GEOGRAFÍA HUMANA Y ECOSOCIAL DE VENEZUELA III


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TERCERA PARTE

LA CRISIS DEL ESTADO CAPITALISTA DEPENDIENTE Y EL SURGIMIENTO DEL CAPITALISMO DE ESTADO

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CAPÍTULO IV
LA FORMACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL VENEZOLANA: PATRÓN ESPACIAL DE LA FORMACIÓN SOCIOESPACIAL ACTUAL

LAS DIMENSIONES DEL ESTILO DE DESARROLLO: EL CENTRO, LA PERIFERIA Y EL ESTILO ASCENDENTE.

             Todo lo visto anterior no puede ni pretende ser exhaustivo, pero debería ser suficiente para mostrar que si bien en cada caso se trata en definitiva, a un elevado nivel de abstracción, del desarrollo del capitalismo en su fase de expansión colonial ó de su espacio-territorial, no es menos cierto, a otro nivel de abstracción más concreto, que dicho proceso adoptó en los diversos casos estilos o modalidades diferentes de organización económica, estructura social, orientación de la técnica, y más concretamente, de organización de la agricultura, la industria, el transporte, de formas arquitectónicas y de la construcción. Para Sunkel (1981: 23), en este condicionamiento desempeñó un papel importante el conjunto de características ambientales, las que a su vez fueron profundamente modificadas en el proceso de intervención de los ecosistemas y de creación de un ambiente construido.
            Cada estilo nacional tiende a ser particular por evolución propia a través de contradicciones y luchas entre fuerzas sociales que tratan de imponer o defender sus propias maneras de "resolver esto". Sin embargo, para Sunkel (1981), hay que distinguir entre el "estilo" como interpretación coherente e inevitablemente simplificada de ciertas tendencias ascendentes o dominantes en el ámbito regional o mundial y el "estilo" como la concreción nacional de procesos complejos y contradictorios:
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En cada país persisten no sólo formas de capitalismo nacional y capitalismo de Estado, sino formas precapitalistas y campesinas que constituyen "estilos de vida" o "estilos de supervivencia" más bien que estilos de desarrollo. Estos no han sido eliminados por el estilo ascendente, y conservan cierta capacidad de autodefensa y adaptación, pero quedan crecientemente subordinados a él, y entran en decadencia o marginalización. Al mismo tiempo, algunos movimientos políticos y sindicales ponen trabas a la dominación del estilo, con resultados que varían de un país a otro. (p.27)

            Las combinaciones e influencias recíprocas entre el desarrollo del estilo ascendente y las correspondientes a otras maneras de organizar y asignar los recursos configuran la "heterogeneidad estructural" que caracteriza a los países periféricos dentro del sistema capitalista, pero el autor sugiere que las características comunes y las restricciones a otras opciones impuestas por el estilo ascendente son más significantes que las variantes entre países.
            Si atendemos a lo planteado por Andrés Rojas (1981-82), en relación a la imposibilidad histórica del desarrollo capitalista autónomo en América Latinael término "estilo de desarrollo" puede aplicarse también no a lo que es, sino a lo que debe ser, en cuyo caso se trataría de "proyectos nacionales" (aunque como “error teórico”), o "utopías relevantes".
            La influencia principal en la elaboración y difusión de esta línea de pensamiento dentro de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y otras instituciones de América Latina, cuyo punto de partida, luego de la II Guerra Mundial, fue la disconformidad de los teóricos de la dependencia y pensadores de la CEPAL que, admiten que tal posibilidad existía potencialmente. Esto es que, en teoría, era factible el desarrollo  independiente, fundamentados con los usos prevalecientes del concepto de desarrollo y con los procesos nacionales identificados con el desarrollo, y que pretendía demostrar que ciertas formas de organizar y asignar los recursos características de América Latina, y se podrían definir otros estilos, o "proyectos nacionales" a la vez viables y deseables.
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            El trabajo subsiguiente de la CEPAL sobre los estilos de desarrollo, desde una perspectiva esencialmente económica, que señalaba al sistema capitalista periférico prevaleciente en América Latina como el germen de la desigualdad social y económica intolerable, pero que también contenía modalidades divergentes en la distribución del ingreso, en el consumo y en las políticas del Estado, permitía especular que podrían lograrse mejoras importantes en las condiciones de vida de la población latinoamericana más pobre. El mejoramiento de la capacidad productiva y político-administrativa posibilitaría el cambio de estilo sin tener que pasar necesariamente por transformaciones revolucionarias en los sistemas económicos y políticos.
            Para Rojas (1981-82: 131), más que discutir el caso como una fenomenología dialéctica argumentativa sobre el fracaso de tales propuestas, parte de la hipótesis de que el proceso de desarrollo desatado en la postguerra, fue de dimensiones tales que condujeron gradualmente a la desaparición de la autonomía de los países independientes en relación al mundo integrado por la relación centro-periferia, ó países dependientes y países autónomos o independientes. Es decir, el modelo propuesto era irreal, correspondiente a una etapa histórica ya agotada.
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            En cambio, para Sunkel (1981), las dificultades que enfrentaron las iniciativas de varios gobiernos latinoamericanos (incluida Venezuela, en la cual se puso en marcha un proyecto de experimentación matemática en el Centro de Desarrollo CENDES-, cuyo objetivo fue examinar la viabilidad, teniendo en cuenta las necesidades de recursos hasta el año 2000, de tres estilos que él denominó "consumista", "autoritario" y "creativo") orientadas a modificar los estilos nacionales llevaron a la conclusión que la dinámica del estilo dominante era de tal fuerza que limitaba seriamente la capacidad de los gobiernos para elegir otro estilo. En este sentido, plantea que “los cambios de estilo se conciben entonces no tanto como resultado de decisiones internas de política, sino más bien como consecuencia de cambios en las estructuras internas de poder y en el orden internacional en el cual está inserta América Latina” (Sunkel, 1981: 28), y expone argumentos al respecto, como el hecho de que, por haber sido todos los países desarrollados potencias internacionales y coloniales (formales o informales) sus estilos de desarrollo nacionales denotan no sólo la acción recíproca entre la sociedad y la naturaleza nacionales, sino también entre la sociedad nacional y la naturaleza colonial, y en mayor o menor grado, según los casos, mundial, para visualizar cómo “han llegado a apropiarse y consumir una elevada proporción de los recursos naturales del mundo por el amplio y diversificado acceso que esas sociedades han tenido a lo largo de su desarrollo a los recursos naturales del mundo entero”. (Sunkel, 1981: 25).
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            Por otra parte, las instituciones, bloques de poder supranacionales y corrientes de opinión han usado el término "estilo de desarrollo" con intenciones aún más normativas y proselitistas, negando a los procesos existentes el derecho al nombre de "desarrollo" o identificándolos como "desarrollo maligno”, todo para discriminar a países en los cuales se ha optado por modelos alternativos al capitalismo, en vista de que no hay reglas iguales para todos. Entre esas caracterizaciones destacan la utilización generalizada de los mercados mundiales y regionales como los del petróleo, un “estiércol del diablo” cuando se usa para proselitismos políticos, no así como fuente energética que desplazó a otras fuentes, generando un crecimiento relativamente más rápido y masivo de las industrias más estrechamente asociadas a esta fuente de energía, como las petroquímica, automotriz, de medios de comunicación, y en el tamaño y concentración geográfica de la actividad económica; en general, el desarrollo de tecnologías de gran densidad de capital en la producción de dicha energía, en la construcción y los servicios; así como en la agricultura, actividad que se caracteriza, además, por fuertes insumos químicos, además del impacto ambiental por el uso de la explotación intensiva de la misma.
           
       Finalmente, Sunkel (1981), manifiesta que:

Resulta conveniente, en consecuencia, reconocer la existencia de un estilo ascendente en el plano global (o regional) y de un estilo dominante en el plano nacional. Igualmente se podría hablar de un estilo en decadencia. Distintos períodos históricos se han caracterizado por distintos estilos ascendentes. Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial ese estilo ha sido el capitalismo transnacional. En forma muy breve, se podría caracterizar esta fase del capitalismo como una etapa en que el sistema capitalista en el plano global comienza a funcionar como un sistema integrado, con creciente homogeneización de diversos procesos (producción, consumo, tecnología) y que opera en función de una lógica o racionalidad global. (p.26)
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            Es importante traer a colación la posición de Rojas (181-82), en vista de que invita, además de la necesidad de reinterpretar el desarrollo de América Latina, por otra parte, a una recuperación de la teoría marxista de la internacionalización del capital, instrumento en el cual se enmarca su hipótesis que pretende probar la equivocación de tal manera de razonar de los pensadores de la CEPAL y de otros intelectuales marxianos que abogan teorías críticas al respecto, sobre todo el hecho de que centraron el objeto de estudio en la influencia y dominio del capital extranjero, “cuando el proceso de valorización internacional conlleva la eliminación de toda importancia teórico-analítica real en torno a la “nacionalidad del capital”; y, por otra parte, el peso de las empresas multinacionales ya no es tal significancia ya que “éstas son sólo una expresión funcional de la internacionalización, lo que impide llegar más allá de la elaboración de un listado-denuncia de aquéllas y de las áreas económicas que dominan” (Rojas, 1981-82: 140).
            Ambas cosas, en opinión del autor citado, significan muy poco para la internacionalización del capital, mientras dejan completamente a oscuras los problemas orgánicos de valoración a escala mundial, formas de reproducción ampliada, expresiones de crisis y contradicciones y variantes de la lucha de clases.
            El elemento realmente decisivo y dominante en el crecimiento de los sistemas nacionales de asentamiento, “son los cambios que ocurren en las condiciones económicas totales”, en las que dichos sistemas se implantan ó, más bien, de las que ellos forman parte (Chaves, 1976; en  compilación de Delgado de Bravo, 1998):

El factor dinamizador, tanto del sistema socioeconómico como del sistema espacial, es el cambio en la tecnología, el cual conduce a cambios en la cultura material (expresados materialmente como cambios en el paisaje cultural) y a cambios en las relaciones de producción, a fin de que la organización del espacio se haga más eficiente de acuerdo con los objetivos del sistema. (p.336).
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            ¿Y de cual sistema dominante se habla cuando referenciamos el sistema de asentamiento agroexportador o periférico (llamado después “subdesarrollado”; ahora, “en vías de desarrollo”? El mercantilismo, primero y el imperialismo posteriormente, como lo destaca el autor citado (Chaves, 1976, en Delgado de Bravo, 1998: 337), hacen que el modo de producción capitalista, que se inicia en Europa occidental y se desarrolla con la revolución Industrial, se convierta en sistema mundial.
            La organización del espacio colonial en Venezuela ha estado desde su comienzo fuertemente condicionado por factores exógenos. La formación y desarrollo económico también ha estado retardado por el limitado desarrollo de las redes de caminos y comunicaciones internas. La Venezuela del periodo colonial que duró hasta que Bolívar se levantó en armas cuando llamó al pueblo, incluidos indios y negros esclavos, tras preguntar si “¿acaso 300 años de esclavitud no bastaban?”, y libró las batallas independentistas o de emancipación, estaba organizada sobre la base de puertos agro-exportadores a lo largo de la costa (Coro, Borburata, Puerto Cabello, La Guaira, Barcelona, Cumaná y Porlamar) del Caribe y del Lago de Maracaibo, que también funcionaban como centros administrativos provinciales y cuyo papel era el de asegurar las materias primas para satisfacer las necesidades del imperio español, mientras el interior de la colonia permanecía desconectado. Una vez que el sistema de comercio fue regulado, permaneció inalterado hasta la segunda mitad del siglo XIX (Amaya, 1999: 174).
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            Posteriormente, el desarrollo y la integración que se dio durante un periodo de casi un siglo (1830-1920) generaron hinterlands que permitieron la definitiva incorporación de los asentamientos del interior del país a la economía mercantil, a lo cual contribuyó el surgimiento de nodos intermedios y el desarrollo de redes locales de transporte, especialmente los ferrocarriles. (Amaya, 1999:176).
            Una vez que este modelo de exportación fue sustituido por el modelo petrolero, se produce un cambio significativo en la geografía nacional, tanto poblacional (migración campo-ciudad) como económica y política. Las modificaciones que sufrió el espacio geográfico nacional con la redistribución poblacional y el surgimiento de nuevos asentamientos por la actividad petrolera, conlleva nuevos patrones no sólo espaciales, sino culturales, cambiando modos y costumbres en las conductas del venezolano, ahora mediatizado por la moda procedente de los mercados europeos y norteamericanos.
            Este hecho, en opinión de Amaya (1999: 179), no sólo hizo que se ampliaran las áreas de poblamiento (al llenar el vacío demográfico de la costa oriental del Lago de Maracaibo, por ejemplo) sino que facilitó –sobre la base de la localización geográfica de estos nuevos asentamientos— la integración física y funcional, con la construcción -más tarde- de redes de transporte carretero y se desarrollaron nuevos subsistemas urbanos. También, la llegada del capital extranjero y la reinversión en la renta petrolera implicó el fortalecimiento de la economía nacional, a través del impacto económico o efectos indirectos en algunas actividades, tales como la construcción y el turismo, entre otras, desarrolladas por el Estado (a través de un intenso programa de obras públicas, principalmente carreteras y obras urbanas) y el sector privado.
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         De esta manera, el empleo aumentó, tanto el público, que se constituyó en el sector económico de mayor capacidad empleadora, a través de la ampliación del aparato burocrático, como el privado, a través de la contratación en la construcción, siendo el segundo sector más importante en este renglón, lo cual va a repercutir en la ampliación del mercado interno, originando así una demanda fundamentalmente urbana, orientada a los bienes de consumo: productos agrícolas, servicios y bienes industriales. (Amaya, 1999: 180).
            El tamaño, en la medida que establece limitaciones para la diversificación, es un factor secundario en la definición del sistema. Para Chaves (1976; citado en Delgado de Bravo, 1998: 339-340), la dinámica de ocupación del espacio también ayuda a definir el sistema, en el sentido de que, en las áreas periféricas, en proceso de colonización y/o de difusión de la urbanización, está en proceso de reajuste y transformación. Por ejemplo, durante la economía agrícola de exportación, se formó una organización de orientación territorial periférica o externa (generalmente litoral), dendrítica (tipo árbol), donde, a un conjunto ramificado de relaciones se asocia un conjunto de asentamientos en los empalmes. En el caso que nos ocupa, es decir, el de una economía extractiva (minera o petrolera) periférica, hay un incremento de la renta nacional que favorece el proceso de urbanización, como se ha visto, pero desarrollándose un mercado que favorece el proceso de integración nacional, sin romper el carácter fundamentalmente abierto y dependiente del sistema.
De este modo, el sistema espacial periférico de crecimiento basado en la sustitución de importaciones como el de Venezuela, aunque muchas de las características que hemos analizado, tal vez puedan extrapolarse o hacerse extensivas a otros países periféricos –países en vías de desarrollo- o de la región, presenta ciertas especificidades que hay que tener en cuenta (Chaves, 1976; citado en  Delgado de Bravo, 1998:342-343):
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  1. La condición de país colonizado en la época del capitalismo mercantilista, que alcanza su independencia política en el inicio del período del capitalismo de libre empresa (inicio del Estado moderno), continuando independiente durante la época del imperialismo. Este rasgo es común a otros países latinoamericanos.
  2. Las desiguales condiciones de densidad demográfica, en mayores concentraciones en la unidad costa-montaña, al norte, y mínima densidad al sur.
  3. Dentro de la unidad septentrional se destaca un subespacio central, donde la colonización europea (entendido como el avance de una onda migratoria que se aleja del litoral y tiende a ocupar tierras, cada vez más continentales) se estabiliza más temprano y que fue objeto de inversiones intensas más tempranamente, por parte de la compañía que monopolizó el comercio a fines del siglo XVIII, es decir, la etapa de auge y posterior decadencia del mercantilismo.
  4.  Hasta principios del siglo XX, la economía se basa esencialmente en la producción agropecuaria. Al finalizar la I Guerra Mundial y especialmente durante la Segunda, la economía petrolera se hace dominante. El proceso se sustitución de importaciones llega tardíamente en comparación con los grandes países, e incluso algunos medianos, como Chile, de América latina.
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            Conformar un nuevo sistema distinto al modelo petrolero ya que las fuentes de creación de riqueza, la generación de empleo y toda la dinámica social adquieren un nuevo condicionamiento interno (Travieso, citado en Delgado de Bravo, 1998  344), bajo el rol decisivo del Estado, es el norte de la nueva política. No obstante, si consideramos el rol del sistema capitalista, en el cual, en el centro, es decir, donde se localizan las economías centrales, el capital surge endógenamente, a consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas; mientras que, en la periferia, donde se localizan los países subdesarrollados o “en vías de desarrollo” (como gustan llamarlos ahora) dicho modo de producción es implantado desde afuera, a través de la inversión extranjera: hay una dependencia económica y una dependencia tecnológica.

            Por lo tanto, en esta etapa, el espacio venezolano se organiza en tres dimensiones principales:

1)      En base a la relación urbanización-industrialización-consumo-modernización (en ciudades de concentración de los mercados: Caracas, Maracay y Valencia) versus (vs) sociedad tradicional.

2)      Expresa la relación metropolización vs marginalidad.

3)      La relación subespacios de implantación antigua vs subespacios en proceso de colonización (Ciudad Guayana, por ejemplo).

       Como conclusión, podemos referir que el proceso de sustitución de importaciones, o la industrialización sustitutiva asociado a políticas del Estado y de organismos internacionales como la CEPAL, jugó un papel importante en el desenvolvimiento del sistema urbano nacional. El propósito fue utilizar los recursos existentes en el país, expandir el mercado interno e integrar las economías regionales. (Amaya, 1999: 186). 
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           Para Chaves (citado en Delgado de Bravo, 1998: 353-354), el sistema en su conjunto (organizado por subsistemas: moderno, centralizado e industrializado por un proceso de sustitución de importaciones y de industrialización básica, éste último desarrollado, en buena parte, gracias a las inversiones del Estado) se mueve en función de los objetivos de los tres (3) grandes grupos de decisión de la formación económica-social (el Estado, los grandes grupos económicos nacionales y las compañías transnacionales), objetivos entre los cuales destaca uno como principal: la maximización de la ganancia. 
            El modelo de desarrollo basado en la renta petrolera y la sustitución de importaciones entra en crisis a partir de 1983 con la caída de los precios y la producción petrolera y con la devaluación de la moneda, que durante más de veinte años se mantuvo estable; además; por el extraordinario peso de la deuda externa. Esta situación favoreció la adopción de un nuevo modelo de desarrollo y la necesidad de introducir cambios estructurales en la economía y el funcionamiento del Estado, en el marco de un programa de ajuste macroeconómico concertado con el FMI.
            El cambio estructural pudiera sintetizarse en un proceso de reformas económicas y reformas del Estado. Las reformas económicas giran en torno a una estabilización monetaria, fiscal y cambiaria, una liberalización interna en términos de eliminación de restricciones a la oferta y la demanda de bienes y servicios, y una apertura externa orientada a la reducción de obstáculos al comercio exterior y a la competitividad. Las reformas del Estado por su parte, se orientan a achicar el Estado y a aumentar las eficiencias del mismo a través del traslado de empresas y funciones del sector público al sector privado y a la eliminación de monopolios estatales. Igualmente a la desburocratización a través de una movilidad laboral y una descentralización administrativa.
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            En cierto modo, el concepto de competitividad está asociado al desarrollo endógeno, el cual pone de relevancia los procesos espaciales auto-organizados, y constituyen la propuesta en boga para atender el despliegue de las potencialidades de una sociedad frente al discurso del desarrollo anclado en la globalización y su pretendida homogeneización del conocimiento y la tecnología. Pero, en verdad, se trata de fortalecer las competencias de las localidades no para insertarlas en los procesos del mercado global, sino para generar y escalar las dinámicas de intercambio a niveles que sean manejables. (Zambrano, 2004).
            Dado que el nuevo modelo de desarrollo de Venezuela depende fuertemente del sector externo, y que en el nuevo orden internacional es necesaria la inclusión en un bloque o mercado económico, de acuerdo con la regionalización económica del mundo, las estrategias políticas de integración regional o hemisférica han contribuido a la formación del nuevo espacio exterior venezolano. En el caso de Venezuela, su exclusión de los grandes bloques regionales al nivel mundial, ha hecho posible una mayor integración con los países de América Latina.

            Finalmente, el desarrollo de un modelo económico sustentado externamente en la promoción de exportaciones no tradicionales, e internamente en un mayor desarrollo de fuerzas productivas endógenas y en una propuesta de nuevos ejes de desarrollo (véase Figura 6), se abre paso como alternativa al desarrollo desequilibrado capitalista, gracias a la acción del Gobierno Bolivariano. 
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Si el pensamiento estructuralista confirió -a juicio de Gómez (2007)-pertinencia episte-mológica a las desigualdades regionales, también les negó dimensión ontológica, porque jamás las concibió como               variables   fundamentales
respecto          de        la formación, reproducción y metamorfosis de las regiones implicadas: 

El marxismo ortodoxo y el estructuralismo se contentaron con describir e interpretar las desigualdades existentes entre unidades regionales arbitrariamente delimitadas, sin interrogarse acerca de la validez de su escala, límites o diferenciación existencial. (p. 249). 
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La crisis de la posmodernidad manifiesta  en el pensamiento filosófico de la ciencia geográfica, apeló al argumento, con gran insistencia, de que la antigua noción de región  no puede resistir las configuraciones coetáneas  de una economía mundial gobernada por la internacionalización del capital y decreta la caducidad ontológica y la obsolescencia epistemológica de las nociones de desigualdad y/o fragmentación de la sociedad y el territorio (Gómez, 2007).
     En definitiva, durante la época petrolera la agricultura venezolana de exportación, con sus relaciones de producción semifeudales, va siendo marginada, y queda en condición de rezago frente a la economía dominante capitalista de alto desarrollo tecnológico. La actividad petrolera de sustitución de importaciones crea un mercado nacional que impulsa transformaciones capitalistas en el campo, último relicto de la economía tradicional. A los campesinos arruinados se unen los también arruinados artesanos de la ciudad, para formar un ejército de marginados urbanos, que quedan en una condición desamparada, no a consecuencia del rezago en relación a la nueva sociedad, sino como un resultado de la incapacidad de las nuevas actividades de absorber la mano de obra desplazada, ello a consecuencia de su alta composición orgánica del capital.
     Actualmente, durante el período que va de la revolución Bolivariana, la actividad económica en general, con sus relaciones de producción colectivas y estatistas, va siendo marginada, y queda en condición de rezago frente a la economía dominante imperialista o de globalización hegemónica. La actividad petrolera está siendo bloqueada por el corporativismo transnacional y crea un mercado internacional alrededor de China, Cuba y las demás islas del Caribe; mientras que en lo nacional impulsa transformaciones de economía social estatal, mixta (con capital privado y público) y comunal, de carácter socialista.
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       A los empresarios arruinados se unen la también masa de comerciantes y buhoneros arruinados de las ciudades, para formar un ejército de marginados urbanos y de servicios colapsados, con una hiperinflación artificial manipulada por el Dólar Today. Pero, al establecer diferencias con el colapso traído a colación anteriormente, no quedan en una situación desamparada, pues el Estado social garantiza los subsidios alimenticios, de educación, vivienda y transporte.
     No obstante, su rezago es a consecuencia no en relación a la nueva sociedad de inclusión y participación comunitaria o ciudadana, sino como resultado de su incapacidad para insertarse responsablemente en la participación civil organizada, dejándolo en manos de los intermediarios y órganos del Poder Popular, además de facilitadores de profesión y políticos de oficio; y también debido al bloqueo económico de la internacionalización del capital en manos de las grandes corporaciones manejadas por el imperio norteamericano. En esta etapa de bloqueo económico imperialista, la cultura del venezolano se ve truncada por el peso que tradicionalmente tenía de la cultura petroestatal, y el común de los ciudadanos es el que sufre las consecuencias atroces de la especulación desenfrenada que se genera por la inestabilidad causada por la hiperestanflación.
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GEOGRAFÍA INDUSTRIAL

Etapas de la Industrialización en Venezuela

- Etapa Eminentemente
Artesanal




- Etapa de Crecimiento
Hacia Afuera
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— Etapa de Sustitución
de Importaciones
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La conclusión de Valbuena (1975-1978: 195), es que Venezuela no puede calificarse como un país industrializado, sino como un país con un proceso de industrialización dependiente y por lo tanto, incompleto, incoherente y espacialmente desorganizado.


La Industrialización y la Estructura Espacial de los Sistemas Industriales

Para Chaves (1987), la estructura y funcionamiento espacial del sistema industrial constituye un elemento importante para la definición de la estructura centro-periférica en la división espacial del trabajo en el país (expresada en las características del sistema nacional de asentamiento).
El proceso de diagnóstico y transformación de la administración pública venezolana, con la finalidad de modernizar el Estado y hacerlo más eficiente, ha tenido un desarrollo lento, con aciertos y desaciertos. Sin embargo, debemos reconocer que se hicieron esfuerzos en áreas como la educativa, cuando, durante el gobierno del Presidente Eleazar López Contreras (1936-1941), se introduce La reforma educativa, que, a juicio de Peña (2001), ayer como en el presente, obedece al clamor del necesario cambio educativo en la sociedad venezolana, quien la analiza con una visión prospectiva, como un fenómeno histórico, y ofrece nuevos elementos para que se amplíe la comprensión de la cuestión educativa y su relación con el entorno sociopolítico.
En el área de la explotación del petróleo, como resultado de los altos ingresos petroleros se produjo un elevado crecimiento económico que se expresó en la consolidación de los procesos de expansión del mercado interno, de urbanización y de "modernización" agrícola. Manuel R. Egaña, revisó los orígenes de la historia petrolera en Venezuela, en su obra Tres décadas de producción petrolera (1947), donde esbozó la política que serviría para que el Estado alcance una mayor participación en la riqueza del subsuelo- y la manera más óptima de invertir la renta petrolera. (Olivar, 2011:75).
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Pérez Jiménez termina de ejecutar la “modernización” de Venezuela, pero entendemos enseguida que somete al cuerpo social a una tensión extrema y que con ella sólo logra a fin de cuentas que la autocracia clave sus garras con más fuerza.
La transición de la Venezuela rural a la urbana se desarrolló aún más con las construcciones modernas llevadas a cabo por el régimen perezjimenista. Pero, las condiciones políticas reinantes en Venezuela para el período estudiado consistían en un ambiente de reclamación política, en el cual, dadas las condiciones sociales, cuyo sistema sufre ciertas modificaciones en la medida en que se produce la descomposición política y la introducción de nuevas relaciones sociales producto del desarrollo de la explotación petrolera implantada a finales de la segunda década, pone de manifiesto dos factores.
Uno en el cual se apertura el proceso de modernización del país, guiado de la mano del General Eleazar López Contreras, cuando comenzaron las reformas democráticas profundas, se permitieron los partidos políticos y se propuso desarrollar el país (el programa de este gobierno fue el primer proyecto de reforma del Estado moderno). Y otro en donde, el golpe de estado, en 1945, al General Isaías Medina Angarita (sucesor de Eleazar López Contreras y que buscó distanciarse de él), la llamada Revolución de Octubre.
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Ciertamente, el gobierno del Gral. Mediana Angarita había iniciando también una espectacular política de obras públicas, al igual que legalizó en 1941 a Acción Democrática, el mayor partido de masas, y en 1945 al Partido Comunista de Venezuela.
Por otro lado, aunque Medina Angarita efectuó una reforma constitucional en abril de 1945, en la cual se otorgaba el voto a los hombres -analfabetos y mayores de 21 años- para las elecciones de diputados, y también a las mujeres bajo las mismas exigencias para las elecciones de concejales, no fue aprobada la elección del presidente de la República por medio de votación universal y siendo un pedido de Acción Democrática (AD) –que se convocaran a elecciones con una previa reforma electoral para que el Presidente pudiera ser elegido-, y esto se convirtió en la principal arma política esgrimida en su contra por parte de la Oposición política.
Esto condujo al Golpe de Estado cívico-militar del 18 de octubre de 1945, conocido por sus partidarios como la Revolución de Octubre, llevado a cabo por una coalición de las Fuerzas Armadas y el partido político AD, cuyo máximo líder, Rómulo Betancourt, es designado Presidente provisional de la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG), integrada por civiles (Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto Figueroa, entre otros) y militares (Gral. Carlos Delgado Chalbaud como Ministro de la Defensa, Mayor Marcos Pérez Jiménez como Jefe de Sección del Estado Mayor del Ejército, y Mario Vargas).
La JRG promulgó un Estatuto Electoral para elegir los representantes a la asamblea nacional constituyente que debían elaborar una nueva constitución; Todo esto conllevó a que AD ganara las elecciones y se convirtiera en un Partido de masas. Rivas (1991:98) refiere que la Revolución de Octubre y “la promulgación de una nueva Constitución Nacional, el 5 de julio de 1947, contribuyeron a legitimar en definitiva, las atribuciones que le competen al Estado en ser el centro de la organización material y social de la patria”, ya que se instituyó el voto igualitario, al dar cabida a la participación de la mujer.
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La misma rigió hasta el 15 de febrero de 1948, cuando asume el presidente electo -en diciembre de 1947, al celebrarse los primeros comicios presidenciales, directos, universales y secretos, de toda la historia venezolana-- Rómulo Gallegos, quien sería derrocado por un golpe de Estado 9 meses más tarde, poniendo fin al denominado «Trienio Populista» y dando comienzo al Gobierno de la Junta Militar. Es nombrado entonces Presidente del triunvirato de la Junta Militar en funciones, el Gral. Delgado Chalbaud (junto a Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez). Su distanciamiento con Pérez Jiménez se va acrecentando a medida que se debaten las alternativas para institucionalizar el nuevo régimen.
 A comienzos de 1950, se discute sobre un acuerdo para convocar a elecciones, disolver la Junta Militar y entregarle la Presidencia a un candidato de entendimiento entre los partidos políticos y las Fuerzas Armadas que sería el propio Delgado Chalbaud, quien se estaba perfilando como una personalidad política de primera importancia; pero su candidatura se vio interrumpida por el único magnicidio en la historia republicana de Venezuela, ocurrido el 13 de noviembre de 1950 (Wikipedia, 2015a).
 El magnicidio de Chalbaud provocó una crisis política nacional y obligó a reorganizar la Junta Militar. Se decidió convertirla en una "Junta de Gobierno", siendo designado Germán Suárez Flamerich, como encargado de inmediato de la presidencia de la junta. Posteriormente, tras las elecciones de 1952, fue designado Presidente de la República de Venezuela, provisionalmente por la «Junta de Gobierno», el General Marcos Pérez Jiménez, sustituyendo así a Germán Suárez Flamerich hasta el 19 de abril de 1953. En esta fecha la Asamblea Nacional Constituyente lo proclama Presidente Constitucional por el período 1953-1958, ejerciendo como 37º Presidente de Venezuela en dicho período (Wikipedia, 2015b). Durante el transcurso de la década del 50, se inicia lo que Rodríguez (2012) denomina “militarismo desarrollista” o “dictaduras desarrollistas” en Latinoamérica. 
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En efecto, además de la dictadura de Pérez Jiménez, hay otros gobiernos de la región que en esos años 50 cumplen con las características del desarrollismo:

… entre los que destacan los de los generales Manuel Odría en Perú, Gustavo Rojas Pinilla en Colombia, Juscelino Kubitschek en Brasilia, y Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, se caracterizaron en términos generales por liderar procesos de modernización con base a procesos de industrialización, urbanización, papel predominante del Estado en la economía, y la defensa de la propiedad privada. (p.128).

El régimen de facto perezjimenista se identificaba con la esencia enunciada en la «Doctrina del Bien Nacional», esto expresado en el lema "«Nuevo Ideal Nacional»"[xxvii] que sería el faro filosófico para orientar las acciones, y se caracterizó por un marcado progreso económico y social, aprovechando también el aumento de la producción y precios del petróleo. Su ambiciosa política de desarrollo de infraestructuras, la cual, a decir de algunas fuentes (Wikipedia, 2015b), se pudo ejecutar a la perfección, y dio como resultado obras públicas de gran envergadura como la Autopista Caracas - La Guaira y el Paseo Los Próceres, un inmenso desarrollo de industrias tales como la minería, la siderúrgica, el sector de bienes raíces y por supuesto la propia construcción basada en la política del concreto armado, además de la revaluación constante de la moneda, que aumentó su valor sobre el dólar, generando la promoción de un gobierno de arraigo nacionalista, de grandes y modernas carreteras que unían y renovaban los lazos entre estados, ciudades y regiones, puentes y demás obras con las que modernizó al país, bajo una férrea dictadura militar.
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   La modernización del campo tuvo como centro los programas de inmigración dirigida y el establecimiento de las colonias agrícolas mixtas. De esta forma se estimuló la entrada de inmigrantes, principalmente, de países como Italia, España, Francia, y Alemania, quienes iniciaron, de la mano de los inmigrantes procedentes de las Islas Canarias, en el centro del país una agricultura intensiva de papas y hortalizas. No obstante el proceso de urbanización hizo que esta población se expandiera hacia las zonas montañosas del occidente con condiciones ecológicas más favorables para dichos cultivos. (Velázquez, 2002).
    En el caso de la política del pavimento y concreto armado, durante este período (1948-1958) se iniciaron las primeras secciones de la carretera Panamericana, que comprendían los tramos Colón-La Fría-El Vigía, y Agua Viva-Buenaventura-El Vigía, los cuales se iniciaron a finales de 1949 (la carretera Panamericana San Cristóbal-El Vigía se terminó en el año 1952, al igual que la construcción del puente sobre el Río Chama, en 1954), y al año siguiente se comenzaron los trabajos de rectificación de la carretera de La Costa, entre Taborda (cercano a Puerto Cabello) y Barquisimeto; luego, entre 1961 y 1952 fueron contratados los tramos Barquisimeto-Puente Torres y Agua Vivas-Puente Torres (Olivar, 2011:167-168). Igualmente, se desarrollarán una serie de obras orientadas al mejoramiento urbanístico como las Torres del Centro Simón Bolívar, la construcción de hidroeléctricas, la Ciudad Universitaria, entre otros aspectos. También durante estos años, como sugiere la síntesis de Wikipedia (2015b), se hizo hincapié en la necesidad de modernizar el ámbito militar, que incluyeron:
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… la definitiva profesionalización de las Fuerzas Armadas, el aumento y modernización de los equipamientos. En lo concerniente a política de interior, el país experimentó un estado de orden y altos estándares en seguridad. Como aspecto negativo, destacó su carácter altamente represivo, la aprobación de la Ley de vagos y maleantes y la represión de organismos como la Seguridad Nacional, amparados por dicha ley. (s/p).

    No obstante, en opinión de reconocidos historiadores (Rodríguez, 2012), esbozó una noción de democracia que respondió a una determinada visión del Estado, el poder, la sociedad y los partidos políticos que dio como resultado el mejoramiento de las condiciones morales, intelectuales y materiales de los venezolanos que se beneficiaron, a pesar de dejar en un segundo plano la deliberación, el consenso, y la voluntad popular, de las bondades del proyecto perezjimenista.
           
Para Rodríguez (2012), esto se resume en uno de los elementos clave de su política: la eficacia. A saber:

En otras palabras, lo que queremos resaltar es que un elemento sustantivo de las dictaduras desarrollistas, es su carácter tecnocrático, orientado a la consecución de objetivos concretos pertenecientes a un plan de acción, dejando o postergando por tanto el carácter deliberativo de la democracia, por obstaculizar o frenar tales fines. (p.137).

Con todo, el proyecto modernista y desarrollista perezjimenista, en opinión de Rodríguez (2012), tiene una visión elitista y jerárquica de la democracia, que “en términos positivistas la democracia debía tener un desarrollo gradual que pasaba por establecimiento de unas condiciones mínimas (salud, educación, alimentación)”, y que, además, “tiene como modelo a las Fuerzas Armadas”. 
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Esto contrasta notablemente con el modelo de negociación que se establece en Venezuela a partir del derrocamiento de la dictadura, denominado por Juan Carlos Rey como de “conciliación de élites” (citado en Rodríguez, 2012:142), “caracterizado fundamentalmente por la búsqueda de arreglos institucionales entre los diversos sectores de la sociedad: iglesia, trabajadores, empresarios, clase política”, y en torno a la cual se estableció, en el plano político, el “Pacto de Puntofijo” (1958), en lo económico el modelo de “Sustitución de Importaciones” (patrocinado por la CEPAL), y en lo social la política de “Alianza para el Progreso” (1959), de corte anticomunista. (Las citas de este apartado, fueron extraídas de Zambrano, 2015).


La Consolidación Capitalista de la Economía Venezolana

El fracaso del modelo colocó al país en una situación de distanciamiento cada vez mayor de alcanzar la modernización. Aunque se introducen el desarrollo de la industrialización sustitutiva de importación y los latifundistas agrícolas (cañicultores, caficultores, etc.) o ganaderos también comienzan a tecnificar su producción para producir y hacer el mercado nacional, convirtiéndose en capitalistas del campo, y la política de colonización incorpora también tierras (reforma Agraria de 1960) y algunos profesionales y técnicos a la producción del agro, convertidos en pequeños y medianos capitalistas, en el último tercio del siglo XX (Censo de 1971) la estructura espacial de la producción continúa siendo básicamente la misma.
243
 Los cambios que hay o de alguna importancia, son: 1) En los estados andinos Mérida, Táchira, Trujillo y los estados nororientales se pueden caracterizar por la importancia de los pequeños productores, 2) Zulia y especialmente Falcón participan de algunos rasgos del grupo anterior, especialmente, en lo que se refiere a la importancia relativa de las haciendas medianas; 3) El Distrito Federal, Miranda, Aragua y Carabobo corresponden a la región más urbanizada y más industrializada, con una producción altamente mercantilizada hasta el extremo de que más del 15% de las explotaciones de menos de 9 ha y más del 30% de las explotaciones de más de 100 hectáreas no destinan parte de su producción al autoconsumo; 4) En las restantes entidades tiene más importancia el latifundio ganadero o la gran explotación pecuaria capitalista.


Los Sistemas Agrarios por Zonas y Regiones Agrarias en una Economía Petroestatal.

 Para los efectos de este trabajo, definiremos los sistemas agrarios como formas de producción caracterizadas por sus relaciones de propiedad y otras relaciones de producción y por sus tecnologías productivas. La localización de los sistemas agrarios en el espacio da lugar a la definición de zonas agrarias y regiones. Partiendo del esquema humboldtiano, L. F. Chaves (1963; citado en Chaves, 1987e) reconoce cuatro grandes zonas, a saber:
244
•Zonas Agrarias (Chaves, (1987e):

— El Extremo Norte



— El Norte Medio



—  La Zona Intermedia o Región de Los Hatos 
245
246


- Zona Sur


Básicamente, las regiones específicas integrantes de cada grupo se definen, a su vez, en regiones genéricas y específicas, donde el Extremo Norte comprende los cuatro primeros tipos de regiones:

247


Economías de Barlovento

Economías de
Sotavento
248

La Actividad  
Pesquera (en
economías de
sotavento)
249
Pastoralismo 
Tribal

La coexistencia de ambos tipos de producción y la existencia de formas de transición o de 
adaptación de las formas tradicionales a la   economía   capitalista   dan   lugar   a  formas 
agroproductivas muy diversas (Chaves, 1987e):

Regiones incluidas
En la Zona del
Norte Medio
250


Los Andes
(L.F. Chaves,
1962; citado
por él mismo)
251


252

Valles de las
Regiones Intermedias
Centro-Occidentales
253
254

Valles de la Región
Centro-Norte Costera

255

Valles de la Serranía de
Bergantín en la Región
Nor-Oriental


Altos Llanos   
Occidentales


256

257

Cuenca del Lago
de Maracaibo



1. Sinamaica  



2. Río Limón 



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3. Alrededores de
   Maracaibo   




4. Perijá


259
5. Sur del Lago de Maracaibo
El Vigía, ciudad del Estado –hoy- Bolivariano- de Mérida, y principal urbe de la Zona Sur del Lago de Maracaibo, es mi ciudad natal (nací el 26 de diciembre de 1957), aunque  cuando nací, el lugar no era más que una aldea fuera  del perímetro de la ciudad, llamada Los Pozones, hoy Parroquia Presidente Betancourt del Municipio Alberto Adriani, municipio potencia de la República Bolivariana de Venezuela.

