no pueden cambiar al estar negada para ellos de manera consciente la revelación de lo nuevo.
Chávez pensaba, mirándolo poseído de la febril excitación revolucionaria que siempre caracterizó al eufórico líder:
―Es verdad, siempre hemos pensado que haberse liberado equivale a ser libre; Y esto es tan viejo como la primera revolución que no trajo libertad sino nuevas clases y formas de explotación. Por eso se han llamado revoluciones lo que solamente eran revueltas, golpes de Estado, rebeliones, cambio de regímenes. Esos fenómenos tienen en común la violencia y el mero cambio de manos del poder. Hay que seguir los pasos de Cuba, al crear un gobierno fuerte en su conformación revolucionaria materialista en circunstancias que son históricas [la «Guerra Fría»], necesario en virtud de fortalecer los gobiernos revolucionarios.
Si aplicamos a Chávez las contradicciones de la liberación por él pregonada en relación a Venezuela, vemos la misma dialéctica de libertad absoluta extendida en el mundo occidental tras la Revolución Francesa. Se ha llamado libertades a lo que son simplemente liberaciones de ciertos estados de servidumbres; abolición de ciertos procesos que ahora se practican de forma regulada con contratos sociales. La intolerancia de esa actitud heroica nietzscheniana, “Yo contra toda la historia”, ante la negación del pasado que no se corresponda con sus intereses ideológicos, el “ser libre de…”, para “ser dependiente de…”; libre del Imperio y esclavo del Estado.
Desde una perspectiva diferente, influenciada por el marxismo, y que busca una alternativa al mito político desarrollista del modelo capitalista, más cercana a la especulación pura y esencialista de la política que a la praxis (aunque también se han introducido elementos de socialización de los medios de producción, como la colectivización, y lo comunal −este último desde una óptica estatista, ya que dependen directamente del Poder Ejecutivo), que tienden a apuntalar un modo de producción de índole socialista, el Gobierno chavista rompe con la dominación histórica suramericana –por ser cabeza de playa− del imperio norteamericano.
Además, vosotros sois hijos de la patria del Libertador de naciones, donde se concibió la idea de la unión de los pueblos de América. Luego:
―«Que ojalá que el destino de Venezuela y el destino de Cuba y el destino de todos los pueblos de América sea un solo destino, porque ¡basta ya de levantarle estatuas a Simón Bolívar con olvido de sus ideas!, lo que hay que hacer es cumplir. …porque Bolívar es hijo de Venezuela y Bolívar es el padre de la idea de la unión de los pueblos de América. (…) Y que el sentimiento bolivariano está despierto en Venezuela. (…) Luego, Venezuela debe ser el país líder de la unión de los pueblos de América»[18].
Esto lo vio claro el líder de la revolución cubana y le entregó un manual al pupilo sobre cómo prepararse en el arte de la guerra política, el cual siguió el líder de la RB al pie de la letra, sobre todo el concerniente a la comunicación con las masas, porque Chávez afirma, una y otra vez, que su única meta es la felicidad del «pueblo venezolano». Es verdad que Chávez sentía un inmenso afán por darle al pueblo de qué sentirse seguros y orgullosos, para lo cual el «régimen tonificante» que impuso a su estilo, y que después calificó como el «socialismo bolivariano», surtió tales efectos al inicio de su inventiva. Recordó que existe un procedimiento infalible, señalado por D. A. Rangel(ver cita 15):
«Consiste en hablar generalidades abstractas, manejando y retorciendo como lavandera ciertos conceptos teóricos. El arsenal democrático ―sobre todo el ultrista o de lenguaje radical, ya sea de orden liberal o conservador; radical u ortodoxo– tiene todo un repertorio de frases, nociones y muletillas que sirven de excipiente… Los derechos humanos, la libertad, los fueros del pueblo, la responsabilidad del poder, el ventajismo del gobierno, la reforma agraria o el nacionalismo democrático constituyen como títeres de tinglado que el dirigente político saca en una feria de sus declaraciones y discursos para defenderse, o defender sus verdades, intereses e ideologías».