            La Zona Sur del Lago de Maracaibo (ZSLM), ubicada al sur de dicha cuenca hidrográfica, tiene como principal ciudad El Vigía. En los tiempos de mi nacimiento, El Vigía no era sino una  pequeña ciudad  de pujante auge por su situación estratégica o de  ciudad nodal, cruce entre las dos  (2) principales  arterias viales de Venezuela en dicha época: la  carretera Panamericana y la carretera  Trasandina. Llega  a ser municipio el 27 de junio de 1955, luego de que su territorio se encontrara en  jurisdicción del antiguo Distrito de Tovar, hasta convertirse en capital del Distrito Alberto Adriani -hoy de nuevo Municipio- del Estado Bolivariano de Mérida.
260
            Hay que destacar que, El Vigía se originó de un puesto que se estableció durante la conquista, para vigilancia en el año 1635 (Historia de El Vigía), en una  colina del pie de monte andino, a partir de entonces  "Cerro Vigía" (hoy una urbanización conocida como  "Buenos Aires", perteneciente a la parroquia urbana “Presidente Rómulo Gallegos”), dando origen al caserío que nace con dicho nombre toponímico, entre las tierras anegadizas del Río Chama, que baja de Los Andes, y el tramo de la carretera Panamericana San Cristóbal-El Vigía (que se terminó en el año 1952,  al igual que la construcción del puente sobre el Río Chama en 1954). 
                  A la par que iban surgiendo las poblaciones en sus márgenes, y fue cuando también se inició la colonización moderna del Sur del Lago, con el drenaje, dragado y saneamiento de dicha zona, dando lugar a la llegada de migraciones o colonos agrícolas y la expansión por sus cuatro costados del crecimiento urbano que experimentó y experimenta El vigía, que ya cuenta con un Aeropuerto Internacional, “Juan Pablo Pérez Alfonso”.
            La Cuenca del Lago de Maracaibo es una depresión tectónica delimitada en ambos extremos por el levantamiento andino de la Sierra de Perijá y la Cordillera de Mérida, cuyas dos alargadas y estrechas fajas piemontinas la separan, formando las tierras bajas de los piedemontes y llanuras aluviales circundantes cuaternarias del lago de Maracaibo. Desde el punto de vista geológico-estructural son una cadena caracterizada por pliegues de gran radio de curvatura y sectores fuertemente compresivos en sus estratos rocosos y, morfológicamente, se destacan dos largos ejes de relieve con altitudes superiores a los 3.000 msnm (Vivas, 1992). En el caso del Sur del Lago, La Sierra Norte, es la vertiente que alimenta los drenes que discurren hacia la depresión del lago de Maracaibo (Zinck, 1986) (Citados en Rojas, Pulido y Molina, 2012). En esta cuenca, la cual ocupa 74.000 Km2 en territorio venezolano, y constituye una verdadera esponja o reservorio hidrológico, se incluyen los ríos que desembocan en el Golfo de Venezuela. La forman los ríos que drenan la vertiente oriental de la Cordillera de Perijá-Motilones, la península de la Guajira, la vertiente occidental de la Cordillera de Mérida y las vertientes norte y oeste de las elevaciones de Lara-Falcón. A esta cuenca también drena la vertiente internacional ubicada en Colombia del río Catatumbo. Su actividad económica depende del petróleo, la cual se lleva a cabo de forma intensa. Cubre el 80% de la producción nacional de petróleo e hidrocarburos.
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            El Sur del Lago está conformado por la homogeneidad de sus rasgos físico-naturales (es una planicie aluvial), de un lado, y del otro por el predominio de dos (2) procesos productivos en toda ella: la producción platanera (musáceas) y la producción ganadera. Esta región fue declarada Zona Especial de Desarrollo Sustentable (Zedes), creada por Decreto Presidencial Nº 1.558 de fecha 25 de enero de 2002, constituida en la Zona Sur del Lago de Maracaibo (ZSLM), la cual comprende parte de los estados Táchira, Zulia (la de mayor proporción), Trujillo y Mérida, con una extensión de 14.929 kilómetros cuadrados, de los cuales 706,2 corresponden al Municipio Alberto Adriani, o sea, el 4.7% de la Zedes Sur del Lago (Velásquez, 2006).
            El alto potencial de los suelos del Sur del Lago de Maracaibo, permiten un desarrollo agrícola y ganadero significativo. Es el primer productor de diversos rubros agrícolas y pecuarios: palma aceitera, uva, leche, queso, ganado bovino, ovino y aves; el segundo en huevos y el tercero en cambur, plátano y ganado caprino. Además se cultiva: caña de azúcar, coco, yuca, algodón, frijol, melón y sorgo. La producción forestal también es significativa, y los recursos marítimos convierten la región en el segundo proveedor de pescado del país. (GWP SAMTAC-CEPAL, 2000:18).
            El Sur del Lago de Maracaibo se destaca por el desarrollo temprano de centros poblados ribereños que desarrollaron el cultivo y explotación del cacao, fruto cotizado en la economía internacional, lo que hizo del Sur del Lago una zona de relevante importancia desde el inicio del poblamiento español. (Briceño, 2005:8). Durante el siglo XVII, San Antonio de Gibraltar fue el puerto más importante del territorio de la actual República Bolivariana de Venezuela. 
262
         Aquella circunstancia no fue accidental; por el contrario, el establecimiento de San Antonio de Gibraltar, fue resultado del propósito expreso de los emeritenses en disponer de un ancladero dotado con una aduana y autorizado por la Corona española para traficar con los embarcaderos del Caribe y Europa y al mismo tiempo representó el fortalecimiento de su derecho jurisdiccional sobre la superficie territorial comprendida entre los brazos del Herina o río Palmar hasta el río Pocó. Gibraltar cumplió la importante función de ser el centro de exportación, de los productores y mercaderes emeritenses, quienes remitían los cotizados productos agrícolas y artesanales originarios de los valles altos inter-montanos, el pie de monte andino-llanero, como el cacao, tabaco, trigo, jamones, harina, lienzo, hilo de pita, carpetas, alfombras, cordobanes, azúcar, miel, panela y muchos otros que le dieron vida al otrora dinámico comercio que se realizaba con Veracruz, Santo Domingo, Puerto Rico, La Habana, Margarita, La Guaira, Cartagena de Indias y Sevilla.
            ¿Qué consiguieron los invasores de ultramar en torno al contacto con los pobladores o nativos de la región? En el periodo de contacto, que se inicia con la Conquista a principios del siglo XVI, el actual territorio de la República Bolivariana de Venezuela, habitado originalmente por etnias nómadas de poca evolución cultural, había sido invadido por tribus afiliadas lingüísticamente a los grandes stocks originarios de la Amazonía, especialmente los Caribes y los Arawakos. Estos pueblos amazónicos introdujeron la agricultura de roza (conuco), basada esencialmente en el cultivo de la variedad amarga de la yuca, y la alfarería. Si exceptuamos a algunas bandas de recolectores y cazadores nómadas de los Llanos meridionales, al igual que algunas tribus recolectores marinos del Caribe, algo más sedentarizados, y los pueblos sedentarios de aborígenes andinos (Chibcha), la mayor parte de las tierras bajas de Venezuela estaban organizadas según el modo de producción tropical (Chaves, 1998:13), caracterizado por el predominio de la agricultura familiar de conuco, fundamentada esencialmente en la yuca y con poca difusión del maíz.
263
            La vida de estos grupos era nómada o seminómadas para los ubicados en las costas caribeñas, practicaban la pesca y la recolección de plantas comestibles y frutos, que alternaban con la caza como modos de subsistencia; mientras que en el caso de los sedentarios –en la planicie aluvial del sur del lago, piedemonte y andinos, en lo que respecta a las actividades fue la agricultura rudimentaria, basadas en el cultivo del cacao, el maíz y en el aprovechamiento de algunas raíces (yuca, ocumo) y la alfarería, así como algunas otras formas de comercio o trueque.
            Las obras que tratan sobre el área geográfica del Sur del lago de Maracaibo, a nivel histórico, son muy escasas; no así las que refieren los aspectos socioeconómicos y físico-naturales, sobre todo los estudios del Instituto de Geografía y Conservación de los Recursos Naturales (IGCRN-ULA) y de la Corporación de Los Andes (CORPOANDES), además de los estudios regionales auspiciados por el Zulia, tanto oficiales (CORPOZULIA, ICLAM) como académicos (LUZ). Por ejemplo, en lo que respecta a su población indígena, en la época precolombina esta región estaba poblada por tribus de diferentes orígenes, entre ellos arawacos y caribes, que presentaban una economía de recolectores, cazadores y pescadores, predominando esta última actividad, pero que en esencia adolece de las citas referenciales académicas debidamente requeridas. El Dr. Luis Fernando Chaves Vargas, eminente investigador del Instituto de Geografía de la ULA, nos deja esta relación sobre el poblamiento y formación social de nuestros aborígenes surlaguense:
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El grupo sociohistórico de CENDES clasifica a los grupos sociales del modo de producción de recolectores, cazadores y pescadores como grupos sociales no excedentarios; a los del modo de producción teocrático como excedentarios; los del modo de producción tropical serían entonces grupos semiexcedentarios (Proyecto Sistemas Ambientales Venezolanos, 1982). En cuanto al tipo de comunidades, Sanoja y Vargas reconocen la siguiente tipología indígena prehispánica para el área de estudio: comunidad semipermanente sedentaria, que incluye la cuenca del Lago de Maracaibo y Perijá (con excepción del área Quiriquire), clasificándolas Chaves como Comunidad en Centro Nuclear Simple.
(…)
El desarrollo de la agricultura colonial se basó en la plantación esclavista, monoproductora y orientada al mercado externo. Se trata de una forma de producción diferente de la hacienda, pluriproductora, rentista, orientada con frecuencia al limitado mercado interno de la colonia. La hacienda (lo mismo que el hato) tiene rasgos indohispánicos en el sentido de que incorpora al conuco en su mecanismo productivo.
El cacao, en cambio, es un cultivo importante durante toda la época colonial. Tuvo un área de cultivo bastante extensa que incluía, entre otras partes, el sur de la cuenca del Lago de Maracaibo… Existe una relación bastante fuerte de la distribución actual (Barlovento, Litoral central y actual Estado Sucre, donde se cultivaba el famoso cacao de San Bonifacio) de la población negra en las antiguas áreas de cultivo de cacao (L.F. Chaves, 1964).

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            En el caso de las demás subregiones, (Briceño, 2005) estudia los procesos de organización, establecimiento, asignación y distribución del espacio geográfico en el Sur del Lago de Maracaibo, así como la estructura agraria, los sistemas de comercialización y definió la región por la diferencia del blanco, mestizo, indio y negro que a la vez entran a concebir la composición demográfica; por los grandes rasgos de la estructura socio-económica y la subsistencia de una arquitectura de carácter español. En palabras de Briceño (2005):

La región histórica es dinámica y cambiante al ser expresión de períodos históricos, de sistemas económicos y sociales proyectados en espacios geográficos. En el ámbito de un territorio regional, la geografía histórica contribuye a explicar las diversas relaciones que se establecen entre los factores espaciales y los procesos históricos y ello se expresa en la región histórica. (s. p.).

            Ciertamente, siendo nuestro proceso marcado fundamentalmente por el mestizaje, el autor presenta el Sur del Lago de Maracaibo como una zona fronteriza, tal cual mosaico cultural de transición entre la región amazónica y la andina, donde la coexistencia entre los distintos grupos indígenas llama la atención; fenómenos de carácter socio-políticos como los asentamientos de pueblos de negros, mulatos y pardos (Gibraltar, Bobures y Palmarito), en una sociedad que, como la colonial, se estructuró espacialmente en base a dos grandes tipos de pueblos: Pueblos, villas y ciudades de blancos; y Pueblos de indios, surgidos de las encomiendas.
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            El hecho histórico que marca el inicio de la reducción indígena y la colonización con la introducción de la población negra esclava, determinó la fundación de San Antonio de Gibraltar en 1592, constituyéndose en un puerto de gran importancia para una economía de mercado volcada al exterior. Su vecina Bobures, al igual que Gibraltar y Palmarito (su población de ascendencia africana, proviene en su mayoría de los esclavos traídos durante la colonia para trabajar en las haciendas de cacao en Gibraltar), son conocidas por su devoción al santo negro San Benito de Palermo.
            Basados en el método de la Geografía Histórica, Hernández y Santos (2004), a partir de la interacción medio físico-ser humano, se remontan a las primeras exploraciones a los Andes venezolanos, y datan las realizadas por Ambrosio Alfínger, quien, saliendo de Coro rumbo a Maracaibo, mandó a varios hombres a bordear la costa oriental del Lago de Maracaibo, llegando hasta la costa sur (lo que se conoce en la actualidad como Sur del Lago). Supuestamente, llegaron hasta la parte baja del río Chama, para lo cual tendrían que haber atravesado toda la zona cenagosa del sur lacustre, o en su defecto, haber navegado en pequeñas canoas, lo cual "debió ser importante para el conocimiento geográfico, en cuanto a la navegabilidad de ciertos ríos: "Como la Cordillera del Norte o Sierra La Culata bordea el Sur del Lago, los exploradores debieron divisarla, y en consecuencia, tuvieron cierta idea acerca de posibles comunicaciones intramontanas". (p. 33).
            Más que una zona de paso, de tránsito entre las cumbres merideñas y el estuario marabino –un “no lugar”, en la tónica de Marc Augé– en donde el puerto de Gibraltar sería una mera escala; el sur del lago de Maracaibo constituyó un espacio fronterizo-laminar entre los dominios hispano-criollos y las tierras de los grupos aborígenes, o “indios”, quienes lejos de ser sometidos, fueron una constante amenaza al establecimiento de “ciudades”, “villas” y haciendas y, en consecuencia, implantación de la sociedad colonial hispana. Luchas constantes entre ambas etnias que apenas se aplacaron con frágiles acuerdos que permitieron una débil y tímida ocupación por parte de los europeos, quienes se replegarían en la cordillera andina y en las riberas del lago de Coquivacoa. (Ramírez, 2015). 
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                Por ello, se puede afirmar que Gibraltar fue el puerto de mayor actividad e importancia económica en ese período colonial, cuyo papel fundamental como centro de acopio y exportación de la rica producción de las tierras emeritenses.
            En 1821 Maracaibo se unió a la Venezuela independiente según la Ley de División Territorial de la Gran Colombia; a partir de entonces Mérida formó parte del Departamento del Zulia hasta 1830. Durante esos años, Venezuela, como parte de los departamentos de la nueva República, tendría sus propias autoridades, pero dependientes del gobierno central de Bogotá, y a nivel regional, cuyo comercio de los productos se ejercía a través del Puerto de Gibraltar, de las autoridades marabinas. La ubicación estratégica de Gibraltar, al sureste del lago de Maracaibo y en la falda de los Andes, la convirtieron en ruta obligada de los productos que venían del virreinato de la Nueva Granada y de Venezuela. Su creciente valor geoestratégico fue determinante en los cambios político administrativos de la otrora Provincia de Mérida y La Grita y explica, según Cardozo (citado en Briceño, 2005), en buena medida, la controversia entre la élite político-militar merideña y la élite marabina por el control del comercio lacustre, incluso por el territorio merideño al sur del Lago y, particularmente, del puerto de Gibraltar por donde salían las mercancías y productos de la región objeto de estudio.
            De este modo, durante la mayor parte del siglo XIX el estado Mérida tuvo mayor presencia en la costa sur del lago de Maracaibo, a pesar de que la Ley del 28 de abril de 1856 estableció la división territorial de Venezuela y modificó los límites de Mérida, perdiendo ésta sus derechos a las tierras del sur del lago. 
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            Por esto, Mérida reclamó su presencia y pertenencia a esta zona mediante comunicaciones directas al Ejecutivo Nacional, así como también a través de la construcción de aduanas, puertos y vías de comunicación; que le permitieron comercializar su producción agrícola hacia mercados foráneos. Pero el estado Zulia comienza también a tener presencia física en el sur del lago (Briceño, 2009:53), a través de la construcción del ferrocarril Santa Bárbara-El Vigía, al que hemos hecho referencia, y con la instalación de compañías de vapores que circulaban de Maracaibo a los principales puertos sur laguenses en las últimas décadas del siglo XIX.
El franco crecimiento del café como producto pilar de la economía nacional generaría los principales cambios del paisaje, de esta manera, se inicia una política ferroviaria, la cual no poseía fines sociales sino más bien económicos (hacia Maracaibo, punto de contacto entre el circuito interior regional y el exterior internacional). En este sentido, se gestan “una serie de transformaciones en cuanto a la infraestructura y ornamento”, el llamado circuito agroexportador marabino, se verá beneficiado por la construcción de carreteras, caminos y la incorporación del ferrocarril para el traslado de los productos provenientes de la región andina. Los principales ferrocarriles que se impusieron en el paisaje del siglo XIX fueron; El ferrocarril de la Ceiba, ferrocarril de Santa Bárbara – El Vigía, y el ferrocarril del Táchira.

Es así como el hallazgo del petróleo y su explotación terminó por redefinir los paisajes del Estado Zulia, el lago comenzó paulatinamente a contaminarse, los buques fueron mucho más frecuentes en aguas venezolanas, los incendios con sus apocalípticas fumarolas y nubes de humo formaron parte del nuevo paisaje petrolero marabino. Las firmas comerciales con sus campamentos crearon a su alrededor los nuevos poblados urbanos, dando importancia a las distintas zonas según fuese su valor y posibilidad de extracción petrolífera. Castillo; citado en Puerta, 2013: 76-78).
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            La creciente actividad económica, desarrollada en la planicie del Sur del Lago de Maracaibo, se debió, como ya hemos adelantado, a la temprana aparición de las estancias productoras de cacao, atraídas por la delicia del cacao criollo porcelana (es conocido mundialmente por su excepcional poder aromático, suave sabor y delicada textura), especie cuya variedad Criollo, asegura Humberto Reyes (citado en El Club del Chocolate.com), experto en cacao venezolano, era silvestre antes de la llegada de los españoles, y se daba en muchos lugares de Mérida (de las montañas, alrededor del Lago Maracaibo); las que rápidamente evolucionaron hacia haciendas, asentadas en una acelerada expansión de la frontera agrícola, aumentando inusitadamente la producción de cacao. En consecuencia, las haciendas cacaoteras de la planicie lacustre definieron con precisión sus sistemas productivos sobre la base de la extensión de los sotobosques cultivando arboledas de cacao, lo que no afectó el ecosistema de aquella región. Así como por la tecnología aplicada, mediante la utilización de herramientas y técnicas provenientes originarias de Europa e introducidas y adaptadas al cultivo del cacao por los peninsulares.
            Luego vendrían los asentamientos mayores. Estas tuvieron una rápida expansión, entre las cuales fueron de significativa importancia las estancias productivas de caña de azúcar, las que rápidamente evolucionaron hacia haciendas cañeras que suministraban panela (papelón), miel, melotes y azúcar morena o granulada. Esta haciendas cañameleras, asentadas en una rápida expansión de la frontera agrícola en la planicie lacustre, definieron con precisión sus sistemas productivos sobre la base de la eliminación total de los sotobosques para ser sustituidos por los cultivos de caña de azúcar, mediante la introducción de herramientas e ingenios provenientes de las Antillas que fueron modificadas y adaptadas a las necesidades particulares del área de explotación. (Ramírez, 2014a).
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            Este proceso del cultivo en las haciendas cañameleras se diferenció notablemente de las cacaoteras y su tecnología para la producción incidió notablemente, propiciando substanciales cambios edáficos. En tanto que la infraestructura fue similar en ambos tipos de haciendas integrados por una casa, sus depósitos y adicionalmente se construyeron las casas de los esclavos y sistemas defensivos que caracterizaron a las unidades productivas del Sur del Lago de Maracaibo.
            Para el historiador Luis Ramírez (Boletín de la Academia Nacional de la Historia), quien estudia la esclavitud en el Sur del Lago de Maracaibo, el área constituyó espacio jurisdiccional de Mérida, desde su ocupación primigenia comprendida desde la sexta década del siglo XVI hasta finales del siglo XVII, y donde la introducción de la mano de obra esclava, cuyas favorables circunstancias determinada por la certidumbre en su suministro mediante la trata de los negros a través del sistema de las licencias, controlado por reglamentación de la Casa de Contratación de Sevilla, la que autorizó a numerosos personeros de la realeza y mercaderes sevillanos, quienes, a su vez, las negociaron con los tratantes portugueses. La trata fue incentivada cuando las coronas hispana y lusitana se unieron, permitiendo la actuación directa de los portugueses en la misma, posteriormente se acudió al sistema de asientos, a lo cual se agregó los bajos costos de los negros, y permitió su introducción para laborar en las esplendidas haciendas cacaoteras y cañamelares que se desarrollaron tempranamente y que posibilitaron el ingente desarrollo de la economía emeritense durante ese periodo.
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            Planteadas de esa forma las variables, el análisis se centra en el estudio cuantitativo y cualitativo de los propietarios y propiedades existentes en el sur del Lago de Maracaibo. La investigación se dirigió a determinar la cuantía de los propietarios, su origen, procedencia y vecindad, así como la ubicación, extensión, uso, movilización, concentración y fraccionamiento de la misma, concretamente las fases de apropiación del suelo y su distribución espacial, definida de acuerdo a sus usos: agrícola y urbano. A su vez, el espacio urbano ubicado en San Antonio de Gibraltar, se examina como resultado de la interacción ciudad-campo, destinado fundamentalmente al uso residencial y comercial, no obstante que también hubo necesidad de áreas con fines ceremoniales y asistenciales. (Ramírez, 2014).
            En otro trabajo de Briceño (2005), La región histórica del sur del Lago de Maracaibo y la influencia geohistórica de la ciudad de Mérida, este historiador nos presenta una investigación concibiendo la organización de los paisajes como la transformación por la presencia del hombre desde la ocupación del espacio en el período de conquista y colonización, la fase republicana del siglo XIX, y la modernidad del siglo XX, en relación con sus espacios de influencia merideños.
            El circuito comercial del occidente de la actual Venezuela operaba a mediados del siglo XIX, al igual que en los tres siglos anteriores, sobre la base estructurante de un sistema de puertos lacustres y fluviales que servían de depósito y trasbordo entre las áreas productivas de los valles y piedemonte andinos y el puerto de Maracaibo, destacado por el ilustre historiador venezolano Dr. Germán Cardozo Galué (citado en Briceño, 2005), quien ha identificado la región histórica marabina- sustentada en la multisecular capacidad del puerto de Maracaibo para fraguar (a decir de él) vínculos económicos y socioculturales entre los paisajes humanos. Se trata de una región circunscrita en la larga duración y enmarcada en el concepto ciudad-puerto, el cual es capaz de ampliar la frontera de la región.
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            El proceso moderno de colonización inicial, nacido al calor y el progreso económico que impulsó la actual carretera Panamericana, da paso a un segundo proceso que genera la sustitución del uso agrícola por el pecuario, desplazando la actividad campesina con productos tradicionales de conuco como maíz, yuca y plátanos, cada vez más por la actividad ganadera y de fundos latifundistas, economía que concentrará lo fundamental de la inversión, debido a que permitía mayores márgenes de ganancia sustancial, en vista de que la renta es mayor para cada unidad de explotación en tierras obtenidas, además, gratuitamente, pues son tierras de la nación (Martín, citado en Pulido, 1994). Pero mayor también sería su impacto. En efecto, el costo de la explotación ganadera es, en primer lugar, el daño ambiental que genera la deforestación, ya que grandes superficies de bosques fueron taladas (con una pérdida de casi un millón de hectáreas, según Rojas, Goldstein y Pulido, 2014: 220) para dedicarlas al pastoreo. Los animales domésticos (bovino) requieren mucha más superficie que los cultivos para producir la misma cantidad de calorías. En segundo lugar, la erosión del suelo expuesto, sin cobertura vegetal, además de la escasez de agua por cambio del régimen hídrico producto de la deforestación y la pérdida de biodiversidad, así como la desestabilización de las comunidades originarias y la extensión de las enfermedades.
            La oferta de tierras públicas, sumada a la presión campesina alto-andina -agravada por la crisis cafetalera y el histórico minifundismo- generaron un fuerte éxodo colonizador en los años cincuenta, que nutrió de mano de obra barata la explotación forestal y el desarrollo agropecuario del sur del lago de Maracaibo. Para 1965, en la ZSLM se cultivaba el 67% de la producción nacional de plátano (Venturini, citado por Pulido, 1994: 59). Actualmente, se produce el 80% de musáceas en 50 mil hectáreas y el 60% de la producción lechera nacional; a la par que genera el 30% de la producción de carne (Soto, 2006: 74; Tomo I).
273
            En opinión de otro especialista, Gutiérrez (1987), la ganadería en la zona es injustificable económicamente (Venezuela tiene extensas zonas en la planicie aluvial del Orinoco, al norte de la misma, o Llanos Centrales; y al suroeste, o Llanos Occidentales) por su poca especialización y productividad, haciendo de ella una empresa costosa por el uso no intensivo del recurso suelo (1.3 unidad animal o cabeza/ha.), cuyas tierras son una de las más fértiles del país (la ZSLM sólo presenta alrededor de un 10% de suelos con severas limitaciones y menos del 1% con pocas limitaciones: citado en Molina, 2009:74), aduciendo un escaso manejo zootécnico de las explotaciones lecheras y el potencial forrajero (gramínea/leguminosa). Igualmente, refiere que “el predomino de las fincas grandes sobre las pequeñas, se pone de manifiesto en todas las subregiones que integran la zona; no obstante corresponde al sector del Estado Zulia el mayor porcentaje de fincas grandes” (35,14% de las fincas del sector).
            Los sectores de Zulia y Táchira son señalados por el autor citado como los sectores pecuarios por excelencia en la ZSLM, y la subregión merideña lo es en la actividad agrícola, aunque la otra actividad también está presente (en El Vigía, existe una INDULAC o industria láctea), sobre todo en el área de estudio.

            Según Rojas y otros (2014):
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La producción de plátano aumentó de 377.508 toneladas en 1992 a 574.515 toneladas en 2001. Nuevas compañías comercializadoras aprovecharon la apertura comercial promovida por los ajustes estructurales, elevando las cifras de exportación de plátano y banano (Pulido, 1994). Sin embargo, un conjunto de circunstancias desfavorables (controles arancelarios, humedad edáfica, intensidad de los vientos, plagas y enfermedades) determinaron que la superficie cultivada y la producción exportable declinaran en los años posteriores.
El carácter extensivo, los menores costos de mano de obra y la demanda del mercado interno, le agregaron ventajas comparativas a la ganadería de doble propósito respecto a las musáceas. Aunque el rebaño aumentó, la producción de leche disminuyó drásticamente debido a la reducción de los subsidios en este rubro. De modo tal, que la ganadería de carne, más que la lechera, siguió ganando espacio en las áreas boscosas de la vertiente sur-lacustre. (p.226).

            Para Ramírez (2014), la importancia de historiar esta subregión radica en la carencia de estudios sistemáticos sobre el pasado de tan significativo espacio que integra geográficamente la cordillera merideña con los Andes y la costa Caribe neogranadina, dilatándose sobre una extensión de elevada productividad agrícola y pecuaria, tanto en su pasado colonial como en la actualidad. Esa zona ha sido tradicionalmente obviada en los estudios históricos, debido a dos razones. La primera radica en que sus raíces están íntimamente vinculadas a la región histórica merideña y actualmente parte de ese territorio se halla en disputa entre los Estados Mérida y Zulia, lo cual ha dado como resultado que sus pobladores erróneamente se consideren partícipes de la zulianidad. Esa situación, necesariamente suscita la discusión sobre la certera vinculación histórica del sur de la planicie lacustre, demostrando indudablemente tanto su pertenencia a la región histórica merideña como la evolución jurisdiccional del Sur del Lago de Maracaibo durante los siglos XVI y XVII.
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            Sólo a finales del siglo XIX, se manifestó la necesidad de examinar el pasado del Sur del Lago de Maracaibo, cuando tuvo su primer y más significativo aporte en la tesis sustentada por Tulio Febres Cordero, en su concienzudo trabajo titulado El derecho de Mérida a la costa sur del Lago de Maracaibo, presentado como soporte en los alegatos introducidos por la entonces Sección Mérida del Estado Los Andes, ante la Alta Corte Suprema de Justicia en el año de 1890, para reclamar su innegable derecho sobre esas tierras, las que injustamente le habían sido arrebatadas y cuya demanda dio como resultado la pertinencia y vigencia de tal impetración, sentenciándose la entrega inicial del corredor de Palmarito en 1904. De la misma forma, el enunciado autor sintetizó el proceso de fundación de San Antonio de Gibraltar en sus Décadas de la Historia de Mérida.
            Ramírez (2014) realiza un estudio del proceso asignación de la propiedad privada del suelo y su distribución espacial al igual que su posterior movilización, evaluando su concentración y fraccionamiento, a través de los indicadores del número de predios, ubicación y extensión en el sur del Lago de Maracaibo durante los siglos XVI-XVII. El estudio demuestra que la asignación de las posesiones y su legalización se desarrolló en el marco de la política española especialmente en aquellos espacios óptimos para los cultivos de cacao e inmediatos al puerto de Gibraltar, en cuyas superficies se apreció con mayor incidencia la segmentación de los predios a través de las diversas y sucesivas trasferencias realizadas durante el periodo estudiado.
            Asimismo, Molina (2009) también hace un estudio para la época actual sobre la afectación de la tierra privada en base a la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario (LTDA, 2005) impulsada por el Gobierno revolucionario bolivariano en el Sur del Lago (Municipio Alberto Adriani), centrada en la intervención de las mismas por la organización colectiva (cooperativas agrícolas y/o agrarias), a las cuales el INTI asigna tierras reglamentadas por Cartas Agrarias.
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            Entre las conclusiones del trabajo mencionado, está el hecho de que se aprecia un cambio tangible en torno al papel normativo dado a la propiedad fundiaria privada con vocación agrícola en la nueva LTDA, con la afectación de tierras ociosas o incultas y expropiación de fundos bajo un enfoque radical, al asumir posturas ideologizante, de corte comunista o, si se quiere, socializantes de la propiedad (propiedad social o comunal), al avanzar sobre propuestas sociales y/o colectivas, lo cual se presenta como estatismo ante el ojo avizor de los analistas agrarista.
            En cuanto a la adjudicación de la tierra a organizaciones colectivas se le ha dado la debida importancia, acrecentando su rol, el cual no es otro sino el de la acción mancomunada en la gestión de las unidades de producción social agrarias, lo que significó un 'salto' sustancial en la materia, pero que en la práctica es poco el avance estructural en cuanto a la transformación agraria, en vista de que sigue siendo politizada dicha acción, por lo que no se diferencia en mucho a la anterior reforma agraria cuartorepublicana, por cuanto la misma era también no convencional pero adolecía del acompañamiento efectivo y permanente, siendo el campo igualmente improductivo y abandonado, al gozar sólo del derecho de tierra y créditos o subsidios del Estado amparados en una afinidad política. Para Molina (2009):
No se puede pretender que el sólo hecho de cambiar el modelo normativo de propiedad agraria que se traía por otro de características colectivistas se van a alcanzar las metas plasmadas en los planes de seguridad y soberanía alimentaria, al menos que se desarrolle el capital social estructural y cognitivo, ya que –sostenido por prominentes agraristas (Altieri, Dumont)- toda revolución es satisfactoria y logra su consolidación por medio del sector agroproductivo y alimentario. (p. 121).
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            En este sentido, hay que reconocer la valoración conclusiva de Molina (2009), en vista de que, hoy día, la República Bolivariana de Venezuela atraviesa una de sus crisis más notorias, como es la acuciante escases de alimentos, a pesar de que se han invertido ingentes recursos en el sector agrícola y agrario, amén del otorgamiento de tierras expropiadas que ahora no producen ni siquiera para el sustento interno. Otro eminente agrarista que ya había advertido sobre las insulsas sandeces político-colectivistas en el área de las políticas implementadas desde la Reforma Agraria de 1960, es Soto, sobre el que Molina (2009) nos presenta lo siguiente:

Ante esta situación, en la cual debían otorgar dotaciones colectivas y no existía una base adecuada que respaldara a ese grupo de beneficiarios, se acoge la alternativa del Código Civil, y surge de esta forma un contrato sociedad, cuya naturaleza jurídica no es típicamente civilista sino de los llamados innominados. Como el IAN concebía la dotación colectiva preferentemente sobre fincas de cultivos permanentes de café, cacao y caña de azúcar, donde tradicionalmente estos centros de explotación practicaban una agricultura extensiva y primitiva, el traspaso de estas fincas a los grupos campesinos requería la existencia de un orden colectivo para evitar la destrucción de la unidad económica, por lo que fue rechazada de plano la alternativa no sólo mercantilista, sino también cooperativista o, en palabras de Soto (1973, p.203), de “organización pseudo cooperativistas establecidas al inicio de la Reforma Agraria. (p. 28-29).
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            Aun cuando la ZSLM ya experimentaba un proceso de colonización con fines agrícolas, básicamente para la producción de cacao, caña de azúcar (cultivos típicos de la colonia) y platáneos, en donde se fue tomando posesión de las tierras sin la documentación legal, aprovechando el saneamiento ambiental (la política del uso del DDT para acabar con la malaria) y el dragado de los ríos que se desbordaban, aunado al impacto de la carretera troncal 01 o Panamericana (1953-1955), adosada al piedemonte nor-occidental andino, y que también fue crucial en la colonización del sur del lago de Maracaibo (Venturini, 1968; citado en Rojas et al., 2014), lo que eleva el coeficiente económico y el desarrollo poblacional en forma vertiginosa en toda la región surlaguense, fue el abandono del campo, inicialmente producto del boom petrolero y, también, por la penetración de nuevos colonos agropecuarios, lo que generó el cambio de uso de la tierra, sobre todo por el traspaso de las tierras asignadas en la región por el antes IAN[xxviii] (hoy Instituto Nacional de Tierras, INTI) a los nuevos terratenientes, quienes compraron no la titularidad sino la notaria de las tierras a los campesinos beneficiados. Esto jugó un papel importante en la producción ganadera y lechera.
            La posterior instalación de la INDULAC por el consorcio suizo-norteamericano Borden-Nestlé, asegurando a los productores la recepción de la leche cruda en 1944, pasando de 650 mil litros de leche a más de un millón entre 1943 a 1958, fue determinante, gracias a la expansión de sus potreros (con el crecimiento de latifundios por la compara de tierras a los beneficiarios de la Reforma Agraria). De esta manera, la tierra de propiedad pública se incorporó sin grandes esfuerzos salvo los gastos de deforestación de la selva tropical pluvial (bosque lluvioso de clima húmedo) original en la región y su consecuente sustitución por la siembra de pastos (Consejo Nacional de Investigaciones Agrícolas, 1973; citado por Gutiérrez, 1987:15).
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            Actualmente, se ha retomado el cultivo del cacao en la región Sur del Lago de Maracaibo, en vista de que, desde la colonia, es un emblema de los cacaos criollos, cuyas cualidades organolépticas le han dado prestigio internacional a Venezuela, y de acuerdo a datos del (M.A.C, 1989), en esta zona se cultivan sólo 3.700 ha de un total de 70.000ha de tierras con aptitud para la producción de cacao fino. Portillo (et al., 1995) y Rosales y Ureña (1995) indican que la producción de cacao en esta zona está limitada por el reducido tamaño de las unidades de producción, el 95% de éstas tienen una superficie inferior a las 5 ha, presentan un manejo inadecuado del cultivo y de los suelos y carecen de asistencia técnica y crediticia, entre otras. (Citados en Vera, Rosales y Ureña, 2000:258)
            Las potencialidades agrícolas de la ZSLM son resaltadas por COPLANARH (Comisión del Plan Nacional de Aprovechamiento de los Recursos Hidráulicos) (Molina, 2009). Por lo tanto, se parte de la premisa de que las tierras cálidas y húmedas del sur del Lago de Maracaibo tienen y tuvieron características edáficas, climáticas y geográficas favorables para desarrollar el cultivo de un fruto autóctono de aquellas sabanas como lo es el cacao. Esas excepcionales condiciones motivaron la ocupación hispánica que enfrentó numerosos obstáculos. La dificultad inicial fue la aguerrida resistencia indígena, cuya belicosidad motivó incesantes enfrentamientos e inestabilidad en los asentamientos urbanos y rurales, manteniéndose esa beligerancia constante e irresoluta a lo largo del período de conquista, la que finalmente contribuyó a la crisis experimentada durante la segunda mitad del siglo XVII.
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            Durante el siglo XVIII el aporte agrícola en la economía venezolana se basó fundamentalmente en los denominados productos coloniales. En el sur del lago de Maracaibo se introdujo ampliamente el cultivo del cacao. Como en todas las regiones donde se desarrolló la agricultura colonial, la plantación esclavista generó la modalidad del trabajo esclavo. De hecho, afirma Chaves (1998), que las primeras regiones cacaoteras venezolanas, son las que hoy tienen mayor expresión de población negra, característica que se puede hacer extensiva a los antiguos centros productores de caña de azúcar.
            En la segunda parte del siglo XVIII (Chaves Vargas y Vivas, 1972; Zambrano Lupi, 2011), se incorporan al proceso de circulación, mediante la movilización y el transbordo, los puertos situados sobre los ríos Escalante, Catatumbo y Chama y ocurre la implantación de algunos centros poblados en el sur del lago (Santa María: 1773; Encontrados: 1778; San Carlos del Zulia: 1781).
            Santa María cumpliría funciones portuarias y de transbordo de algunas mercancías procedentes de los Andes. Encontrados, San Carlos del Zulia y Santa Bárbara fungirían, respectivamente, el primero como el lugar de transbordo de Santa Fe de Bogotá, ya que allí operaba la Aduana del Catatumbo, y los dos segundos como sitios de transbordo de mercancías de La Grita y San Cristóbal; mientras que Santa Cruz del Zulia constituía un paraje de paso hacia Santa Bárbara. (Zambrano Lupi, 2011: 226).
            En los albores del siglo XIX, (Cardozo 1965), Bobures alcanza la primacía de los pueblos de la región y desplaza a Gibraltar, localidad que desde la segunda parte del siglo XVIII venía perdiendo jerarquía, dadas las repetitivas incursiones indígenas y las contiendas piratas que continuamente lo azotaban. A medida que se introduce el cultivo de la caña de azúcar (la producción de cacao estaba disminuida desde mediados del siglo XVIII) y se establecen algunos ingenios destinados a su procesamiento, Bobures aumenta aun más su cuantía poblacional. (Zambrano Lupi, 2011: 127).
281
            La mayoría de los suelos pertenecientes al área merideña Sur del Lago son de origen aluvial reciente, en vista de que se han formado del aporte fluvial proveniente de los cursos de agua que descargan a través del piedemonte andino occidental. Vera et al. (2000: 262), refieren que las características para el sector Capazón-Tucanizón de la Panamericana es de suelos que presentan un desarrollo pedogenético escaso o incipiente.
            Igualmente destacan que, a pesar de las características físicas poco favorables de los suelos estudiados para la alimentación hídrica, en ninguna de las fincas consideradas se presentan problemas de estrés hídrico en las plantas, lo que indica que las precipitaciones se distribuyen uniformemente a lo largo del año y suplen las necesidades hídricas del cacao.
            Y es que Venezuela, a pesar de ser un país con grandes riquezas naturales, abundantes recursos hídricos, entra a partir del momento en que se inicia la explotación del petróleo, alrededor de la década de los años 30, en un proceso de abandono del campo, todo lo cual trajo en consecuencia, además de una ocupación anárquica de los pocos espacios urbanos existentes para la época, una afectación negativa de muchos recursos naturales: “El estilo del desarrollo petrolero dejó una estela de cuerpos de agua contaminados, áreas naturales y urbanas degradadas y altos pasivos ambientales que requerirán de un esfuerzo sostenido y cuantiosas inversiones para que puedan ser mitigados”. (GWP SAMTAC-CEPAL, 2000:7)
            Las troncales piemontinas desataron un flujo migratorio particularmente importante desde las zonas altas hacia las zonas bajas andinas, cuyos efectos fueron notables en la eliminación de las masas boscosas, el poblamiento anárquico de las planicies, la ganadería extensiva y los cultivos de musáceas en el sur del lago de Maracaibo y ganadería semi-intensiva y cereales en los llanos altos occidentales. 
282
               Estas troncales integraron la región, en particular con los mercados urbanos del centro-norte, principal destino de la producción agropecuaria. La zona protectora de los ríos Escalante y Onia, mostraba muy poca cobertura boscosa en 1988, por lo que los cambios fueron poco significativos, mientras que la Zona Protectora Cuenca del Rio Mucujepe mantuvo casi en su totalidad la cobertura de bosque. Con respecto a las reservas nacionales hidráulicas, la única de tamaño considerable es la Reserva Nacional Hidráulica de la Zona Sur del Lago de Maracaibo, con 618.000 ha, que ya para el año 1988, carecía casi en su totalidad de cobertura de bosque, en razón de lo cual no se observaron cambios considerables durante el período.
            El desarrollo ha sido acelerado tanto en la agricultura y los servicios agropecuarios, como en los asentamientos del sur del lago de Maracaibo (El Vigía, Caja Seca-Nueva Bolivia, Sabana de Mendoza). La parte correspondiente al sur del lago de Maracaibo, por debajo de los 1.000 msnm, no presenta cobertura boscosa significativa, dada la deforestación masiva durante los procesos de colonización y reforma agraria acaecidos en la década del 60 del siglo pasado (Rojas López, 2008; citado en Rojas et al., 2012). La extensión y estructura de la cobertura boscosa para el año 2001 presenta características distintas a las del año 1988. Las reservas forestales ya habían desaparecido casi en su totalidad, a causa del recrudecimiento del proceso de colonización agraria y expansión del espacio agrícola de las últimas décadas.
            En síntesis, destacada por los especialistas (Rojas y otros), los actores sociales (empresarios del campo y campesinos) e institucionales (Estado) transformaron el sur del lago de Maracaibo y los llanos altos occidentales en las principales regiones agrícolas del país, en desmedro de las amplias coberturas boscosas regionales. El sur del lago de Maracaibo no presentaba cobertura significativa, dada la deforestación masiva sufrida durante el proceso de colonización y reforma agraria de los años cincuenta y sesenta. 
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          Sin embargo, la política actual de recolonización basada en actores colectivos y la retoma del conuco como unidad productiva de maíz, cacao, yuca y plátanos, ha contribuido a acelerar la deforestación de las áreas intervenidas por la LTDA implementada en el proceso revolucionario bolivariano, debido a la carencia de acompañamiento técnico profesional y la difusión en base a la prédica de un desarrollo endógeno no capitalista que adolece de sostenibilidad, al estar impulsado por un discurso socialista de carácter oportunista o meramente político partidista.
            El siglo XIX es testigo de la sustitución de la plantación esclavista por el latifundio semifeudal, basado en el peonazgo y la aparcería. Cobra importancia el cultivo de la caña de azúcar y posteriormente el café y la incipiente siembra de pastos. Se incorpora la figura del terrateniente criollo, se fortalece la aristocracia nativa, adosada con comerciantes europeos y capital extranjero. La actividad económica continuó usando las vías de comunicación lacustre y fluvial, se incrementó la importación y la exportación elevándose la función portuaria, todo ello bajo relaciones de producción mercantilista. Finaliza el siglo, incorporando la máquina de vapor en el transporte ferroviario, como una manera de apoyar al transporte utilizado hasta entonces, dado el aumento en las operaciones de exportación.
            El siglo XX constituye la centuria durante la cual se termina de consolidar la estructuración del espacio. Iniciada dicha centuria, el sur del lago conoce el trazado de dos líneas ferrocarrileras, continúa el auge cañícola, se introduce el pasto Pará y se inicia el cultivo del plátano; conformándose la armazón hacendista como plataforma estructural, armazón que sería fundamental en la formación capitalista que posteriormente conoce el espacio surlaguense, en donde la agroindustria lechera cobraría particular significado. Así, al finalizar la primera mitad del siglo XX, la actividad agroindustrial, manifestada en la producción de leche y sus derivados, le imprime particularidades al proceso de estructuración del espacio en el sur del lago. (Zambrano Lupi, 2011: 140).
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            Para el autor citado, en cuanto a la formación del espacio, no todo está dicho, ni se ha agotado el tema. Por el contrario, falta bastante por hilvanar, cuanto más tratándose de una materia tan controversial, teniendo en cuenta que, sólo definir el término espacio tal cual, ha constituido un debate arduo y prolongado en el tiempo, dentro de la ciencia geográfica. Dicho en otras palabras, persisten asuntos por tratar con mayor detalle. En la Zona Sur del Lago de Maracaibo, donde alrededor de 20% de su contorno, limita con Colombia y en algunas partes del lindero constituye una ‘frontera viva’, el impacto de dicha frontera en la formación del espacio tiene que haber sido significativo. Ese impacto es un tema vivo que espera y amerita primordial atención. (Zambrano Lupi, 2011: 141).
            En este sentido, la historicidad de la implantación del poblamiento desde antes de la colonia, las actividades desarrolladas por los indígenas o modos de producción aborígenes, y sus medios de circulación, los cuales corresponden  con una identidad y formación social específica hasta nuestros días en la ZSLM, es en principio,  una propuesta ambiciosa, ya que es una de las regiones con mayor vacío bibliográfico, tanto en términos geográficos como históricos (Vargas Arenas, 1990; citado en Zambrano Lupi, 2011), en lo que se refiere al conocimiento sobre las sociedades antiguas que poblaron la región durante el periodo prehispánico.        
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            Por otra parte, se debe señalar también que, la forma como se insertan, en cada momento del proceso histórico (esquema evolutivo,  ya que en todo momento se hizo referencia sólo a lo acontecido en el área Sur del Lago de Maracaibo, omitiendo la relación de lo allí acontecido con la evolución seguida por el espacio en lo que hoy son la Región Zuliana y la Región de Los Andes e inclusive en Venezuela), es aproximada. Además, los criterios que se siguieron para remitirnos a la ZSLM fueron los mismos que se establecieron desde su delimitación; esto es, fundamentalmente políticos y fisiográficos así como también, de uso de la tierra y predominio de las actividades productivas básicas: la producción ganadera y la producción platanera.
            Desde el punto de vista político-territorial, como se refirió en el Decreto Presidencial de su creación, a dicho ámbito se le adjudicó su configuración espacial, bajo la división político-administrativa vigente para el momento. Ahora la división político-territorial se ajusta a la modificación de la Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica del Régimen Municipal (promulgada en 1978, refrendada en 1989; y otra, sancionada en 2005 y reformada en 2009, de Ley Orgánica del Poder Público Municipal). Por último, las distintas formaciones sociales asociadas a un modo de producción determinado, han sido analizada por diversos autores, entre los cuales sólo referenciamos a Chaves (1964, 1998); al igual que  Sanoja y Vargas (citado por Chaves), pero que Zambrano Lupi (2011: 121-143) destaca, entre otros, a Acosta Saignes (1954), Cardozo (1965), Chaves Vargas y Vivas (1972), Chaves Vargas (1992, 1998), Vargas Arenas (1990), Delgado Delgado (1978, 1981), Sanoja y Vargas, (1978); quienes presentan como denominador común cierta homogeneidad temporal en cuanto a dicha periodización.
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            La denominación de Acosta Saignes, en su "Estudios de Etnología Antigua de Venezuela” (UCV, Caracas: Edic. de la Biblioteca, 1961), sobre los aborígenes de la ZSLM, es a todas luces, más correcta, ya que los clasifica como Caribes Occidentales, pese a la inclusión de los Motilones Barí, de filiación Chibcha (habitan las cuencas altas de la Sierra de Perijá), debido a la proximidad geográfica, es decir, sólo en el mapa, ya que los llamados Motilones propiamente dichos, si son Caribes, los cuales habitaban o habitan las cuenca del Sur del Lago. (Las citas y referencias bibliográficas de este apartado sobre la Zona Sur del lago, fueron extraídas de Zambrano, 2016d).


ESTRUCTURA ESPACIAL DE LA ECONOMÍA VENEZOLANA.

Las Dimensiones del Espacio Social y sus Variables Representativas más Importantes.

            Estudios realizados a nivel regional y urbano revelan, al aplicar el concepto de área social, proveniente de la Escuela de Ecología Social de Los Ángeles, la existencia de dos dimensiones principales: socioeconómica y sociofamiliar. La dimensión étnica detectada en estudios realizados en otros países existe también a nivel regional, donde encontramos regiones de población negra (como Barlovento, el Sur del lago de Maracaibo, el Golfo de paria, etc.) y regiones indígenas (como la Guajira, La Cordillera de Perijá, la Mesa de Guanipa, la Gran Sabana, el Amazonas, etc.). Esa dimensión aparece también a nivel urbano en la forma de enclaves étnicos o guetos indígenas, en ciudades como Maracaibo, Ciudad Bolívar y Puerto Ayacucho; enclaves negros y enclaves nacionales (colombianos, ecuatorianos, chinos).
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            De la dimensiones más importantes, la socioeconómica se basa en las contradicciones espaciales urbano-rural, urbano-industrial y centro-periférica. A nivel regional la dimensión socioeconómica del modo de producción capitalista, se expresa espacialmente a través de niveles de acumulación. La acumulación se jerarquiza, a su vez, en función de la asignación espacial de la inversión, en la cual intervienen los diversos estratos de la burguesía.
            En el patrón urbano-rural la dimensión socioeconómica en el espacio venezolano se diferencia cuantitativamente cuatro grupos (Delgado de Bravo, 1971, 1973; M. Silvio, 1973; Chaves y Delgado de Bravo, s/f.; L.F. Chaves, 1977; citados en Chaves, 1987g): uno, urbano central; otro, urbano periférico; y dos, de carácter rural periféricos. Al primero pertenece el Distrito Federal e los estados Miranda, Aragua y Carabobo; al segundo Zulia, Nueva Esparta, Lara, Bolívar, falcón y Anzoátegui; al tercero Táchira, Trujillo, Mérida, Guárico, Sucre, Yaracuy, Monagas y Cojedes; y al último, Barinas, Delta Amacuro y Apure.
            La inversión de los tres (3) grandes factores tradicionales (el capital, el trabajo y la tierra) de la economía capitalista (numerosos autores añaden también otro factor, el empresarial, conocido con el nombre de Iniciativa Empresarial, y es el encargado de la coordinación de los factores productivos tradicionales) da lugar, en Venezuela, a un nivel de acumulación que, por comodidad, ha sido denominado “central” o “polar”. Se incluyen en ese grupo las actividades relacionadas con la administración del Estado y la inversión en las industrias más modernas y sofisticadas y en las altas finanzas. Se trata de actividades que tienen una localización “concentrada” (orientada a las aglomeraciones urbanas) o “centralizada”. Pero también se incluyen actividades industriales (extractivas y manufactureras) altamente tecnificadas y orientadas a las materias primas y condiciones de localización (petróleo, hierro, hidroelectricidad, industria siderúrgica, petroquímica y cartoquímica, etc.) y actividades agrícolas intensivas.

288

Los Niveles Espaciales de Acumulación


            En cada nivel de acumulación el capital persigue objetivos diversos que afectan directamente la localización de conjuntos de ramas de actividad económica y contribuyen a explicar la distribución de los asentamientos en relación a sus características de especialización o diversificación funcional (Chaves, 1987f).



Uno de los objetivos del capital, según Chaves (1987f), en este nivel de acumulación es el control de las materias primas minerales. El cumplimiento de este objetivo implica la instalación de industrias extractivas. Los asentamientos resultantes se caracterizan por la concentración de la población en ciudades y otros asentamientos especializados en la actividad minera o de extracción fósil (petrolera). En algunas áreas los asentamientos se amontonan en enjambres (settlement clusters) o bien uniforme (en metrópolis regionales).
Otro de los objetivos es el control de las condiciones de posición o situación, en especial las condiciones de modalidad. El objetivo se cumple través de la instalación de industrias intermedias con miras a relacionar las fuentes de materias primas con los centros de consumo, en los que se ubican industrias de procesamiento final. Dichas actividades se concentran en los nodos, frecuentemente en el litoral.

Nivel  
Central o
Polar

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Nivel  
Regional



Nivel
Urbano


            Finalmente, los diversos niveles de acumulación se integran en el espacio en función de mecanismos de interrelación e interacción que se expresan a través de la circulación de mercancías y capitales, la cual se ve favorecida por los mecanismos crediticios. El flujo financiero es el factor de integración de los diversos niveles en que se jerarquiza el sistema. Con frecuencia los ahorros del interior del país han ido a favorecer el crecimiento económico y la inversión en las regiones capital y central. (Chávez, 1987e).
290

Sistema Nacional de Asentamiento

            Estudios realizados por diversos autores, entre ellos, Travieso (1972), Chaves (1972, 1973), Díaz González (1975) (citados en Chaves, 1987f), y Amaya (1999) —éste último lo veremos más adelante—, permiten una caracterización del sistema nacional de asentamiento. En base a dichos estudios podemos definir los siguientes tipos de asentamientos urbanos en Venezuela:

Capital o
Metrópoli nacional





291

 
Centro o
“Heard-land”


Capitales
Regionales

292

Regionales

Enclaves







Ciudades
Agrocomerciales
y Agroindustriales
Especializadas


Ciudades
Administrativas
y de Servicios Sociales
Especializados
293

Lugares Centrales
Puertos de
Exportación
Agrocomercial
y otros centros de
Transporte





294
Otros Tipos
de Ciudades


            Amaya (1999), nos presenta los siguientes modelos de organización del sistema urbano venezolano:

     1. Conquista y
         Poblamiento



2. Agroexportador



3. Petrolero
      



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4.      Sustitución de
Importaciones




  296 

5.      Promoción de
exportaciones
no tradicionales
296


División Espacial del Trabajo

            La división espacial o geográfica del trabajo es el resultado histórico de la especialización sectorial de la producción y de la localización de las ramas de actividad económica en áreas geográficas específicas.
            El vehículo del proceso de modernización es la técnica, y ésta se encuentra  articulada en sistemas constituidos para desarrollar una función, una praxis, un trabajo productivo.  De  ahí la legitimidad y la importancia objetiva y epistemológica –destacada por Gómez (2007)- de la noción de división del trabajo:

Concepto de larga data, sus connotaciones e implicaciones han sido estudiados por la sociología, la historia, la economía y la geografía radical. Para Santos (1996a), la división del trabajo constituye el motor de la vida social y de la diferenciación espacial. (p.257).

            Esto quiere decir, que es el movimiento de las fuerzas sociales productivas, el trabajo social, el que crea la metamorfosis de las materias primas y del trabajo con el fin de producirlas como objetos sociales, al igual que la metamorfosis que experimentan las mercancías en la relación compra-venta, en su circulación. Asimismo, “la división del trabajo encarna el vehículo de producción e instalación de las posibilidades del mundo en países y regiones. En cada instante del proceso de totalización, las parcelas de la división del trabajo se metamorfosean, cambiando de forma, su contenido, su localización.” (Gómez, 2007: 258).
297
            La división del trabajo –ora internacional, ora interna de cada país- no existiera realmente, ni tuviera importancia en la relación material-social, si además de ser capacidad, no ocupase un espacio físico, poseyese unas determinadas formas-contenido en tanto totalidad concreta, tuviese una duración en el tiempo y una determinada significación. Por eso, la división del trabajo constituye en cada subespacio la sumatoria y la síntesis de trabajos individuales identificados de modo singular en cada momento histórico. Ese recorte histórico metamorfoseado en subespacios, para Gómez (2007), no acoge a todas las variables modernas del período, ni los eventos que lo constituyen pertenecen todos a la misma generación: “De ahí la importancia de identificar las rupturas espacio-temporales y no sucumbir al relativismo individualista postmoderno.” (Gómez, 2007: 260).
            En el sistema capitalista, la estructura económica mundial se basa en la división internacional del trabajo en economías centrales y economías periféricas. Es así como, la relación centro-periferia se caracteriza por la existencia de formas históricamente cambiantes que obedecieron al desarrollo de las fuerzas productivas. Así la periferia conoce dos grandes etapas históricas en el crecimiento de sus economías. La primera, destacada `por Chaves (1987d), corresponde a una etapa primaria en la que predomina la exportación de alimentos y de materias primas de origen vegetal, animal o mineral. La modernización de los medios de transporte con la máquina de vapor, pero en especial el ferrocarril, facilita la incorporación de las áreas agrícolas y mineras a la economía internacional. Posteriormente viene la inversión extranjera directa en el proceso productivo: minas y petróleo y plantaciones agrícolas modernas con abundante inversión de capital y tecnologías muy modernas que generan industrias intermedias.
            El verdadero precursor de la organización industrial fue el economista Adam Smith que enunciaba el concepto de la división del trabajo por secuencias, es decir, una tarea después de otra, y por la subdivisión minuciosa y bien definida del trabajo descompuesto asignado a una persona especifica. Esta división hizo posible la aparición de un sistema contable respecto a costos y gastos lo cual permitió un control exhaustivo, tanto de los procesos de los trabajos y del flujo financiero como de las mismas personas involucradas desde un punto central del poder. Luego, el análisis revelador de la burocracia del sociólogo Max Weber, al inicio del siglo pasado, demuestra las convergencias de las fuentes políticas y militares, tanto para la configuración de la administración pública, como para la lucha entre los competidores en los mercados (Zimmemann, 2000: 12), poniendo al descubierto la división espacial del trabajo desde la misma gestión del Estado.
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            Visto así, una de las divisiones espaciales más importantes es la división urbano-rural. Esa división es una división espacial del trabajo de carácter funcional. Según Chaves:

…el campo cumple funciones de producción primaria (agrícola y minera) y la ciudad de producción secundaria (industrial) o de prestación de servicios (sector terciario). Adicionalmente, esa división ha significado históricamente una manifestación espacial de relaciones de dominación en las que, desde el surgimiento del Estado, la ciudad ha cumplido funciones de dominación. (Delgado de Bravo, 1992: 29).




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CAPÍPILO V
PAPEL DEL ESTADO EN LA ESTRUCTURA
ESPACIOTEMPORAL VENEZOLANO

FASE I: LA CRISIS DE LA SOCIEDAD CUARTO REPUBLICANA Y EL RESURGIMIENTO DEL ESTADO SOCIAL EN LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

Estructura de la Sociedad Venezolana en la Etapa Actual: Antecedentes y Componentes Jerárquicos y Sectoriales.

            El Pacto (político) de Puntofijo (llamado así por el nombre de la quinta donde se reunieron en Caracas, el 31 de octubre de 1958, en la residencia de Caldera, de nombre Puntofijo) subscrito (los firmantes) por: Rómulo BetancourtRaúl Leoni y Gonzalo Barrios (AD); Jóvito VillalbaIgnacio Luis Arcaya y Manuel López Rivas (URD); y Rafael CalderaPedro del Corral y Lorenzo Fernández (COPEI), logró promover en Venezuela durante veinte años (1959-1979) una democracia bipartidista aparentemente estable, cuyos signos más relevantes fueron: la estabilidad del signo monetario, una balanza de pagos positiva, una deuda externa moderada, un presupuesto fiscal  equilibrado, un índice muy reducido de la inflación, bajas tasas de interés, un aumento sostenido de las inversiones privadas y un crecimiento positivo de la industria manufacturera, así como el fortalecimiento de los precios petroleros, hasta el llamado Viernes Negro[xxix] de 1983 (durante el gobierno del demócrata cristiano Luis Herrera, quien implantó un control de cambio  llamado "Régimen de Cambio Diferencial"—RECADI) que funcionó entre el 28 de febrero de 1983 y el 10 de febrero de1989, cuando el bolívar sufrió una  abrupta devaluación frente al dólar estadounidense, derivado de políticas económicas asumidas por el gobierno del Partido Copey (véase Figura 8).
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Figura N° 8
Los Últimos Gobernantes del Petroestado Venezolano

1.                      Gral. Pérez Jiménez
2.                      Periodista Romulo Betancourt
3.                      Abog. Raul Leoni
4.                      Dr. Rafael Caldera
5.                      Sr. Carlos Andrés Pérez
6.                      Abog. Luis Herrera Campins
7.                      Dr. Jaime Lusinchi
8.                      Tcnl. Cmdte. Hugo Chávez
9.                      Sr. Nicolás Maduro


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            Durante el período comprendido entre 1979 hasta 1999, la evolución político-económica del país empieza dar signos preocupantes debido a varias razones, entre las cuales merece la pena mencionar: el agotamiento del modelo de crecimiento hacia adentro acompañado del excesivo proteccionismo estatal a la industria nacional, el aumento vertiginoso de la deuda externa, la excesiva dependencia del sector externo de la economía de los ingresos provenientes de la industria de los hidrocarburos, la proliferación de las empresas estatales, el desequilibrio del presupuesto fiscal, la devaluación de nuestro signo monetario y el crecimiento de la tasa de inflación. Aspectos, estos, que aún prevalecen en el accionar diario quintorepublicano.
            Al respecto, Hellinger (2006) menciona tres (3) sectores (los movimientos sociales incluyendo la clase obrera organizada, el sector gerencial y profesional, incluyendo los ejecutivos petroleros, y los militares) que estuvieron montando proyectos políticos durante los años de colapso del modelo puntofijista y del viejo sistema de partidos asociado al modelo hasta 1998, cuando el chavismo comienza a dominar el aparato del Estado, dando lugar a otro fracaso más de «Proyecto de País» montado sobre el mito bolivariano (Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista –PPS- de Desarrollo Económico y Social de la Nación, 2007-2013, y va por el II PPS, 2013-2019, sin alcanzar ninguna meta o rango productivo estipulados en dichos planes) que se usa para justificar el 'guiso' presupuestario de cada nuevo gobierno que llega al poder, y que busca sustituir lo “viejo” por lo “nuevo”, pues se sigue usando lo bolivariano como excusa: “Lo que Bolívar no hizo, aún está por hacer”.

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Papel del Estado en el Proceso de Ocupación del Territorio.

            La superioridad económica de la región central sería paulatinamente acompañada por un aumento del poder concentrado en Caracas, hecho manifiesto en la importancia político-administrativa del Cabildo o Ayuntamiento de Caracas durante toda la época colonial, y la obtención de prerrogativas o licencias de carácter real que le costaron caro al imperio, como el hecho de permitir a los locales (alcaldes, cabilderos) gobernar la provincia ante ausencia del gobernador, lo que derivó en la “apropiación” del poder de parte de la élite criolla, siendo aprovechada de facto cuando estalló la crisis en la metrópoli motivada a la invasión de las tropas napoleónicas.
            Para Ekman (2015: 140), una vez iniciado el proceso de implantación colonial, la conformación del territorio de la hoy Venezuela, culminó en la creación de la Intendencia (1776), la Capitanía General de Venezuela (1777) y la Real Audiencia de Caracas (1786) como órganos soberanos en lo relativo a Hacienda, Gobierno y Guerra, todos centralizados en Caracas con jurisdicción sobre el mismo conjunto de provincias: “Estos son algunos hitos importantes que demuestran el crecimiento, en todo sentido de la centralidad de Caracas y de la región central durante todo el periodo colonial”, permitiéndole inferir que “ya hacia el final de la época colonial era prácticamente indiscutible la centralidad y preeminencia de Caracas y de la región central en relación con el resto de las provincias y centros poblados del territorio venezolano”.
            El Libertador hizo énfasis –en el Discurso de Angostura, 1919, donde nació la Tercera República (la cuarta se formó, luego de la Independencia, con la Convención de Valencia de 1830, cuya incisión la promovió el grupo de sediciosos de las élites criollas y militares caudillistas de la guerra contra España, comandos por el General Páez)-  en la necesidad de un Gobierno fuerte, centralizado, en función de los descalabros que habían sufrido las dos (2) primeras repúblicas (la nacida del Congreso de 1811, comandada por Miranda, que cayó en 1812; y la misma que él había reconstruido ese mismo año, malograda en 1813 por las tropas infernales de Boves). Según Ekman (2015):
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De hecho, ya en el Congreso de 1811, en los inicios del proceso que culminaría con la independencia de Venezuela, la discusión en torno a la adopción de un sistema de gobierno unitario para las provincias que conformarían el territorio hacía énfasis, en primer lugar, en la necesidad de adoptar el sistema federal para garantizar igualdad de oportunidades y de participación para todas las provincias, e inmediatamente en segundo lugar en el imperativo de subdividir a la Provincia de Caracas para equiparar su importancia y poder con el del resto de las provincias. (p.140)

            Si a estos problemas de carácter económico
añadimos otros de carácter político, tales como: la corrupción administra-tiva, el clientelismo político, la injusta distribución del ingreso con el consecuente crecimiento de la pobreza, entre otros, no debería sorprendernos, por lo tanto, los deficientes resultados obtenidos durante estas dos décadas. (Molina, s/f), los cuales condujeron al “Caracazo” (1989), el levantamiento popular en contra del Paquete de macroreformas del FMI-BM.        
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Proyecto V República y Base Territorial
Hugo Chávez se irguió como favorito a las elecciones presidenciales de 1998, resultando electo. Fue apoyado por la alianza partidista «Polo Patriótico», que buscaba un gobierno inspirado en la renovación y modernización del estado con «mano dura», es decir, de corte nacionalista.


          
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Promovió luego una nueva constitución, la cual se aprobó por referéndum en diciembre de 1999, trayendo consigo la renovación del Poder Público por una Asamblea Nacional

            Desde entonces, dichos sectores, opuestos políticamente al Proyecto de la V República, adversan la actitud del oficialismo representado por el llamado Gobierno bolivariano, alegando la nula independencia de poderes del Estado, y movilizando en oposición al mismo a la población electoral en el desconocimiento del gobierno chavista en torno a un bloque político denominados Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la cual se declara liberal y contraria a las pretensiones socialistas del llamado “Polo Patriótico”, bloque de partidos políticos de izquierda entre los que se encuentra el Partido Comunista de Venezuela (PCV), uno de los más antiguos, que apoyan al oficialismo.
            Mediante el referéndum traído a colación (1999), el nombre oficial del país pasa de llamarse República de Venezuela al actual «República Bolivariana de Venezuela», en un claro homenaje al Libertador de nuestra América, y comienza una nuevo tipo de gobernanza, tanto política, como económico-social que aún se mantiene en el país.
            En 2001, Chávez promulgó 49 leyes sobre la administración de tierras, gracias a una habilitación de la Asamblea Nacional, en el marco de su plataforma llamada como Revolución Bolivariana, generando conflictos con la oposición. Ello desembocó en un paro nacional convocado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela y por la cámara de empresarios (Fedecámaras).
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         En 2002 comenzaron las grandes protestas en  su contra. Ese año, tras una masiva manifestación en  Caracas, el 11 de abril de 2002 se da lo que se conoce  como el Golpe de Estado de 2002Pedro Carmona, dirigente de Fedecámaras, se autoproclamó Presidente, con el apoyo del sindicato CTV y varios partidos políticos de derecha, —y con la complicidad de los  poderes económicos y los medios de comunicación—  exclamando que existía un vacío de poder a raíz de la presunta renuncia de Chávez. Como primera acción  de gobierno Carmona desintegró todos los poderes  constituidos e instauró un gobierno de facto. Esa misma noche Chávez fue restituido, luego de ser rescatado en una acción comando en la isla donde lo tenían secuestrado.
            La oposición organizó luego un paro general pretendiendo la renuncia de Chávez, pero que afectó a Petróleos de Venezuela, ocasionando grandes pérdidas económicas para el país.63 Se solicitó luego un referéndum revocatorio, siendo realizado finalmente en 2004 y en él, Chávez surge victorioso.
            La gestión de Chávez mantuvo una línea izquierdista que pretendía llevar al país hacia lo que denominó el Socialismo del siglo XXI. Creó programas de ayuda y desarrollo social —Misiones Bolivarianas—. Manifestó desagrado por el imperialismo norteamericano que, según sus palabras, gestionó el golpe de estado de 2002. A su vez, fortaleció relaciones con antiguos rivales de EE.U., como RusiaChina y Vietnam, o los pequeños rivales ideológicos, como CubaIránBielorrusia y Siria.[xxx]

            De esta manera, en ese proceso de totalización-modernización que ha emprendido el Gobierno revolucionario bolivariano, con los llamados Proyecto Socialista Orinoco, los NUDE's, las EPS (Empresas de Producción Social) y las 200 Fabricas Socialistas para maquinaria agroindustrial que se están o se van a ejecutar (“Aló Presidente”, 31-08-08) en el territorio nacional, además del desarrollo de la infraestructura que ello conlleva (red vial y ferroviaria, fabricas socialistas, nuevos asentamientos, etc.) y la configuración de la Nueva Geometría del Poder, se irá generando el desarrollo sustentable de las regiones del eje Orinoco-Apure (Suroccidental, Central y Nororiental), enlazadas con la Región Andina, la Región Caribeña y La Región Sur-Amazónica, donde los objetos, las acciones y las normas irán cambiando, ganado nuevas formas y funciones. Son los contenidos modernos del espacio -los nuevos proyectos agroindustriales y petroleros de Pdvsa (2008-2013), y la conformación de Comunas- los que definirán la entrada de lleno de Venezuela en la época socialista y viceversa.


Nueva Geometría del Poder: Una mirada desde la Geografía Radical.

            Sorprende el hecho de que a comienzos de los años 80 se inició en Venezuela una profunda discusión en torno a la redefinición de la estructura del poder público, mediante la descentralización como estrategia para afianzar la participación popular en la toma de decisiones a nivel de los estados y municipios. Se trataba de una respuesta ante la ineficiencia de los organismos del Estado y el progresivo deterioro de las condiciones económicas y sociales de la población. Enfatizábamos que “sorprende” porque aún no se había producido el “caracazo” (febrero de 1989), levantamiento popular que estalla a raíz del intento de implementación del “paquete de macroreformas” guiados de la mano del FMI y el BM, ni mucho menos las consecuencias que vinieron después, tales como los levantamientos militares de 1992, ya que el objetivo de la Reforma del Estado, para lo cual se había creado una Comisión así llamada (COPRE) consistía en propiciar, desde una perspectiva democrática y descentralizadora, la redistribución política y administrativa de los poderes públicos en sus respectivos ámbitos territoriales. Sin embargo, la crisis estalló antes de ponerla en práctica cabalmente.
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            Las primeras experiencias en esta materia se concretaron con las elecciones directas de gobernadores y alcaldes que fueron celebradas en diciembre de 1989, pero a pesar del escaso tiempo transcurrido desde el inicio de su aplicación, muchos de los extravíos que habían caracterizado el modelo centralista se reprodujeron en las estructuras descentralizadas de la administración estadal y municipal. Finalmente, el siglo XX venezolano se cerró en medio de una profunda crisis que era expresión del rápido proceso de desgaste de los mecanismos con los que se pretendió insuflar nuevos aires al debilitado sistema político. En este contexto, reaparece la figura del comandante Hugo Chávez, quien se había despedido en su intento de golpe con la famosa frase megalómana del “por ahora”.
            Esta figura carismática y desligada de los grupos políticos tradicionales, quien logró triunfar mayoritariamente en las elecciones de diciembre de 1998, al sembrar esperanzas reivindicadoras en el pueblo venezolano sin hablar de “socialismo” (incluso cuando le preguntaron en una entrevista televisiva si era socialista, en vista de sus lazos con Fidel Castro, a quien llamó su mentor y padre putativo, y visitó una vez que salió de la cárcel, indultado por el presidente Caldera, en 1994, negó serlo, pero defendiendo su propia posición, la cual era nada ortodoxa), basó su candidatura en críticas fuertes a la democracia representativa Adeco-copeyana o “puntofijista”, quien había gobernado junto a la oligarquía criolla por casi medio siglo al país, y en promesas de una Constituyente descentralizadora que le diera poder al pueblo en base a una participación popular directa. En esencia, lo mismo que ya se aspiraba con la pretendida reforma cuartorepublicana en camino, pero con la diferencia de que, un año después, ya se estaba aprobando una nueva Constitución que consagró la descentralización como uno de los ejes de la política nacional fundada en el ejercicio de la democracia participativa.
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            Ahora, ¿de qué sirvió esta reforma del Estado que le modificó el nombre a Venezuela (mejor dicho, se lo alargó, porque Venezuela nunca ha dejado de ser bolivariana) y cambió el Congreso de la República por una Asamblea Nacional unicameral tras el proceso Constituyente de 1999? Podemos ver ahora algunas ideas en este sentido. En corto tiempo se hizo cada vez más ostensible el retorno a las viejas prácticas del centralismo, al tiempo que se robustecía el personalismo encarnado en la figura del primer mandatario, después de proclamar la necesidad de enrumbar la marcha revolucionaria hacia el “Socialismo del siglo XXI”. Para Banko (2008: 167-184), dicho proyecto comprendía la transformación de aspectos esenciales del modelo político democrático y apuntaba a la consolidación de un régimen altamente centralizado en torno a la voluntad del Presidente de la República.
            Elías Cordero (2001), otro analista espacial del modelo económico y territorial instrumentado en Venezuela desde el inicio del periodo democrático, que hace eclosión en 1989, aclara que las causas en relación a dicho colapso están en el hecho de que las reservas internacionales casi no existían (estas no llegaban a $ 300 millones) y se vencía un paquete bastante considerable de deuda externa de corto plazo ($ 21.000 millones de dólares), para cuyo financiamiento las fuentes financieras internacionales exigían un acuerdo con el Fondo Monetario internacional (FMI), el cual se suscribió.
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            Mientras que Rosa Estaba (2001: 123), en cambio, señala al respecto que, a pesar de consagrar un régimen federal y descentralizado, “el gobierno que rige los destinos de Venezuela desde febrero de 1999 y que se levanta sobre la insurgencia militar, revierte toda concepción para regresar a planteamientos superados”. Luego, en 2007, Estaba realiza otra exposición sobre la pretendida implementación Nueva Geometría del Poder en Venezuela, desde una mirada geográfica del pasado, dirigida a desentrañar la existencia objetiva y la importancia estratégica de los ámbitos territoriales regionales y locales, o entidades federales y municipales, que multiplicidad de actores sociales han venido edificando y haciendo suyos a través de la historia y al calor de nuestro más importante recurso para el progreso y evolución del país: nuestro arraigado y civilizador sistema urbano-regional. Y concluye que:

Con ambiciones en sumo osadas y peligrosas, la intención es revolucionar el territorio nacional, a partir de todo asentamiento poblacional existente en un Municipio, o ciudades que gracias a los designios de la planificación centralizada y sustituta de nuestra obra geo-histórica, surgirían de la integración de unas conceptualmente imprecisas extensiones geográficas denominadas Comunas o células geo-humanas del territorio, a su vez, conformadas por unas también imprecisas Comunidades o núcleo espacial básico e indivisible del Estado Socialista Venezolano.
Se plantea una alternativa como si la geografía y la historia no ha sido el fundamento de estructuración de nuestro espacio geográfico, como si los “caraqueños” o quienes residen en Caracas son los únicos venezolanos que “saben hacer bien las cosas”, como si fuese fácil borrar lo construido y sustituir lo borrado... (p.21).
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            Rojas y Pulido (2009), más que buscar respuestas, dada la escasa fundamentación conceptual y metodológica, sesgo político y poco realismo político de la imposición –desde 'arriba'- de la imposición –desde 'arriba'- del pretendido modelo territorial de la llamada “Nueva geometría del poder”, reflexionan sobre la inviabilidad histórica de la misma, “pues pretenden controles territoriales centralizados a pesar del estatuto federal y descentralizado del Estado consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”. (Resumen).
            A continuación, después de plantear los puntos de vista geográficos neoliberales vistos anteriormente, expondremos nuestra opinión desde la mirada geográfica radical ya que  la afirmación de la realización espacial del anarquismo no debe ni puede quedar sin discusión.
La rama de la geografía, más concreto de la geografía humana, dedicada al estudio de las estructuras sociales vinculadas a un determinado territorio y al análisis de las estructuras territoriales, generadoras de diferentes relaciones sociales, es la Geografía social, la cual centra su interés en examinar las funciones y estructuras de las áreas rurales y urbanas y su repercusión en las economías locales y nacionales, analizar los procesos que generan la desigualdad social (investigaciones, por ejemplo, que se centraran en la influencia que tiene la distribución de los servicios públicos en la pobreza) y reafirmar la importancia del espacio en la organización de la sociedad, o sea con la forma como las comunidades organiza el territorio para ajustarlo a sus necesidades o intereses. Este desarrollo condujo a los geógrafos sociales a estar cada vez más centrados, por un lado, en el análisis entre poder y desigualdad en la sociedad y, por otro, en el estudio de las pautas sociales que se crean a partir de la distribución de recursos escasos.
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            En una “Carta a Kropotkin”, el geógrafo Richard Peet propone volver a los clásicos del anarquismo para entender el anarquismo como para construir colectivamente una sociedad alternativa al capitalismo y al socialismo autoritario, una nueva sociedad basada en la cooperación y el apoyo mutuo, procesos centrales del desenvolvimiento humano y natural. Al respecto, Myrna Breitbart (1989) plantea, a partir del análisis de un extracto de la obra de esta autora, titulada “Geografía y Anarquismo”, que se documenta en una página Web[xxxi] y que realiza los editores de página, lo siguiente:

Hoy en día, cuando muchos siguen sustentando una aproximación dialéctica y materialista histórica para la fundamentación de una teoría y una práctica libertaria, nos es más necesario que nunca revisar y revalorizar las posiciones sustentadas por Kropotkin en sus textos “El apoyo mutuo”, “Campos, fábricas y talleres” y “La conquista del Pan” (al tiempo que releemos a Carlos Darwin), en tanto el anarquista y geógrafo Kropotkin nos devela una mirada que coloca en el centro el método inductivo-deductivo y el apoyo mutuo para la comprensión histórica del desarrollo del universo y una propuesta espacial. Esto último nos lleva a tomar posición en favor de un Anarquismo que no se diluye en el método dialéctico y sobrepasa el materialismo histórico, “pues es éticamente humano, natural y geográficamente realizable”.

            En el nivel de las comunidades, se refleja en la pautas cambiantes de los conflictos intra e intercomunitarios y de su coordinación, por un lado, y en las relaciones fluctuantes entre las comunidades locales y el Estado central, por el otro, especialmente en el auge de la política de descentralización. Este crecimiento ha estado asociado, en gran medida, a la adopción, por parte de geógrafos, de pautas asumidas con anterioridad en otras áreas de la ciencia, fundamentada en la “revolución cuantitativa” (el uso de Estadísticas; la prueba de hipótesis; SIG: Sistemas de Información Geográfica) y los análisis de comportamientos y de percepción del espacio.
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            El contra-movimiento opositor a la “tecno-cuantificación” o Nueva Geografía provino básicamente del campo marxista, en donde se generó un nuevo planteamiento: la llamada Geografía radical, un intento de protagonizar los hechos históricos de carácter social en el tiempo y en el espacio. En efecto, el estructuralismo marxista  asume el espacio geográfico como un producto social del modo y relaciones de producción y su compresión solo es posible a partir de un análisis dialéctico materialista de la naturaleza, que explique el conocimiento de los procesos involucrados en su producción, sean estos de carácter social, económico, político y cultural.
            El enfoque geográfico radical vivió un intenso proceso de revisión a partir de la década de 1970, como ya se ha referido anteriormente, apareciendo de nuevo una corriente que le adversa en el campo de la geografía, sobre todo en la llamada posmodernidad.
         En las dos últimas décadas, la geografía radical y la humanística han seguido evolucionando como parte de un proceso continuo de crítica teórica y de creciente especialización. Es así como el desarrollo de la metodología de la ciencia del espacio geográfico, es cada vez mas influenciada por la utilización del método o enfoque sistémico, como alternativa que permite el análisis de los hechos y fenómeno que ocurren en el geosistema (modelo teórico, tal como lo es el ecosistema para los biólogos, que implica que los elementos de la superficie terrestre aparecen integrados formando conjuntos, motivo por el cual su análisis debe realizarse sin desmembrarlos en sus elementos componentes, sino concentrando más la atención en las interrelaciones que permiten la interpretación de los hechos)[xxxii]
            El enfoque sistémico a diferencia del enfoque analítico, presupone un movimiento del todo hacia las partes y no de las partes hacia el todo, por cuanto ello implica caer en el elementarismo; o lo que es lo mismo, en fragmentar o atomizar la realidad, en particularidades, descuidando lo más trascendente que es el todo, cuyo comportamiento es el resultado de la acción interrelacionada de las partes o subsistemas.
            La centralización es una política pública que implica la reunión de decisiones en órganos del poder comunal en materia económico y social, que se suponen respondan mejor a sistemas administrativos centralizados. Se estima, en opinión de Briceño Méndez (2006), que una forma de asegurar la integridad del territorio es mediante una organización en la que exista un poder político y administrativo fuertemente concentrado y en el seno de una ciudad de primera jerarquía.
            Kropotkin, geógrafo y anarquista ruso que amplió su crítica social, consideraba esencial, sin embargo, no una simple modificación como el de la “ciudad- jardín” de Howard, por ejemplo, en quien influyeron sus concepciones, pues esto no era suficiente, sino que era preciso realizar una revolución social. Así pues, el espacio kropotkiniano se organizaría en federaciones territoriales, formadas por ciudades comunales y estas, a su vez, constituidas por comunidades autogobernadas, lo que favorecería el intercambio y las relaciones en condiciones de igualdad, donde el mercantilismo de productos disminuiría en beneficio del intercambio de necesidades previamente evaluadas a nivel local, así como de sus recursos. De igual manera, las vías de comunicación tendrían como objetivo unir comunidades en lugar de atarlas a una ciudad central organizadora y dominante. Kropotkin, al igual que el geógrafo Eliseo Réclus, lejos de dar una visión estrecha de la Geografía como ciencia preocupada del medio, subrayaban la interrelación de los procesos sociales y naturales y la importancia del establecimiento de relaciones de cooperación entre ambos.
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Regionalización Quintorepublicana



            El proceso de regionalización en la administración político-territorial de la V república está conformado en base a siete ejes de desarrollo territorial formulados para un espacio geográfico de orden socialista, a saber: Eje Fluvial Apure-Orinoco; Eje Occidental; Eje Oriental; Eje Norte-Costero; Eje Intramontano; Eje Norte-Llanero; y el Eje Fluvial Orinoco-Río Negro, que buscan conseguir el llamado Equilibrio Territorial a través de cinco ejes: Económico, Social, Político, Territorial e Internacional.

              Esta noción de Ordenamiento Territorial como estrategia para orientar la distribución espacial del desarrollo, requiere de un conocimiento pleno y exhaustivo de los Recursos Disponibles y de un Inventario de Conflictos (se proponen, precisamente como consecuencia de la alta concentración poblacional en la región Centro-Norte Costera, tres ejes de desconcentración: El Eje Occidental, el Eje Oriental y el Eje Orinoco-Apure: véase Figura 3 del capítulo IV). Para Briceño Méndez (2006: 17), “sólo dentro de esa perspectiva adquieren sentido sociohistórico el Manejo Integral de los recursos Naturales y la Sustentabilidad de su explotación” dentro de los Espacios Geográficos Nacionales, ya no como una potencialidad explotable solamente, sino como una posibilidad de Gestión del Territorio.
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            Obviamente se hace necesario formular un Plan de Ordenamiento Territorial pertinente, diseñado en función de alcanzar metas concretas, lo cual requiere igualmente de una propuesta metodológica que permita sistematizar los fundamentos asumidos. Es por ello que estará inscrito en el ámbito de las Ciencias del Ambiente, bajo el enfoque de Geopolítica del Ambiente y orientada por Principios Geográficos de Análisis Espacial. En dichas unidades conceptuales tendrán como fundamento el concepto de Territorio, en tanto que base material de la formación de espacios geográficos diferenciados y de los procesos productivos inherentes a las apropiaciones de territorios y al ejercicio de soberanías.
            De esta manera, en términos operacionales, Briceño Méndez (2006: 18), considera la categoría Unidades Territoriales Multidimensionales, cuya base formal está dada por la figura político-administrativa y territorial del Municipio y por la unidad físico-natural de Cuenca Hidrográfica: “sobre estos dos criterios, se deriva el perfil de cada unidad territorial, conforme a sus particularidades naturales, sociales y geopolíticas”.
            Finalmente, el modelo de desarrollo planteado debe estar vinculado con un sistema productivo diversificado y competitivo, abierto hacia los mercados internacionales, con fuerte presencia del Estado en industrias estratégicas, pero basado en la iniciativa privada y con apertura a la inversión foránea en el desarrollo aguas abajo del tejido industrial, donde la productividad y eficiencia reclaman la participación privada y serían la base de la rentabilidad empresarial.
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Esta base fue montada inicialmente sobre las Unidades Territoriales para la Administración Política (Distrito Metropolitano, Estados y Municipios: véase Figura 9), la Gestión del Territorio (a través de las ZEDES o Zonas Especiales de Desarrollo, creadas con un Decreto con Rango y Fuerza de Ley, N° 5556 del 13 de noviembre de 2001: Barlovento, Sur de Aragua-Norte de Guárico; Sur del Lago de Maracaibo; Maripa-La Tigrera-Guarataro; Puente Páez-Puerto Nutrias; Mesa de Guanipa; Sur Cojedes-Portuguesa; Dependencias Federales; y la Guajira Venezolana) y el Ambiente (ABRE: Áreas Bajo Régimen de Administración Especial), estas últimas creadas en las pasadas administraciones, las cuales (las políticas de regionalización implantadas durante los 20 años que van desde 1969 a 1989) dieron frutos que no pueden ser desconocidos, con fuerte presencia del Estado, ahora en manos de un Estado Socialista.
El nuevo modelo quintorepublicano, caracterizado por querer llenar una enorme brecha del pasado en la distribución de la riqueza por agotamiento del modelo de Bienestar –basado en el crecimiento hacia adentro a través del modelo de sustitución de importaciones-, la reactivación del Estado social y la búsqueda de las oportunidades reales de progreso, que progresivamente suprima el modelo capitalista, apunta, hasta ahora, hacia lo insostenible, ya que se trata de una valoración respecto a la distribución de las actividades y población, que aprecia que hay un exceso poblacional en lugares históricos de concentración, mientras en otros (al sur del país, por ejemplo) existe un gran 'vacío' de presencia de personas o asentamientos humanos, ‘olvidando’ que la equidad social no tiene ipso facto un correlato territorial (Salas-Bourgoin et al., 2014).
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 Un modelo ideal, no explícito, sustentado en políticas insostenibles como la «monetarista», que obvia para su realización y concreción definitiva el hecho ineludible de que toda modificación que va en contra del proceso de ocupación y uso del territorio nacional se ha generado en circunstancias históricas determinadas, es un modelo destinado a un rotundo fracaso, el cual se manifiesta ya en el manejo desordenado y caótico de lo social y económico, en la profunda anarquía en que ha caído el país. Se observa, por lo tanto, una reiteración del discurso del crecimiento económico que, desde los inicios de la revolución bolivariana constituyente, busca, en suma, desplazar la atención  desde los incentivos para forzar los movimientos del capital hacia el mejoramiento del potencial del crecimiento local endógeno.
Esta circunstancia, combinada con una revalorización de los componentes territoriales del desarrollo como la globalización, la cual ha puesto en evidencia que, si la economía funciona con la lógica de los modelos de crecimiento endógeno y la Nueva Geografía Económica (Zambrano, 2004a), debe tener presente que el crecimiento se concentra acumulativamente en las regiones con mayores ventajas competitivas (áreas metropolitanas: véase Figura 9) y en las que se dispone de recursos exportables. A través de la consideración de la incidencia de éstos factores con los cuales nos hemos venido familiarizando a lo largo de este trabajo, se espera sentar las bases para un desarrollo local competitivo y sustentable, asegurar la equidad social a nivel territorial, aumentar la participación política y el compromiso con responsabilidad social, tanto individual como colectiva y empresarial, y promover la eficiencia y la transparencia de la administración pública, para emprender iniciativas propias de impulso a sus economías.
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Figura N° 9
Regiones Administrativas de Venezuela



Las Regiones político-administrativas de Venezuela, aunque son agrupaciones administrativas de los Estados de Venezuela creadas el 11 de junio de 1969, están montadas sobre las regiones geográficas del país.