―De un político espero cualquier cosa –pensó Chávez–, pero me asombra que un moralista pueda engañar y, peor aún, engañarse a sí mismo, ya que esto está sucediendo en todos los ámbitos de los escenarios públicos o instituciones de la sociedad: curas pedófilos, intelectuales pagados, científicos vendidos, autoridades fariseas…
Chávez se volvió un experto en este arte de generalidades condensadas en virtud de las clases recibidas en el uso del discurso insuflado de símbolos, de su «Maestro de maestros», el doctor Fidel Castro Ruz, quien se 'creó' a sí mismo como un "Emilioʺ, al igual que los grandes conductores de las revoluciones históricas (como Bolívar, Robespierre, Lenin y Mao Zedong, quienes incluso también crearon sus propios ejércitos revolucionarios), para echar los nuevos cimientos sobre fundamentos ciertos y más completos, así como manejar la fuerza ceñida del poder que involucra un Estado revolucionario.
El recetario de Fidel era doctrina pura. No es comunismo; es jacobismo o populismo revolucionario. Se trata de resistir la tentación esclavizadora del capitalismo y retomar los valores comunes, incluyentes y revitalizadores de nuestras tradiciones. Al final, lo insta a que, contra viento y marea, así se le cataloguen de dictador, además de que tendría que enfrentar una oleada de atentados contra su vida, se mantenga en el poder una vez alcanzado, aplicando “proyectos y más proyectos” sumados al Plan Socialista que, en definitiva, buscarían a largo plazo alcanzar el desarrollo de la Venezuela potencia. Para ello le da la “receta mágica” de corte marxiana que cada uno de los gurús revolucionarios ha implementado: la selección de un discípulo para la continuación de la obra.
Y esta disposición hereditaria le sirvió a la Revolución bolivariana para prevalecer en el poder después de fallecido su líder, como igualmente le funcionó al mismo líder de la Revolución Cubana. En relación a cómo se podría o debería efectuar tal control social, como poniendo tales procesos bajo el control de alguna forma u organización política (comunas, consejos, federaciones de tales comunas o bajo el control directo de los trabajadores), es la alternativa neosocialista, puesto que el control del Partido, como el de las dictaduras de los partidos comunistas (el caso del PCUS de la ex URSS es el más representativo, ya que China hizo importantes reformas al control absoluto del PCCh para sobrevivir), llamado “socialismo real”, fracasó por su alta cuota de sacrificios.
Cuando Fidel lo despide, lo que le ha dicho sería no sólo significativo sino decisivo para la consolidación de la Revolución bolivariana, puesto que sin ser Chávez un escritor (jamás escribió uno de sus discursos; todos los daba en vivo y sin borrador) tenía una admirable facilidad de palabra y era un buen memorista, conversador, narrador, orador, cuentero, coplero, bastante audaz y estratega militar que se embolsillará al pueblo con el recetario fidelista (también le funcionó muy bien andar besando viejitas y crucifijos), y él le promete que al tomar posesión lo llamará iso facto como su mentor.
Cuando Chávez gana las elecciones en diciembre de 1998, vuelve inmediatamente a Cuba con un sequito de militares afines al proyecto bolivariano que le acompañan, así como varios representantes de grupos políticos radicales que se sumaron en apoyo a la implementación inmediata de medidas para abolir las relaciones sociales capitalistas.
De esta forma, el nuevo populismo que se implementó desde el Poder Ejecutivo comenzó un proceso de socialización de políticas económicas que institucionalizó una intervención del Estado en todos los niveles, ya no sólo en la economía, sino también en el orden social −a través de las llamadas “Misiones”− y educacional, sobre todo en la ideologización en torno al Frente Nacional Bolivariano, para ampliar las fronteras del MBR 200, conteniendo “a los estudiantes, los militares retirados y en ejercicio, a los campesinos, a los aborígenes, a los intelectuales, a los obreros, a los pescadores, a los soñadores”[19]. Así, el nuevo Socialismo Bolivariano tiene más de comunización que de comunitarismo, a pesar de que el III Plan Socialista de la Nación 2019-2025 es de por sí Comunal. En esencia es un socialismo estatista o capitalismo de Estado, impuesto desde arriba; un nacionalsocialismo bolivariano, concebido en base a la asociación nacional del Estado y la sociedad para formar lo «comunal jacobino».
Esa «centralización» o acumulación en manos del Estado es un paso intermedio —según Marx, ya que acentúa el proceso de socialización de la producción— hacia el desarrollo teórico del socialismo. Esto implica que estatización no es ni puede ser considerado un modelo socialista, ni la conformación de un Estado meramente comunal, ya que China de por sí era un país comunal, pero esto no significó que se hiciera socialista una vez que la Revolución maoísta llegó al poder, a pesar de que le fue más facial avanzar hacia ese estado, pues se le otorgó un papel central a la clase campesina como motor de la revolución, y así pudo tomar el control de ellas.
Por el hecho de que Venezuela ya era un Estado presidencialista, donde la nacionalización o estatización de la industria y las empresas motoras (básicas) del país existía −en virtud de ser el dueño histórico de los recursos naturales (tierras, agua, minerales) y de poseer las industrias básicas montadas en el proceso de sustitución de importaciones−, Chávez le pudo poner “la mano a la torta”, dándole tan solo la vuelta: de Estado capitalista a capitalismo de Estado.
Cuando Chávez se preparaba para retornar a Caracas, el escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez, quien había conocido a Chávez durante su reunión con Castro, aprovechó la cola en el vuelo del avión de la Fuerza Aérea Venezolana. Durante el mismo tuvo la ocasión de tener la única vivencia personal de sostener una entrevista con el que cambiaría el destino de Venezuela desde entonces, y llevaría las riendas del poder hasta el 2013:
—¿De modo que tú vas arreglar Venezuela? —indagó Gabriel después de escuchar sus pretensiones del proyecto bolivariano, dibujadas a grandes rasgos por su insigne anfitrión.
—Bueno, por lo menos lo voy a emprender ya que tengo el derecho y el deber de internarlo. Yo soy un soldado del pueblo. De ahí a que esto se consiga, no depende de mí sino del pueblo. Sería terrible que de un hombre dependiera el proceso de liberación de todo un pueblo. Sería una degeneración del proceso mismo.
—Estoy un poco confundido —agregó Gabriel recalcando las palabras—, porque me temo que no podrás realizar en tan poco tiempo tantas cosas que te propones.
—¡Esa es tu impresión! Espero que cambies de opinión al ir hacer entrega a tus lectores de la misma, donde les expondrás, supongo, los motivos que mueven mi proyecto, el cual también es el de ¡todos los colombianos!, si lo vemos desde nuestros orígenes como naciones bolivarianas (él sabía que el laureado escritor era un gran bolivariano).
Cuando llegaron al Aeropuerto de La Carlota, se despidieron para no verse más, pues el Premio Novel de Literatura colombiano no lo honró con una visita, pese a que Chávez, al despedirse, ya que el avión siguió para llevarlo a Barranquilla, le dijo:
—«Bueno, vuelve, “nos vemos aquí el 2 de febrero”» –invitándolo a la investidura presidencial que tendría lugar dos semanas después (la visita de Chávez a Cuba fue el 17 de enero de 1999).
Al bajar del avión Chávez, a pesar de la cordial charla de tres horas y media sostenida con el Gabo durante el viaje, así como de la admiración sentida por él, fue impregnado de la sensación de que todo literato no pasa de concebir sus ideas del mundo con mágicas frases, así sean estas expresiones de un sentir de verdadera crítica, pues no pasan de ahí, llegando hasta la crítica efectiva a nivel individual, pero sin ningún alcance de acción transformadora en las masas.
La excitación de su ánimo le hizo sentir esto de manera excesiva en su exaltado espíritu lleno de ideales revolucionarios constreñidos de marañas doctrinarias y una marcada impaciencia por acaudillar todo un pueblo.
Tanto era su desesperada urgencia, que lo primero que hace Chávez, justo al asumir formalmente como presidente ante el extinto Congreso bicameral, jurando sobre una “moribunda Constitución”, fue juramentar ese mismo día a su gabinete en el Palacio de Gobierno y rubricar de una vez el decreto que convocaba a un referéndum para la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente.
En cambio, a García Márquez –mientras lo veía alejarse entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera hora– le «estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos:
—«Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país. Y, el otro, un ilusionista, que podía pasar a la historia como un déspota más.»[20]
“No es posible hacer nada bueno
con simples reformas legales:
ya uno está harto de leyes
y de leyes parecidas en todo
a la de los liberales.”