¿Qué fue entonces lo que impidió que tal iniciativa no cuajara, a pesar de haber sido incluida como idea-fuerza en la Constituyente de 1999 impulsada por las fuerzas sociales y políticas que apoyaron su iniciativa, y vendría a resignificar la "democracia participativa y protagónica" que como idea rectora ha orientado el proceso sociopolítico de reconstrucción institucional desde su primer período constitucional de 1999-2006? Creemos que se debió a un cambio de rumbo promovido por el nuevo discurso «socialista radical» de “Patria, socialismo o muerte, venceremos”, introducido por el líder de la Revolución bolivariana y presidente constitucional de la nueva República Bolivariana de Venezuela, Tcnl. Hugo Rafael Chávez Frías, quien desde 2005, en el contexto del V Foro Social Mundial de Porto Alegre, propuso al país el socialismo del siglo XXI como nominación para caracterizar el proceso de profundización democrática que debe acometer la sociedad en su segundo mandato presidencial (2007-2013).
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De acuerdo con este nuevo enfoque, la vieja política regional de reducción de disparidades nacionales, debería ser sustituida por un modelo de desarrollo comunal, en el cual cada región o localidad combine las tradiciones y las vocaciones de producción local con las tecnologías avanzadas más apropiadas para la situación, yendo incluso a las innovaciones, a objeto de sustituir el modelo desarrollista impulsado por la democracia puntofijista de Bienestar social por uno socialista propio, denominado Socialismo bolivariano, pero que, en definitiva, se trataba del Socialismo del siglo XXI, es decir, un socialismo marxista humanista, o más de lo mismo, pues no es otro que el social colectivo, arropado de humanismo, utilizando a Cuba como el eje de penetración e implementación.
Aunque está claro que no existe un único modelo socialista, ni siquiera en Cuba (ya tiene su variante jacobina), y que estos sistema son el fruto evolutivo de la confluencia de factores con el socialismo real desde su caída en la exURSS y Europa Oriental, que no pueden ser reproducidos a voluntad, los estudios de caso realizados permiten señalar que los aspectos positivos de su implementación o de reformismo marxiano pueden lograrse a través de ciertas acciones de políticas deliberadas.
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Entre estas se pueden mencionar las siguientes: estímulo a la cooperación y asociación y la creación de nuevas formas de trabajo social (cooperativas, empresas sociales, empresas mixtas); formación de recursos humanos locales (nuevas universidades enfocadas en las necesidades reales comunitarias o endógenas); provisión de infraestructuras de servicios avanzados (creando igualmente universidades e institutos tecnológicos como las del transporte masivo, agroproductivas y telecomunicaciones); y la delegación de funciones de promoción económica y autogestión de servicios comunales a instituciones de orden regional y local y el correlativo fortalecimiento de los gobiernos locales.
A juicio de Chomsky, los elementos definitorios para comprender el nuevo socialismo, son determinar su estructura institucional interna, cuál es su posición en la sociedad en general para captar la voz del pueblo y, sobre todo, cómo se relacionan con otros sistemas de poder y de autoridad. Un elemento definitorio de todo socialismo es que las organizaciones del mercado para su manejo y efectividad del control del Estado está directamente determinada por los colectivos, no son propiedad privada ni está determinada por los clientes; esto es, por la dinámica capitalista de la oferta-demanda. Por otro lado, la innovación, como un proceso interactivo de producción y difusión de tecnología, y el aprendizaje colectivo, son elementos indispensables para el buen funcionamiento de la Governanza. Trasladado a los planos territoriales nacional y subnacionales o regionales, el enfoque socialista da lugar al Sistema Regional de las Comunas.
Por lo tanto, la fortaleza del enfoque socialista en la gobernabilidad debe estar en una visión integral o sistémica, la cual desplaza la atención desde distintos actores (privados, empresariales, corporativos e institucionales) y elementos aislados hacia el funcionamiento eficiente del sistema en su conjunto, y tiene como función principal el establecimiento de regulaciones de la dinámica de los mercados internos mediante el aseguramiento estatista de las cadenas de producción y distribución y el fortalecimiento de las instituciones controladoras para el monitoreo de los clústeres. Los clúster son concentraciones geográficas de firmas e instituciones interconectadas en un determinado sector. Comprenden una gama de industrias y otras entidades importantes para la competitividad, ligadas entre sí. Ellos incluyen (Moncayo, 2002):
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… proveedores de insumos especializados como componentes, maquinaria, servicios e infraestructura especializada… frecuentemente se extienden hacia adelante para incluir los canales de distribución y los clientes y horizontalmente hacia los fabricantes de productos complementarios y firmas en sectores relacionados por tecnología, habilidades o insumos comunes… muchos incluyen instituciones gubernamentales y de otra índole como universidades, agencias de normalización, centros de investigación, asociaciones gremiales y centros de formación vocacional… (p. 43-44).

            Y, ¿por qué es importante la consideración antes anotada como la del clúster? Abbott y Snidal (2000; citado en Vargas, 2002: 44) definen “la Governanza internacional como las restricciones formales e informales forjadas por las reglas, roles y relaciones que definen y regulan las prácticas de los actores estatales y no estatales en los asuntos internacionales”. Mientras que, Saldomando (2002; citado en Vargas, 2002) sintetiza la tendencia teórico metodológico que tiene la gobernabilidad a partir de:
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…la corriente neoliberal que impone como agenda los derechos del mercado y las políticas de desregulación en un marco de normatividad transnacional. Las teorías de la sustentabilidad del desarrollo dieron lugar a los modelos neoliberales que impusieron el mercado como factor esencial para regular las relaciones entre la producción y el medio ambiente mediante la consolidación de instrumentos económicos que aniquilaron las políticas públicas de control estatal.
Por lo tanto, la gobernabilidad global tiene como función principal el establecimiento de regulaciones de la dinámica de los mercados globales abiertos mediante el aseguramiento de los derechos de propiedad industrial e intelectual, el fortalecimiento de mecanismos de libre acceso a los mercados.
La gobernabilidad de la economía global tiene una doble dimensión. Por un lado, las interrelaciones entre las grandes corporaciones transnacionales con la normatividad de las organizaciones multilaterales en los mercados globales y, por otro lado, las estructuras intergubernamentales interaccionan con cadenas globales de valor agregado formada por los c1usters en localizaciones regionales y locales.
…Las estructuras de gobernabilidad local se interrelacionan e interaccionan a través de las redes transnacionales con la gobernabilidad global que se extiende más allá del control intergubernamental y del mercado.
Así, el establecimiento de normas es parte de la lógica funcional de los procesos de globalización de los mercados. En un ambiente de alta rivalidad y competitividad empresarial, las normas se convierten en instrumentos de poder… (p. 44-45).

Visto así, al alterar las “reglas de juego” del ámbito de los clúster, indudablemente que Venezuela sería sancionada como en efecto está siendo bloqueada implacablemente por la hegemonía dominante del capitalismo global. Por lo tanto, enfrentar tales dificultades para el pueblo venezolano desde el socialismo del siglo XXI, considerando tanto el fracaso de los socialismos reales en su diversidad de experiencias y teorizaciones como la escasa receptividad de las experiencias africanas e indoamericanas en esta materia, es una tarea de proporciones gigantescas con impactos ya sentidos en todos los órdenes de la sociedad venezolana, y una posible invasión en ciernes, y Cuba es el ejemplo más dramático de ello, con un intento de invasión al inicio de su revolución y más de medio siglo de bloqueo brutal y genocida, al endurecer el embargo económico y obstruir las relaciones comerciales internacionales de la isla por parte del imperialismo norteamericano.
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Nos preguntamos, ¿dónde quedó la sindéresis política e intelectual, tanto la académica como la espiritual, además de la responsabilidad civil y social empresarial, de los venezolanos cuando apoyaron tal aventura del comandante Chávez? Como buen militar nacionalista y caudillistaque había intentado un golpe de Estado (1992), se sabía bien que no iba dejar pasar el momento histórico que le brindaron en “bandeja de plata”, cuando salió en cadena nacional desde el mismo Palacio de Miraflores, y lanzó su famosa frase megalómana «por ahora», aprovechando el momento histórico creado por él mismo, para «hacer patria», y también demagogia populista con que alimentar su ego idealista.


Características del Capitalismo Bolivariano o Capitalismo de Estado.

            Se hace necesario discutir las importantes y a la vez significativas intervenciones del Estado venezolano en el quehacer diario de la economía y la vida de la sociedad venezolana (las citas de este apartado están referenciadas en Zambrano, 2016e). Primero porque desde la óptica socializante se ha venido acrecentando la participación del mismo con visos estatistas rotulado de “socialista” por el Gobierno chavista, lo cual tiende a desvirtuar la esencia de un Capitalismo de Estado que es en realidad su naturaleza.
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            En segundo lugar, por más que se diga que Venezuela cambio de modelo, esto no es cierto (y veremos más adelante por qué no es así, pues nada de eso puede seriamente deducirse a la luz de los resultados o indicadores de la administración boliburguesa chaveteta-madurista y su valoración gestional), aunque si cambiaron muchos aspectos jurídico-administrativos y mediáticos del accionar institucional, entre ellos la misma Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y su orientación social con la Constituyente impulsada por Chávez y el movimiento cívico-militar popular y centro-izquierdista.
            Esto se produce con la promulgación de la Ley de Bienes Afectos a Reversión en las Concesiones de Hidrocarburos (1971), a través de la cual el Estado venezolano se propuso la transferencia al Estado de bienes, instalaciones y equipos incorporados a todas las fases de la industria, sin indemnización alguna. Una vez sancionada la Ley, el recién electo presidente Carlos Andrés Pérez, aprovechando el nacionalismo en boga -para la fecha, y antes de Venezuela, ya habían nacionalizado su petróleo países como México (1938), Indonesia (1968), Argelia (1971), Irak y Libia (1973); Arabia Saudita lo haría en 1979-, irrumpe el debate en torno a la Nacionalización en el Congreso Nacional, y decide adelantar con una acción ejecutiva la reversión petrolera, a través de un Decreto (Nº 10, 1974), que también crea la Sociedad Anónima, Petróleos de Venezuela, dando inicio a sus operaciones el 1 de enero de 1976 (Sitio Oficial de Pdvsa, 2005), alcanzando fama con ello de líder nacionalista. ¿O no? Por algo repitió en 1988, pero no para nacionalizar sino para aplicar el Paquete neoliberal de reajuste económico del FMI que produjo el Caracazo en 1989.
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            Lo que vamos a poner de manifiesto, muestra por una parte, la acentuación de las tendencias básicas de un Estado que va más allá en su participación populista o de la reproducción de la fuerza de trabajo venezolana, la cual ya de por sí está a su cargo desde su condición de Petroestado, es decir, desde la nacionalización del petróleo, ya que proporcionaba educación gratuita y servicios asistenciales a la población (no queremos decir con esto que lo hacía en forma eficiente, pero lo que nos interesa destacar es que “El estado venezolano destina –según Flores Díaz (1979)- el 33% de su presupuesto a gastos de tipo social (Moreno, 1980:39). Por la otra, la no existencia de una Política Económica enfocada a revertir con eficacia las tendencias distorsionantes de un cuadro estructural (dependiente e hiperinflacionario) esencialmente deformado y mediatizado. Además, la nueva política económica de Venezuela responde a intereses gestados en torno a una geopolítica caribeña, suramericana o latinoamericana de corte nacionalista y tradicionalista, al igual que a los bloques socialistas mundiales de corte socialista (Rusia y China).
            Esta tendencia, enmarcada en un discurso antiimperialista estadounidense, manifiesta un conjunto de maniobras cuyos timoneles (ya el timón no está en manos de un solo capitán, como si lo era el comandante Hugo Chávez) direccionan cada quien desde su proa hacia sus propios intereses, estando estos representados por un conjunto corporativo tanto de 'babor' (partidos de “izquierda”), como de 'estribor' (partidos de “derecha”), a los cuales se les denomina “Polo Patriótico”, entre ellos el musgoso Partido Comunista de Venezuela (PCV), con otros del chiripero puntofijista y los nuevos consortes de bufones con sus barraganas que surgen cuando hay boom petrolero.
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            Pretender entonces descalificar al otro desde la posición resguardada por la doctrina exacerbada de manera dogmática y la actitud autoritarista es una idiotez, siendo esta debilidad lo que ha generado todo el daño en todas las llamadas revoluciones desde los mismos inicios de sus malogradas pretensiones como la de mejorar al hombre como ser social, resultando como ya sabemos en un rotundo fracaso (la Revolución francesa, bolchevique, maoísta, castrista o jacobino-fidelista….), pues su orientación ha sido y es capitalista (las contradicciones del desarrollo capitalista de China, el ascenso del yuan como divisa de reserva internacional, y la vuelta de Cuba al “Nido del Águila” así lo atestigua como ejemplos de los estertores revolucionarios que aún quedaban), lo único que con control estatista o Capitalismo de Estado, lo cual sólo ha servido para engordar los cerdos de sus directorios (nomenclaturas), familias, compadrazgos, amiguismos, empresarios afines y equipar el parque militar y nuevas elites sociales y políticas, amparados en la hipocresía del discurso antiburgués y chauvinista.
            Hay que señalar también que una teoría encaminada a descalificar a otra desde un orden estructural y funcional que tiene visos de estatista y con doctrinas represivas, que se mantiene porque se enquistan sus defensores, lanza en ristre, contra lo que ellos consideran es un monstruo -el capitalismo imperialista-, es un absurdo, algo así como pelear con “molinos de viento”. Si no, revisemos a exponentes que, como sabios defensores de estas teorías no tan obsoletas, dejaron sus críticas constructivas a la opinión intelectual, académica, política y pública, para la Historia, a lo fines de que no se repitiera tales sandeces, pues el capitalismo –dotado de un gran dinamismo- puede y tiene la capacidad para ajustarse y reajustarse de los lanzazos que ha recibido y seguirá recibiendo. Veamos lo que nos dijo, por ejemplo, el economista marxista hondureño, cuya actitud no sólo importante sino subversiva de un sistema de organización de la investigación social de la UCV, lo convierte en uno de los nuestros desde joven cuando llegó a Venezuela, Max Flores Díaz (Moreno, 1980):
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El desarrollo multidimensional del Estado permite que de hecho, éste se inscriba en el centro mismo de la estructura económica-social, dando lugar a que muchas de las que se consideraban tendencias o contratendencias, pasen a ser rasgos definitivos del modo de producción. La complejidad de la formación mundial capitalista, donde se combinan en términos nacionales y regionales diversos modos de producción y se relacionan Estados con diferentes desarrollos del capital, implica que no pueda despacharse la explicación de la dinámica de tal realidad, con la simple enunciación de la ley del desarrollo desigual. No hay duda que resulta indispensable intensificar la reflexión, revisar leyes o destruirlas, reconstruir o crear nuevas categorías, para poder elaborar un idóneo instrumento cognitivo que nos permita captar la realidad y conocerla mejor. (p.214)


Economía de Puerto; Guerra Económica, Guerra Mediática y Guerra Imperialista no Convencional contra la V República.
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            La economía política corporativa o transnacional desconfía de un proceso de globalización no manejado por el Estado omnipotente o imperialistas. Conseguir el control sobre el petróleo de Oriente Medio, por ejemplo, era prioritario para la economía norteamericana. Esto claramente estaba dirigido en parte a Europa, pero quizá el mayor objetivo estratégico era controlar el acceso a los recursos de la región para la China necesitada de energía, es decir, incorporar consideraciones estratégicas de parte de la Administración Bush a los acuerdos comerciales. No obstante, manipular el valor del dólar –hacerlo débil- para forzar a las economías industriales competidoras a soportar mayores costes, recuperando así competitividad para EE.UU. Éste es un claro esfuerzo para reanimar la economía estadounidense a costa de la Unión Europea y otras economías importantes. Manipular a las agencias multilaterales para defender los intereses del capital estadounidense. Esto se hace más fácilmente en el Banco Mundial y en el FMI, donde la dominación estadounidense está más eficazmente institucionalizada, que en la OMC. Los impulsores de mercado de la globalización dependen de la naturaleza del comportamiento de la clientela y de la estructura de los canales de distribución. La comunidad de necesidades representa el grado en que los clientes en distintos países tienen las mismas necesidades en la categoría del producto o servicio que define una industria. El dogma popular en marketing ha sido siempre que las tácticas deben de acomodarse a cada país. En general, un marketing global es más aceptable de lo que indica su nivel relativamente bajo de utilización. Pero, ya esto es harina de otro costal.
            Adam Smith (1723-1790) consideraba que la esencia de la riqueza era la producción de bienes físicos solamente y esto le llevó a distinguir entre trabajo productivo y trabajo improductivo. Según esta distinción, el trabajo productivo es el que produce un bien tangible que posee un valor de mercado. El trabajo improductivo, para Smith, se traduce en la producción de cosas intangibles, como los servicios prestados por los artistas o profesionales, mantenidos con una parte del producto anual del trabajo de los demás. Smith no considera el trabajo como posible productor de materia, sino de valor (de cambio), categoría ésta eminentemente social pues sólo se concibe como fruto de relaciones entre individuos. Smith planteó el problema del valor dándole a esta palabra un doble significado: unas veces expresan la utilidad de un objeto particular –“valor en uso”- y otras veces la capacidad de comprar otros bienes que confiere la posesión de tal objeto – “valor en cambio”-. Sin embargo, Smith dejó de lado el valor de uso y preconizó un valor de cambio que era una versión de lo que llegaría a conocerse como la “teoría del valor trabajo”. (Gómez, 2001).
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            El dinero es, por supuesto, la medida más común del valor, pero Smith era igualmente consciente de los defectos de las medidas monetarias, dado que el valor del dinero cambia con el tiempo. Así, se esforzó por distinguir cuidadosamente entre precios reales y precios nominales. Para Smith, el trabajo, como las mercancías, tiene un precio real y un precio nominal. Mientras que su precio real consiste en la cantidad de las cosas necesarias y convenientes de la vida que se entrega a cambio de él, su precio nominal es la cantidad de dinero. El salario era, en general, el coste de atraer al trabajador a su trabajo y de mantenerlo para que siguiera desempeñándolo. También Adam Smith fue el primero en destacar la importancia económica del fenómeno de especialización de las funciones productivas, lo que designó con el nombre de división del trabajo. El fenómeno de la división del trabajo está condicionado por la dimensión del mercado: a medida que se extiende el mercado se incrementa la división del trabajo. Esto arguye a favor de un área de libre comercio lo más vasta posible, que proporcionaría la máxima eficiencia posible al trabajo. (Gómez, 2001).
            David Ricardo (1772-1823) fue la mente capaz de llevar a su plenitud la mayor parte del cuerpo doctrinal que, pasado el tiempo, recibiría el nombre de economía clásica. “Lo que aseguró el lugar de Ricardo en la historia de la Economía fue su capacidad de construir un sistema analítico general que generaba conclusiones fundamentales, basadas en unos relativamente pocos principios básicos. Su sistema era un monumento al proceso del razonamiento deductivo”. Hubo que esperar a David Ricardo para que se inviertan por completo los antiguos planteamiento sobre la génesis de las riquezas y del valor. En sus Principios de economía política y tributación, publicado en 1821, sostiene que las fuerzas naturales no añaden nada de valor a las mercancías, sino que, por el contrario, lo merman y rebate la idea de Smith de que la agricultura era más productiva que la industria.
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El modelo construido por Ricardo constituye un sistema coherente de notable rigor lógico (Rosier, 1975; citado en Gómez, 2001). Basado en hipótesis claramente especificadas, basa su análisis en dos clases fundamentales: capitalistas y trabajadores. Al hacer esto, pone en evidencia el proceso de acumulación y la racionalidad del sistema basado en la función del beneficio así como en la naturaleza del salario. (Gómez, 2001:99).
            La aparición de Karl Marx (1818-1883) es importante no sólo por los resultados de sus investigaciones económicas, al desnudar la cruda verdad de las leyes del desarrollo de la sociedad capitalista, sino fundamentalmente porque aporta un nuevo método de análisis, así sea “volteando la torta hegeliana de la idealización”, para el estudio de los fenómenos sociales y económicos, una nueva interpretación de la historia y del mundo que va a tener unas importantes repercusiones, tanto en una gran parte de los autores posteriores como en la faz de las interacciones societarias. En efecto, en su esquema de pensamiento, Marx adopta la dialéctica hegeliana del cambio, pero invirtiendo su orden (dialéctica materialista). Mientras que para Hegel la Razón o la Idea es la única realidad existente y el cambio real solo cobra sentido en el avance de esta idea a través de una cadena de transacciones dialécticas –tesis, antítesis, síntesis-, para Marx, es la realidad la que explica el movimiento de todo lo demás, ideas, instituciones, sociedades, etc. (Gómez, 2001), tal como se experimentó en la progresiva interacción entre las respectivas sociedades comunistas de la Europa oriental, la cual permitió advertir una emergente sociedad panmarxiana representada más tarde en la ex Unión Soviética que, aunque surgida de la guerra tanto en caliente como fría, se mantuvo por más de medio siglo tras insurgir con la revolución bolchevique.
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            De acuerdo con el materialismo histórico, todos los sistemas económicos y sociales, incluyendo el capitalista, son transitorios. De esta manera, la historia puede entenderse como una sucesión de distintos sistemas económicos: salvajismo, barbarie, esclavismo, feudalismo... que desembocan finalmente en el capitalismo. La lucha de las clases emergentes contra las dominantes, y las propias contradicciones internas de las formas de producción de estos sistemas que surgen de su propio desarrollo, acarrean sus crisis y la superación por otros nuevos, más ricos y complejos. Esto no significa un esquema rígido e inamovible ya que la historia no queda explicada como una sucesión rígida y predeterminada de los modos de producción, es decir, no se cree que cada sociedad tenga que vivir necesariamente la misma secuencia de etapas, cada una de las cuales fuera el resultado de la anterior y condición necesaria de la siguiente. (Gómez, 2001).
            En su obra central de análisis económico, “Critica de la economía política” o “ El Capital”, cuyo primer volumen se publica en 1867, Marx estudia el proceso productivo y la circulación y distribución de las rentas, empleando un método macroanalítico globalizador que había sido olvidado por los autores clásicos. Formula una teoría del valor-trabajo que le permite introducir los preceptos centrales de “plusvalía” y “explotación”. El origen de esta plusvalía se encuentra en el excedente de trabajo –única fuente de valor- incorporado a una mercancía que es apropiado por el capitalista. El sistema de precios también contribuye a la distribución de la renta a favor de los capitalistas. Con todo ello, las clases obreras se ven abocadas necesariamente a una pobreza creciente, mientras la riqueza se concentraría cada vez más. (Gómez, 2001).
            Lo que identifica al sistema capitalista no es la circulación del dinero o de las mercancías, no la propiedad privada de los medios de producción, sino el hecho de que el propietario de dichos medios se encuentra en el mercado con los trabajadores o proletarios que no pueden sino vender su fuerza de trabajo: la compra y venta del trabajo es lo que diferencia a esta sociedad de otras donde se daban vínculos de servidumbre o esclavitud. Marx analiza el proceso de acumulación de capital (conversión de plusvalía en nuevo capital), a partir de la definición y características de las mercancías (valor de uso y valor de cambio). La circulación de mercancías es el punto de arranque del capital. La producción de mercancías y su circulación desarrollada, el comercio, forman las premisas históricas en que surge el capital. El capitalista intercambia dinero por recursos productivos y mercancías y éstas por dinero, obteniendo al fin una diferencia positiva o plusvalía. (Gómez, 2001).
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            Gran parte de la obra de Marx está dedicada al estudio y la crítica de los trabajos de diversos autores anteriores: Petty, Davenant, Sismondi, Smith, Malthus y sobre todo Ricardo, recomponiendo sus teorías como una fase preparatoria para la suya. Con respecto a Ricardo, le criticó el confusionismo, por lo demás común a todos los clásicos, al no ser capaces de distinguir entre los conceptos trabajo y fuerza de trabajo y llega, por tanto, a los de plusvalía y explotación. (Gómez, 2001).
            El inconformismo latente acerca de la realidad de la teoría clásica y neoclásica se decanta hacia un proceso de maduración intelectual cuya cabeza principal es J.M. Keynes (1883-1946). Su revolución consistió más bien en un cambio de perspectiva que traería una visión más general y realista del problema económico. En su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, publicada en 1936, Keynes considera que enseñanzas de la teoría clásica engañan y son desastrosas si intentamos aplicarlas a los hechos reales, ya que sus postulados sólo son aplicables a un caso especial que no se correspondía con la situación económica real. (Gómez, 2001).
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            Por lo tanto, al perder la variación de los precios su influencia como mecanismo tradicional de respuesta, otro mecanismo de respuesta entra en uso. A las variaciones de la demanda, los productores responden variando la producción. En otras palabras, ante la proposición de Say de que “toda oferta crea su propia demanda”, Keynes planea que “la demanda engendra renta”. Esto tiene una implicación muy seria. Las variaciones de la producción suponen modificaciones en la utilización de la capacidad productiva existente y estancamiento. Una situación familiar a Keynes, que vive las secuelas de la Gran Depresión y oye a los profesionales de la tradición mantener que podía remediarse el paro reduciendo los salarios monetarios. (citados en Gómez, 2001).
            La sencillez del principio de la demanda efectiva nos lleva a preguntarnos por qué tarda tanto tiempo en manifestar su presencia. Ya se ha comentado en páginas anteriores que la cuestión fue apuntada, tanto por la izquierda ricardiana (Sismondi) como por Marx o por aquellos economistas preocupados por el estudio de los ciclos económicos (Tugan-Baranoswski o Rosa de Luxemburgo). Estos autores, cuyas ideas en este campo se recogen bajo el título de teorías del subconsumo (o de la sobreproducción) se vieron rebatidos por la teoría económica establecida: a comienzos del siglo XIX tomarían la forma de una simple enunciación de la ley de Say; a comienzos del XX bajo la forma más sofisticada de un planteamiento de equilibrio general en el que se consideran como dados los recursos totales y la competencia determina los precios de equilibrio, de modo que éstos conducen a la eliminación de excedentes o déficit en todos los mercados. A la gran mayoría del pensamiento oficial en Economía le resultaba impensable en los primeros 20 años de nuestro siglo que pudiera darse una situación de equilibrio con paro involuntario. Creencia que les lleva en Inglaterra en 1929 a oponerse a un programa de obras públicas con el argumento de que esto no podía tener otro efecto que el de aumentar el desempleo. (Citados en Gómez, 2001).
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            Las circunstancias en la década de los 30 eran favorables al cambio en el esquema de pensamiento. Dos economistas procedentes de mundos y formación muy diferentes Kalecki desde Polonia partiendo de las ecuaciones de reproducción marxista y Keynes desde Inglaterra rebelándose contra Marshall, llegan independientemente a análogas conclusiones sobre el problema de la demanda efectiva. La Teoría General del Empleo, publicada en 1936, podemos formularla de manera sencilla y rigurosa. Keynes, una vez definido el proceso básico de creación de la renta por la demanda efectiva, pasa a preguntarse qué es lo que determina la demanda efectiva. A la manera de los clásicos, distingue dos grandes grupos de agentes: consumidores y productores. La demanda efectiva será la suma de la demanda de bienes de consumo y la de bienes de Inversión. Por tanto no hay necesidad de que el aumento de la demanda efectiva provenga de la inversión. Cualquier incremento autónomo de la demanda efectiva originará precisamente los mismos efectos multiplicadores. Por consiguiente, si la inversión corriente es demasiado baja para dar lugar a la plena ocupación, el Estado puede actuar a través del gasto público. (Citados en Gómez, 2001).
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            A partir de los años ochenta cobra actualidad la llamada economía de la oferta, ante el fracaso que las políticas de demanda habían manifestado para solucionar los problemas generados por la variación de los precios relativos en las décadas precedentes. Existen muy variados motivos por los que el Estado puede estar interesado en intervenir en el mecanismo de mercado, como por ejemplo, si el precio de equilibrio, fruto del libre juego de la oferta y la demanda, es considerado demasiado bajo, o demasiado alto; intervenciones que puede llevar a cabo el Estado en el mecanismo del mercado si se considera que los resultados que arroja el mismo no son los más deseables. Otra posible justificación para intervenir es la defensa de la producción nacional de algún bien frente a la competencia extranjera (Aguado, 2015b).
            Ahora, el caso de Venezuela es muy particular. El gigantesco déficit del sector público, incluyendo Pdvsa, está siendo financiado con impresión de dinero, eso hace que muchos bolívares presionen el mercado cambiario paralelo, presionen la demanda de dólares oficiales y presione la inflación (Ochoa, citado en Arzolay, 2015), porque el mercado “verde” inorgánico, cuyo capital –los dólares o divisas- es considerado un bien de la nación al tratarse del efectivo con el cual el Gobierno subsidia el Estado Social, es contradictorio, en vista de que el ingreso del PIB es por venta del petróleo a los EE.UU., haciendo de esta economía una base frágil  o endeble; esto es sin fundaciones cuando nos corten el suministro.
            Como un viejo problema que parece nunca terminar, según Ochoa (citado en Arzolay, 2015), este es otro tema a considerar en este nuevo mecanismo ya que “los que están al frente del Sistema de Cambio Diferencial (SICAD II), decidiendo quien entra y quién no, deben elegir entre las miles de solicitudes de casos importantes.” El economista afirma que por lo general esa decisión se realiza “mediante el mercado cambiario, de la oferta y demanda”. En este caso la tomaría “un grupo de funcionarios públicos que tienen propensión a la corrupción como se confirmó con Cadivi”.
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            Cuando el Estado considera que el precio de un determinado bien, principalmente porque lo considera un bien esencial para los consumidores, no debería subir por encima de un determinado nivel, puede fijar un precio máximo. Lógicamente, para que tenga sentido, un precio máximo ha de ser inferior, por definición, al precio de equilibrio. En caso contrario, se estaría en el equilibrio y el precio máximo no tendría ningún efecto, pues cuando se fija un precio máximo, si no se articula ninguna medida complementaria adicional, ocurrirá que la cantidad que los consumidores deseen adquirir será mayor que la que los productores deseen vender, generándose un exceso de demanda; por lo que habrá demanda que quede insatisfecha.
            En estos casos, dado que los productores están dispuestos a vender a precios mayores que dicho precio mínimo, y también hay consumidores que estarían dispuestos a adquirir ese bien por encima del precio fijado, se corre el riesgo de que surja un mercado negro, ilegal, que nos acerque al precio y la cantidad de equilibrio. En definitiva, lo que está pasando en Venezuela, donde a esto el Gobierno le llama “guerra económica”. (Aguado, 2015b).
            El caso contrario, es decir, cuando el Estado considera que el precio de un bien no debería caer por debajo de un determinado nivel –generalmente para proteger la renta de los productores-, puede fijar un precio mínimo. Un precio mínimo sólo tendrá efectividad si es superior al precio de equilibrio; en caso contrario no serviría para nada pues se encontrarían en el equilibrio. Cuando se fija un precio mínimo se genera un exceso de oferta, pues a ese precio la cantidad que desean vender los productores, es superior a la que desean adquirir los consumidores. En muchas ocasiones, ya sea en su totalidad, ya sea sólo en parte, el Estado puede comprar dicho exceso de oferta.
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            El Estado puede fijar también impuestos a las empresas –otros impuestos podrían ir destinados a las familias- por distintos motivos; con el fin de recaudar dinero para sufragar sus actividades, para disminuir las cantidades que se consumirían si dejáramos actuar libremente a la oferta y la demanda y se tratase de un bien dañino para la salud –como el tabaco-, o para el medio ambiente –emisiones de CO2-, etc. El resultado que se obtiene sobre el precio y la cantidad de equilibrio con la fijación de un impuesto es claro: el precio aumenta, y la cantidad consumida disminuye.
            La traslación del impuesto a los consumidores por parte de los empresarios será mayor o menor dependiendo principalmente de la elasticidad de la demanda, la cual viene marcada por la existencia o inexistencia de sustitutivos de ese bien y de lo imprescindible -de primera necesidad o no (artículos suntuarios o de lujo)- que resulte para los consumidores. Así, si un bien es de primera necesidad para un consumidor –la insulina para un diabético, por ejemplo-, y carece de sustitutivos, su función de demanda será muy rígida o inelástica. En ese caso, ante incrementos en el precio, la disminución en la cantidad demandada será muy pequeña. Por el contrario, si el bien de que se trate no es en absoluto imprescindible para el consumidor, y además existen sustitutivos muy cercanos, la función de demanda será muy elástica, y ante pequeñas variaciones en el precio, la respuesta a través de la reducción de la cantidad consumida será alta.
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            Cuando el precio de un bien aumenta, la cantidad que los consumidores desean adquirir disminuye, mientras que la cantidad que desean vender los productores aumenta. También observamos que la cantidad que los consumidores desean adquirir de un bien depende de la renta que perciba el consumidor, así como del precio de otros bienes relacionados con él –porque le son sustitutivos o complementarios-. Podemos medir esas variaciones, y utilizaremos un concepto específico para ello, que es el de la elasticidad.
            También interviene el Estado, en sentido contrario al de los impuestos, abaratando el precio de determinados bienes mediante las subvenciones que concede. Es el caso opuesto al del impuesto, y en lugar de penalizar el consumo se trata de promover el uso de determinados bienes -por ejemplo, si se quiere potenciar el uso del papel reciclado, se puede abaratar “artificialmente” -es decir, fuera de lo que dictarían la oferta y la demanda-, concediendo una subvención a las empresas productoras por cada unidad de bien producida. El efecto será una traslación de la función de oferta hacia abajo–equivale a una disminución de los costes-, por lo que el nuevo equilibrio se producirá para una cantidad mayor y a un precio menor. Aunque beneficia a los consumidores y productores, la subvención incorpora una ineficiencia pues el gasto del Estado es superior a la ganancia de demandantes y oferentes.
            Otra intervención del Estado en el mecanismo de mercado la constituye la fijación de aranceles, ya sea para proteger la producción nacional de un bien, o simplemente con fines recaudatorios. Un arancel no es más que un impuesto a las importaciones. Si partimos de un mercado cerrado a las transacciones internacionales –en el que el precio y la cantidad de equilibrio respectivamente-, y de repente esa economía se abre al exterior –suponiendo evidentemente que el precio de ese bien en el exterior sea menor-, se importarán tantas unidades de producto como sean necesarias para salvar la diferencia entre la cantidad que a ese precio internacional estarían dispuestos a producir las empresas nacionales, y la cantidad que los consumidores estarían dispuestos a adquirir. Los aranceles benefician a los productores nacionales, pues pueden vender una mayor cantidad y lo hacen a un precio más alto, mientras que perjudican a los consumidores pues han de abonar un precio mayor y además disfrutan de una menor cantidad de los bienes.
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            Hemos visto entonces que los precios suelen servir como un instrumento útil para medir la escasez. Así, cuanto mayor es la escasez de un bien, por lo general, mayor es su precio. El Estado, sin embargo, puede actuar sobre los precios de algunos bienes por diferentes motivos –con fines recaudatorios, redistributivos, por el interés general, etc.- y a través de distintos instrumentos –fijando precios máximos o mínimos, contingentes, legislaciones prohibitivas, estableciendo impuestos y subvenciones, etc.-, de forma que con esas actuaciones puede ocurrir que al final los precios no reflejen fielmente la escasez existente del bien. (Aguado, 2015b).
            El Estado, por su parte, también padece la escasez. Todos los años se plantea la necesidad de elegir a qué se dedica el dinero, lo que se aprueba en los presupuestos generales del Estado. Los distintos ministerios o burócratas siempre solicitan partidas mayores para poder acometer sus gastos, y lo que se dedica a construir infraestructuras no está disponible para cultura, entre otros usos no rentistas. (Aguado, 2015a).
            El Estado también tiene mucho que decir respecto de la asignación de recursos escasos entre fines alternativos. Ya se ha mencionado anteriormente que sus recursos no son ilimitados, por lo que se ve obligado a asignarlos en mayor o menor medida a unos u otros fines. Además, el Estado también influye con sus decisiones en el mecanismo de mercado, de modo que con sus actuaciones también determina qué se va a producir.
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Como se ha visto, los efectos que tendrá, tanto sobre el precio como sobre la cantidad producida, obedece al hecho de que el Estado fije un impuesto sobre la producción de un determinado bien. Afectará igualmente a la asignación de los recursos el Estado si en un momento dado decide fijar precios máximos o mínimos sobre la venta de algún producto, ya sea porque con ello se esté intentando proteger a los consumidores o a los vendedores, respectivamente.
            Tanto al analizar los impuestos, las subvenciones, los aranceles, los precios máximos, precios mínimos o cualquier otra intervención imaginable del Estado que altere el equilibrio del mercado –y por tanto que modifique la asignación de los recursos en la sociedad- veremos que surgen ineficiencias que hacen que el bienestar general disminuya, aun cuando en determinados casos el bienestar de alguno de los agentes económicos implicados aumente.
El hecho de que la suma del bienestar de consumidores y productores sea máxima no significa, sin embargo, que la distribución de los beneficios que se obtienen con la producción haya de ser considerada óptima necesariamente, por lo que pueden producirse intervenciones del Estado buscando alterar la situación final de los distintos agentes económicos. (Aguado, 2015b).
Las economías globales de extensión son las que presionan a los negocios a internacionalizarse o a globalizarse; reducen la amenaza de entrada, sobre todo de competidores potenciales que sean globales. En cambio, cuando las economías no son de escalas un nuevo competidor puede iniciar en el mercado de un país e ir adquiriendo la experiencia que le permita exportar a mercados más grandes.
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            El mercado internacional de suministro puede permitir centralizar compras para obtener eficiencia global de abastecimiento. Una producción favorable entre el valor de venta y el costo de transporte mejora la capacidad de concentrar la producción. Los bajos costos del transporte permiten concentrar la producción. En general, la logística es más favorable para productos de precio alto y alta calidad dentro de cualquier categoría.
Los administradores pueden reducir los altos costos desarrollando unos pocos productos globales o regionales en lugar de muchos productos nacionales. Los altos costos de desarrollo producen un efecto parecido al de las economías de escala global en la amenaza de entrada y la rivalidad entre competidores.  
            En cuanto a los países sin importancia global o con políticas antiglobales, se entra por su atractivo individual; también se utilizan por el tamaño del mercado, la posición competitiva, grado de propiedad y control de sucursales, así como la administración, los beneficios, costos y riesgos de cambio. Beneficios de una participación global: Reducción de costos, más preferencia de los clientes, mejor calidad, mayor eficacia competitiva. (Morales, s/f).
            También puede intervenir el Estado en los mercados si se considera que el consumo de un determinado bien es perjudicial para la salud de los ciudadanos, o para el medio ambiente, y desea disminuir dicho consumo. Pero, ¿qué pasa cuando el Estado interviene no para mejorar (y sí lo hace, siempre es a costa del poder sobre otros), sino cuando interviene para afectar la salud —no sólo económica, sino la vida misma- de otros para el beneficio económico de una minoría poderosa económicamente?
            La explotación del gas de esquisto (de roca o lutita) o petróleo Shale genera masivos volúmenes de desechos líquidos que deben tratarse para su reciclaje. Pero esto no era importante para el Imperio; lo prioritario para ellos era –en la época de Bush- y es la guerra al Gobierno bolivariano, contrario a sus intereses, por lo que apostó al quiebre de su economía. Para ello, avanzó hacia las minas fósiles de petróleo y gas que hay en las capas internas de su litosfera.
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            En el municipio de Montrose (en esta localidad, habitada por unas 1.600 personas y parte del condado de Susquehanna, hay unos 1.100 pozos en unos 600 campos, además de 43 estaciones que compactan el gas para transportarlo lejos), en el estado de Pensilvania (este estado está atravesado por la cuenca gasífera Marcellus, una de los tres grandes depósitos del recurso que han convertido a Estados Unidos en “Frackistán“, por la utilización creciente del fracking en la industria del petróleo y del gas, al noreste de EE.UU. La estadounidense Vera Scroggins ha sido demandada cinco veces por la industria petrolera y desde octubre de 2013 pesa sobre ella una orden judicial de restricción permanente para acercarse a sus instalaciones. Desde 2008, Scroggins, del movimiento Shaleshock Media, es una decidida activista contra la explotación de este mineral.
El desarrollo de este hidrocarburo no convencional, también conocido por el vocablo inglés shale, requiere de la técnica de la fractura hidráulica (también conocida por el término en inglés fracking) para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo Esta técnica fractura los depósitos (la molécula del hidrocarburo está atrapada en rocas profundas, perforadas y quebradas) por la inyección cuantiosa de una mezcla de agua, arena y aditivos químicos (que se consideran nocivos para la salud y el ambiente), liberan el gas (entre ellos el metano, más contaminante que el dióxido de carbono o CO2, el mayor responsable del calentamiento planetario por los gases efecto invernadero), o el petróleo atrapado en la litología orgánica sedimentaria. Los pozos contaminan el agua con el metano, y el gas se fuga a la atmósfera, y degenera en explosiones o problemas respiratorios para las personas.
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            Mucha gente no sabe qué pasa, pero se está enfermando de la piel, los dientes y los órganos, así como a las plantas. El fracking ha alterado el paisaje, pues el desarrollo de los pozos se ha traducido en la presencia altas torres de acero para perforar el pozo y, cuando sale el gas es como si una plancha pasara por encima, porque el terreno queda visiblemente aplanado. Solo florecen la tapa del pozo y los tubos que transportan el hidrocarburo, critican sus forzados vecinos. (NotiActual, 2015).
            En su Prospectiva Anual de Energía 2015, la estatal Administración de Información Energética indica que en 2014 el sector del esquisto aportó 11,34 billones (millones de millones) de pies cúbicos de gas, equivalentes a 47% de la producción gasífera total del país. La producción petrolera de esquisto, añade el informe, fue de 4,2 millones de barriles diarios el año pasado, equivalente a 49% de la extracción total de crudo en el país. El petróleo es la principal fuente nacional de energía, con 36% del total, seguida del gas, con 27%, y el carbón, con 19%. En Pensilvania, la producción de gas saltó de 9.757 pies cúbicos en 2008 a 3,05 millones en 2013. En este estado, la cuna del primer boom petrolero estadounidense y de la fractura hidráulica, se han perforado 9.200 pozos, mientras los permisos concedidos superan los 16.000. (NotiActual, 2015)
            Los proyectos de extracción por fractura hidráulica tienen serias consecuencias para la disponibilidad de agua en zonas adyacentes a los sitios de extracciónEn resumen, se pueden identificar tres principales impactos en el agua (Alianza Mexicana Contra el Fracking, 2013):
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  Disminución de disponibilidad del agua para los seres humanos y ecosistemas: se requieren de 9 a 29 millones de litros para la fractura de un solo pozo (Lucena, 2013). Es decir que cuando hay un desarrollo generalizado de estos proyectos en una región determinada, se compite por el agua para otros usos poniendo en peligro la realización del derecho humano al agua, es decir al agua para consumo humano y doméstico, así como la para la producción agrícola y el sostenimiento de los ecosistemas.
  Contaminación de las fuentes de agua: en Estados Unidos, existen más de 1,000 casos documentados de contaminación del agua cerca de pozos de fractura hidráulica. (Food & Water Watch, 2012). Esta contaminación genera efectos negativos sobre la calidad del agua a corto y largo plazo de una región.
  Contribuye al calentamiento global: la explotación del gas esquisto contribuye a la aceleración del cambio climático debido a las emisiones de gas metano que se producen por ineficiencias en la extracción, procesamiento, almacenamiento, traslado y distribución. El metano es un gas que presenta un efecto invernadero 20 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2). Conforme aumente la temperatura del planeta, se harán más frecuentes e intensas las sequías e inundaciones a nivel global, lo cual tendrá implicaciones para el acceso y la disponibilidad del agua de calidad (IPCC, 2008; citado en Alianza Mexicana Contra el Fracking, 2013).