Simón Bolívar
(Extraído de Obras Completas)
IV
En Miraflores
Era el año en que el comandante Hugo Chávez se sentó en la silla de Miraflores y empezó sus periplos, entre los cuales la paradisiaca isla de Cuba era predilecta. También era el año de la Constituyente. Después nada volvería a ser igual para los venezolanos: era el año de 1999.
Nunca se vio sentado en la Silla de Miraflores, aunque la intoxicación de Poder si le fue entrando por los poros y los intersticios neurológicos como una autoinducción. Por el contrario, como llanero amante de las libertades campestres y como hombre militar no podía imaginarse otra forma posible de gobierno que el imperio de la ley del Llano y el orden 'cerrado'. La idea de cualquier dictadura –que no fuera la del proletariado– no le pasaba por la chavezta, como tampoco la de ser presidente; hasta que una vez, siendo ya cadete, le entro en el seso el gusano del sillón –contará en una entrevista desde el mismo Palacio de Miraflores, dada al periodista José Vicente Rangel, quien escribió un libro (De Yare a Miraflores, el mismo subversivo)(ver cita 7) de Entrevistas al comandante Hugo Chávez Frías, realizadas entre 1992 y 2012–, como se lo comenta a Rangel:
―«Tú recuerdas, tú eras mi canciller, nuestro canciller, y comenzamos a gobernar, a tomar las primeras decisiones…».
Lo cierto es que fue a Miraflores a buscar una caja de whisky, "tú sabes, el agua espirituosa gringa", para la promoción de la reina de las FAN en un Carnaval y –continúa diciéndole:
―«Como era farandulero −confesaba− la estaba amenizando, cuando por ahí mismito» –señalando los pasillos al fondo del Palacio al periodista ya que estaba dando la entrevista a la entrada, una especie de antesala− entró Lusinchi ―prosigue:
—Venía con Blanca Ibáñez y su sequito de oficiales, nunca se me olvida, yo estaba parado por allá, me conseguí con el Presidente…, y éste me preguntó: "Qué hace por aquí, soldado", a lo que le respondí, parándome firme:
—"Buscando una computadora, Sr. Comandante en Jefe, porque quiero hacer un curso" ―y se echó a reír de manera jocosa, contándole a José Vicente mientras éste lo veía incrédulo y oía atónito―. Y, entonces –se extiende contando– lo mandó con uno de sus oficiales a ubicarlo en un lugar del Palacio».
Desde entonces, él cada vez que veía a Carlos Andrés Pérez, en virtud de que le llamó la atención el rol desempeñado por este líder tercermundista, quien cooperó durante su primer gobierno en aspectos claves de la política latinoamericana, al gestionar, por ejemplo, la reincorporación de Cuba a la OEA y, después de que la iniciativa no prosperó, reanudó las relaciones diplomáticas con esa isla caribeña, al igual que promovió una geopolítica internacional venezolana de no-alineación. Desde entonces, él cada vez que veía al Presidente, pensaba: «No podré yo llegar ser como éste…», tal vez viendo y soñando con la popularidad del "Hombre que camina, va de frente y da la cara" (lema que usó CAP I en su campaña), que "le dio la vuelta al mundo tres veces" y nacionalizó el petróleo, llamada después la "nacionalización chucuta" de la "Venezuela saudita". Y continúa diciéndole:
—Yo andaba leyendo mucho al Che Guevara, a Plejanov y tus discursos de cuando eras candidato, y a muchos otros. Recuerdo Américo Martín; ¿cómo se llama aquel libro que salió por aquellos años?
—Los peces gordos, –responde J.V. Rangel.
—Los peces gordos. Recuerdo haber leído a Diego Salazar, Después del túnel. Comencé a leer a Douglas Bravo y sus escritos… en fin, decidí incursionar por ese camino…
Lo innegable es que no tenía ni la más mínima idea sobre el ejercicio de un cargo de esa magnitud y la responsabilidad individual y social que ello implicaba. Tan sólo lo movía las fuerzas que mueven las maquinas que, aunque dicen que no tienen alma (¡hasta las piedras las tienen!), de alguna forma poseen eso que llamamos la “huella ecológica”, y tienen, al igual que toda forma creada en el Universo conocido, energía electromagnética y constitución fotónica. Finalmente, concluye:
―«Porque de jovencito uno ya seguía la política, yo te seguí mucho a ti, uno miraba, Carlos Andrés Pérez, los discursos, ¿eh?; Después yo estudié un poquito la Ciencia Política en un postgrado y tal… ».
Esas ganas, que se manifestaban en una 'borrachera' sin miche o ron, con coplas y leyendas de sabana saliendo por los poros como salen y entran esas partículas subatómicas o fotones, alimentadas por las lecturas aprendidas en la Academia, le abrieron el sentimiento nacional y también tenía mucho coraje y 'picazón' por reclamar lo que había leído en la historia marxiana, donde se exponen los intereses especiales que dominan la actividad capitalista.
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El Amor Bolivariano
Ahora que has partido
te invocamos aún más
como si todo esto
tuviese que suceder de nuevo
También te lloramos
como gime el río en la montaña
y al mismo tiempo
se calma en la sabana.
Allá lejos,
donde el horizonte
se hace uno con el cielo
en su vaivén de topochales
cuando surca los esteros y guayabos,
bailando pega'o a la tierra
de la gracia revolucionaria,
reverdeciendo de sosiego
la tarde mañanera
para verter sus lagrimas
en el mar de las tormentas,
aquel que templó tu espíritu guerrero
de la bravura caribeña,
tiño tu rostro de piaroa
y chamuscó tu pelo afroamericano
entregándonos el mestizo amado
que ya extrañamos.
Tu alma inmortal
navega en las aguas tumultuosas,
levantando el huracán bolivariano
cual capitán de las estrellas.
No te has ido ni eres leyenda
tan sólo te has adelantado
para preparar la nave
que llevará las almas redimidas
limpias de la humeante realidad
llamada civilización.
Sabemos que
por ahora has partido
y por siempre permanecerás
en cuerpo
–la Patria
mente
–bolivariana
Y corazón
–el nuestro
arando y sembrando
la esperanza del amor.
El Autor
(En homenaje póstumo a Hugo Chávez, marzo 2013)
Detalles del producto original
Título original: El Patriota Ilusionista
Copyright: ©Eudes A Zambrano A
ID: 16965879
ISBN 5-800124-240079
©2015 Lulu Press, Inc. Todos los derechos reservados. Licencia copyright estándar (suministrada por Editorial Inc. Hillsborough St. / Raleigh / NC).
Diseño portada: Eudes Zambrano
Licencia: Lulu Press, Inc.
Book properties:
Print Book: Digest (14cm x 21.6cm / 140 x 216 mm), Standard Black & White, 60# White,
Paperback, Glossy Cover, pp. 105
Tinta interior: Blanco y negro / Peso 0,41 kg
Tipo de encuadernado: Libro en rústica con encuadernación americana.