            La técnica de fractura hidráulica para obtener gas de esquisto se divide en etapas. Primero se realizan siete etapas de fractura y cada una de éstas necesita entre 1,100 y 2,200 m3 de agua. Esto significa que para el total del pozo el consumo de agua ascender a 9,000 a 29,000 m3 (Lucena, 2013). Es importante destacar que generalmente las inversiones de este tipo implican la proliferación de cientos de pozos por lo que el consumo de agua se multiplica, entrando en directa competencia con el actividades productivas. Gustavo Madero ha afirmado que en la propuesta de Reforma Energética a ser presentada por los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) –México- se ha propuesto abrir 20,000 pozos al año para la explotación de gas de esquisto (Ramírez, 2013). De cumplirse con la apertura de este número de pozos, se requeriría, anualmente, un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de 4.9 a 15.9 millones de personas de un año. Estos datos nos obligan a replantear cuáles son nuestras prioridades en la implementación de políticas públicas. (Citados en Alianza Mexicana Contra el Fracking, 2013).
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            El líquido utilizado para el proceso de fractura hidráulica está compuesto en un noventa por ciento por agua, uno a dos por ciento por aditivos químicos de diversa índole y un siete a ocho por ciento por agentes de sostén, también conocidos como apuntalantes, los cuales son utilizados para mantener abiertas las grietas por donde sale el gas de la roca. Es preocupante la falta de información que existe a nivel internacional sobre cuáles son los aditivos químicos utilizados. El derecho a la propiedad intelectual de otros países, como Estados Unidos, protege a las empresas involucradas en la extracción de hidrocarburos por fractura hidráulica de la obligación de divulgar cuál es la composición química de las sustancias que son incorporadas al fluido de perforación (US House of Representatives, 2011). Contar con información precisa sobre cuáles son las sustancias involucradas en este proceso es fundamental para poder realizar cualquier esfuerzo de medición de impactos que la explotación de gas de esquisto por fractura hidráulica pueda tener sobre el medio ambiente y en la salud.
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En total, se han identificado más de 2,500 productos y, al menos, 750 tipos diferentes de químicos en el fluido de perforación (US House of Representatives, 2011). (Alianza Mexicana Contra el Fracking, 2013). Actualmente se requiere de Informes sobre efectos ambientales (bióticos, físicos y sociales) y económicos de la exploración de hidrocarburos en áreas de posibles despliegue de técnicas de fracturamiento hidráulico de roca generadora mediante perforación horizontal o ‘fracking’.


La Crisis Chavezista-Madurista: ¿Revolución sin Cambio? Una Mirada Comparativa.

            El actual gobierno “montó la olla” sobre un fogón parecido; esto es, hizo una vulgar copia de los intentos de revertir la concentración de poderes y de la misma “supuesta hiperconcentración” poblacional ya que, en palabras de Rojas (2001: 183), “nunca comparada con los indicadores internacionales, pues si tal se hiciera quedaría al desnudo la falsedad del supuesto”, después de criticar la “desastrosa gestión” de los más de 40 años de “tiranía” de los partidos AD y Copey, para alzarse con el “coroto”.
            En relación a la concentración del poder, cuando el connotado líder de la revolución bolivariana, Tcnel. Hugo Chávez, dicta, recién asumía el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, es decir, después de la Constituyente, el Decreto sobre Organización y Funcionamiento de la Administración Pública Central (Gaceta Oficial N° 37.562 de fecha 04 de noviembre de 2002), ya se había extendido la burocracia política a un órgano más, el de la Vicepresidencia Ejecutiva, y se tenían 16 Ministerios. Luego, en un poco más de una década, esta burocracia había llegado a la increíble cifra de 25 ministerios; 150 viceministerios y 166 entes adscritos o dependientes, además de los creados y subsidiados programas sociales denominados «misiones» que actúan en paralelo a las instituciones, a las ordenes de los órganos del Poder Ejecutivo, la mayoría administradas por cubanos; unas fuerzas armadas territoriales y campesinas llamadas bolivarianas; y la implementación de un modelo de estatización sin precedentes (creó otras formas de estatismo como la propiedad colectiva y la propiedad social del Estado, con empresas de producción promovidas desde Pdvsa).
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            ¿Conocía, entonces, el chavismo nuestra realidad en verdad? Creemos que no, pues pretender cambiar de un solo borrón y nuevo plumazo la historia de colonización y transculturización de que ha sido objeto Venezuela desde la Colonia minera y de los “Grandes cacaos”, hasta la del Petroestado, amén de haber pasado por la formación social cuartorepublicana de la sociedad agrícola y periférica de la explotación primaria, con toda la secuela de la Guerra Federal y la sociedad burguesa de sustitución de importaciones, es como usar el nombre de nuestros ancestros y desconocer sus huellas y la evolución de la historia mundial, que es lo que ha hecho esta seudorevolución, sobre todo cuando afirma que “Venezuela es socialista" y que “no hay vuelta atrás”, como si la URSS todavía existiera (existe la Federación Rusa "comunista", pero putiniana; al igual que la Cuba castrista, pero ya no la fidelista-jacobina, sino la burdelera al estilo "mayamero", a raíz de la apertura norteamericana de Barak Obama –truncada ahora por el régimen trumpnoniano-: Véase online. La nueva Cuba roja burdelera. En: https://www.academia.edu/28240120/LA_NUEVA_CUBA_ROJA_BURDELERA_por_Eudes_A_Zambrano_A ).
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            Sobre esto, Flores Díaz toma distancia del análisis centrado en la óptica revisionista de moda para la época, al publicar el artículo “Socialismo-Democracia-Libertad”, SDL (Revista Política bimensual, Año II, Nº 6, pp. 14-18 Caracas, septiembre-octubre, 1979), en respuesta a las importantes y provocativas reflexiones y sentencias hechas por Emeterio Gómez en su artículo “El Valor de cambio y la Moral en el Manifiesto Comunista” (S.D.L., Nº5, mayo-junio, 1979). Primero, porque sobre los importantes tópicos de la economía clásica marxiana, trae a colación temas que hay que discernir y están ubicados en el centro de la temática izquierdista neomarxiana a tomar en cuenta si se quiere superar su estancamiento teórico; y segundo, porque son provocativas, por la negatividad de una buena parte de los marxistas a discutir temas y conceptos considerados tabúes, porque se encuentran fuera de toda discusión (como la doctrina ideológica de la liberación de los explotados, por ejemplo). Para Flores Díaz, lo que Marx trató de demostrar –en el Manifiesto Comunista (1848)-, “es que una forma específica de explotación –el capitalismo- tiene un carácter histórico y por lo tanto transitorio. (…) Lo demás sería creer que el marxismo es una teleología que en nada se diferencia de cualquier visión religiosa finalista”. Y no otra cosa como pretendió Emeterio con sus “refutaciones” a Marx, al afirmar que el aporte científico de Marx es “retorcido o distorsionado”. (Moreno, 1980:212-213).
            Con esto no estamos, en ningún caso, pretendiendo desconocer, descalificar o desconocer la pertinencia de los movimientos revolucionarios y populares, en particular, los que han abierto procesos geohistóricos  propios como los del hermano pueblo cubano o el que hay actualmente en Venezuela y nuestra región (Bolivia, Nicaragua). Muy por el contrario, lo consideramos insustituibles como sustancia de un proyecto alternativo (martiano, mirandino, bolivariano, sandinista y robinsoniano) en construcción de la nueva sociedad latinoamericana, al igual que garantía de los logros y avances en la región, consecuentes con una nueva etapa de inicio de desglobalización de la humanidad, de sacudón de la hegemonía dominante occidentalista. Pero, “al César lo que es del César”. ¿Cómo cambiar una realidad que pretendemos desconocer, como lo es nuestra historia de capitalismo de Estado? “Para transformar hay que conocer”, nos dice Flores Díaz, y es que no hay otra forma y más cuando tenemos que destruir –aunque yo diría más bien desconstruir- primero, a objeto de crear lo nuevo o verdadero.
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La economía actual se caracteriza por el enfoque fragmentario y reduccionista, típico de la mayoría de las ciencias sociales. Por lo general, los economistas tienden a olvidar que su ciencia no es más que un aspecto de toda una estructura ecológica y social, un sistema viviente formado de seres humanos que se relacionan continuamente entre sí y con los recursos naturales, que, a su vez, son también organismos vivientes. El principal error de las ciencias sociales es la división de esta estructura en fragmentos que se consideran independientes y que se tratan en distintos departamentos académicos.
Así pues, los expertos académicos e investigadores en tales campos suelen hacer caso omiso de las fuerzas interactivas básicas que interrelacionan el todo, mientras los políticos, sociólogos y economistas no logran incorporar las realidades políticas y sociales a sus modelos. Este enfoque fragmentario también se refleja en los gobiernos, en la división político-territorial y, sobre todo, entre la política social y la economía política.
En cambio, la evolución de los modelos económicos sucede a una velocidad mucho mayor. La economía es un sistema obligado al cambio y a la evolución constante y que depende de los cambiantes sistemas ecológicos y sociales a los que está vinculada. Para entenderla necesitamos un esquema conceptual que también sea capaz de cambiar y adaptarse continuamente a nuevas situaciones, mientras sus autores siguen fascinados por el rigor absoluto del paradigma cartesiano y por la elegancia de los modelos newtonianos, y pierden por ello cada vez más el contacto con las realidades económicas actuales.
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Si en la nueva Física se ha llegado a considerar el hecho de que las leyes de la física deben quebrase en la singularidad del universo, todo para ayudarnos a entender el complejo universo en el cual vivimos, ¿cómo no ir más allá de los límites teóricos ideológicos, sociales o conceptuales? Hagamos un símil comparativo del proceso político ideológico de tal filosofía revolucionaria siguiendo los planteamientos igualmente revolucionarios de la nueva Física. Para F. Capra (citado en P. Davies, 2003):
Se puede comenzar de una comprensión del universo como un todo y luego especializarse en pautas individuales. Pero si se comienza con las pautas y se dice que son objetos separados, ladrillos separados, entonces jamás se comprenderá el todo. Creo que ese es el carozo de la Nueva Física. Así que no se trata de cómo juntar las cosas sino que es cuestión de cómo empezar a partir del todo ya mismo y luego especializarse en pautas individuales. (p.49).

            Ahora veremos los rasgos fundamentales del proceso de acumulación en Venezuela, puesto que, como sabemos, tal proceso nos llevan directamente, en virtud de la dinámica de una economía capitalista, a la valorización del capital y cómo alrededor de este proceso de valorización es que se levantan las estructuras de clase como «ladrillos separados», y también las estructuras de poder. En este sentido, Flores Díaz resalta como aspecto clave dentro de la dinámica económica venezolana la creciente participación del Estado en ella, a tal grado, que progresivamente se ha ido convirtiendo –y estamos remitiendo a 1979, cuando Max Flores escribe sobre Venezuela y su economía (citado en Moreno, 1980)- en el eje de acumulación de capital.
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            La existencia de un mercado diversificado en la Venezuela cuartorepublicana de la segunda mitad del siglo pasado, queda evidenciado si tomamos como ejemplo dos industrias que constituyen arquetipos: la de alimentos y la de material de transporte como extremo de la diversificación, es decir, entre aquella y la de servicios o sector terciario [es el sector económico que engloba todas aquellas actividades económicas que abarca las relacionadas con los servicios materiales no productivos de bienes. No compran bienes materiales de forma directa, sino servicios que se ofrecen para satisfacer las necesidades de la población]. Este se compone de varios servicios, además del de transporte y comunicaciones, están los Servicios Públicos propiamente dicho. Las empresas de servicio público a menudo se consideran parte del sector terciario cuando proporcionan servicios a las personas, si bien cuando se crea la infraestructura de la empresa de servicio público a menudo se considera parte del sector secundario, aunque el mismo negocio puede estar implicado en ambos aspectos de la operación.
La Función pública, administración pública, actividades de representación política y de servicios a la comunidad, como las actividades en torno a la seguridad y defensa (ejército, policía, protección civil, bomberos, etc.) y las actividades en torno a la justicia (jueces, abogados, notarios, etc.) (Tomado de “Aspectos de la Contradicción Capital-Trabajo en Venezuela”. Publicado en la revista Economía y Ciencias Sociales, tercera época, julio- septiembre, Año XVI II, Nº 3, 1979. (Moreno, 1980: 27-28).
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            La remuneración anual entre los trabajadores o por persona ocupada en los distintos estratos industriales (pequeña, mediana y gran industria) se incrementa, recordándonos que es este último estrato donde, fundamentalmente, el sector monopolista se concentra, con capacidad para trasladar sus costos, con creces, al público consumidor. Finalmente concluye que el modelo venezolano de crecimiento es eminentemente «desarrollista», y en él se destaca el módulo de inversión del Estado que tiende a fortalecer el aparato productivo existente, y no al mejoramiento socioeconómico de la población: “Se trata de un crecimiento acompañado de inflación, el cual parece ya tener un carácter permanente, y ello, debido más que todo, a que su determinación fundamental, la monopolización, se sigue acentuando”. (Moreno, 1980:28)]. Paras ello, Max Flores destaca que el 71% de los gastos familiares en alimentos los hacen el 68% de las familias venezolanas que detentan el 36% del ingreso; al igual que –o en forma simétrica- el 72% de los gastos en transporte es efectuado por el 32% de las familias que se apropian del 64% del ingreso total. Esto explica tal desigualdad en la distribución del ingreso.
            Si comparamos la evidencia empírica sobre la evolución de los sectores de la economía venezolana (por ejemplo, sobre el empleo, el ingreso o la inflación), preguntándonos sí Venezuela muestra características especiales o nuevas y, sobre todo, si los datos apoyan o no la tesis de una diferencia fundamental entre la actual terciarización aguda en el país (antes, la economía se basaba en el sector primario o agrícola para, luego, pasar al sector secundario o de sustitución de importaciones con la actividad industrial de alimentos y de producción y refinación del petróleo o Petroquímica, y terminar terciarizada en las últimas administraciones pasadas, y ahora más acentuada en la actual administración de corte «socialista»), es necesario referir el trabajo de destacados geógrafos reconocidos por su amplia experiencia en investigaciones relativas a esta estratégica área de la territorialización socioproductiva venezolana u organización del uso del espacio, que proponen cambios en las relaciones sociales de producción, lo que no excluye lo territorial.
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En primer término, las PhD. Delfina Trinca y Nubis Pulido, et. al (2014: 259 – 288), en un trabajo que radiografían algunos impactos territoriales del nuevo modelo económico productivo impulsado por el Estado venezolano (2007-2013), concluyen, después de caracterizar los impactos territoriales socioproductivos (definiéndolo como el conjunto de cambios en el uso de la tierra y en el equipamiento del territorio derivados de implementar nuevas formas de producción de bienes y de prestación de servicios en el país, destacando en este particular que, son producto de formas de producción y de propiedad colectiva dirigidas a instaurar una economía socialista), así como contextualizar y analizar los antecedentes de la organización pasada y actual del espacio geográfico venezolano, lo siguiente:

La participación del Estado en la promoción del modelo socioproductivo tiene su base en la intensiva política de expropiaciones, que le permite disponer para sí o para las instancias del poder popular, de diversas unidades de producción de bienes y servicios. Asimismo, en la distribución de los ingresos petroleros vía microcréditos; exoneraciones del impuesto sobre la renta (ISRL), al valor agregado (IVA) y arancel de aduana; dotación de bienes muebles e inmuebles para la producción y compras gubernamentales. Aun cuando la política de expropiaciones ha tocado mucho más los sectores industrial y comercial, no hay duda de la importancia y prioridad que ha tenido el agroalimentario en general y, la agricultura en particular, para el Gobierno. Ello se ha traducido en un enorme desarrollo normativo e institucional para intervenir en el sector, en un incremento en la asignación de recursos y en el control d la producción y el consumo (Hernández, 2012; citado en Salas-Bourgoin et al., 2014).
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Y se preguntan: ¿Cuánto se ha avanzado en el modelo propuesto?  Para generar esta respuesta:

Ciertamente, se observan avances en el control de la actividad privada, en la implementación de nuevas formas de organización de la producción, en la participación directa del Estado en la producción de bienes y servicios, entre otros.
(…)
En términos generales, la economía venezolana de los últimos tiempos se ha caracterizado por la baja productividad y por un aumento significativo de las importaciones de bienes y servicios de todo tipo. Este estado de cosas lleva a que la satisfacción de las necesidades básicas de la población venezolana, en particular lo referente a la alimentación, no se esté supliendo con la producción interna sino, como en el pasado, pero en mayores proporciones, por vía de las importaciones (p. ej. entre 2006 y 2011, la producción de alimentos disminuyó en promedio un 25 %).
(…)
Todo lo señalado indica que si la propuesta del ‘Socialismo del siglo XXI’ se sustenta en la teoría marxista del valor trabajo y su expresión en el intercambio de equivalentes, parecería que estamos avanzando hacia un modelo de economía que se limitaría a la reproducción simple sin crecimiento y sin generación de excedentes para la reposición y ampliación del capital, con lo cual se la estaría condenando a un estado de atraso permanente, puesto que todo lo que produciría sería consumido. ¿Será que el socialismo ‘petrolero’ del siglo XXI representa la alternativa para mejorar las condiciones de vida de los venezolanos?
En cuanto a la política territorial diseñada para disminuir los ‘desequilibrios territoriales’, las evidencias apuntan a que al ser el aparato productivo nacional cada día más ineficiente –por el poco estímulo a la producción (privada), reducción de las empresas del sector privado e inoperancia de las empresas socialistas y de producción social–, pareciera poco probable que el objetivo de alcanzar a mediano plazo la integración regional tenga éxito. Por ejemplo, el Plan Socialista Nacional de Desarrollo Ferroviario 2006-2030 estima que para el 2030 deben estar construidos 13.665 km; sin embargo, a la fecha no se llega a los 1.000 km.
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Si se observan los hallazgos empíricos que muestran baja productividad laboral en los sectores económicos analizados por dichas investigadoras, en nuestra opinión, se puede decir que no son concluyentes acerca del tipo de desarrollo pretendido -de hecho con bastante huella presente en el país-, dado que se requiere información no ya de carácter cuantitativo, como en efecto es la que se maneja para mostrar la incidencia de la implementación del nuevo modelo socioproductivo, al analizar algunos componentes de las cadenas de valor de rubros que se consideran prioritarios para la seguridad agroalimentaria, sino más bien cualitativo y de visión fuera de la lógica liberal o capitalista, que no está disponible desde el ámbito estadístico para tal fin.
Por ejemplo, cómo cuantificar los daños que se han hecho a la economía nacional con el bloqueo económico y guerra no convencional que ha desatado la actual administración estadounidense contra Venezuela. No obstante, las inversiones en el sector alimenticio (más importación) y de transporte (los sistemas de transporte masivos y de importación de autobuses chinos), así parece atestiguarlo, ya que estas han disminuidos a raíz de dicho bloqueo y se tienen más bien 'cementerios' como infraestructuras de tales servicios.
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Si se compara con la tendencia que ya se traía de la Venezuela cuartorepublicana contemporánea, en la cual se dio una fuerte contracción de las industrias textil, de la confección y de alimentos, sacado a colación como algo adicional por Flores (Moreno, 1980:29), como bien se sabe son productos de consumo masivo (al igual que en la construcción), y refleja una creciente tendencia a la terciarización de la economía, se aprecia que la misma es acrecentada en la quintorepublica. En efecto, la inflación crónica venezolana estaba siendo estragos en 1979. Max Flores, considera que “tal afirmación no es gratuita ni efectista”, pues ya la inflación estaba castigando con mayor severidad a los sectores populares, puesto de manifiesto en el Índice general del costo de la vida para el área metropolitana que se había disparado 11.4 puntos, y obedecía a dos (2) factores fundamentalmente: el primer factor por él considerado es el de las altas tasas de ganancias que se dan en la economía venezolana que no retroceden ni se estanca, se expanden. Un segundo factor remite al avance sin pausas de la monopolización. (Moreno, 1980:14-15).
            Desde la década de 1950 a principios de 1980 la economía venezolana experimentó un crecimiento constante que atrajo a muchos inmigrantes. Durante la caída de los precios del petróleo en los años 1980 la economía se contrajo, y la inflación se disparó hasta alcanzar picos de 84% en 1989 y 99% en 1996, tres años antes de que Hugo Chávez asumiera el cargo de presidente. En 1998 el país exportaba bienes no petroleros por un valor de 5 mil 529 millones de dólares mientras que en 2012 la cifra era de tan solo 3 mil 771 millones de dólares. El país ha sido tradicionalmente importador de gran cantidad de productos manufacturados, pero en los últimos años esta tendencia se ha acentuado. En 2012 Venezuela importó bienes y servicios (CIF) por un valor total de más de 65 millardos de dólares. En 1998 el total de importaciones de bienes y servicios se elevaba a $15.492.000.000. Según el ministro de Agricultura Yván Gil, Venezuela importaba un 50% de los alimentos que consumía en 2013.
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El país actualmente importa productos que tradicionalmente exportara, como el café, el arroz y el maíz. En 2012 se importaron dichos productos por un monto aproximado de 1028 millones de dólares. También se han venido importando otros productos típicos de Venezuela como el azúcar.
            Otro renglón prioritario de las importaciones actuales de Venezuela, que pasó a ocupar, del puesto 46 en 2002, el puesto número 13, lo constituye el de armamentos, colocándose entre los países que más gastaron en importaciones de armamento en 2012. (Wikipedia, 2015). De hecho, y gracias a la iniciativa de poderosos consorcios privados que compiten con los de Brasil, México y Argentina (a pesar de que nuestra economía y población son comparativamente mucho menores), Venezuela ha realizado una ingente inversión en servicios de comunicación. Es así como nuestro país posee una gran proyección en el campo de la televisión abierta y por suscripción, la telefonía celular.
Claro que existen otras factores como una excelente ubicación geográfica al norte de la América del Sur (cabeza de playa, y no «bodeguita del medio» como Cuba, o «puerta trasera», como Colombia), con fachadas por los cuatro costados (Andina, al W; Amazónica, al S; Caribeña, al N; y Atlántica, al E), estar ubicada en el Trópico de Cáncer; la localización geográfica equidistante del Río Grande y la Patagonia; un intercambio comercial y tecnológico intenso con Estados Unidos, a pesar de la retórica antinorteamericana de ya casi dos (2) décadas del actual Gobierno; una relativa estabilidad política y social, y un gentilicio nacional asociado a la interacción, la competencia y el protagonismo bajo el ideario del prócer independentista Simón Bolívar (como las ayudas a los países hermanos a través de Petrocaribe y el Alba), que han podido impulsar con una singular preeminencia el sector de las telecomunicaciones (Cuberos, 2005:31). No obstante, el gasto que ha hecho el Estado venezolano en esta materia es descomunal, reflejado en el cable submarino de comunicación con Cuba y los satélites para comunicación, Simón Bolívar, Miranda y el Sucre, este último estará en órbita en septiembre de 2017, construidos en China.
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            Además de cumplir el rol tradicional de creador de infraestructura económica, el Estado venezolano es el propietario de la industria básica del país (CVG-EMPRESAS BÁSICAS). Pero hay más. El Estado es el gran financiador de los procesos industrial y agrícola a través de la red de instituciones, corporaciones y entidades crediticias (Corporación Venezolana Agraria, Corporación Venezolana de Alimentos, Corporación Eléctrica Nacional, Fondos de Desarrollo-Fogade, Banco Industrial, Banfoandes1, etc.). Añadimos a esto las expropiaciones que ha realizado el Gobierno Bolivariano a la empresa privada (tierras, inmuebles, fábricas y maquinarias), lo cual ha pasado a incrementar el parque estatal, que también cuenta, aparte de las empresas rescatadas nuevamente por el Estado como la Cantv y el Banco de Venezuela, con nuevas empresas, entre ellas fabricas socialistas y fundos colectivos.
            Por lo demás, la Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL) fue creada en el año 2010 por el Gobierno Bolivariano como un Sistema Empresarial de Propiedad Social. En ella se agrupan unidades de producción primaria como plantas agroindustriales, dando respuestas como empresa socialista en todas las actividades y jornadas de contribución social que implante el Gobierno Revolucionario de Venezuela[xxxiii].
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       También, CORPOELEC (Corporación Eléctrica), empresa eléctrica nacional, adscrita al Ministerio del Poder Popular de Energía Eléctrica, es una institución que nació con la visión de reorganizar y unificar el sector eléctrico venezolano a fin de garantizar la prestación de un servicio eléctrico confiable, no excluyente y con sentido social. El Fondo de Protección Social de los Depósitos Bancarios, es un instituto autónomo con personalidad jurídica y patrimonio propio e independiente de los bienes de la República, adscrito al Ministerio del Poder Popular de Planificación y Finanzas a los solos efectos de la tutela administrativa. Diez (10) Bancos venezolanos de capital nacional Fogade, también han sido creados. Fogade fue fundado el 21 de julio de 1951 como iniciativa de la Corporación Venezolana de Fomento (CVF) bajo el nombre de Banco de Fomento Regional Los Andes, que tuvo sus oficinas principales en la ciudad andina de San Cristóbal hasta finales de 2009, cuando el gobierno venezolano fusionó el banco con otras entidades financieras de estrato medio y bajo que habían sido intervenidas por el Estado por su insolvencia, creándose el nuevo Bicentenario Banco Universal.
Todo ello demuestra la capacidad instalada estatal que posee la república Bolivariana de Venezuela para superar el impase imperial del bloqueo y/o guerra económica (no convencional, hasta ahora). Para decirlo de otra manera, la crisis económica actual sólo se superará cuando los académicos, entre ellos los economistas, intelectuales y políticos, estén dispuestos a participar en el cambio de paradigma que hoy se está verificando en todos los campos. A juicio del reconocido científico Fritjof Capra (1992):

Para examinar nuevamente los conceptos y los modelos económicos a un nivel más profundo es necesario tener en cuenta el sistema de valores en el que se apoyan y reconocer su relación con el contexto cultural. Desde este punto de vista, muchos de los actuales problemas sociales y económicos parecen derivar de la dificultad que los individuos y las instituciones tienen para ajustarse a los cambiantes valores de nuestra época. (p.113)
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En tiempos de Marx, cuando los recursos eran abundantes y la población reducida, el trabajo humano era efectivamente la más importante aportación a la producción. Pero en el transcurso del siglo XX la teoría del valor del trabajo perdió parte de su significado y hoy el proceso de producción se ha vuelto tan complejo que ya no es posible distinguir netamente cuáles son las contribuciones de la tierra, del trabajo, del capital y de otros factores. (p. 110)

Sobre este particular hay que señalar igualmente el papel desempeñado en nuestro país por la fuerza laboral multinacional mediante la inclusión de familias enteras de los profesionales petroleros importados como una estrategia de crear una fuerza laboral estable, lo cual implicó la introducción de nuevos elementos de difusión espacial que afectarían los paisajes geográficos preexistentes.
Para el especialista en Geografía Humana, Miguel Tinker Salas (2014), la notable inserción de la mujer norteamericana como estrategia de género en la incorporación de mujeres y familias en los campos petroleros, sin duda denotaría una creciente presencia extranjera que llevó a transformaciones en los modos de vida, patrones de consumo, demanda de bienes y servicios y una alta necesidad de equipar los distritos petroleros urbanos en función de la creciente presencia de población, destacando así el papel de la participación extranjera en el control y organización de la industria y sus efectos en la complejización de las relaciones sociales, laborales y étnicas acontecidas en la realidad de la Venezuela petrolera. Así mismo, el autor del artículo que hace la presentación del libro (Pérez, 2016), destaca el énfasis del especialista respecto al papel desempeñado por la industria petrolera en el ámbito del poder político, al hacer un recorrido -en todo un capítulo del libro: capítulo VII (Petróleo y política: una relación que perdura)- por el juego de poder que manifestó la industria para influir en el proceso político venezolano en distintos eventos temporales:
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…las diferencias regionales que generaron los campos petroleros, no solo desde el punto de vista de la tenencia de la tierra, sino desde las nuevas adaptaciones sociales, culturales, la articulación de campos petroleros dotados de servicios y los nuevos modelos urbanos de ciudades al estilo de los patrones de ordenamiento estadounidenses. Esta premisa se evidencia en la modificación de los conceptos de tiempo y trabajo, lo cual introdujo distintos estilos de vida, prácticas sociales y de consumo que elevaron el sentido de pertenencia e identidad que inspiró un modelo de ciudadanía vinculada a los intereses de la industria. (p. 353)

Para el autor que realiza la Bibliografía Crítica del libro presentado por el especialista citado anteriormente, “es de entender que la industria petrolera extranjera presenció y vivió diversos panoramas políticos cambiantes, lo que la obligó actuar en diversas redes de poder para la preservación de sus intereses” (Pérez, 2016). Estos intereses siguen estando aún presentes en la Venezuela actual, a pesar de que se habla de soberanía política respecto al manejo de la industria petrolera a nivel nacional e internacional.


   Finalmente, lo que si está bien sustentado y sus resultados son conformes con la investigación geográfica territorial destacada, ya que brinda una amplia aproximación al tema desde un enfoque que eleva la discusión de los cambios socio-culturales, socio-históricos y las transformaciones del paisaje socio-cultural, como consecuencia del impacto de la forma organizacional espacial, es lo señalado por sus autores (Salas-Bourgoin et. al., 2014), relativo a:

Por otra parte, la distribución de las nuevas formas de producción social y de los fondos destinados a su fortalecimiento en el territorio nacional permite afirmar que, a pesar de los intentos por transformar la organización espacial de Venezuela, en el entendido de que en ella radica la causa de los males que en la actualidad aquejan a la sociedad venezolana, la historia territorial del país se ha hecho sentir, pues el Estado ha tenido que continuar atendiendo aquellas entidades federales que tradicionalmente han concentrado la población y las actividades económicas más productivas. Con ello, de manera deliberada (¿o no?), el proyecto del ‘Socialismo del siglo XXI’ parece reforzar la Venezuela concentrada, ‘desequilibrada’ y polarizada. (Salas-Bourgoin et. al., 2014)
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Y esto porque, como ya se ha anotado antes, la organización socioterritorial de Venezuela constituye un largo, contradictorio y complejo proceso de períodos geohistóricos característicos que atraviesan diferentes fases de articulación y ordenación desde su implantación colonial, conforme los factores de poder definidores no sólo de la ocupación del espacio geográfico actual, sino también de la formación técnico-social venezolana. Para Carmona y Español (2002), esto supone el creciente proceso de urbanización dinamizado en la segunda mitad del siglo XX, y lo que va del XXI; lo cual se expresa en un conjunto de problemas socionaturales que informan, a grandes rasgos, del impacto ejercido por los grupos humanos ocupantes del espacio venezolano durante dichos períodos definidores de la conformación del Estado nacional, destacando la intensidad que en formas y objetos materialmente, especifican los rasgos del paisaje característico de la configuración territorial del país:
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En líneas generales, esta problemática refiere el impacto del accionar humano sobre soporte natural, proceso derivado de la producción técnica y social del espacio geográfico durante la Venezuela Petrolera, cuyos efectos se manifiestan en alteraciones sustantivas de las regularidades ecodinámicas enmarcadas dentro del territorio. La degradación de la naturaleza, originada por los grupos humanos sobre la diversidad de elementos y geofactores que la constituyen, abarca una variada gama de perturbaciones cuyas consecuencias se evalúan en términos del nivel e intensidad del cambio operado en el sistema ecogeográfico. Esto se engloba en lo que, a grandes rasgos, se entiende como impacto ambiental…

            Entre los problemas ambientales presentes en el espacio venezolano, derivados de una creciente transformación de origen antrópico de la eco-base nacional, traídos a colación por nuestros autores antes citados, mencionan los más apremiantes: degradación e inutilización de suelos, deforestación, contaminación ambiental, inadecuada disposición de desechos y riesgos socionaturales (geográficos), los cuales definen diversas situaciones de riesgo geográfico en el país, considerando la magnitud de esta problemática de alcance nacional, merecedora de estudios particulares.
            Otro aspecto comparativo es que el actual gobierno venezolano ha retomado antiguos proyectos y formulado nuevas propuestas territoriales, orientadas a redistribuir la población y las actividades económicas en el espacio nacional. Dada su escasa fundamentación conceptual y metodológica, sesgo político y poco realismo económico, resulta válido para Rojas López y Pulido (2009) cuestionar los pretendidos controles territoriales centralizados. Para ello, los autores revisan la base geohistórica de la estructura que se pretende cambiar a pesar del estatuto federal y descentralizado del Estado consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y los lineamientos generales de las estrategias territoriales del Estado, dando algunas reflexiones sobre los procesos de concentración y descentralización que intentan demostrar la inviabilidad de esas propuestas.
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            Si se analiza el proceso histórico geográfico de la conformación del espacio territorial de Venezuela, el cual ha presentado cambios que vienen desde la época del descubrimiento hasta nuestros días, tenemos que la mayor concentración de la población hacia el norte del país obedece al desequilibrio por la concentración en esa zona de las actividades económicas, administrativas, y culturales que emplean mayor fuerza de trabajo. La estrategia oficial «socialista» es desconcentrar dicha área abriendo canales a través del Eje Orinoco-Apure; estrategia que se sustenta en una supuesta hiperconcentración, nunca comprobada con indicadores internacionales, pues si tal se hiciera quedaría, según el especialista en geografía de la Internacionalización, Andrés Rojas (2001), “al desnudo la falsedad del supuesto”.
            Para Rojas (2001), quien también nos presenta otro análisis en torno a la problemática espacial territorial, el actual gobierno copia la estrategia de las pasadas administraciones en relación a que busca revertir la concentración poblacional, y convoca a activar nuevos ejes a punta de enormes inversiones, cuando la dinámica distributiva llama hacia el centro, generando un territorio subequipado que actúa como un imán y unas áreas poco pobladas que tampoco alcanzarán un equipamiento satisfactorio. Aduce que son formas nuevas de un intervencionismo de vieja data, que hará crisis con la próxima caída del ingreso petrolero y la deslegitimación; “así ha ocurrido antes”.
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            Rosa Estaba (1999), otra geógrafa especialista que ha analizado el proceso de ocupación territorial de Venezuela desde la descentralización y el abortado VII Plan de la Nación (1990-1994) conocido como el “El Gran Viraje”, dirigido a adaptar la ordenación del territorio a la competitividad internacional y el crecimiento sin inflación, para entregar el desarrollo a las regiones y localidades, nos presenta el modelo aperturista y de liberación, que es retomado en 1996 hasta 1998, cuando es aprobado el Plan Nacional de Ordenación del Territorio, y concluye que se desploma con la caída de los precios del petróleo y cuando se avistaba un descenso de la inflación y salida de la recesión:
El nuevo Gobierno de tendencia militarista, guiado de la mano del líder que comandó la subversión militar, desconociendo los procesos desconcentradores, junto al mayor proteccionismo y presidencialismo de la nueva Constitución Bolivariana, revierte todo proceso liberal para regresar a los viejos paradigmas superados como el de la centralización o el del pretendido socialismo bolivariano, basado en el fracasado «socialismo real».

            Esta especie de sambumbia marxista-leninista-maoísta con agregados fundamentalistas jacobinos-fidelistas, cocificada desde 1992, cuando se producen las intentonas de golpe militar y la conmoción política y económica que se extiende hasta el presente, está gobernando la realidad venezolana al ritmo del guaguancó cubano.
            ¿Pero cuáles han sido los resultados? En Producción Nacional, para septiembre de 2013, el PIB no petrolero acumulaba un crecimiento de 55%, respecto a 1998, 5 puntos por debajo del promedio de Latinoamérica y el Caribe (que es de 60%). Sin embargo, el PIB petrolero acumulaba una caída en 13,68% desde 1998. (Abadi, 2013). Además, para el cierre de 2013 se estima que el PIB per cápita estaría levemente por debajo del promedio registrado entre 1972 y 1977. ¿En qué se traduce esto? Para el cierre de 2013, las importaciones han debido haber aumentado –al menos-  en 253,1% con respecto a 1998. Además, aunque los planes de desarrollo prevén la diversificación productiva con potencial exportador, las exportaciones no petroleras pasaron de representar 35,7% del total de 1998, a apenas 5,7% para 2013. (Abadi, 2013).
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            Una de las grandes banderas de la revolución ha sido la llamada “Soberanía Agroalimentaria”. Sin embargo, no es la primera vez que un gobierno se ufana de dar solución al problema alimentario en Venezuela. Para 1967, por ejemplo, la memoria y Cuenta del MAC (Ministerio de Agricultura y Tierras) informa, entre otras cosas, que Venezuela ha alcanzado el autoabastecimiento en casi todos los renglones agrícolas (lo cual hizo suponer que se había resuelto nuestras necesidades alimentarias); en ella se afirmaba también que nuestra agricultura había dejado de ser un freno para el desarrollo económico, cuando en realidad, señalado por Venturini (1967: 178), “está muy lejos todavía de tener una producción de alimentos satisfactoria; al menos, es lo que se deduce al analizar los datos que trae el último informe de la FAO sobre la agricultura y la alimentación.” (FAO, 1967; Food and Agriculture Organization u Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
            Lo mismo podemos deducir del análisis económico con respecto a las necesidades alimentarias actuales en la República Bolivariana de Venezuela. Según Carlos Machado Allison (citado en Abadi, 2013), entre 1999 y 2012 las importaciones de alimentos y rubros agrícolas del país se incrementaron 366%. Aún más triste es el hecho de que con las importaciones de café, maíz y arroz de 2012, Venezuela sembró 621.456,5 hectáreas en 10 países. 
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Como conclusión tenemos que abundan las calles llenas de huecos y de basura, con lámparas rotas, los cerros de Caracas están repletos de barrios pobres y en las ventanas de edificios invadidos tras años de abandono cuelga la ropa desgastada de sus habitantes que, no obstante, cuando bajan a votar buscados por los operativos de miles de batallones electorales, hacen inclinar la balanza a favor del chavismo o “revolución bonita”. Para colmo, la principal vía fluvial, el contaminado río Guaire, sólo sigue recibiendo los desagües de aguas negras y desechos sólidos, a pesar de que Chávez dijo en el 2006 tener un sueño: “bañarse en el río Guaire”.
            El trabajo que nos presente Molina (2009) llega a la conclusión de que los logros de la aplicación de la nueva Ley de Tierras y desarrollo Agrario (2005) se fueron por un pozo sin fondo: Se tiene una mayor afectación de tierras agrarias (la primera Reforma Agraria cuartorepublicana fue convencional; esta es de orden estructural, porque además de estar acompañada de créditos, entregó tierras a los campesinos que se expropiaron a los latifundistas, mientras que la anterior dotó con tierras del Estado) en manos privadas con titularidad dudosa (la Ley hace énfasis en mostrar los títulos desde la Tercera República, es decir, desde 1830), a fin de dotar a los campesinos de las tierras ociosas o incultas con vocación agraria para que cumplan su función social. Según los resultados oficiales de la investigación señalada, el INTI-MAT (Diario Frontera, 2005)[xxxiv]: 73.480 Cartas Agrarias habían sido entregadas por el oficialismo, aunque ABN (2005)[xxxv] refiere que son más de 2 millones de cartas agrarias entregadas a los campesinos como aval para que ocuparan esas tierras, sobre más de 3 millones de hectáreas, desde febrero de 2003. Sin embargo, el Estado venezolano ha aumentado su tamaño, pero no ha incrementado su eficiencia: “Persisten modelos tradicionales de organización y estructuras, tales como los mecanismos burocráticos que conlleva los subsidios explícitos, el funcionamiento a través de créditos agrícolas y las trabas permisológicas para el cumplimiento de la certificación de las diversas modalidades de las unidades de producción (finca productiva, etc.) mantenida en la Ley de Tierras, que justifican la amplia burocracia y promueven la corrupción, generando un monopolio de Estado”. (Molina, 2009: 123-124).
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            El petróleo ha derivado en espectaculares proyectos de construcción en el Medio Oriente, pero no ha generado semejantes cambios en Venezuela, que tiene las reservas comprobadas de petróleo más grandes del mundo. El “salto" revolucionario fue en materia ideológica no sustancial. El modelo agrario venezolano ha retomado la acción mancomunada de la gestión de las unidades de producción social agraria, alternativa viable para la superación de la dependencia agroalimentaria nacional, pero la revolución bolivariana usó y usa la riqueza petrolera para importar el alimento del venezolano, asegurando el voto al atraer al pobre y los adeptos mediante almacenes estatales y otros programas sociales incluyendo ayuda financiera a familias pobres. Al haber más dinero circulando en una economía de escasez, los precios suben todos los días, pues hay más especulación, mientras la cantidad de gente sin empleo formal aumenta, generando contradicciones y, por ende, conflictos.
            El mismo Molina (2009: 91) refiere que el 53,3% de las cooperativas agrarias no tiene actividad económica (la mayoría mueren antes del parto; esto es cierran por carecer de actividad), pero si tierras y créditos (estos son exonerados por la Ley de Tierras, así no produzcan ya que la seguridad alimentaria lo exige por ley), los cuales se gastan en financiar compras como camionetas y volteos 350, u otros insumos no prioritarios; lo demás se usa para criar cerdos y “acueste a dormir”.
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            ¿Todo está tan mal como afirman los opositores o los voceros del FMI? "El país se está cayendo a pedazos'', declaró la instructora de tenis Naybeth Figueroa. "¿A dónde va el dinero del petróleo?'', preguntan los venezolanos como si no lo supieran. Un ama de casa de la oposición política pregunta “¿A dónde se fueron las caraotas, los huevos, el maíz, las sardinas y el papelón?” que eran la comida del pobre desde los tiempos de la colonia. Mientras que, en una carretera sin pavimentar cerca de Caracas, Moreli González, otra ama de casa desempleada que vive en una casucha con piso de tierra y placas herrumbradas de zinc por paredes (ahora se la remodelaron con la Misión Barrio Tricolor), le agradece a Chávez los $280 (calculados en base al control cambiario, ya que en dólares del mercado “negro” son mucho menos y, en todo caso, se trata de la pensión basada en el sueldo mínimo, que siempre está siendo incrementado anualmente cada 1º de Mayo (este año subió 40% más, colocándose en 27.021 Bs, al igual que la cesta tique alimentaria, para llevar el salario mínimo a más de 90 mil bolívares, pero lamentablemente $1 en el mercado negro equivales ya a Bs 1.900, gracias a la inflación especulativa que sigue aumentado) que recibe mensualmente a través de un programa llamado "Misión Madres del Barrio'': "La vida de nosotros en estos años ha cambiado porque ahora tenemos todo'', dijo González, quien agrega que ha aprendido a leer y escribir en un programa educativo y que un almacén estatal cercano vende alimentos a precios accesibles. "Ahora nosotros comemos mejor'', agregó mientras mostraba la despensa llena de bolsas de arroz y pasta. "Los hijos míos antes no merendaban. Ahora sí tienen su merienda, tienen su buen alimento, tienen su leche siempre. Antes no''.[xxxvi]


            Y así como ellos miles de familias que antes estaban en condiciones infrahumanas reciben asistencia social en alimentación (Mercal, Pdval), salud (Barrio Adentro, Misión Milagro) y educación (Misiones Robinson, José Félix Rivas y Gran Mariscal de Ayacucho) gratuita. Eso fue posible por el aumento de los precios del petróleo, que generaron ingresos totales del orden de los 981.000 millones de dólares para la empresa estatal Petróleos de Venezuela entre 1999 y el 2011. La matriculación en las universidades públicas también se duplicó. Los estudiantes de familias de bajos ingresos no pagan matrícula en las universidades estatales, que ahora incluye la Universidad Bolivariana, erigida por el gobierno de Chávez en un edificio que ocupaba la empresa petrolera estatal (Maduro creo otra: La Universidad Nacional del Turismo, en Anzoátegui).
            No todo ese dinero va a programas sociales. Chávez invirtió miles de millones de dólares en el aparato militar, comprando aviones de combate, helicópteros y rifles a Rusia. Ahora su sucesor, el presidente también Maduro está haciendo lo mismo, es decir, invirtiendo en lo social pero comprando igualmente pertrechos militares, pues acaba de negociar con Rusia la compra de 12 nuevos aviones Sukhoi 17. Mientras las economías de Brasil, Chile, Perú y Argentina se han expandido más rápidamente que la de Venezuela desde que Chávez llegó al poder, con un crecimiento promedio de entre el 3% y el 5% anual entre 1999 y el 2011, Venezuela tiende a la recesión económica. A pesar de ello, la más popular de las Grandes Misiones, “Vivienda Venezuela”, no se detiene.
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            Para el año 2011, el Ejecutivo Nacional prometió153 mil viviendas. Cifras del BCV muestran que el sector público sólo construyó 62.783, el 41% de lo prometido. Para 2012, prometió 200 mil, pero construyó 62.995. Resalta el hecho de que las cifras reportadas por voceros del Gobierno Central suelen ser mayores, ya que incluyen las autoconstrucciones –por supuesto, financiadas con créditos del gobierno- por parte del Poder Popular, las cuales sumas casi 173 mil entre 2010 y el primer semestre de 2013. Si bien los resultados de las Misiones y Grandes Misiones no han sido los esperados, no se puede negar que los niveles de pobreza han caído durante estos 15 años: entre 1998 y 2012, el número de hogares pobres pasó de poco más de 2 millones a poco más 1,5 millones; y los que viven en situación de pobreza extrema pasaron de poco más de 800 mil a casi 425 mil. Por lo tanto, no podemos sino preguntarnos con Adabi (2013): ¿si los recursos dirigidos a la política social se invirtieran de manera más eficiente, cuáles serían los resultados? Pero, eso es harina de otro costal[xxxvii].
            En lo inmediato, está planteado para los sectores populares venezolanos un intenso combate a la escasez de productos que deberán adelantar, no sólo en su carácter de consumidores, sino también en la de productores –exigiendo formas compensatorias en términos monetarios-, organizándose igualmente no sólo como cuadros políticos chavistas o defensores de la revolución populista (para defender las misiones sociales), sino como consumidores para enfrentar las mafias del gobierno y de los “bachaqueros”, desalojando a estas de los espacios de despojos de que son víctimas en la esfera de la circulación de mercancías, y no esperar que sea el mismo Gobierno, como en efecto lo está haciendo a medias, el que actué en defensa de sus propios intereses sociales garantizados constitucionalmente.
            El núcleo para la visión y estrategia del desarrollo sostenible es la gente preparada y consciente, es decir, el capital social. Con las personas como medios fundamentales de acción y sobre las personas como los fines y propósitos existenciales, el desarrollo sostenible, sustentable o endógeno ejerce su pertinencia, tendiendo, por ende, a su concreción. El problema radica en la capacitación humana, los métodos y los tiempos para alcanzar los fines propuestos y planificados cuando se tienen los instrumentos jurídicos.
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            Para Mas Herrera (2005):

El Desarrollo Endógeno como perspectiva de cambio a gran escala se encuentra cruzado en todo su recorrido por el conflicto. Un conflicto multicausal. Todas las personas y las sociedades se encuentran, de alguna manera, en un estado de confort y aunque ese mantenimiento en “estado” no sea el más conveniente para la sociedad ni para las personas, lograr modificaciones a lo largo del tiempo que evidencien la ruptura del estado preconcebido augura algún nivel de conflictividad, desde una revolución violenta hasta modificaciones pacificas e incrementales. Pero la movilización y la ruptura del “estado” fundamentan al desarrollo Endógeno y la instauración de una ética asociada que contribuya a esa ruptura del status quo inconveniente. (p. 139-140).

            En definitiva, la gente tiene miedo a perder lo que tiene (trabajo, vivienda, posición social…), por lo que permanece en ese “estado” sin mirar ni siquiera a los “lados” y mucho menos salidas en concreto, que no sean las discursivas o de sueños en el futuro. Para Elías (1987), los esquemas de comportamiento de nuestra sociedad, que se inculcan al individuo a través de la modelación desde pequeño como una especie de segunda naturaleza y se mantienen vivos en él por medio de un control social poderoso y muy estrictamente organizado, no pueden entenderse en virtud de fines humanos generales y ahistóricos, sino como resultado de un proceso histórico, derivado del sentido general de la historia occidental, de las formas específicas de relación que se producen en tal proceso, y de la fuerza de las interdependencias que en él se transforman y se constituyen.
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            En este sentido, la propuesta del desarrollo integral, sostenible, sustentable o endógeno incorpora la articulación de valores cooperativos, solidarios y competitivos. Estos valores son, por supuesto, humanos y se conciben como capacidad de accionar y armonizar la competitividad en entornos de condiciones de igualdad y correspondencia, o sea, sustentables. De acuerdo con Gabaldón (citado en Pérez, 2009: 47), se trata de un nuevo paradigma, un desarrollo que le permita a la gente mejorar constantemente su calidad de vida con equidad, de manera que no se generen tensiones sociales inmanejables y un desarrollo políticamente viable.
            Entonces, es pertinente preguntarnos ¿por qué es necesaria una praxis de control social sustentada en la ética, una preparación del capital social, tanto individual como colectivo; una noción del bien, de lo justo en el actuar, el accionar correcto y con responsabilidad ambiental? ¿Son válidos los fundamentos analizados en el marco de la denominada globalización? ¿Qué estrategias, caminos y pasos tenemos que dar?, para accionar conscientemente en la trama sistémica que nos permita articular en el pensamiento complejo el paradigma de repensar y refundar lo holístico. Kliksberg (citado por Moreno, 2004:47), destaca los valores de la confianza interpersonal, la capacidad de asociatividad, la conciencia cívica y los valores de ética como los componentes clave del concepto de capital social. Nosotros lo resumimos en una palabra: Autogobierno.
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            La necesidad competente de realizar el ejercicio de contraloría social de la gestión política y pública por parte de la participación ciudadana y colectiva (organizada), queda establecida plenamente como Derecho constitucional (CRBV, 1999) en el Artículo 62 (“Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. … Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica.”), y como condición derivada de este derecho, la necesidad de tener acceso a la información, que debe contener los objetivos, estrategias, metas y recursos de cada política, programa, proyecto u obra que será sometida a contraloría social, la cual está refrendada en los Artículos 58 (“… Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución,…”) y 143 ejusdem (“Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a ser informados e informadas oportuna y verazmente por la Administración Pública, sobre el estado de las actuaciones en que estén directamente interesados e interesadas, y a conocer las resoluciones definitivas que se adopten sobre el particular. Asimismo, tienen acceso a los archivos y registros administrativos, sin perjuicio de los límites aceptables dentro de una sociedad democrática…”).
            La necesidad adecuada y competente de capacitación de los contralores públicos, voceros o responsables y operativos de las entidades públicas y comunidad organizada (y también privadas), es primordial para que de manera competente contribuyan a la fluidez de los procesos de consulta, seguimiento, evaluación y control también queda establecida en el articulado constitucional.
            La Contraloría Social, como se ha visto, es aquella función compartida entre las instancias del Poder Público, los ciudadanos, y las organizaciones del Poder Popular para garantizar que la inversión pública se realice de manera transparente y eficiente y que las actividades del sector privado no afecten los intereses colectivos, y por tanto, se ejercerse a través de tres medios, según lo establece la Ley Orgánica de Contraloría Social (2010): el individual, el colectivo y el orgánico.
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            No existe una estructura definida ni normativa que regule la creación de grupos de personas organizados para convertirse en vigilantes de los intereses públicos desde el seno de la sociedad. No obstante, en Venezuela la actividad promotora, contralora y defensora de las organizaciones no gubernamentales (ONG), siempre han estado presentes en una amplia temática de actividad pública; tales como: los derechos humanos, la salud, el uso indebido de drogas, y la protección de la niñez y la adolescencia, de la mujer y de la tercera edad; entre otras. Igualmente, los gremios y los sindicatos también constituyen mecanismos para el control de la gestión pública; así como las asociaciones de vecinos.


FASE II: TENDENCIAS Y CONFLICTOS DE LA ORDENACIÓN ACTUAL DEL TERRITORIO.

A partir de la promulgación de la CRVB de 1999, donde se abre espacio a los ciudadanos para intervenir de manera activa en el desarrollo y vigilancia de la Administración Pública, empiezan a surgir un conjunto de nuevas entidades asociativas impulsadas desde el Estado como los comités de tierras, los comités de salud y las mesas técnicas de agua y energía, y los propios consejos comunales y comunas, entre otras.


Peligros Ambientales: Impactos Ambientales y Cambio Climático en Venezuela.
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La justificación de la propuesta basada en la creación de “Aulas Ambientales Comunitarias” (véase Figura 10) surge (la idea como tal viene de un concurso: “Cien Ideas para Mérida”, organizado por Fundacite-Mérida y la Alcaldía Libertador, 2008; donde se reconoce el aporte del geógrafo Eudes A Zambrano A con un Diploma de  Honor), de la necesidad de contar con tareas y programas dirigidos a sensibilizar a la población en el área de la Educación Ambiental no formal.


En el trabajo, Zambrano discute los aspectos ecológicos, geosistémicos, legislativos, ecoturisticos,  gestión ambiental, proyectos ambientales urbanos relativos al manejo y tratamiento y disposición (incluido reciclaje y reutilización) de desechos
sólidos), así como el diseño y gestión administrativa de manera informal; o sea, una educación ambiental generalista y abierta, que aproveche aquellos espacios públicos disponibles (plazas, parques, jardines, áreas verdes) y de bienes comunales (i. e. módulos comunitarios). En relación al manejo de los desechos sólidos, Zambrano (2010) presenta una Propuesta de Diseño, Estructuración e Implementación de un Programa de Asistencia Permanente de Gestión Ambiental Comunitaria, en la cual plasma con maestría el abordaje de dicho problema.

En relación al manejo de los desechos sólidos, Zambrano (2010) presenta una Propuesta de Diseño, Estructuración e Implementación de un Programa de Asistencia Permanente de Gestión Ambiental Comunitaria, en la cual plasma con maestría el abordaje de dicho problema.


Figura N° 10: Aulas Ambientales Comunitarias 
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En la propuesta -que está siendo implementada ya en otros países usando como guía el trabajo de este investigador (tiene más de 4.776 visitas, ó 4,7K Views)-, Zambrano desarrolla un conjunto de actividades que incluyen los procesos de recolección, almacenamiento, transportación, tratamiento, aprovechamiento y disposición final de los desechos sólidos.
Para ello, la creación de las AAC a través de los consejos, municipios (o cualquier otra entidad local) partirá desde la orientación y asesoría de Departamentos de Gestión Ambiental de las alcaldías o gobernaciones, se estructurará en programas formativos y órganos informativos (i. e. periódicos, folletos, volantes, afiches, emisoras comunitarias, etc.) que se diseñen en conjunto con las comunidades a través de la participación ciudadana, es decir, que nazca desde la misma interacción educativa comunal y las necesidades locales del entorno inmediato o áreas de influencia de los mismos (experiencia directa de participación-investigación-acción).
Los promotores estarían integrados por los miembros que conformarían el Aula Ambiental Comunitaria (AAC) de cada uno de los sectores comunitarios, quienes coordinarían la participación ciudadana y el apoyo institucional, así como de ONG’s, asociaciones (civiles, cooperativas, fundaciones), organismos y empresas públicas y privadas que tengan como norte el uso del ambiente consciente y sustentable, generando una acción colectiva permanente, autogestionada e interrelacionada.
Como opción sistémica, la necesaria separación de los componentes orgánicos de los inorgánicos no debe representar una actividad exclusivamente de acondicionamiento del residuo para un tratamiento integral, ya que los residuos sólidos se deben separar en cuatro categorías: residuos agrícolas, industriales, comerciales y domésticos. Es en esta área donde se debe trabajar, pues parece claro que la expansión productiva no garantiza automáticamente el mejoramiento de la calidad del medio ambiente; por el contrario, la naturaleza es percibida como una fuente de materias primas, un inagotable surtidor de insumos y un no menos descomunal depósito de desperdicios. Los residuos comerciales y domésticos suelen ser materiales orgánicos, ya sean papel, madera, tela y residuos vegetales del hogar, o no orgánicos, como metales, plásticos, vidrio y cerámica.
            Por otro lado, los impactos ambientales no se generan sólo en las ciudades por la alta concentración de actividades humanas, sino también en el campo por la actividad productiva agraria, que conlleva alta tasas de deforestación y uso intensivo de productos químicos tóxicos. El 94,3% de la agricultura venezolana se desarrolla bajo las condiciones de secano, lo que la hace vulnerable al cambio climático, sobre todo si se espera que los valores de precipitación y el número de meses húmedos de varias zonas del país disminuyan. Zambrano (2016i) generó un estudio cuyo objetivo fue precisamente, el de evaluar el impacto del cambio climático con énfasis en Venezuela. En él se usó la Evaluación de Tierras de Ovalles (2008) y la variación geográfica del cambio climático para en sector agrícola en base a la distribución geográfica de la media anual de precipitación y temperatura para cuatro períodos (actual, 2020, 2040 y 2060), a objeto de establecer las áreas geográficas de mayor afectación, donde cada una fue considerada como las unidades de tierras (UT).
            En cada área se seleccionaron los rubros más representativos, éstos se consideraron como los Tipos de Utilización de la Tierra (TUT). Se realizó la evaluación de los TUT para las UT de acuerdo a metodología de evaluación de tierras. También se usaron datos de la Primera Comunicación Nacional de Cambio Climático: Variaciones Esperadas del Caudal de Ríos Nacionales, suministrada por Sánchez (en el Primer Simposio Nacional Sobre Cambio Climático.-Perspectivas para Venezuela, 2013; donde también participó María Martelo con “La Primera Comunicación Nacional en Cambio Climático”; y Arnaldo Jasé Gabaldon con “Los Efectos del Cambio Climático sobre los Recursos Hídricos en Venezuela”) y datos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, 2008).
            En dicho Simposio, se hace referencia a los estudios sobre modelos climáticos realizados en el país para la elaboración de la Primera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático, en el 2005, y se presentan una serie de observaciones extraídas del informe preliminar del IPCC del 2013, acerca de la interacción cambio climático-recursos hídricos. Para el tema recursos hídricos se consultó a 27 expertos de la academia, centros de investigación, sector público y sector privado, de los cuales respondieron 19, y cuyos conocimientos y experiencia como expertos estuvo en un promedio de 25 años.
            En este sentido, Gabaldon (2008), nos presenta también un estudio sobre El Cambio Climático y sus posibles efectos sobre Venezuela, sobre la base de una amplia investigación que abarca varias fuentes, se enumeran los posibles efectos del cambio climático sobre los entornos físico, biótico, humano y económico de nuestro país, con énfasis en las repercusiones que sobre la economía podría generar la “transición energética” en marcha. He aquí sus reflexiones, a casi una década de su estudio:

La política energética tendrá que ir mucho más allá que abogar constantemente ante la OPEP, porque se mantengan los precios del petróleo o se establezcan cuotas de producción. O determinar cuántos impuestos se cobrarán a las empresas que extraen el petróleo, para mantener la internacionalización.
Todos estos son aspectos, por supuesto, muy importantes, pero quedan otros que también lo son desde el punto de vista del cambio climático y la transición energética. ¿De qué manera incrementar la eficiencia energética, para que disminuya el consumo nacional de hidrocarburos? ¿Qué hacer para desarrollar los recursos gasíferos, mucho menos agresivos al sistema climático, de manera que estos jueguen un rol más importante en nuestra oferta energética? ¿Cómo mantener la capacidad de inversión necesaria, para continuar desarrollando nuestros recursos hidroeléctricos que requieren de ingentes capitales? ¿Qué otros recursos renovables podemos poner en valor para generar energía? (p.29-30)

            El impacto del cambio climático no es igual en todo el país, existen patrones espaciales en la distribución geográfica de la precipitación y la temperatura. En cuanto a los valores de precipitación, existen algunas regiones donde los cambios son poco significativos; mientras que para otras zonas se espera reducciones hasta en un 25% en los valores de precipitación. Con relación a la temperatura los modelos predicen incrementos hasta de 3,5 °C para el año 2060 en la mayor parte del territorio Nacional. Los resultados de la Evaluación de Tierras, en forma general, indican que los cultivos permanentes sufrirán el mayor grado de afectación en las áreas más impactadas por el cambio climático. (Ovalles et al., 2008: Resumen).
            El cambio climático está provocando profundas modificaciones en los ecosistemas. Este fenómeno es quizá la manifestación más evidente, aunque no la única, del cambio global, entendido como el conjunto de transformaciones ambientales generadas por la actividad humana sobre la Tierra. Sin embargo, hay mucha gente que opina sobre este fenómeno como que ocurre en la naturaleza, ignorando el factor humano. Pero, el cambio global y el cambio climático son realidades instaladas definitivamente entre nosotros, no ya como problemas del futuro, como se han percibido hasta hace poco, sino como una realidad a la cual nos hemos de adaptar y un desafío al que hemos de responder. Sin embargo, la elección de dichos términos para referirse a los efectos de los impactas ambientales causados por tales fenómenos, es desafortunada, pues su antónimo, la constancia global y climática, no ha existido en la agitada historia del planeta Tierra, tal como nos lo deja ver Duarte et al (2006):

De hecho, el cambio es algo consustancial al planeta Tierra que, a lo largo de sus miles de millones de años de historia, ha experimentado cambios mucho más intensos que los que se avecinan. Incluso muchos de los cambios más importante en la biosfera han estado forzados por organismos, como fue el paso de una biosfera pobre en oxígeno y con alta irradiación ultravioleta a una biosfera con un 21% de oxígeno y una capa de ozono que filtra los rayos ultravioleta, consecuencia del desarrollo de la fotosíntesis en bacterias. (p.23).

            El cambio climático se refiere al efecto de la actividad humana sobre el sistema climático global, que siendo consecuencia del cambio global afecta, a su vez, a otros procesos fundamentales del funcionamiento del sistema Tierra. Para Duarte y otros, hay dos características del cambio global que hacen que los cambios asociados sean únicos en la historia del planeta: en primer lugar, la rapidez con la que este cambio está teniendo lugar, con cambios notables (ejemplo, en concentración de CO2 atmosférico: véase Gráfico 2) en espacios de tiempo tan cortos para la evolución del planeta como décadas; y en segundo lugar, el hecho de que una única especie, el Homo sapiens, es el motor de todos estos cambios. (Duarte et al., 2006: 24).
            Una de las interacciones del Sistema Climático es el “Efecto Invernadero”, que consiste en un fenómeno por el cual ciertos gases llamados GEI (Gases Efecto Invernadero), que componen la atmósfera terrestre, retiene parte de la energía en la absorción de onda larga (que emiten todos los cuerpos, como el suelo, las rocas, los océanos…)[xxxviii].
El efecto invernadero consiste, entonces, en la absorción de onda larga (que emiten todos los cuerpos) por algunos gases (GEI) de larga duración, tales como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), los cuales siguen en aumento por las emisiones termoindustriales, sumado al incremento constante de CFC.

Gráfico Nº 2
Fuente: Zambrano (2016i)

    La razón de esta discrepancia de temperatura, es que la atmósfera es casi transparente a la radiación de onda corta, pero absorbe la mayor parte de la radiación de onda larga (infrarroja) emitida por la superficie terrestre. Varios componentes atmosféricos (véase Gráfico 2), tales como el vapor de agua, o el dióxido de carbono, tienen frecuencias moleculares vibratorias en el rango espectral de la radiación terrestre emitida. Estos gases de invernadero absorben y reemiten la radiación de onda larga, devolviéndola a la superficie terrestre, causando el aumento de temperatura, fenómeno denominado efecto invernadero.
 En Venezuela, el impacto del calentamiento global (de continuar subiendo la temperatura media y exceda los 2ºC, lo que generaría un aumento del nivel de las aguas del mar para mediados de siglo) podría sentirse en poco tiempo y es probable que implique pérdidas importantes en el negocio petrolero, sin contar posibles catástrofes en las zonas costeras. Por lo tanto, el énfasis de Saba (2005) sobre el probable hecho de que gran parte del mar territorial de Venezuela entre en vaguedad, pues lo genera un pequeño pedazo de tierra llamada Isla de Aves, se convierte, al parecer, en una alerta significativa. Con un incremento del nivel del mar, esta isla desaparecerá, y con ella, Venezuela perderá centenares de miles de kilómetros cuadrados de mar territorial, afirma el autor señalado.
Según Martelo (2009; citado en Zambrano, 2016i), el área bajo riesgo climático de desertificación se expandiría del 39% del territorio actual a un 47% hacia el 2060; en el sector agrícola y en la producción de pollos y cerdos disminuirá: la capacidad de recuperación estacional de los embalses disminuirá, aumentando los conflictos de uso del agua. Es probable que los cambios en caudal alteren negativamente la calidad del agua. Ahora imaginemos todo lo que sucederá (véase Figura 11). Hubo una vez un río fronterizo que fue desviado entre Venezuela y Colombia en una corta distancia. Imaginen los problemas que habrá cuando sean inundados y (re)conformados sus espacios hidrográficos producto de la nueva dinámica hidráulica, donde los cambios, según Saba (2005; citado en Martelo, 2009), sean de muchos ríos y de grandes extensiones.
La Evaluación de Ecosistemas del Milenio (MEA, 2005) sugiere que en los últimos tres siglos, el área forestal global se ha reducido a la mitad. Si esta tendencia continúa, más de cuatro millones de personas que dependen de bienes y servicios forestales verán comprometida su subsistencia (MEA, 2005; Sunderlin et al., 2005).
Adicionalmente, la reducción de la cobertura forestal tiene implicaciones serias para el clima del planeta, ya que la deforestación genera emisiones de carbono a la atmósfera, como se presentó en la sección anterior.

Figura N° 11

Fuente: Cooperativa Geográfica y Ambiental Estrabón 72 R: L: (Zambrano, 2016i).

 Al respecto, el IPCC señala que, en las últimas dos décadas, la deforestación tropical ha dominado el flujo de CO2 producido por el cambio de uso de suelo (Denman et al., 2007). Considerando que los bosques tropicales contienen aproximadamente el 40% del carbono acumulado en la biomasa terrestre (Phillips et al., 1998), cualquier perturbación de estos ecosistemas podría resultar en un cambio significativo en el ciclo de carbono mundial (Lewis, 2006). Asimismo, el IPCC estima que las emisiones asociadas con el cambio en el uso de la tierra, en su mayoría provenientes de la deforestación tropical, ascendieron a entre 0,8 y 2,4 Gt C/ año durante la década de los noventa, lo que equivale a cerca del 20 % del total de emisiones debidas a las acciones de los seres humanos.
 El fenómeno del Oscurecimiento Global (OG) añade una complicación más al CC, pues podría estar retardando este último y darnos falsas pistas de que no estamos contaminando demasiado el planeta, a pesar de ser obvio que no es así. Lo prudente es lidiar con ambos a la vez, pero más enérgicamente con el CC por ser más perjudicial a la larga. Pero las razones para controlar el OG son suficientemente valederas por sí solas, como la prevención de enfermedades respiratorias, sabiendo que asociadas a las partículas hay sustancias tóxicas e infecciosas que afectan la alud. En todo caso, debe prevalecer el tratamiento holístico del fenómeno. (Zambrano, 2009)
 Las investigaciones realizadas permiten identificar los sectores donde existen oportunidades para la reducción de emisiones, las cuales en su mayoría derivan de la obsolescencia de las tecnologías y prácticas utilizadas. Por ejemplo, en el sector transporte, dónde con sólo ordenar este sector, haciendo más confortable, seguro y confiable al transporte público, reduciendo la circulación de vehículos, la implantación de un programa de inspección y mantenimiento para los vehículos y propiciar un mayor uso del gas natural comprimido como combustible vehicular, con lo cual se mejora el  tráfico, a la vez que se reducen las emisiones.
   El reciclaje de desechos orgánicos es otra oportunidad, por cuanto estos desechos se descomponen en los rellenos sanitarios y botaderos de basura, generando metano. En Caracas y otras ciudades están realizando esfuerzos de reciclaje de basura puntuales y aislados, sin que se haya previsto hasta ahora un plan concertado más ambicioso entre autoridades, comunidad y empresas. También en el sector forestal existen oportunidades de reducción de emisiones mediante la disminución de la deforestación y el desarrollo de plantaciones forestales que absorben el dióxido de carbono del aire.
  Se obtienen beneficios locales simultáneos, si se promueve la disminución de las emisiones de todo tipo de contaminantes, bien sea al utilizarse más eficientemente los combustibles fósiles (tal como el aprovechamiento de la lignocelulosa para la elaboración de combustibles de origen orgánico), utilizar el transporte público más a menudo y dejar de usar cotidianamente el vehículo personal, la creación de empleos relacionados con el mantenimiento de áreas públicas, la conservación de recursos naturales, el ahorro energético, la reducción de costos y la mejora del paisaje entre otros.
  Las deficiencias institucionales impiden la efectividad de la política ambiental a todo nivel y constituyen una problemática relativa al manejo efectivo de la política ambiental ya que depende en gran parte del funcionamiento y organización del Estado. En este sentido, consideramos que la política ambiental debe orientarse, por una parte, hacia la vigilancia y el control ambiental, y por otra hacia la creación de incentivos de mercado que eliminen el excesivo aprovechamiento de recursos y el uso de técnicas de producción poco ecológicas por la otra. La creación de dichos incentivos puede servir de apoyo para la incorporación del sector privado a las tareas ambientales y para financiar las mismas tareas del Estado. Los problemas de la contaminación atmosférica lo podemos enfrentar. Para ello necesitamos de un gran esfuerzo de parte del Gobierno Nacional, con la colaboración amplia y decidida del pueblo para evitar acciones y promover modos de conducta que favorezcan la contaminación.
Después de realizar este ensayo nos abocamos a proponer un proyecto de Aula Ambiental Itinerante de Cambio Climático Altoandino (AICA, 2010), tendiente a interactuar con las comunidades que habitan estos espacios, incluidos los países hermanos de la Alianza Bolivariana (Ecuador, y Bolivia). (Véase Figura 12: Comunicación al Gobierno Bolivariano de Venezuela).
El gobierno bolivariano se jacta de su condición revolucionaria, por lo que está gravemente obligado a defender exitosamente el hábitat, ya que toda revolución tiene que ser satisfactoria de la alimentación, la educación y la salud, respondiendo por eso, creando no sólo organismos competentes, sino las oportunidades de intervención técnica y científicas por mantener, en las mejores condiciones, todos los recursos naturales que integran y conforman el paisaje nacional; aunque al parecer el oficialismo no está muy preocupado en ayudar al ambiente como si lo está en satisfacer viviendas a los que carecen de ellas.
Sin embargo su discurso es contradictorio con la realidad ó sólo se queda en lo antiliberal. Es así como podría ayudar con propuestas como las que le presentamos para realizar saneamientos ambientales integrales dentro de áreas prioritarias para la vida, y en vez de acompañar dichas propuestas nunca fueron dignos de tomar el lugar que la historia reclama a quienes se dicen humanistas.
La contaminación está en un punto tan grave que, si sigue progresando a este ritmo, pronto nos quedaremos sin nuestra Capa de Ozono, nos quedaremos sin unos océanos, mares ríos y lagos limpios, sin una flora y fauna completa y agradable que conviva con nuestra especie pacíficamente. Todos tenemos que poner de nuestra parte para lograr tener un planeta Tierra que valga la pena, que no esté contaminado, tener un planeta en donde todas las especies vivientes puedan vivir felices sin ningún tipo de problema de este rango.

Figura N° 12
         
    
             
Por último, hay que reconocer la posición estratégica en la que Venezuela se encuentra. Nuestro país debe invertir tiempo, dinero y recursos en la protección del medio ambiente. Sin embargo nuestra diplomacia debe ejercer presión para que los países que reciban externalidades positivas de la protección de nuestro ambiente compensen nuestros esfuerzos. Acciones como la de dar acceso a determinados fondos a aquellos países que cumplan determinadas metas ambientales, así como la promoción de Venezuela como centro de ecoturismo e investigación ecológica, generarán recursos y darán mayor relevancia al tema ambiental y la idea del desarrollo sostenible a largo plazo.
El alegado fracaso de la profecía ecológica ignora proyecciones validadas por la experiencia y/o la ciencia. Algunos ejemplos de ello son la esquilmación de las pesquerías, la deforestación, la lluvia ácida, la acumulación de pesticidas y fertilizantes en el suelo, la erosión y la desertificación, la escasez de agua potable y el agotamiento de los acuíferos, la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, el rápido crecimiento de la población humana, la pérdida de hábitats, la extinción de especies, la desaparición de anfibios, etc. Más preocupante aún es el peligro sobre el cual los ecologistas han venido alertando: la matriz de problemas resultante de la interacción de todos ellos (el efecto némesis).

Algunos riesgos han sido mitigados precisamente porque las alarmas ecológicas han actuado como profecía que se refuta a sí misma. El riesgo fue reconocido como real y esta previsión llevó a la acción que, de modo exitoso, disminuyó la amenaza. Muchas naciones industrializadas hicieron frente a una grave contaminación de sus lagos y ríos y tomaron medidas para tratarla. Las naciones reconocieron la amenaza que suponía los CFC para la capa de ozono y firmaron el Protocolo de Montreal (1987), que redujo sus producciones (se reafirmó en 1997 con la firma del Protocolo de Kioto), de este modo disminuyó la destrucción de la capa de ozono.
La deforestación en Brasil se encontraba en una curva ascendente a principios de 1980, entonces las alertas ecológicas fueron tomadas en serio, como consecuencia la destrucción de su selva tropical se ha desacelerado. En donde la amenaza de terremotos ha sido reconocida, los edificios han sido reforzados, y el número de muertos ha caído en picado (Zebrowski, 1997). (Murphy, 2006: 18-19).
            Los seres humanos no están ciegos. Los humanos son seres sensitivos que experimentan un mundo material. Quitando las dinámicas naturales del análisis, ya sea por razones ontológicas, metodológicas o estratégicas, los construccionistas han dejado de considerar una influencia significativa sobre las percepciones, las concepciones y las prácticas sociales. Tiene menos sentido quitar las dinámicas naturales del análisis de los problemas ambientales que quitar las desigualdades reales del análisis de las clases sociales.
            Cabe remarcar que flexibilidad interpretativa no implica flexibilidad de consecuencias. Categorías preexistentes y cultura, incluso experiencias previas, pueden conducir a la gente a construir significados (como percepciones de riesgo) que sean inapropiadas para las dinámicas naturales. Para el positivismo, como hemos indicado, es válido asumir que el sujeto cognoscente puede acceder absolutamente al objeto por conocer y que además, puede hacerlo por medio de un método específico válido para todos los campos de la experiencia. En la concepción dialéctica del conocimiento el sujeto construye el objeto, y no hay posibilidad alguna de que el sujeto acceda absolutamente al objeto, pues el acceso al objeto de conocimiento está mediado por las experiencias previas del sujeto, sus creencias, temores, preferencias, etc. De esta manera, y de acuerdo con Dobles, Zúñiga y García (citados por Meza, 2000), la teoría de la ciencia que sostiene el positivismo se caracteriza por afirmar que el único conocimiento verdadero es aquel que es producido por la ciencia, particularmente con el empleo de su método.
            Una de las características relevantes del positivismo tiene que ver con su posición epistemológica central. El positivismo supone que la realidad está dada y que puede ser conocida de manera absoluta por el sujeto cognoscente, y que por tanto, de lo único que había que preocuparse, indican los autores citados, era de encontrar el método adecuado y válido para “descubrir” esa realidad. En particular, asume la existencia de un método específico para conocer esa realidad y propone el uso de dicho método como garantía de verdad y legitimidad para el conocimiento. Por tanto, la ciencia positivista se cimienta sobre el supuesto de que el sujeto tiene una posibilidad absoluta de conocer la realidad mediante un método específico. Otro aspecto importante del positivismo es el supuesto de que tanto las ciencias naturales como las sociales pueden hacer uso del mismo método para desarrollar la investigación. (Meza, 2000).
            Aceptar que el conocimiento tiene una naturaleza fenomenológica nos permite explicar algunas de las características de la cognición, dice Walderg (citado por Meza, 2000). En particular, indica esta autora, podemos explicar la dialéctica de la cognición: la hipótesis fenomenológica permite expresar el carácter dialéctico que el sujeto cognoscente atribuye a sus percepciones; y que puede sinterizarse en la fórmula de Pascal: “Todas las cosas son causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas...”. Esta caracterización dialéctica de lo real cognoscible debe, sin duda, ser postulada y la hipótesis fenomenológica lo hace manifiestamente, puesto que el conocimiento de los fenómenos que el sujeto pretende modelizar se expresa, justamente, por medio de las interacciones de lo sincrónico y lo diacrónico, de lo organizado y lo organizante, apunta.
            Para comprender más claramente que designamos por la dialéctica del conocimiento, podemos recurrir al siguiente pensamiento de Martínez (1997): actuamos con base en lo que percibimos; después nuestros actos influyen en nuestras percepciones; esto lleva a nuevos actos, y así se forma un proceso increíblemente complejo que constituye la vida misma. Desde la perspectiva de la dialéctica del conocimiento, de acuerdo con Gutiérrez (citados por Meza, 2000), es inaceptable desligar pensamiento y realidad, y se tiene la convicción sobre una realidad modelada y construida por nuestros pensamientos, en donde investigamos de acuerdo a como formemos parte de esa realidad y desde nuestra perspectiva y posibilidad para conocerla.
            Desde el punto de vista del paradigma naturalista el mundo es entendido como cambiante y dinámico. No se concibe el mundo como una fuerza externa objetivamente identificable o independiente del ser humano. Los sujetos humanos son conceptualizados como agentes activos en la construcción de la realidad. La investigación procura aprehender los patrones de interacción que permitan interpretar los procesos. Asimismo, se trata de comprender situaciones desde la perspectiva de los participantes en la situación.
            Un reciente informe de la CEPAL revela que Latinoamérica apenas contribuye con un 5% de las emisiones de CO2. Al ocupar el quinto lugar mundial de reservas de petróleo y gas, así como en una correcta valoración de los vínculos entre lo local y lo internacional[xxxix], Venezuela, por la naturaleza de su modo de producción energético, encabeza la lista de los países de la región de mayor quema de combustibles fósiles, lo cual no es una sorpresa. En la reunión de los ministros de Economía del G20, la organización que agrupa a las economías emergentes y a las más desarrolladas, celebrada en Washington, no se alcanzó un consenso respecto las nuevas normas a introducir en el orden financiero mundial para evitar la repetición de una crisis como la desencadenada en el 2008.
            Para Venezuela es imperante prestar atención al deterioro ambiental y el calentamiento global, entre otros aspectos (i. e. áreas bajo riesgo natural), por sus extensas costas, sus vitales embalses y el incremento que estos fenómenos representa para el nivel y composición de sus aguas. La biodiversidad nacional es una de las diez más altas del mundo. Contamos con abundantes recursos hídricos y con un alto número de áreas naturales protegidas. Estas constituyen una gran riqueza y potencial para el desarrollo del país. La implementación de un modelo de desarrollo que coloque al ser humano en el centro de su atención debe reconciliar su relación con el medio ambiente, impulsando un proceso de obtención y de consumo que ponga límites al crecimiento sin postergar los derechos de los pobres y de los que no han nacido. La educación ambiental debe permear todos los estratos sociales y todos los niveles educativos.
            Si es parte integrante del enfoque del modelo alternativo de país que se construye en revolución el hecho de incentivar un modelo de producción y consumo ambientalmente sustentable (Venezuela, 2007), tal como se plasmó en el PPS (2007-2013); fomentar la gestión integral de los residuos y desechos sólidos; garantizar la conservación y el uso sustentable del recurso hídrico; propiciar la recuperación de áreas naturales y revisar las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), a objeto de hacer contraloría social y ambiental del reglamento de uso de las áreas bajo régimen de administración especial, ¿cómo fue que se llegó a este estado de cosas bastante precario y contradictorias?
            Para empezar, las ABRAE fueron invadidas y destruidas en parte, cuando se entregaron Cartas Agrarias a dichos invasores, justificadas en la necesidad de producir alimentos (a través de decreto presidencial amparado en el artículo 305 de nuestra Carta Magna que protege la “seguridad alimentaria” de la Nación) por lo que se requería aprovechar todo tipo de tierras (ociosas, baldías, privadas, públicas y hasta protegidas por figuras bajo regímenes especiales como las ABRAE's, ya que la (LTDA (2005) así lo establece en concordancia con la CRBV (1999).
            Cabe destacar que estas cartas agrarias no es para otorgar la propiedad de las tierras sino que sólo forman parte del permiso de ocupación, con la salvedad de que éste permiso de ocupación de la tierra se convierte en un título de adjudicación permanente (Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, 2005: Art. 66), condicionado al hecho de que se mantenga en el cumplimiento con el compromiso de trabajo de la tierra (artículo 67 ejusdem). La LTDA (2005); en su artículo. 88, establece que “el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales prestará asistencia al Instituto Nacional de Tierras, a los fines de determinar los daños al medio ambiente y a los recursos naturales”. La Ley Orgánica del Ambiente (LOA, 2007) establece, en el Capítulo II, el Control Previo Ambiental, a través de instrumentos al respeto.
            Los resultados relativos a los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) y sociocultural (CRVB, art. 129) para prever impactos ambientales potenciales asociados a la propuesta de sistemas y subsistemas agrícolas en Zonas Especiales de Desarrollo Sustentable (Zedes) y ABRAE, indican que la agricultura es una actividad que genera impactos y muestran la necesidad de considerarlos desde la toma de decisiones estratégicas. Se hace énfasis en los efectos aguas abajo, ya que podrían magnificar los impactos ya existentes en los sistemas acuáticos, siendo este el nivel del impacto más frágil por el lavado de los suelos y el paso de tóxicos por herbicidas y fertilizantes químicos a cuencas receptoras locales, regionales y nacionales.
            El Desarrollo Endógeno es una forma de llevar adelante la transformación social, cultural y económica de nuestra sociedad, basada en la reconquista de las tradiciones, el respeto al medio ambiente y las relaciones equitativas de producción, que nos permita convertir nuestros recursos naturales en productos que podamos consumir, distribuir y exportar al mundo entero.
            De esta manera, se busca incorporar a los venezolanos que hasta ahora habían sido excluidos del sistema educativo, económico y social; mediante la construcción de redes productivas donde todos participen de manera voluntaria en la capacitación tecno-científica, accediendo fácilmente a la tecnología y el conocimiento. A través del desarrollo endógeno se otorga poder a las comunidades organizadas para que desarrollen las potencialidades agrícolas, industriales y turísticas de cada una de las regiones. Se logra poniendo al servicio de toda la gente la infraestructura del Estado que había sido abandonada (campos industriales, maquinarias, tierras ociosas, entre otros) para generar bienes y servicios.
            Los lineamientos para conformar un Núcleo de Desarrollo Endógeno provienen del Ministerio Para la Economía Comunal (Minec). La Oficina de Coordinación Nacional de los NUDE's del Ministerio de Energía y Petróleo planifica los proyectos locales para la conformación de núcleos y a Pdvsa[xl] le corresponde, a través de su filial Palmaven, dar soporte financiero y operativo, por ser esta empresa la encargada de ejecutar cada proyecto de conformación de un NUDE.
            Un NUDE se activa cuando la comunidad se organiza y descubre potencialidades que pueden ser aprovechadas en beneficio de la colectividad. Un trapiche abandonado, un campo industrial desmantelado, una tierra sin sembrar, un silo que lleva años sin almacenar un grano, una hermosa playa que no puede ser disfrutada por carecer de vías de acceso, por ejemplo esa conexión de comunidad organizada y posibilidad de desarrollo local hace de una zona un potencial NUDE.
            El Núcleo de Desarrollo Endógeno puede conformarse, entonces, en cada lugar donde haya una relación profunda de arraigo entre la comunidad y su región, done la zona y su colectivo sea uno solo, enraizados en una tradición productiva, cultural e histórica. El amor del barloventeño por el cacao, el del oriental por sus playas y su pesca, la del merideño por su páramo y su agricultura de montaña, y el larense por su artesanía, son hermosos ejemplos de esto.
            La política de Desarrollo Endógeno se basa en el proceso de cambios que está viviendo el país desde 1999, impulsado desde el Ejecutivo Nacional, que busca la participación de las mayorías en el destino de la nación, la democratización de los recursos petroleros, la construcción de una sociedad más justa y el mejoramiento en las condiciones de vida de poblaciones históricamente olvidadas y desasistidas.
            Al respecto, el artículo 61 de la CRBV señala: “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos…la participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública, es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo…”.
            Los NUDE's nacen y funcionan como un círculo espacial-social al que se van añadiendo anillos que reflejan su crecimiento gradual. Cada anillo representa una etapa de crecimiento. Ese espacio de iniciación del proyecto existe como un epicentro –el área comunal- que irá creciendo a través de nuevos anillos socioespaciales y deberán ser aprobados por los Gobernadores de las entidades federales (excluyendo las ocupaciones en Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, cuyas autorizaciones las aprueba el ente Administrador).
            El Estado aporta los recursos financieros a través de becas, pero la sustentabilidad del NUDE se basa en que el Estado reduzca gradualmente su participación y la comunidad comience a crecer y sea productiva, autogestionaria; genere y distribuya dividendos en la colectividad y el entorno. Eso debe ocurrir cuando el misionero se gradúa (La Universidad Territorial de Mérida “Kleber Ramírez” lleva las cohortes de graduandos a las comunidades organizadas, donde están los problemas sociales y económicos, a fin de que sus propios miembros se presten a solucionarlos en sus propios trabajos, proyectos o tesis de grado), genera ingresos propios, es un sujeto productivo, y, en consecuencia, el Estado puede retirarle el apoyo inicial a través de la beca de estudios y puede apoyar crediticiamente los proyectos.
            Según Sergio Boisier, los NUDE's son “iniciativas productivas que emergen del interior de un territorio, sector económico o empresa, para aprovechar las capacidades, potencialidades y habilidades propias, con el fin de desarrollar proyectos económicos, sociales, ambientales, territoriales y tecnológicos, que permitan edificar una economía más humana, para una nueva vida económica del país". En otras palabras, el desarrollo de un territorio debe ser el resultado de esfuerzos endógenos.
            Dado que no existen lineamientos oficiales para realizar Evaluaciones Ambientales Específicas en Venezuela, se debe adaptar la metodología. Veamos un ejemplo de un estudio realizado para la Cuenca del Río Mucujún realizado por Eudes Zambrano, Ricardo González y Edgar Varela, presentado en la XI Jornadas de Ambiente y Desarrollo (Mérida, 2011), en base a la metodología propuesta por Sebastiani et al. (1998; 2000) y Sebastiani (2002) para aplicar este enfoque a instrumentos de ordenación del territorio (planes y reglamentos, propuestos o aprobados, como el de las Zedes y ABRAE), el cual se detalla a continuación.

Resumen

La República Bolivariana de Venezuela basa constitucionalmente sus acciones y prácticas económicas fundamentadas en el desarrollo endógeno y sustentable (CRBV, 1999; art.128, art. 299, art. 305 y art. 307), pero su crecimiento se limita a la explotación de materias primas básicas sin mucho valor agregado cuyo uso intensivo incrementa la vulnerabilidad ecológica irreversible. El Proyecto que proponemos hace énfasis particular en impulsar el logro de un desarrollo endógeno que posibilite la autonomía relativa de las actividades productivas y de servicios necesarias para alcanzar, mediante el fortalecimiento de las capacidades orientadas primordialmente a la satisfacción de las necesidades humanas, la sustentabilidad ecológica y el desarrollo humano primordialmente. Identificados con los cambios políticos, sociales, económicos y culturales que viene realizando el pueblo venezolano, inspirados en el empuje del Estado social que se viene auspiciado constitucionalmente (Art. 2) con la implementación de leyes, programas de financiamiento a las comunidades organizadas, misiones sociales y todos aquellos programas destinados a mejorar el nivel de vida del pueblo, la Comunidad de El Vallecito, a principios del año 2004, decidió organizarse y hoy asume el compromiso de participar en la construcción de su propio destino, al edificar lo ecosocial, como única vía para alcanzar el humanismo y el autogobierno local.