Edición (Actualizada): 2022
ISBN 9-781458-345622
Idioma: Español
Versión 1 / ID 16r2rn94
Creada: Jul 11, 2015 / Actualizada: Mar 10, 2022, con el título de El Ultimo Patriota
Gestión editorial (electrónica): https://www.lulu.com/spotlight/estrabon
Disponible (sólo para lectura) en:
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Página Web del autor (donde pueden encontrar otros libros digitales publicados):
https://estrabon.neocities.org/eudeszambrano/pag.escritor.index.html
Notas
[2] BBC News Mundo. (2022, Abril 11). “A Chávez le dieron la oportunidad de oro para radicalizarse”: 20 años del fallido golpe de Estado en Venezuela. Entrevista a la Historiadora venezolana, Dra. Margarita López Maya, presidenta del Latin American Studies. Véase online en: https://www.bbc.com/mundo/noticiasamerica-latina-61023359
[3] Pero esta vez lo acompaña la voz de un locutor que afirma que disparan contra una manifestación que se acerca por la avenida Baralt, circunstancia que no aparece en la imagen y que, como se ha indicado, no era cierta. Con voz quebrada por la emoción, el locutor miente: “Vamos a transmitir unas imágenes que captó nuestro colega el reportero Alfonso Fernández. Este señor ha disparado contra los manifestantes que venían en forma pacífica... Y vuelven a descargarlas una y otra vez contra cientos de manifestantes indefensos... Ustedes acaban de ver las imágenes de miembros del MVR con franelas del MVR disparando armas automáticas, descargando las armas, volviéndolas a cargar y repitiendo esta acción una y otra vez contra manifestantes indefensos que iban circulando por la avenida Baralt”. La imagen previa, que muestra bolivarianos tirados en el piso de puente Llaguno esquivando la balacera, es también difundida con otra locución explicativa que tergiversa totalmente su sentido. (Venezuela: investigación de unos medios por encima de toda sospecha. p.27). Véase online en: https://www.scribd.com/document_downloads/direct/32624400?extension=pdf&ft=1653247561<=1653251171&user_id=16156318&uahk=kucikYzd4TGJ0QdkONbhHJiT06g
[4] Venezuela: investigación de unos medios por encima de toda sospecha. Véase online en: https://www.scribd.com/document_downloads/direct/32624400?extension=pdf&ft=1653247561<=1653251171&user_id=16156318&uahk=kucikYzd4TGJ0QdkONbhHJiT06g
[5] Serrano, P. (20O9). Desinformación. Como los medios ocultan el mundo. Véase online en: https://www.academia.edu/43763276/DESINFORMACION_COMO_LOS_MEDIOS_OCULTAN
[6] Díaz-Rodríguez, M. (1994). Caminos de perfección. Caracas: Biblioteca Ayacucho. p. 12. Disponible en: https://books.google.co.ve/
[7] En este mismo tiempo, el entonces Mayor Hugo Chávez fue en 1988, a la Pequeña Escuela de las Américas de Guatemala, donde asiste a un curso de Asuntos Civiles Internacionales, impartido por 6 meses., donde participó en la formación de batallones antiguerrilleros formados por los EE.UU. (Véase online en: https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/recuerdan-estadia-chavez-pais_0_877712705-html/ ).
[8] Rangel, J. V. De Yare a Miraflores, el mismo subversivo. Caracas: SAIN, 2013. pp. 504
[9] Kossok, M. (1977). La sal de la revolución. Revista Historia y Sociedad, N° 13. México, D.F. p.26.
[10] Lacoste, I. (1973:7). La Geografía: un arma para la guerra. Véase online en: http://sgpwe.izt.uam.mx/files/users/uami/prunier.delphine/kupdf.net_la-geografia-un-arma-para-laguerra-yves-lacoste.pdf
[11] Nietzsche, F. (1983). Más allá del bien y del Mal. Madrid: Ediciones Orbis, S.A. pp. 287
[12] BBC. (2022, jun. 15). Por qué en EE.UU. la inflación es un problema (aún) mayor que en otros países ricos. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-61799540
[13] BBC. (2022, oct. 27). "La década perdida". Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-62696023
[14] Kossok, M. (1977). La sal de la revolución. Revista Historia y Sociedad, N° 13. México, D.F. p.26.
[15] Blumenberg, M. (1984). Marx. Barcelona (España): Salvat.
[16] Rangel, D. A. (1973). Los Mercaderes del Voto. Valencia (Venezuela): Vadell Hermanos (Editores distribuidores).
[17] Kerkhoff, M. Aspectos Terroristas en el Panteísmo de Nietzsche. En “La Muerte de Dios”. Caracas: Monte Ávila Editores C.A., 1970. p.84-85
[18] Discurso Pronunciado por el Comandante Fidel Castro, Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la Plaza Aérea del Silencio, Caracas-Venezuela, el 23-01-1959. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1959/esp/f230159e.html
[19] Federico D. (2013). El pensamiento de la Revolución Bolivariana en los discursos del Comandante Hugo Chávez Frías. X Jornadas de Sociología, Universidad de Buenos Aires. Ver online en: https://cdsa.aacademica.org/000-038/19.pdf
[20] El enigma de los dos Chávez. Entrevista del Gabo a Hugo Chávez, en un vuelo de La Habana a Caracas. Publicada por Gabriel García Márquez en la Revista Cambio, febrero de 1999. Véase online en: https://www.voltairenet.org/article120084.html
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