A manera de Introducción

            El calentamiento del sistema climático es inevitable e irreversible (ya que sólo lo podemos mitigar, atenuar o controlar), como evidencian ya los aumentos observados del promedio mundial de la temperatura del aire y del océano, el deshielo generalizado de nieves y hielos, y el aumento del promedio mundial del nivel del mar, de acuerdo al monitoreo que registra el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas (2007), de los doce últimos años (1995-2006). Estar preparados a nivel local para mitigar y generar la adaptabilidad necesaria a dichos cambios, minimizando sus impactos negativos es nuestra motivación.
            En este sentido, queremos aportar responsablemente desde el punto de vista técnico-científico y éticamente como profesionales con experiencia en el área ambiental a la labor que ha realizado la dirección del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (MPPA-Mérida) en el manejo de la cuenca del río Mucujún con acciones concretas. Y básicamente en materia de saneamiento ambiental. En términos de proyecciones, el IPCC indica para Latinoamérica, que los aumentos de temperatura y las correspondientes disminuciones de la humedad del suelo, la productividad de algunos cultivos relevantes disminuiría, con consecuencias adversas para la seguridad alimentaria. También, los cambios en las pautas de precipitación y la desaparición de los glaciares, afectarían notablemente a la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e hidroeléctrico.
            La importancia fundamental del Cuarto Informe del IPCC, que representa a la comunidad científica internacional en materia de cambio climático, radica en establecer que la acción antrópica tiene una responsabilidad indiscutible en el problema del calentamiento global y que los impactos del mismo ya se están observando, por lo que insta a tomar decisiones, de manera tal que las reducciones a nivel mundial comiencen de manera real a partir del año 2015, situando el tema de la mitigación en lo más alto de la discusión internacional.
            En este contexto, nuestro país presentó su Primera Comunicación Nacional en Cambio Climático (MARN, 2005: Proyecto MARN-PNUD VEN/00/G31), que constituye la moldura de referencia para la definición e implementación de un Plan de Acción Nacional de Cambio Climático (PANCC) para garantizar las actividades de atenuación a la vulnerabilidad y adaptación al cambio climático, y de mitigación de las emisiones de los gases de efecto invernadero en el país.
            Su materialización persigue, por un lado, dar respuesta a una necesidad que se revela imprescindible a la vista de las últimas evidencias científicas sobre el cambio climático que se proyecta para el siglo XXI, del cual nuestro país presenta un marco de cambios esperados para mediados de siglo como la obtención de valores del total anual de lluvia entre 5% y 25% menores que los actuales que se reflejará en un menor caudal de los ríos y, por otro, dar cumplimiento a los compromisos adquiridos al ratificar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
            Dada la cada vez mayor conciencia y reconocimiento nacional e internacional de los impactos del cambio climático en ámbitos como salud de la población, recurso agua y biodiversidad (ONU, 2010 Año Internacional de la Biodiversidad), y en distintos sectores como agricultura y los recursos hídricos, entre otros, resulta necesario abordar con especial intensidad, no sólo la evaluación de los impactos en dichos ámbitos y sectores, sino también la preparación para hacerles frente y mitigar sus efectos negativos.
            El Plan de Acción se concibe como un instrumento articulador de un conjunto de lineamientos de orden político, que se incluya en los planes nacionales como el Primer Plan Socialista 2007-2013 (II-3.7.3 Garantizar la conservación y uso sustentable del recurso hídrico), y que llevarán a cabo los organismos públicos competentes en materia de cambio climático y de sus efectos. Entre sus Líneas Estratégicas de Acción está, precisamente, el “desarrollo de la participación, la gestión y la protección ambiental”, y “ampliar y fortalecer el saneamiento y control de ríos y la conservación de las cuencas”. Además, a través del financiamiento proveniente de diversos donantes bilaterales (las fuentes de financiamiento incluyen tanto fondos nacionales como extranjeros, y fondos públicos y privados), el Grupo de Energía y Medio Ambiente de la Dirección de Políticas de Desarrollo del PNUD (2009) ha desarrollado un enfoque –el cual puede ser modificado para cumplir con las necesidades específicas de cualquier país- para la evaluación nacional de Flujos de Inversión y de Financiamiento (FIF) que consiste en pautas generales que se han reformulado en un conjunto de tres elementos de orientación: 1) Guía metodológica para incorporar los actores claves a la Adaptación al Cambio Climático, 2) La preparación de un Plan de Trabajo para la evaluación de los flujos de inversión y financiamiento, y 3) Pautas de presentación de Informes para abordar el Cambio Climático[xli].
            La propuesta consiste en primera instancia, en recopilar y sistematizar toda la información existente posible, tanto fuera como dentro del Minppa (Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, hoy Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas-) relacionada con la cuenca del río Mucujún, a objeto de, en segunda fase, crear una base de datos única, pudiendo convertirse esta en un SIG y así poder elaborar un diagnóstico, que apoye las evaluaciones pertinentes y la toma de decisiones, con el fin de crear y diseñar el sistema más conveniente de eliminación y/o tratamiento de los efluentes.
            Simultáneamente, se trabajará en la capacitación colectiva (cursos-talleres con la colaboración de la Escuela del Poder Popular y el INCES-Mérida) a objeto de implementar desde las comunidades organizadas (consejos comunales y/o comunas) el AAC, que garantizará la gestión ambiental permanente a nivel de los sectores comunales, y desde la cual se crearan las empresas sociales de manejo ambiental integral comunitario que promuevan los proyectos de mitigación y adaptabilidad al cambio climático local, relativos al saneamiento ambiental y el recurso hídrico.
            En la siguiente fase del proyecto, se implantará el sistema diseñado para el tratamiento de los efluentes en base al Plan de Trabajo para la evaluación de los flujos de inversión y financiamiento promovido por los organismos financieros competentes en la materia. Y comenzara a ejecutarse la evaluación y seguimiento del proyecto a través de la autoridad creada y las empresas resultantes de las Aulas Ambientales que garantizaran el mantenimiento del sistema en el tiempo con un esquema de producción de ingresos que aseguraran la autogestión del proyecto.

Antecedentes del Impacto Ambiental en el Mucujún


1. Estudios realizados por CADAFE (1979), CIDIAT (1985), MARNR (1985) y (1992), ULA (1994), 2000, 2002, GRIMALDO (1978), Hernández (1988), Molina (1988), Silva (1988), Pérez (1994), entre otros, caracterizan la subcuenca del río Mucujún y algunos de sus afluentes, exponen los diversos problemas que la afectan, enfatizan sobre su condición por ser fuente de abastecimiento de agua en un 80 % para la población del Área Metropolitana de Mérida, insisten en el incremento sostenido de la demanda y consumo de agua por usos consecutivos diversos y el crecimiento de la población, lo cual compromete las disponibilidades en fuentes particularmente en épocas de estiaje y focalizan los conflictos por competencias que se vienen generando por procesos de ocupación y por el desarrollo de actividades inconvenientes para su preservación.
2. La administración de esta ABRAE es responsabilidad del MINPPA, con apoyo de una comisión asesora, inexistente en la práctica por cuanto nunca ha sido conformada.
3. El saneamiento del cauce sigue siendo a criterio de los ambientalistas e investigadores, fundamental para evitar que el impacto negativo de distintos factores continúe agudizándose en el afluente del río Chama.

Los Hechos

            Los acontecimientos que se han desarrollado en torno al NUDE en El Vallecito (véase Figura 13 y 14) tienen su origen en el hecho de que se estaría violando el Decreto del Reglamento de Protección de las Aguas del Mucujún.
            Si bien en Venezuela se han hecho varios intentos para tratar de evitar daños irreparables a algunos cauces, la falta de seguimiento y control permanente en materia ambiental, es para algunos estudiosos, uno de los factores que más incide en que las fuentes principales de suministro de agua de distintos poblados estén siendo atiborradas de “elementos altamente tóxicos para las personas”.



Figura N°13. Mapa del Municipio Libertador Estado Mérida y Localización del NUDE El Vallecito

Figura N° 14: Ubicación Relativa Regional y Local


            A propósito de este tema, tres ambientalistas (Zambrano, González y Varela, 2011) “colocaron la lupa” sobre las condiciones de la cuenca del río Mucujún, cuya naciente se encuentra cerca del Páramo de Agua Blanca a unos 4 mil 300 msnm (metros sobre el nivel del mar), y desemboca en el río Chama a unos mil 800 msnm, en pleno casco de la ciudad de Mérida; cauce considerado como la principal fuente de abastecimiento hídrico de la población de la capital del estado Mérida, entidad del occidente venezolano.

Diagnóstico

¿Cómo se contaminan las aguas?

            Toda el agua pura procede de la lluvia, a veces antes de llegar al suelo recibe su primera carga contaminante cuando existen áreas de desarrollo industrial cerca emanando sustancias tóxicas a la atmósfera que se disuelven, como óxidos de azufre y de nitrógeno que la convierten en lluvia ácida. Una vez en el suelo, el agua discurre por la superficie e infiltra hacia capas subterráneas. Es el agua de escorrentía, que en las capas y las explotaciones agrarias se carga de pesticidas y del exceso de nutrientes, y en las ciudades arrastra productos como aceite de agua, metales pesados y nafta. La contaminación puntual es la que procede de fuentes localizadas y es controlable mediante plantas depuradoras. Pero ninguna medida de control sería efectiva si no va acompañada de disposiciones destinadas a reducir los residuos y reciclar todo lo que se puede, porque las aguas de infiltración que atraviesan los vertederos urbanos e industriales contaminan los acuíferos que suministran agua potable a las personas.
            El agua se contamina, entonces, cuando por alguna causa se ensucia con microbios, químicos o sustancias tóxicas y deja de ser buena para la salud. Esto puede suceder de diferentes maneras, veamos algunas de ellas:

        Contaminación superficial: En algunos  pueblos, nos daremos cuenta que las personas, animales, casas y fábricas que están cerca de lagos, lagunas o ríos están ensuciando el agua con popó y orina de las personas, fábricas,  aguas de lavado de la casa (efluentes domésticos), combustible de barcos o botes, drenajes, basuras o desechos sólidos, plaguicidas, venenos y explosivos, los jabones, animales muertos que se utilizan para pescar, entre otros focos de polución hídrica.

        Contaminación subterránea: El agua subterránea se encuentra en el subsuelo, se desplaza formando napas. Éstas son utilizadas para suministrar agua a numerosas poblaciones. Debido a su ubicación, esta agua se contamina por los residuos cloacales que se infiltran a través del suelo; con materiales provenientes de basurales, que se escurren con el agua de riego.

            La contaminación de las aguas subterráneas se produce por  filtración de las letrinas próximas, por filtración de los basureros que están encima, por filtración de plaguicidas químicos y otras sustancias tóxicas, por filtración de las aguas negras, drenajes de las comunidades, ciudades o fábricas.
            El proceso natural que se produce para eliminar los contaminantes, llamado autodepuración, es más lento en las aguas subterráneas que en las superficiales. Debido a que las napas subterráneas constituyen una de las reservas de agua dulce de nuestro planeta, es muy importante cuidarlas y evitar su contaminación.

      Contaminación de los sistemas de abastecimiento de agua o Acueductos: Sí hay letrinas en las proximidades puede haber filtraciones. Sí hay un basurero cerca, con las lluvias también puede haber filtraciones.

      Los principales contaminantes del agua: A nivel general son los siguientes:

·           Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno (en su mayor parte materia orgánica, cuya descomposición produce la desoxigenación del agua).
·           Agentes infecciosos (cólera, disentería) causan trastornos gastrointestinales.
·           Nutrientes vegetales que pueden estimular al crecimiento de las plantas acuáticas. Éstas, a su vez, interfieren con los usos a los que se destina el agua y, al descomponerse, agotan el oxígeno disuelto y producen olores desagradables.
·           Productos químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias tensioactivas contenidas en los detergentes, y los productos de la descomposición de otros compuestos orgánicos.
·           Minerales inorgánicos y compuestos químicos.
·           Sedimentos formados por partículas del suelo y minerales arrastrados por las tormentas y escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos sin protección, las explotaciones mineras, las carreteras y los derribos urbanos.
·           Sustancias radiactivas procedentes de los residuos producidos por la minería y el refinado del uranio y el torio, las centrales nucleares y el uso industrial, médico y científico de materiales radiactivos.
·           El calor también puede ser considerado un contaminante cuando el vertido de agua empleada para la refrigeración de las fábricas y las centrales energéticas hace subir la temperatura del agua de la que se abastecen.
·           El mercurio, un metal líquido muy tóxico, se acumula en el fitoplancton. En él las concentraciones son mil veces mayores que en el agua. Los peces pequeños lo concentran aún más, y en el pez grande pude llegar a límites peligrosos para la salud humana.
·           Contaminación cloacal: una contaminación habitual es la que se produce por bacterias fecales. Eso se debe a que muchas ciudades vuelcan sus líquidos cloacales sin purificar, o con purificación deficiente, a los ríos y al mar. Algunas ciudades no tienen plantas depuradoras; otras las tienen demasiado pequeñas o fuera de funcionamiento.
·           Derrames de petróleo: los derrames son de los accidentes contaminantes más espectaculares. Se derraman millones de litros de crudo por año. Pero esto se constata si sucede cerca de la costa y se observan los pájaros, mamíferos marinos y peces empetrolados que suelen aparecer muertos en las playas. También cuenta con que ellos son el eslabón inicial en la cadena alimentaria.
·           Plástico: son materiales estables, útiles y baratos. Habitualmente se usan una vez y se tiran. Muchos terminan en lagos o en el mar. Son estables o se degradan muy lentamente. Se calcula que muchos de los plásticos pueden durar cientos de años. Son trampas mortales para la fauna acuática. Al tragar el plástico, muchos animales ya no pueden bucear y normalmente se mueren de hambre.

¿Cómo se Contamina el Agua del Mucujún?

            El director de la Fundación La Era Agrícola, Alfredo Lascoutx; el ex director del anterior Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicit) y director de Microscopía Electrónica, Ernesto Palacios Prü; y el botánico y ambientalista Jaime Alfonso Bautista, hablaron de los factores que han contribuido a la contaminación del río Mucujún, cuya subcuenca es zona protectora según Decreto Número 773, de fecha 14 de agosto de 1985, publicado en Gaceta Oficial Número 33.285 de la para entonces República de Venezuela.

Falta de vigilancia:


            A criterio de Alfredo Lascoutx, para que el calificativo asignado a la cuenca del Mucujún tenga fundamentos respetables, se requiere dar continuidad a las políticas de protección ambiental ejecutadas en la nación venezolana. “En el estado Mérida hay varias Áreas Bajo Régimen de Administración Especial como son el Parque Nacional Sierra Nevada, el Parque Nacional Sierra de La Culata, y las zonas protectoras que por lo general circundan los parques y que fungen como colchón entre esos parques y otros espacios”, acotó. “Esta falta de autoridad se nota en la existencia de algunos desarrollos turísticos, en los desarrollos agrícolas no sustentables y en la expansión urbanística que de alguna manera ocupa el espacio de la cuenca y deteriora y destruye los bosques que la circundan”, prosiguió Lascoutx.
            Aunque la zona protectora del Río Mucujún es una de estas áreas y tiene su reglamento de uso -recalcó Lascoutx-, hoy vemos con asombro cómo esa zona protectora donde nace el agua que bebe más de medio millón de merideños está siendo cada vez más deteriorada por la falta de autoridad.

Proliferación de construcciones:


            A propósito del particular, destacó: “aunque nosotros pensamos que la prevención es muy importante para que la (sub) cuenca y cualquier otra Abrae sea preservada, se está haciendo muy poco para prevenir su colapso como entidad geográfica productora de agua en la que antes descansaba el equilibrio ambiental de la zona porque con el tiempo ha decaído la supervisión en sus alrededores y por ende se ha ido perdiendo el cumplimiento de su reglamento de uso”.
            Según el director de Microscopía Electrónica, Ernesto Palacios Prü, a la proliferación de construcciones de todo tipo en los alrededores de la cuenca del Mucujún, se aúna otro factor que genera contaminación en la mencionada zona protectora, y advirtió:
En algunos centros poblados próximos al Mucujún hay pozos sépticos que ya están completamente saturados en su capacidad de almacenamiento. Esto lo puedo asegurar porque llevo 30 años como investigador dedicado a esa zona protectora. Estos pozos sépticos rebosan cada vez que las aguas subterráneas entran en esos depósitos y dado que muchas de esas zonas están cerca de quebradas, lo que cae a las laderas escurre hacia el río Mucujún.

            Aunque Aguas de Mérida -dijo Palacios Prü- destina buena parte de su presupuesto en potabilizar el vital líquido, el esfuerzo de esta empresa resulta insuficiente porque se necesitan más estructuras para que la cantidad de sedimentos y material tóxico sea filtrada con mayor efectividad.

Plantas de tratamiento fuera de servicio:


            Resaltó Palacios Prü que para frenar el impacto ambiental en el Mucujún, “se necesita instalar en cada poblado adyacente al cauce, una planta de tratamiento para ‘limpiar’ el agua del río Mucujún y reforzar la labor de Aguas de Mérida porque además de las aguas negras, al río Mucujún también van a dar algunos agroquímicos”.
            En el río Mucujún, añadió -refiriéndose al equipo de investigadores de Microscopía Electrónica—, hemos detectado piridina que es la descomposición del gramonzón que se utiliza en actividades agrícolas que si bien no se dan todo el año sí son impulsadas en algunas temporadas.
            “A la piridina se suma la atrazina, que se usa en las zonas de mayor densidad agrícola como Bailadores y Pueblo Llano. La atrazina genera disrupción hormonal. También hemos detectado productos que pueden incidir en que ocurran alteraciones en el sistema neurotransmisor de las personas, agroquímicos que se están utilizando en las laderas de la margen izquierda de las zonas altas de la cuenca del río Mucujún para sembradíos de algunas hortalizas”, subrayó.
            Recalcó también que, por estas razones, es necesario que la agricultura sea modernizada y “que las plantas de tratamiento que han sido instaladas en algunos lugares turísticos reciban mantenimiento y empiecen a funcionar”.

La deforestación:


            El botánico y ambientalista Jaime Alfonso Bautista, manifestó que uno de los factores que más incide en la contaminación del Mucujún es la deforestación en la zona, “porque muchas plantas autóctonas han sido erradicadas a lo largo del tiempo”. Acotó que para evitar que la cuenca del Mucujún siga siendo afectada, es necesario reforestar las márgenes del río y la vía turística del Valle.
            En ese sentido Bautista, indicó: “Hay que rescatar la capa vegetal en muchas áreas que han resultado perjudicadas por diversas actividades que han generado erosión. Esta reforestación debería hacerse solamente con la orientación de botánicos y otros expertos en materia ambiental”.
            Indicó además que para revertir el impacto ambiental que se ha incrementado en el referido río, “se deben colocar otros pozos sépticos con doble tanque y hay que instalar colectores de aguas negras a orillas de la carretera para que éstas vayan a dar a plantas de tratamiento colocadas en cada poblado”.

Otros Cambios Observados: Cambios del uso rural tradicional por residencial, turístico-hotelero y “ciudad dormitorio”.


            En las evaluaciones de carácter hidrológico, y a nivel mundial, se considera que una cuenca padece estrés hídrico cuando su disponibilidad de agua por habitante es inferior a 1.000 m3/año (tomando como base el promedio histórico de la escorrentía) o cuando el cociente entre la extracción de agua y el promedio anual histórico de escorrentía es superior a 0,4. Un volumen de agua superior a 1.000 m3 por habitante y año es normalmente más de lo necesario para usos domésticos, industriales y agrícolas. (IPCC, 2008: El Cambio Climático y el Agua, p.8).

La polución del agua:


El área de captación de la Planta Hidrológica potabilizadora “Dr. Enrique Bourgoin”, ubicada en el sector El Vallecito del Mucujún (donde se lleva a cabo el proceso de clarificación y potabilización para el suministro a la ciudad de Mérida), se realiza aguas arriba de la microcuenca Los Tapiales, antes de su confluencia, por la margen izquierda, con el río Mucujún, aproximadamente a 2800 msnm., donde diversas actividades antropogénicas desarrolladas en la parte alta de dicha microcuenca durante los últimos años constituyen una amenaza a la calidad del agua proveniente de la misma, que podría limitar la operación adecuada de la planta potabilizadora. De hecho, el caudal del río Mucujún está siendo estresado por el consumo per cápita, ya que la población abastecida para el consumo humano de la ciudad capital del estado,  con 204.879 habitantes (Censo 2001), y cuyo caudal medio anual es de 4.01 m3/seg (126.459.360 m3/año), genera una disponibilidad de 617,24m3/año/hab., muy inferior, como se ha visto, al límite estipulado en la escala mundial empleada para la medición.

A continuación véase el mapa de focos de descargas directas al Río Mucujún (Figura 15).

Marco Legal

1.      La Constitución Nacional en su Artículo 128 establece que el estado tiene como obligación desarrollar una política de ordenación territorial atendiendo a las realidades ecológicas…, poblacionales…, geográficas, de acuerdo con las premisas de desarrollo sustentable. Es un reconocimiento a una concepción de desarrollo que se compromete con la gente y su calidad de vida, con el entorno vital, su calidad ambiental y la continuidad del potencial natural. Artículo 129: Todas las actividades susceptibles de generar daños al ecosistema deben ser previamente acompañadas de estudios de impacto ambiental y sociocultural. Artículo 304: Todas las aguas son bienes de dominio público de la nación.

2.      En el año 2001 se promulga, con fuerza de ley, el Decreto 5.556 de Zonas Especiales de Desarrollo Sustentable (ZEDES). En el artículo 2 de este decreto se definen las ZEDES como “…aquellas áreas del territorio venezolano que sean delimitadas por el Ejecutivo Nacional con la finalidad de instrumentar y ejecutar planes especiales de desarrollo integral de acuerdo a sus características y potencialidades económicas”. Asimismo se especifica en este artículo, que para la ejecución de los planes a ser desarrollados en estas áreas, “…se procurará la desconcentración de la población y la promoción de incentivos y condiciones para fomentar el asentamiento de actividades provechosas.

Figura N° 15: Mapa actualizado de Impactos en la
                 Cuenca del Mucujún

OBSERVACIONES:

a)       Sector La Culata: Focos de Polución Hídrica en a) Parque Turístico ECO-WILD y Hda. La Culata; b) Hotel Páramo La Culata; c) Posada Turística “El Parador de Los Pinos”, a través del vertido de efluentes sin tratar (descargas puntuales) a las quebradas: i) Qda. La Caña, Qda. Pozo Hondo y Qda. Ovalles; ii) Empleo de insumos agroquímicos en áreas agrícolas localizadas desde la Caña hasta La Culata; iii) Presencia de plaguicidas clorados en dichas aguas del río y subcuencas mencionadas: iv) Red de pozos sépticos rebosados y viviendas que no lo poseen; v) Vertido de aguas de lavado de establos y falta de manejo adecuado del estiércol de ganado vacuno. [Información tomada de Fuenmayor, A. (2004). Poblamiento y Uso de la Tierra en la Subcuenca del Río Mucujún. El caso de la Unidad de Ordenamiento I (Sector la Culata). Tesis de Grado. Fc. Cs. Fs. y Ambientales, Esc. de Geografía. Mérida: ULA].
b)      Sector El Vallecito: Focos de Polución Hídrica en a) Desarrollo turístico en el sector Los Tapiales, que se ubica exactamente en las cabeceras de esta microcuenca y que tiene características de un Complejo Turístico tipo Resort,  presenta una estructura mayor tipo hotel y el área alrededor de todas las construcciones en un estilo de parque o de arquitectura paisajista. En el área (9.1 ha) contemplada para desarrollar el Proyecto integral fue eliminada casi en su totalidad la vegetación original [Ramírez G., R. (2005). Zonificación geomorfológica utilizando el concepto de estabilidad relativa aplicado a la microcuenca Los Tapiales, río Mucujún, El Vallecito, estado Mérida-Venezuela. Revista Geográfica Venezolana, Vol. 4(2): 235-252, p.242], b) Cochineras y actividad ganadera, y c) Pozos sépticos rebosados y/o sin ellos.


3.      El Reglamento de Zona Protectora de la Subcuenca del Río Mucujún en su artículo 2 establece como objetivo primordial regular el desarrollo socioeconómico a fin de hacerlo compatible con la preservación de su calidad ambiental, garantizando el establecimiento de agua a la población asentada en la subcuenca y a la población de la ciudad de Mérida. El artículo 6 establece que la comisión interinstitucional a crear, debe elaborar un programa de acción anual donde se indiquen las actividades científicas para el manejo de los recursos naturales, la evolución y control de la cantidad, calidad y distribución de las aguas…, la construcción y mantenimiento de obras de infraestructura, entre otros. Ello coloca la investigación científica al servicio del conocimiento y manejo de los recursos naturales disponibles en la subcuenca. El artículo 14 señala que los usos y actividades permitidas en la unidad I (parte del área del Proyecto Endógeno a desarrollar en El Vallecito: véase Figura 15) incluye la investigación científica, la cual debe ser concordante con el artículo 6 comentado ut supra. Cualquier acción, actividad y actuación que contravenga la norma, afecta de manera sensible e irreversible los usos establecidos en el Reglamento y generan impactos sobre el agua, su calidad, disponibilidad y distribución, violan el Reglamento y afectan el desarrollo futuro del área metropolitana de Mérida. El Reglamento apuesta por la protección, defensa y mejoramiento del ambiente y no por supuestas intervenciones para luego proteger. Reconoce además la participación de las comunidades como expresión de solidaridad y compromiso con su entorno vital y al agua como fuente de vida. El artículo 56 establece la posibilidad de instalar servicios tales como centros culturales y científicas asociados al uso residencial rural. Tales servicios deben ser solo de tipo comunal complementario. Cualquier edificación o urbanismo con características diferentes a las contempladas en el Reglamento implicarían una violación a la norma e introducirían modificaciones irreversibles a los usos asignados y al medio ambiente del lugar.

Una Prospectiva de la Actividad Ambiental

b)      Negar toda intervención que afecte la continuidad del potencial natural, en cuanto al recurso agua de la subcuenca del rió Mucujún, por ser este el seguro de vida del desarrollo del área metropolitana de Mérida.
c)       Hacer respetar en todas sus partes el reglamento de la zona protectora de la subcuenca del río Mucujún, de manera de impedir su violación por acciones y actividades no compatibles a los usos y zonificación allí establecidos.
d)      Requerir a la gobernación del estado Mérida y a la alcaldía del municipio Libertador los recursos y providencias para iniciar de inmediato la formulación de un plan de ordenamiento especial de la subcuenca del río Mucujún, en acuerdos estratégicos entre las instituciones del poder público, la Universidad de los Andes y la comunidad organizada (los consejos comunales, ONG's, cooperativas agrícolas y ambientales).
e)       Reiterar ante los organismos del Estado venezolano y en particular del Gobierno nacional, regional y local, los requerimientos de las cooperativas asentadas en el NUDE de El Vallecito, así como de toda la comunidad, que demandan satisfacer sus necesidades de servicios básicos y de oportunidades de empleo. La democracia protagónica, centro del proceso revolucionario bolivariano, se basa en la defensa, conservación y desarrollo de la vida humana y en la corresponsabilidad solidaria por la vía del otro en comunidad. El ejercicio de los derechos implica la corresponsabilidad social del ciudadano para garantizarlos conjuntamente con el Estado, con el poder político, tal cual lo garantiza nuestra Carta Magna (véase comunicación dirigida al Poder Ejecutivo Regional: Figura 13 más adelante).

Propuesta para un Desarrollo Sustentable

            El aumento de la población, de actividades económicas de obras de infraestructuras, junto con las necesidades de satisfacer la recreación y el disfrute de un ambiente sano, seguro y confortable para los ciudadanos del Área Metropolitana de Mérida en general y de la subcuenca del río Mucujún en particular, descansa en grado máximo sobre el suministro y la calidad del agua disponible en esta vital fuente.
            Esta importante labor sirve también para crear puestos de trabajo para las personas de colectivos excluidos socialmente. Sus tareas se centran, entre otras, en la restauración de áreas degradadas y la prevención de incendios. Pero también está la conservación de espacios fluviales, la recuperación de bosques o reforestación, la mejora de hábitats y paisajes naturales, la preservación de la biodiversidad, la investigación y el respeto por el medio ambiente (Educación Ambiental), entre otras. A continuación, se propone:

1. Reforestación con plantas autóctonas

            “La reforestación del Mucujún es vital porque el agua se va a purificar. La reforestación va a ayudar a que aumente el cauce y al mismo tiempo va a impedir que el río se desboque. Con la reforestación El Valle va a recuperar la belleza que siempre caracterizó esa zona”, dijo el botánico y ambientalista Jaime Alfonso Bautista, refiriéndose a una de las maneras de prevenir que la contaminación ambiental siga afectando la cuenca del río Mucujún.
            La reforestación, en opinión del especialista, debe hacerse con plantas autóctonas, en las márgenes del río y en la vía turística de El Valle. A continuación se mencionan algunas de esas plantas, de acuerdo a las especificaciones suministradas por Bautista, quien durante 53 años se ha dedicado al estudio de las distintas especies de flora:

Denominación común / Nomenclatura científica

* Bambú / Bambusa vulgaris Schard; Poaceæ o Graminaceæ
* Mora / Rubus floribundus H.B.K.; Rosaceæ
* Mora Reina / Duranta mutusii, Verbenaceæ
* Garbancillo / Duranta repens
* Chachafruto /[xlii]

2. Proponemos, la creación de un sistema de planta de tratamiento que considere diferentes escalas para ser tratadas puntualmente, por vivienda, por grupos de vivienda, o por sectores medianamente urbanizados. Quiere decir esto que podríamos tener un sistema bien diferenciado de planta de tratamiento de acuerdo a la densidad y a las actividades que se desarrollen una determinada zona de la cuenca del río Mucujún y que implicaría diferentes niveles de manejo.

3. Aulas Comunitarias de Educación Ambiental Permanente

     Se solicitó al MINPPA, junto con las instituciones y organismos que conforman el poder interinstitucional (véase comunicación más adelante: Figura 13), la generación de Aulas Ambientales Comunitarias, las cuales se conformaran en las localidades a través de los consejos comunales y los organismos internacionales, de acuerdo al protocolo de apoyo social de éste para las comunidades organizadas (PNUD, Preparación para Financiamiento Climático), a los fines de incorporar la cuenca del Mucujún a la mitigación del cambio climático y sus comunidades en ambas márgenes (El valle y El Vallecito). Los consejos comunales y los actores involucrados (empresas privadas, cooperativas agrícolas y ambientales), deben velar por la adecuación del Reglamento de la Zona Protectora a fin de hacer viable sus fundamentos acorde a la realidad actual y al conjunto de leyes que le otorgan la primicia a la calidad de vida de la población y la preservación del agua como elemento vital.

Pasos Metodológicos:

Paso 1. Identificar propósitos y objetivos de las ABRAE en estudio. Para ello se recopiló información a través de: comunicación personal con Salas (com. per., 2005), revisión de lo establecido en el Decreto No. 1.264 de fecha 10-09-86, por el cual se dicta el Reglamento de la Zona Protectora de la Subcuenca del Río Mucujún y consulta electrónica. (En la Tabla 2 se muestra la metodología sugerida por los autores antes mencionados y se señalan los pasos de la adaptación de esta metodología al caso en estudio).

Tabla 2. Metodología Propuesta
Pasos sugeridos por Sebastiani et al. (1998, 2000, 2002) para aplicar el enfoque de la EAE a instrumentos de ordenación del territorio (planes y reglamentos).
Pasos adaptados al caso en estudio.
- Identificar propósitos y objetivos de los instrumentos de ordenación del territorio.
- Identificar propósitos y objetivos de las ZEDES en estudio.

-- Identificar las características principales de las unidades de ordenación territorial y establecer grados de sensibilidad ambiental.
- Identificar las modalidades de uso agrícola propuestas para las ZEDES e impactos potenciales asociados que pudieran, directa o indirectamente, afectar al río Mucujún.

- Identificar impactos potenciales asociados a las modalidades de uso de la tierra propuestas.

Identificar impactos potenciales asociados a los sistemas y subsistemas agrícolas propuestos que pudieran, directa o indirectamente, afectar al río Mucujún. Relacionar los impactos identificados con mecanismos a través de los cuales el uso de la tierra influye en ecosistemas fluviales.
- Identificar modalidades de uso de la tierra y acciones o procesos asociados a éstas con impactos sobre los cuerpos de agua en la zona.
- Identificar aspectos ambientales de los cuerpos de agua que a su vez influyen sobre estas modalidades de uso.
- Verificar restricciones y acciones propuestas en los instrumentos de ordenación bajo el esquema de medidas normativas, estratégicas y operativas.
- Proponer medidas normativas, estratégicas y operativas.

Fuentes: -Sebastiani, Mirady, et al. (2007). Propuesta para la evaluación ambiental estratégica (EAE) de zonas especiales de desarrollo sustentable (zedes). Revista Geográfica Venezolana, Vol. 48(1), 33-58. Mérida: IGCRN-ULA, p.40.
Sebastiani , M.; Aponte , C.; Andara , C.; Cornejo , O.; Esclasans , D.; Marquez , E.; Moscarella , R.; Ponte , A. y D. Vizcaíno . (2000). El enfoque de las evaluaciones de impacto ambiental en el ordenamiento territorial. Caso: Reserva Forestal Imataca, Venezuela. Revista Geográfica Venezolana. 41(2): 187-213.

Paso 2. Identificar las modalidades de uso agrícola propuestas para la ABRAE e impactos potenciales asociados que pudieran, directa o indirectamente, afectar al río Mucujún. Las modalidades del uso agrícola propuestas para la ABRAE en estudio se identificaron con base al Reglamento de Uso de la cuenca.
            Seguidamente, se clasificaron en sistemas y subsistemas agrícolas de acuerdo a lo establecido por Avilán y Eder (1986). La definición utilizada de sistema agrícola es la propuesta por Spencer y Stewart (1973: 532): “Conjunto reconocible de procedimientos y actividades agrícolas que pueden distinguirse como un patrón funcional integrado, caracterizado por una cohesión genésica y genérica de elementos rasgos, tecnologías, procedimientos y actividades. Individualmente los sistemas se diferencian en el desarrollo innovador y en el empleo de distintos métodos socioculturales, tecnológicos y operacionales agrupados para dar la producción y disposición del ensamblaje de las plantas y animales”. Cada sistema agrícola puede tener subsistemas, entendiéndose por éstos (Eder y Avilán (1977: 13): “una división real dentro de un sistema dado por diferentes cultivos, variación en la localización y tratamiento, diferenciación espacial, inversión y mano de obra, entre otros puntos de diagnóstico”.
            Se identificó además el indicador del paisaje asociado a la implantación de un sistema agrícola en particular y luego se agruparon los sistemas y subsistemas propuestos para la ABRAE de acuerdo a los grados de cambio o niveles de intervención. Según Sebastiani y Martínez (2004), el nivel de intervención viene dado por los cambios introducidos en el paisaje natural al poner en práctica un uso en particular. Este nivel puede presentar varios grados de intensidad (alto, medio y bajo), dependiendo de cuanto se aleje el área intervenida de su condición natural y, por ende, de su posibilidad de recuperación, una vez se implante el uso en cuestión.

Paso 3. Identificar los impactos asociados a los sistemas y subsistemas agrícolas propuestos que pudieran, directa o indirectamente, afectar al río Mucujún. Una vez identificados los impactos éstos se relacionaron con los mecanismos identificados por Allan (2004), por los cuales el uso de la tierra influye en los ecosistemas fluviales.

Paso 4. Identificar modalidades de uso de la tierra y acciones o procesos asociados a éstas, con impactos sobre los cuerpos de agua en la zona costera. Asimismo, identificar aspectos ambientales de los cuerpos de agua que, a su vez, influyen sobre estas modalidades de uso. Para este paso se recopiló información bibliográfica y de campo a través de entrevistas semiestructuradas (Flick, 1998), sin pretender probar ninguna hipótesis. Esto con la finalidad de conocer la visión de los pobladores acerca de los principales problemas ambientales y socioculturales en el área de estudio, de acuerdo con lo establecido en el artículo 128 de la CRBV (Garay, 2001: 68), el cual señala que “el Estado desarrollará una política de ordenación del territorio... que incluya… la consulta…”.
            Las entrevistas semiestructuradas se realizarán, en las localidades Los Tapiales, Alto del Vallecito, Alto de San Isidro, Las Mercedes y Vallecito Medio, a personas adultas (mayores de 18 años) mediante un cuestionario guía1. Para la realización de las entrevistas serán consultados los datos del INE (2009), referentes al número total de viviendas en cada centro poblado. Para lograr esto es necesario crear un ente competente, que:

1. Determine el número de edificaciones que vierten sus aguas a la cuenca. Ubicarlas y clasificarlas de acuerdo a la escalas que anteriormente mencionadas.
2. involucre a la comunidad en el compromiso y la necesidad de que obligue mediante decreto ley la incorporación de sus aguas servidas al sistema de tratamiento o planta de tratamiento que le corresponda.
3. Inicie el proceso de construcción de las plantas de tratamiento, a lo largo y ancho de toda la cuenca. Es necesario que tenga un catastro de cada uno de los sistemas de tratamiento, con su capacidad fecha de creación, y sobre todo lo más importante con un cronograma de mantenimiento.
4. Que el departamento de mantenimiento ejecute a cabalidad el cronograma y que los lodos resultantes de dicho mantenimiento sean tratados y reincorporados a la cuenca como materia orgánica y que sea un producto que genere ingresos al sistema.
5. Que establezca claramente, que las aguas vertidas en dichas plantas, sean aquéllas que provengan de los sanitarios y de sus productos orgánicos y no contengan materiales contaminantes de difícil procesamiento, tal como aceites, combustibles y químicos que afecten la flora fauna o la microbiología de los suelos. Estos últimos tipos de poluentes deben ser tratados de manera diferente y para ello se debe investigar en consecuencia.
6. En casos como este, en áreas donde la presencia de agua es escasa, se crean (es el caso de ciudad de México, por ejemplo) dos sistemas de eliminación de aguas servidas: el de “aguas negras”, como tales conocidas, y el de “aguas grises” que provienen de fregaderos, lavamanos y duchas que pasan directamente a lo sistema de irrigación de jardines e inclusive de áreas agrícolas. Esto con la finalidad de que la planta de tratamiento sea más eficaz en la purificación del agua y que se disminuyan los costos de mantenimiento debido a que aumenta el período de tiempo en que la planta puede funcionar sin interrupción.
7. El proyecto puede generar fuentes de empleo e ingreso lo que hace que la conservación sea también productiva económicamente e incentive la participación de la comunidad y sea una fuente de ingresos segura, al menos para una parte de ella.

            En las vías secundarias, se seleccionarán las viviendas ocupadas de acuerdo a la secuencia de aparición de las mismas, hasta completar el número de entrevistas asignadas, de acuerdo al método de muestreo a escoger.
            Con la finalidad de obtener información del conocimiento espacial de los usuarios acerca de la condición ambiental del área de estudio, se aplicará la metodología propuesta por Sebastiani (1994), basada en la construcción de una imagen de grupo donde mapas mentales individuales son transformados por el investigador en una sola imagen, para proyectar información con la finalidad de exhibir compatibilidad, complementariedad o convergencia entre éstos (Whyte, 1970; Beck y Wood, 1976 y Hampden-Turner, 1981 en Sebastiani, 1994). Esta imagen de grupo a ser creada por el investigador se denomina Mapa de conocimiento o preferencia espacial (Whyte, 1970 en Sebastiani, 1994).

Beneficios y Productos

            ¿Qué beneficios obtienen la Alcaldía, las empresas, la comunidad en general y el Estado con la implementación del Programa propuesto de Gestión Ambiental Comunitaria? Generar beneficios económicos a partir de:

El dominio y la gestión eficaz de los requisitos y compromisos legales.

El ahorro en el consumo energético de agua o materiales, como resultado de la toma de consciencia y el control sobre los aspectos ambientales.

El acceso a beneficios económicos con órganos financieros internacionales del ambiente, y la generación de ahorros adicionales, generados con la optimización y/o racionalización de procesos y la valoración ambiental.

La disminución de los costos ambientales ocasionados por el descargue de efluentes y la disposición final de los poluentes, relacionados con aspectos ambientales.

Una cultura de respeto por el ambiente, reflejada en la racionalización de los recursos utilizados.

La gestión sobre los aspectos ambientales, asociados a la operación de procesos cotidianos.

Facilitar las actividades de planificación, control, seguimiento, corrección, auditoría y revisión para asegurar al mismo tiempo que la política ambiental se aplica y que su sistema de gestión es el más adecuado al partir de la organización social en centros comunitarios conformados a través de una red de AAC.

Identificar las prioridades y fijar los objetivos ambientales apropiados. De esta forma, definimos propósitos ambientales concretos, expresados en términos de eficacia ambiental, que una comunidad se plantea conseguir como resultado de la política ambiental.

Mejorar las relaciones con el público, la comunidad y las demás partes interesadas, a partir de la confianza que genera tanto la certificación institucional (MPPA), como la efectiva operación del PAPGAC., en cuanto a la interacción con las partes.

La seguridad, entendida como la reducción del riesgo de emergencias ambientales o de interrupciones indeseables.

Soportar el conocimiento de las necesidades y expectativas de las partes interesadas en la componente ambiental y ofrecer una respuesta consciente.

Consolidar una cultura institucional para la prevención de la contaminación, el respeto por el medio ambiente y la promoción de un estilo de vida revolucionario con el entorno.
Asegurar las competencias y la gestión proactiva y de mejora con respecto a los aspectos y a los impactos ambientales.

Reducir el riesgo de sanciones y/o conflictos con las partes interesadas.

Ser capaz de adaptarse al cambio de las circunstancias que demanda la nueva estructura político-administrativa en construcción como alternativa al modelo capitalista de depredación ambiental y acceder a las exigencias del enfoque eco-social que exige la operación dentro de un marco consistente con el desarrollo sustentable y de visión holística (planetaria).

Otros Aspectos o Componentes

Principales intervenciones:


-Desarrollo de la capacidad crítica con respecto al origen del Cambio Climático y el cambio global.
-Prácticas conservacionistas de recursos naturales en zonas altas.

-Reforestación con árboles frutales y de potencial ecológico conservacionista.
-Mejora en el manejo del agua para uso agrícola.
-Buenas prácticas agrícolas.
-Cultivos con menor demanda de agua.
-Prevención de desembalses y aluviones.
-Capacitación y comunicación.

-Temas transversales: cambio climático, diagnóstico ambiental, gestión ambiental, EA.
-Temas específicos para implementación de pilotos

-Organización y liderazgo

- Participación activa de los beneficiarios en la implementación de las prácticas sustentables.

            Esta propuesta, acompañada de los respectivos presupuestos y productos a obtener (diseño de medidas de adaptación seleccionadas; monitoreo de buenas prácticas ambientales y medidas de adaptación; monitoreo de actividades de adaptación e impactos ambientales asociados al cambio climático; y las medidas piloto de adaptación) se presentó a los organismos competentes (Minppa y al Gobernador del Estado Mérida), quienes no resolvieron nada al respecto (véase comunicación siguiente: Figura 16).

Figura N° 16


Quedamos, por tanto, sorprendidos de la desidia que caracteriza a la llamada Revolución bolivariana, debido al hecho de que no tiene ni planes ni perspectivas — que no sean las que aquí ya se han revisado sobre la mitigación asumida por el Estado en el Protocolo de Kioto- que le den continuidad a la adaptación al cambio climático, y que requiere la necesaria participación del público, cuando países como Colombia, Honduras, República Dominicana, entre otros, tienen toda una serie de documentos públicos en Internet al respecto.
Estas consideraciones se materializan a través del diagnóstico participativo y de la modalidad de curso-taller de investigación-acción permanente, donde se valoriza la reflexión sobre situaciones problemáticas cotidianas, visualizando los distintos contextos: vivencial, cultural, ambiental y local; con vista a solucionar conflictos del entorno dentro de una perspectiva de desarrollo endógeno y/o sustentable, de mejores condiciones de la calidad de vida, en el marco de acompañamiento de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, 2007: por sus siglas en inglés).
La tónica dominante de los análisis del sistema económico mundial más divulgados cumple la premisa del criterio “funcionalismo neoclásico”, orientada hacia el dualismo estructural: el sistema capitalista basa su supervivencia y crecimiento en la continuidad de una relación de carácter desigual[xliii].


Tendencias Actuales de Integración Económica

Sin entrar en el presente apartado en la consideración de orden teórico sobre la evolución de este modelo de desarrollo económico, tal como viene siendo estudiado en la vasta literatura especializada al respecto, incorporaremos en nuestra discusión los elementos manifiestos en la medida en que pueden ser aprehendidos dentro de una visión global, como nacidos de procesos mucho más densos, asociados a la naturaleza misma de la globalización.
            Es claro que con la progresiva mundialización de la economía una implicación avasallante de dicho proceso es el incremento de la brecha de desigualdad en el desarrollo económico de países o regiones, caracterizada por el hecho de que mientras mayor sea la apertura comercial de un determinado país, menor será su concentración productiva regional, porque en la medida en que la economía se vincula al mercado internacional, la demanda interna deviene menos importante (Livas-Eliozondo y Krugman, citados por Moncayo Jiménez, 2003). Otra constatación interesante es que, a nivel general, diferentes autores concuerdan en que el número de países en desarrollo, como zona de recepción de la inversión directa internacional, tiende a reducirse, particularmente en el último trienio de los noventa (Sánchez, citado por Pulido, 2004), o sea, con la globalización.
            Nos encontramos ante esta realidad donde, en la medida en que los profundos procesos de reestructuración a escala mundial son a la vez causa (al menos parcialmente) y consecuencia de las transformaciones en los espacios subnacionales, la atención que se presta a las tendencias hacia la globalización es cada vez mayor. Pero, paradójicamente -observa Walfe, 1997; citado por Moncayo Jiménez, 2003--, las nuevas teorías se focalizan en la importancia de los factores y condiciones vinculados al territorio. Los geógrafos se han interesado por esas relaciones entre lo local y lo global, a través de los vínculos teóricos que la geografía económica ha establecido con algunas escuelas clásicas y poskeynesianas, junto con la marxista de la dirección racional y la organizacional (esos desarrollos se pueden ver en Economic Geography, 1992; Scott, 1988; Sheppard y Barnes, 1990 y otros, citados por Martín, 2004). Sin embargo, varias de esas interpretaciones se han volcado en la forma de modelos de “época” o de “transición” (como en el caso de los modelos del posfordismo, que son los más influyentes en la nueva estructura cognitiva de la geografía económica), que tienen poco que decir actualmente acerca de la constitución geográfica de las nuevas realidades a escala global, nacional, regional o local.
            En este sentido, y a pesar de que la nueva geografía económica provee conceptos como “aglomeración acumulativa”, “economías externas” y “ventajas comparativas” que son utilizados para explicar, por ejemplo, la conversión de un área agrícola en un pujante polo de inversión tecnológica; o la especialización regional de una determinada región industrial, una mejor comprensión de los factores determinantes del comercio internacional –que para Kraugman (citado por Moncayo Jiménez, 2003), es un caso especial de geografía económica— -es necesaria. Al margen del debate conceptual sobre la pertinencia o viabilidad de las políticas industriales o de los modelos desarrollados por la geografía económica –que para Bonnet (2003), presentan un perfil metodológico signado por un profundo determinismo-, la articulación en torno a un marco teórico coherente desde el punto de vista geográfico, que incorpore las nuevas configuraciones no sólo de la geografía del comercio sino también la geografía del capital-dinero, de la información, de los servicios, de la producción, de las tecnologías, todas de igual importancia, se ha hecho urgente.
            Para Ron Martín (2004), es particularmente notoria la ausencia de una estructura analítico-geográfica convincente que articule diferentes escalas materiales y conceptuales, en estos tiempos en los que la transnacionalización y la internacionalización desorganizan, rápidamente, nuestras nociones convencionales de escala geográfica, y hacen cada vez más ambigua la clasificación funcional del espacio económico mundial en sus diferentes niveles.
      Esta es la lectura geográfica, de tipo exploratorio (referencias documentales, periodísticas e información online), que se quiere esbozar en este apartado (para las referencias bibliográficas aquí citadas, véase Zambrano, 2004)[xliv], cuyo objetivo fundamental es presentar (hice una ponencia del mismo en el V Congreso de Geografía, Mérida 2004) las “Tendencias Actuales de Integración Económica Multilaterales” actuales -hemos actualizado lo relacionado con dichas “tendencias”, revisando otras investigaciones como la de la Dra. Norka López Zamarripa, (2011), quien la realizó, aunque con sus propias características, igualmente a nivel internacional- que se están generando en torno a las propuestas de integración económica multilaterales en Latinoamérica y el mundo.

Resumen

            El mundo se encuentra ante un nuevo auge de los procesos de integración, lo que se pone de manifiesto, tanto en su proliferación a nivel mundial, como en la profundización de los esquemas ya existentes. Es así, que puede definirse ésta como una nueva fase de la Regionalización o Nuevo Regionalismo, caracterizada por la conformación generalizada de bloques, que a su vez, adoptan nuevas formas y particularidades. Al mismo tiempo, están presentes diversas tendencias desintegracionistas, que expresan agudos problemas de índole político, económico, étnico y religioso, trascendiendo en muchos casos la conformación de los Estados-Nación e indicando la existencia de importantes desavenencias con relación al diseño de la geografía mundial en ciertos puntos del orbe. En el marco de este conjunto de precisiones que es necesario formular, hay que considerar de manera muy especial a la integración como complemento de los esfuerzos de desarrollo nacionales y nunca como remedio “mágico” que sea capaz por sí mismo de dar respuesta a los graves problemas que enfrentan en la actualidad los países latinoamericanos. En las esferas del comercio internacional, también operan estos mecanismos de aglomeración, y la falta de transparencia en los procesos negociadores en el marco de los grandes actores del mercado mundial estaría modificando el mapa del tejido inter e intraregional del mismo.

Antecedentes

          El sistema económico prevaleciente hasta la II Guerra Mundial era un sistema capitalista de mercado centrado en la dimensión estatal y estrechamente regulado por los países desarrollados. A partir de los mediados del decenio de los setenta, los objetivos que habían asegurado la defensa y mejoramiento de la rentabilidad, condujeron progresivamente a una desaceleración marcada de la productividad, lo cual se traduce en una crisis del mecanismo de regulación monopólico que dio lugar a un nuevo régimen con otros principios, conocido –bajo el ropaje de la escuela regulacionista francesa (Alain Lipietz, Royer Boyer y Georges Benko)- como post-fordismo (Moncayo Jiménez, 2003).
            Uno de los cambios inmediatos (aunque también provisional), referido por Nubis Pulido (2004), ha sido el de la transferencia de las actividades productivas hacia países con bajos salarios y débil protección social. De esta manera, los EEUU dirigen sus inversiones hacia América Latina (especialmente México) y el Sureste Asiático, la CEE hacia el Este Europeo, y el Japón hacia sus áreas próximas. Esta estrategia, resalta la autora, aceleró la internacionalización de la producción y de los mercados.
            De esta forma, el modelo evoluciona hacia unas economías nacionales cada vez más abiertas, sustentadas sobre las grandes empresas transnacionales (financieras y productivas), y la actuación económica se realiza siguiendo un criterio de competitividad a nivel mundial, en otras palabras, lo que importa es la situación de las empresas con respecto a los mercados mundiales y no a nivel de país y su demanda interna. Se pasa –o se quiere pasar-- de países con una coherencia económica nacional a una economía competitiva global.
            Desde esta perspectiva global, los criterios de rentabilidad de las firmas, competitividad y eficiencia, orientan la distribución mundial de las inversiones y definen los lugares de su ubicación y concentración espacial. Los niveles de inversión a su vez se relacionan con las tasas de crecimiento, por lo que constituye un factor relevante en cualquier economía (Pulido, 2004), donde el comando capital-dinero constituye una suerte de punta de lanza, de ariete, de la globalización capitalista. Los restantes procesos de la globalización, considera Bonnet (2003), se desenvuelven a partir de las condiciones de explotación y subordinación impuestas por este comando del capital-dinero. Los canales a través de los cuales se produce esta interacción son, por ende, el comercio, la tecnología, los flujos de capital y las condiciones políticas y sociales.
       Vayamos ahora a nuestro ámbito con las peculiaridades propias que le son inherentes: los procesos de apertura multilateralistas, y los procesos, aparentemente contradictorios, de integración económica regionales. El proceso de integración económica[xlv] es el conjunto de acciones que buscan aproximar o unificar las economías de los países miembros. Tal proceso es fruto de acuerdos internacionales que tienen por objetivo normar y acrecentar, a través de competencias delegadas al plano supranacional, las relaciones económicas intra e interregionales. Así, los organismos comunitarios multilaterales tienen facultades para legislar en ciertas materias de manera común (arancelarias, comercio exterior, inversiones extranjeras, etc.) y con primacía frente a las normas internas de los países miembros.
          Antes de 1980 (véase Figura 17) sólo se tenían algunos ensayos de integración económica regional en Europa (CEE) y en ciertas áreas de la periferia (CARICOM, MERCOMUN, ASEAN, CEPGL, CEDEAO y la CAN). Consideremos asimismo los procesos de liberalización de los flujos de inversión extranjera directa (IED) –mundializados desde el derrumbe de los regímenes burocráticos del este-- y, en sentido inverso, de concentración de dichos flujos en los tres grandes polos económicos mundiales.
            Son por excelencia los flujos del capital-dinero, gracias a su privilegiada movilidad, los que comandan estos procesos comerciales e inversores, donde el capital reconfigura de esta manera su geografía de acumulación a escala del mercado mundial. En la Tabla 3, como se puede observar, las inversiones más importantes, según las estadísticas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo y Comercio (UNCTAD), se dirigen hacia el grupo de países desarrollados y ha venido en descenso para los países pobres –sin contar India y China--, pasando en éstos últimos de representar un 1.1% del total en 1990 al 0.03% en 1998 (BM, 2000; citado por Nogué Font y Rufí, 2001) y vuelve a decrecer para el 2001.

Figura N° 17: Acuerdos de Integración Económica Regional Interestatales 
(Antes de 1980)

Fuente: Elaboración propia
           
            Venezuela, a pesar de presentar una evidente ventaja competitiva por ser un país exportador de petróleo, no aparece en la lista de los países en desarrollo de la UNCTAD (Tabla 3 y 4), referido a las diez principales economías receptoras de la IED, pues la misma se sitúa por debajo de los cuatro mil millones de dólares (para el mismo año). Esto demuestra que ya no es suficiente en los tiempos actuales, disponer de una ventaja competitiva específica, aunque ella sea fuerte en apariencia, lo cual explicaría la exclusión factual de la mayor parte de los países en vías de desarrollo.

Tabla Nº 3: Afluencia de la Inversión Extranjera Directa (por grupo de países)

GRUPO DE PAÍSES
Inversiones AÑOS:
Directas 1998
Extranjeras 1999
(en millones 2000
de dólares) 2001
Mundo
Flujos
694457
1088263
1491934
735146
Países Desarrollados
Flujos
484239
837761
1227476
503144
Países En Desarrollo
Flujos
187611
225140
237894
204801
Europa Central y Oriental
Flujos
22607
25362
26564
27201
Fuente: UNCTAD. “World Investment Report 2002” [On line] http://www.unctad.org/statistic

Tabla Nº 4: Las Diez Principales Economías en Desarrollo Receptoras de la Inversión Extranjera Directa
(en millones de dólares)
Países
China
México
Hong Kong (China)
Brasil
Bermuda.
IED
46846
46846
22834
22457
9859
Países
Polonia
Singapur

Suráfrica.

Chile
Repú. Checa
IED
8830
8609
6653
5508
4916
Fuente: UNCTAD. “World Invesment Report 2002” . (Information Online) en: http://www.unctad.org/statistic

            1995 de este sistema multilateral de comercio se pretendió como fundamento de un desarrollo humano sustentable, particularmente su liberalización. No obstante, la exigencia de reciprocidad en el cumplimiento de muchas de las normas acordadas ignoró las grandes diferencias existentes entre las economías vinculadas al sistema multilateral y los diferentes niveles de desarrollo (Citizen, 2003). Las grandes corporaciones transnacionales son su auténtico protagonista: un pequeño grupo de transnacionales, las cien principales, controlan alrededor de 1/3 de la IED y explican 1/4 del comercio mundial, participación que aumenta significativamente si nos restringimos a los sectores más dinámicos de la acumulación capitalista (Bonnet, 2003).
            Venezuela ha adoptado una política exterior de corte antineoliberal en los últimos años, planteando en el marco de la ronda de reuniones de la OMC- (2003) la necesidad de no adoptar nuevos compromisos hasta no resolverse la extensa y variada gama de asuntos pendientes, fundamentalmente los que afectan a los países en desarrollo, pues siguen existiendo mecanismos informales –como las reuniones miniministeriales (a puerta cerrada)- poco transparentes en el proceso de negociaciones a través de las cuales, generalmente, terminan imponiéndose los intereses de las grandes potencias. No obstante, hay que destacar que en la última Reunión en Consejo General, instancia suprema de la OMC, los 147 países miembros firmaron un acuerdo que relanza las negociaciones y estipula un compromiso de marco global (agricultura, industria y servicios) y otros pactos (OMC, 2004). En resumen, detrás de todos estos procesos que hemos referido, se encuentra, naturalmente, el capital productivo y un sistema, el global, más diversificado, pero también con más desigualdades que el precedente. Datos al respecto -de la misma fuente (UNCTAD)- se pueden observar en el Gráfico 3, en relación con la IED en el mundo.

Tendencias Actuales

            La constatación hacia mediados de los años noventa de que sólo unos pocos países de los que adoptaron las políticas “correctas” –relativas a los procesos de liberalización comercial- estaban logrando resultados positivos, surgió en América Latina un nuevo interés por la productividad y eficiencias productivas, esta vez bajo el concepto de competitividad, desarrollado en el decenio de los ochenta en los EEUU. En cierto modo, el concepto de competitividad está asociado al desarrollo endógeno, el cual pone de relevancia los procesos espaciales auto-organizados, y constituyen la propuesta en boga para atender el despliegue de las potencialidades de una sociedad frente al discurso del desarrollo anclado en la globalización y su pretendida homogeneización del conocimiento y la tecnología. Pero, en verdad, se trata de fortalecer las competencias de las localidades no para insertarlas en los procesos del mercado global, sino para generar y escalar las dinámicas de intercambio a niveles que sean manejables.

Gráfico Nº 3: Las Inversiones Internacionales Año 2003


Fuente: Frontera, 23-09-2004; p. 1a.
Para López (2011):

Resulta importante considerar la interrelación dialéctica entre los fenómenos de Globalización y Regionalización … La Regionalización puede interpretarse como una de las principales formas que adopta la Globalización, en tanto los bloques económicos actúan como subsistemas del sistema económico mundial, con la particularidad de que prácticamente este proceso se reduce a las tres regiones que conforman el centro del mundo desarrollado, como expresión a su vez de una hegemonía compartida en la escala mundial de poderes.(p. 4).
 Para lograr una competitividad en términos de crecimiento económico exógeno e interno, el Estado no debe limitarse a aplicar sólo políticas transversales sino también selectivas. Al igual que el éxito del Sudeste Asiático, cuyo fenómeno, cada vez se reconoce más, fue impulsado por el papel que jugó el Estado, aplicando una mezcla de políticas diversas y flexibles, liderando el mercado, ofreciendo incentivos para impulsar sectores escogidos (Moncayo Jiménez, 2003), la recomendación de la CEPAL (2002) concede un lugar destacado al papel que puede jugar la integración económica regional en la potenciación de tales estrategias, y aboga por el apoyo internacional en América Latina. Las políticas de competitividad buscan fundamentalmente “nivelar el campo de juego” mediante la corrección de fallas de mercado claramente identificadas y el apoyo no sólo a la industria en general, sino al sistema económico global, a través del mejoramiento de la operación de los mercados para sus factores productivos.
 La globalización hace que la atractividad de las áreas sea cada vez más global, pero también más estrecha cuando los países de un cierto espacio regional aprovechan esa vinculación espacial y/o cercana. Esta circunstancia, combinada con una revalorización de las competencias territoriales del desarrollo, ha inducido a la aparición desde los años noventa de una nueva gama de políticas regionales de integración económica neoliberales (véase Figura 18). Los casos más relevantes, el ALCA (en conformación) y la UE, se explican a través de ésta dinámica global de reorganización y relocalización de la producción orientadas por esas ventajas competitivas fronterizas. Así, en el primer caso, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), el canadiense Vincent Dagehalis (2004) alega que del 40% del PBI exportable de Canadá, el 85% del comercio es con EE UU; el 50% del capital industrial es estadounidense y las dos tercera partes de los inversionistas son de ese país. Sin embargo, señala también que en el nivel de la democracia formal ningún acuerdo acompaña al NAFTA, todo lo que se realiza en su marco es secreto y los funcionarios que lo acuerdan no son imputables a organismos institucionales, el proceso político de toma de decisiones es expulsado fuera del espacio público y las Asambleas Legislativas quedan obsoletas[xlvi].
 En el caso de la UE, influyó la integración productiva inicial en torno a las industrias del carbón y el acero de Europa Occidental (CECA, conformada en 1951 por Bélgica, Alemania Federal, Luxemburgo, Francia, Italia y los Países Bajos), la cual tuvo tanto éxito que en breve tiempo estos países decidieron avanzar e integrar otros sectores de sus economías, creando la Comunidad Económica Europea (CEE) que, para 1992 (Tratado de Maastrincht), introduce nuevas formas de cooperación en las áreas de defensa y en justicia interior. Esto permitió la integración económica y política que dio lugar a la “Unión Europea”, conformada por 25 países actualmente (UE, 2004).

Figura N° 18: Bloques Regionales de Integración Económica Multilaterales 
(Después de 1980)

Fuente: Elaboración propia
Nota: Véase Abreviaturas de Bloques Regionales de Integración Económica en Nota al final[xlvii]

 En América Latina, los ensayos integracionistas están generando una dinámica, que cambia la geografía económica y comercial de la región. Los bloques regionales existentes en Latinoamérica están conformando alianzas interbloques (CAN-MERCOSUR) e inter-regionales (ASEAN-MERCOSUR). Por otra parte, la propuesta de creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) –liderizada por los EEUU-, acordada en la Cumbre de las Américas (1994) por los presidentes de 34 países, con el propósito de conformar un área de libre comercio en todo el continente que favoreciera la eliminación de aranceles y la inversión en la región, aunque ha entrado en una fase cataléptica, sigue su curso por medio de la sumatoria, uno a uno, de los países atraídos por el proyecto neomercantilista del TLC, al cual ya se han anexado, junto con México, República Dominicana, Chile y, posiblemente –en conversaciones- los países de la Comunidad Andina (excepto Venezuela)[xlviii]. Adicionalmente, EEUU está conformando el Tratado de Libre Comercio Centroamericano (CAFTA, por sus siglas en inglés), ya firmado por Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala.
 A pesar de ello, a las discrepancias en las negociaciones dentro del contexto del ALCA, acentuadas más fuertemente en el área de los subsidios proteccionistas de más de 50 sectores de la economía norteamericana que no son competitivos en el marco comercial continental, de los servicios y del acceso general a los mercados, se suman las diferencias políticas surgidas con el gobierno revolucionario bolivariano de Venezuela, el gobierno de reconstrucción político-económica de Argentina y el de la política de industrialización explícita de Brasil, los cuales han fijado una posición crítica ante dicho proyecto, alertando –sobre todo Venezuela- que sólo busca elevar el mismo a condición de Tratado Internacional, inalterable, obligatorio y controlado por comités supranacionales, lo que definiría, de manera explícita e implícita , un modelo económico y geopolítico que compromete el desarrollo humano y sustentable, la soberanía, la democracia y el futuro mismo de nuestros países. Ante estas pretensiones hegemónicas, dichos países han optado por reforzar los mecanismos de integración que ya se poseen como el MERCOSUR, al cual Venezuela se ha anexado recientemente como Estado Asociado –aspirando a ser miembro pleno-, al igual que Bolivia (1996), Chile (1997), Perú (2003) y México (2004), éste último en calidad de observador. Desde esta posición, la propuesta de Venezuela sobre una Alternativa Bolivariana de la América (ALBA), en lugar del ALCA, cobra mayor vigor, siendo secundada, ahora también, por Argentina y Brasil[xlix].

A modo de Conclusión

            Junto con la clásica integración económica, típica de los esquemas creados a partir de los años 50, establecida mediante acuerdo explícito entre las partes, conocida también como integración formal o de "jure", se han desarrollado importantes procesos donde no existe acuerdo que oficialice los fuertes vínculos económicos sobre todo productivos y financieros, que de forma creciente se han fomentado entre los participantes, como es el caso de Japón y los principales países del sudeste asiático (integración silenciosa, real o "de facto")
            Todo lo previamente planteado nos permite suponer que, desde el punto de vista de las tendencias espaciales, se evidencia una relativa reducción del papel del Estado en las nuevas conformaciones y reorganización de la economía mundial, lo cual se traduce en la emergencia de nuevas formas de integración económica, tanto intra-bloques como inter-regionales. Si bien la integración económica multilateral funciona pensada como una estrategia de lucha contra la globalización, para minimizar o reducir sus riesgos, podría ser otro modo de maximizar los modos de desenvolverse comercialmente con mayores ventajas u oportunidades de crecimiento que la globalización ofrece como estrategia efectiva.
            Para López (2004: 6), la integración económica ya no se concibe sólo como un fenómeno de carácter exclusivamente comercial, trayendo a colación que, por ello, se han comenzado a aplicar nuevos mecanismos como es el de la cooperación intrasectorial, los que tienden a su vez, a juicio de la autora citada, a disolver las diferencias históricas que han prevalecido  en los criterios usados en torno a los instrumentos de integración y de cooperación y colaboración, “mientras que se focaliza de manera importante en el desarrollo de la coordinación de políticas a nivel institucional o intergubernamental".
            De esta forma, los nuevos enfoques consideran la necesidad de aplicar los diferentes instrumentos y mecanismos integracionistas sobre la base de criterios más flexibles que eviten incumplimientos o provoquen desajustes. En efecto, las políticas en el marco de la integración económica favorecen la reducción de los costos ligados al comercio intraunión que puede ocasionar modificaciones de la capacidad instalada y en especial de la actividad productiva en el seno de los países involucrados en la integración, priorizando criterios de carácter económico o político considerados más acertados, en tanto se le da menos peso a las concepciones tradicionales de región geográfica que presuponen una continuidad territorial, sociológica y cultural. A pesar de ello, la ejecución y materialización del ideal integracionista implica un mínimo de condiciones que en la práctica son difíciles de alcanzar a corto y mediano plazo.
            La Regionalización está liderada por los países más desarrollados, que participan en los bloques de mayor éxito a nivel mundial, en función de las potencialidades de sus economías, tratando además de obtener por esta vía ventajas en la lucha por la hegemonía mundial y en la preservación de áreas de influencia. En general, el multilateralismo regional que se ha ido configurando en el escenario internacional y particularmente en el regional (NAFTA, CAN y el creciente reforzamiento del status regional del MERCOSUR), así lo manifiesta. La consolidación de los mecanismos institucionales y la progresiva complementariedad de las políticas comerciales de los países signatarios del NAFTA, su exitosa imagen corporativa, y una reconocida incidencia en el bosquejo del proyecto hemisférico del ALCA (a su imagen fue creada ya el CAFTA), le confiere un status en el plano regional y en circuitos que han sido y continúan siendo importantes en la globalización de la economía y del comercio internacional. De hecho, esta forma integracionista se está aplicando o siguiendo en las nuevos proyectos de Tratados de Libre Comercio en bloques regionales para Asía (AFTA, por sus siglas en inglés), la comunidad del Medio Oriente (AFTA: Árabe) y en África (AFTA africano).
            Las políticas de competitividad y desarrollo industrial tienen igualmente implicaciones de diversa índole para la integración. A la luz de los acuerdos regionales de integración económica considerados -al menos en el contexto Latinoamericano- se tiene que en primer lugar la dinámica del desarrollo comercial intragrupo está íntimamente ligada a largo plazo con el grado de estabilidad política, económica y de transformación productiva que se alcance en los países miembros. En segundo lugar, la posición unilateral asumidas por algunos actores pueden significar nuevos obstáculos en la consolidación de estos espacios de competencia ampliada. En último término, hay campos para promover la inversión y las exportaciones –como el de la innovación tecnológica-- en los que las figuras de integración pueden jugar un papel productivo para establecer mecanismos de cooperación[l] e intercambio de experiencias. Sin embargo, el discurso integracionista debe armonizar los intereses divergentes y tratar de preservar los equilibrios y las equidades que hacen posible la integración. Para los analistas, el esquema regional de todo proceso integracionista debe cumplir una condición indispensable: la complementariedad, so pena de perder credibilidad por el incumplimiento de disposiciones no asumidas, o porque no existen políticas comunes para evitarlas.


451

La Necesaria Revisión y Evaluación Crítica del Proceso de Ordenamiento Territorial Neosocialista

            Pretendiendo hacer de la ordenación del territorio un instrumento de control político territorial, en el contexto histórico de un proceso que, en Venezuela, alcanza cerca de un siglo desde sus primeras manifestaciones, y que ya lleva cinco intentos de actualización sin buen término desde la entrada en vigencia de la CRBV (2000), en la cual la consagra como parte de los derechos humanos ambientales, de donde deriva el mandato para la actualización de la Ley Orgánica para el Ordenamiento Territorial que la regula (1983), y cuya reformulación, luego de muchos avatares y un proceso inconsistente, pareciera indicar que está destinada al fracaso, el Estado venezolano avanza hacia un mayor control estatista.
            ¿Cómo se sustenta una afirmación de este tipo? Disponiendo de las evidencias que comprueben que las decisiones que se toman y las acciones que se llevan a cabo no se corresponden con el «deber ser» en esta materia, establecido en leyes e instrumentos de gestión, con el «ser» o situación actual, Salas (2011) nos muestra que “la ordenación del territorio se encuentra actualmente signada por incoherencias y contradicciones”. (Resumen).
452
            Apoyado en la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno (2010), el Poder Ejecutivo nacional incluye directamente los llamados Distritos Motores de Desarrollo (Art. 6), y que para impulsar “…proyectos económicos, sociales, científicos y tecnológicos, destinados a lograr el desarrollo integral de las regiones y el fortalecimiento del Poder Popular, en aras de facilitar la transición hacia el socialismo”. Dicha Ley, generada sobre la base de la Nueva Geometría del Poder y el Plan Socialista del Proyecto Nacional Simón Bolívar de Desarrollo Económico y Social de la Nación, establece que se transferirán competencias y atribuciones de las entidades territoriales, como parte del cometido del Consejo Federal de Gobierno (Art. 2).
            Llama la atención, en opinión de Salas y Zambrano (2011), que no se conoce, desde el 2009, nuevas versiones del proyecto de Ley Orgánica para la Ordenación y Gestión del Territorio o un nuevo proyecto. “Probablemente, el impulso recibido para la actualización legislativa de esta materia, no estaba en la materia misma ni en responder a un mandato constitucional, sino en crear fundamentos legales para un control amplio de los territorios desde el Ejecutivo Nacional”, tal como está ocurriendo desde diversos ámbitos territoriales, tales como el cambio de las leyes regionales y estadales en la materia, a fines de adecuarlas a las pretensiones del Proyecto Bolivariano, y que no es otro sino el de darle “partida de nacimiento chavista” a todo lo que se pueda impregnar con este rótulo de “nuevo”.
            Somos de la opinión de que la desconcentración no puede confundirse con un plan de desarrollo socialista, ni con la inducción ideológica ni la imposición de actividades desde el gobierno central, porque perdería su naturaleza desconcentradora y/o descentralizadora. Esto es, si no tiene asidero en las bases geohistóricas poblacionales, produciría todo lo contrario, es decir, más nexos de atracción hacia el centro histórico o polar. Por el contrario, debe responder a fundamentos expresados en las condiciones que generan territorialmente su fisonomía actual. En una palabra, debe responder la autogestión con capacitación social, al autogobierno. Dicho de otra forma: a una revolución permanente de carácter ecosocial.

453

Crisis General de los Grandes Problemas de la Política Espacial: La Desconcentración de Caracas y el Desarrollo del Eje Orinoco-Apure.

            La descentralización es una megatendencia asociada a la globalización, y arranca en Venezuela después de 150 años de centralismo republicano, de los cuales sólo 40 corresponden al centralismo democrático cuartorepublicano. Durante esta última etapa, evaluada por Estaba (1999), comenzó a edificarse la actual Venezuela y aparece la ordenación del territorio como una estrategia novedosa y modernizante. Al evaluar el proceso histórico de formación de la sociedad y su espacio, y examinar las políticas estatistas y populistas que explican la crisis del modelo de desarrollo adoptado y, desde esta perspectiva, las proposiciones del gobierno que conduce a Venezuela desde comienzos de 1999, Estaba concluye que, el dilema: “Exige reconocer la existencia de cuerpos con identidad socio-territorial para que, en tanto que interlocutores con el poder nacional y promotores del desarrollo, sean capaces de municipalizar los mecanismos impulsores del desarrollo y, avanzar en una auténtica descentralización”.
            La economía urbana de las metrópolis se organiza en torno a la megalópolis (conjunto espacial de metrópolis), como es el caso de Caracas-Litoral Central, aglomeración Guarena-Guatire (Ciudad Fajardo), aglomeración del Tuy Medio (Ciudad Losada), San Diego de Los Altos (Valles Altos, aunque en todo caso se trata de una ciudad satélite de Caracas), aglomeración Barcelona-Puerto La Cruz, y la Zona Metropolitana de Mérida, resultante de la fusión expansiva urbana, en vista de la configuración de los asentamientos, en el caso de la ciudad de Mérida, a lo largo del graven del río Chama y el municipio central Libertador (Mérida) como cabecera del área, y los municipios Campo Elías, Santos Marquina (al NE) y Sucre (al SW) del Estado Bolivariano de Mérida, con los que comparte una conurbación constante (Lagunillas-Ejido-Mérida-Tabay), la cual suele denominarse Área Metropolitana de Mérida (AMM).
454
la organización socioespacial del territorio que enquistó la centralidad e importancia de Caracas y su crecimiento acelerado durante toda la época colonial, se operó, en opinión de Ekman (2015: 140), con “el paso de una distribución similar a un patrón anular o en arco, a un crecimiento que permite interpretar la aparición de una distribución cada vez más concentrada, con la región central como ámbito de agrupamiento principal”, producto de la gestación inter-época; esto es, en el paso o interludio de la época precolonial hasta la ruptura del nexo colonial.
            Delgado de Bravo (2002) aclara que, a un alto costo, se quiere revertir una tendencia que ya no existe y que sólo yendo a las bases fundamentales, es decir, las regiones y localidades, teniendo en cuenta las ventajas comparativas, las aspiraciones, identidad cultural y recursos de las mismas, puede lograse modificaciones reales:

El desarrollo del eje Orinoco-Apure ha sido declarado como proyecto bandera en la política territorial actual del estado venezolano, justificándose como una alternativa de desconcentración territorial particularmente de Caracas, para lograr una ocupación más racional del espacio venezolano, con base en la explotación de abundantes recursos naturales. Esta idea que, por lo demás no es novedosa, requeriría cuantiosas inversiones, además de las ya realizadas desde 1980, con el riesgo que significa su inviabilidad al no comprender que la concentración en la ocupación del territorio no es la causa del problema, sino el efecto del modelo de desarrollo adoptado; que se está tratando de revertir… (p. 39)
455

En nuestra opinión, todos estos análisis geográficos, expresados en forma de síntesis, dan en el “meollo” de la cuestión, porque los resultados se han presentado tal cual se alertó por los especialistas en la materia. Y es que se invirtieron ingentes recursos financieros en una utopía que dilapidó otro “boom” petrolero, y Venezuela continúa igual o peor, si lo vemos desde el punto de vista económico; porque, si lo vemos en lo político, como en esencia se ha visto en el marco del presente ensayo, más bien Venezuela cambió para bien en este aspecto, al entrar al siglo XXI no como cenicienta del imperio, sino como adversaria de su postura imperial que había caído en menos desde el derrumbe del bloque socialista real. En efecto, Venezuela es el único país suramericano que en los tiempos del Gobierno de Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro, vive sometido a recurrentes tensiones con la primera potencia del mundo, mientras ésta mantiene una postura arrogante que ha significado el empobrecimiento crítico mundial no sólo ante la llamada globalización que, no es más que el corporativismo rentable para unos pocos excusados que siguen sacrificando el futuro por el “bienestar de todos”, sino ante el salvajismo de sus intervencionismos (Irak, Libia, Siria) y han convertido a países multitribales en verdaderos “nidos terroristas”, mientras se sigue inmolando el futuro de la humanidad, que no nos pertenece; es de los que aún no han nacido, mientras todos estamos siendo empujados al precipicio.
456




Notas


[xxvii] El Nuevo Ideal Nacional (NIN) puede ser entendido como un proyecto modernizador, de fuerte acento anticomunista que apunta a la consolidación capitalista de la estructura económico-social venezolana. Asimismo, estaba altamente influido por concepciones positivistas, centradas en la búsqueda del orden y el progreso, liderizado por una vanguardia integrada por las Fuerzas Armadas y una tecnocracia despolitizada, con la clara exclusión de los partidos políticos (Rodríguez, 2012:134), la concepción de la democracia presente en el NIN, está inspirada en gran medida por el pensamiento de Laureano Vallenilla Planchart, siendo quizás ratificada y ampliada por otros actores de la dictadura militar, y en especial por Marcos Pérez Jiménez (Rodríguez, 2012:140), la cual, al mismo tiempo, intentará legitimar a través de la propaganda, la unidad nacional en torno a sus planes.
[xxviii] IAN: Instituto Agrario Nacional (el Decreto 192 del 3-11-64 traspasó la propiedad de las tierras baldías al IAN de los distritos Colón, Sucre, Jáuregui y Justo Briceño-. Pero igualmente los ganaderos también fueron incorporando tierras a sus haciendas, mediante el desalojo de campesinos ya establecidos o corriendo los linderos de las cercas de sus fincas. Los ganaderos ocupantes alegan la propiedad de las tierras donde han fomentado bienhechurías, habiendo registrado títulos supletorios (Los títulos supletorios constituyen un instrumento público que acreditan la posesión y propiedad de las mejoras agrícolas o pecuarias o mixtas establecidas y fomentadas sobre tierras baldías) que no les otorgan derecho de propiedad sobre éstas. (Según el Decreto Presidencial 706 del año 1975, al IAN le fueron transferidas en la Zona Sur del Lago de Maracaibo, un total de 700.000 Has. aproximadamente, de las cuales cerca del 96% fueron registradas y protocolizadas). (Orlando R. Gutiérrez Escalona - IGCRN-ULA). Como bien observa el autor citado, el problema de las invasiones de tierras en la Zona Sur del Lago de Maracaibo continúa latente y las mismas son características en áreas rurales emergentes en vías de consolidación, que llevan implícito una situación de inestabilidad social. De hecho, según CORDIPLAN (1991), la realidad de la zona, frente a los cuantiosos recursos naturales, estratégica localización, importantes inversiones del Estado, y una dinámica económica y poblacional creciente, presenta una realidad social precaria, que la tipifica como una zona atrasada y en las etapas de conformación socioespacial.
[xxix] Al Viernes Negro en Venezuela le anteceden hechos tales como la salida de Venezuela del patrón oro, la nacionalización del petróleo, así como el comienzo de una etapa de descalabro entre el gasto público y los ingresos del Estado. Esta situación empeora y se hace patente con la caída de los precios del petróleo que llevó a las exportaciones petroleras de 19.300millones de dólares en 1981 a casi 13.500 millones en 1983 (una caída del 30%) y el inicio de la crisis de la deuda en América Latina. Estos hechos produjeron una fuga de capitales de casi 8.000 millones de dólares y por ende el correspondiente descenso de las reservas internacionales, factores que hacían inminente una devaluación. Sin embargo, fueron las presiones para el pago de la deuda externa lo que produjeron la devaluación de la moneda nacional. /véase información online en: https://es.wikipedia.org/wiki/Viernes_Negro_(Venezuela)
[xxx] Wikipedia, 2016. Venezuela. En: https://es.wikipedia.org/wiki/Venezuela
[xxxi] Citada en Geografía: “La teoría anarquista es una teoría geográfica” [Carta de Richard Peet a Piotr Kropotkin]. En: http://grupogomezrojas.org/2011/08/18/geografia-la-teoria-anarquista-es-una-teoria-geografica-carta-de-richard-peet-a-piotr-kropotkin/
[xxxii] Véase online en: www.monografías.com/geosistema
[xxxiv] Sulbarán, C. “Gobierno regional iniciará evaluación de tierras ociosas“. Frontera, 22 de enero. Mérida: 2005. p. 3.
[xxxv] ABN. (2005, Septiembre 19). Otorgan 2 millones de cartas agrarias. El Universal, p. 2-1)
[xxxviii] El efecto invernadero fue descubierto por Joseph Fourieren 1824, con los primeros experimentos confiables realizados por John Tyndallenelaño 1858 y reportado por primera vez de manera cuantitativa por Svante Arrheniusen 1896 (Miller, 1991; citado en www.calentamientoglubal.com), y es uno de los varios factores que afectan a la temperatura de la Tierra. Otras reacciones positivas y negativas pueden amortiguar o amplificar el efecto invernadero.
[xxxix] No hay acuerdo en el G-20 sobre la reforma global de los mercados financieros: González, Washington, viernes 23/04/2010 en: http://www.elmundo.es/america/2010/04/24/economia/1272062448.html
[xl]http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenu.tpl.html&newsid_obj_id=205&newsid_temas=92
[xli] Guía metodológica para incorporar los actores claves a la Adaptación al Cambio Climático, 2013: https://www.adaptation-fund.org/wp-content/uploads/2011/06/Cuaderno_de_Trabajo14012013_v30_simbologia-baja-definici%C3%B3n-x-mail.pdf
[xlii]http://www.biodiversityreporting.org/article.sub?docId=13514&c=Venezuela&cRef=Venezuela&year=2005&date=February%202005
[xliii] “El desarrollo desigual, a saltos, de distintas empresas y ramas de la industria y de distintos países, es inevitable bajo el capitalismo”. Lenin (1976; p. 76).
[xliv] Ver artículo complete online en: You can read this papers at the following website: https://es.scribd.com/doc/27775952/Globalizacion-y-Tendencias-Actuales-de-Integracion-Economica
[xlv] Se entiende por Integración Económica un proceso de creciente inter-vinculación de las economías nacionales, que tiene lugar a partir de la reducción o eliminación de los obstáculos que impiden el desarrollo de los vínculos mutuos, con el propósito de obtener beneficios conjuntos, en función de los intereses de los agentes económicos dominantes.
[xlvi] “Foro Social de las Américas en Quito”: Ultimas Noticias, Caracas 15-08-2004; p. 58
[xlvii] CARICOM: Mercado Común de la Comunidad del Caribe. MERCOMUN: Mercado Común Centroamericano. CAN: Comunidad Andina de Naciones. CEE: Comunidad Económica Europea. ASEAN: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (por sus siglas en inglés). CEPGL: Comunidad Económica de los Países de los Grandes Lagos. NAFTA: Tratado de Libre Comercio de Norte América (por sus siglas en inglés). UE: Unión Europea. CEDEAO: Comunidad Económica de los Estados de África Occidental. MERCOSUR: Mercado Común del Sur. SADC: Comunidad para el Desarrollo de África Austral (por sus siglas en inglés). CEEAC: Comunidad Económica de los Estados de África Central. 9 COMESA: Mercado Común del África Meridional y Oriental (en sus siglas inglesas). SAARC: Asociación de Asía Meridional para la Cooperación Regional (por sus siglas en inglés). GCC: Consejo de Cooperación del Golfo (por sus siglas en inglés). AFTA: Tratado de Libre Comercio Asiático. Fuente: Enlaces Internet: Organizaciones Internacionales (On line) http://www.psenepanol.net
[xlviii] “EE UU: Venezuela obstaculiza al ALCA y retrasa negociaciones andinas” El Nacional, Caracas 10-09-2004; p. A-16.
[xlix] “kirchner y Chávez firmaron acuerdos de cooperación energética y financiera”: El Nacional, Caracas 24-07-2004; p. A-18. “Chávez y Lula consideran prioritaria la integración”: Frontera, Mérida 17-09-2004; p. 4a “El ALCA agoniza”: Panorama, Maracaibo 18-04-2004; p. 2-1.
[l] Cooperación, se entiende como el establecimiento de vínculos estables —económicos o no— entre países, sin que ello implique el acercamiento de sus economías; mientras que la colaboración se interpreta como una forma de cooperación mediante la cual una de las partes ayuda a la otra en cualquiera de sus modalidades.




Referencias

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ANEXO FOTOGRÁFICO

El cambio climático ha decretado la desaparición de los últimos glaciares de la Cordillera de Mérida. Observese el impacto del retroceso glaciar en la Sierra Nevada o Sierra Sur merideña, donde los glaciares de los picos Bolívar  (Glaciar de Timoncito y Garganta Burgoi; ésta última simbolo de la primera ascensión -a través de la escalada en hielo- al Pico Bolívar, en 1936, por el botánico Enrique Burgoin y el nevadero Domingo Peña), Humbolt y Bompland
El Aula Ambiental Comunitaria (AAC) es un Aula de Educación Ambiental Informal. Aquí, su creador: Geóg. Eudes Antonio Zambrano Angulo. Mérida, Estado Bolivariano de Mérida-Venezuela

La Gran Sabana, el Salto Ángel, la caída de agua más alta del mundo; y una imagen de radar del tepuy Roraima, el más alto.
Las costas venezolanas, con más de 2.000 km de litoral Caribeño y Atlántico







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